Obituarios de un no-país — video a Alejandro Aguilar

domingo, 25 de febrero de 2007

MI ENCUENTRO CON PESSOA

Jeroh Juan Montilla

Asomado a una calle de Lisboa, desde la ventana de una fotografía lo vi venir, aparentaba ir deprisa, de este lado hacía calor, en cambio allí, en la fotografía, abundaba el frescor que por la tarde da la cercanía al mar o el aliento de los Dioses en la desembocadura del Tajo. Venía con el acostumbrado sobretodo, corbata de lazo, fingiendo como siempre ser el mismo, desleído en la imagen gracias a las nieblas del tiempo. En el borroso zapato derecho se dibuja el próximo paso, son varias y muy difundidas las fotos del Pessoa transeúnte. A su lado derecho tiene un poste, tan parecido a los viejos postes de mi infancia, ya escasos para ese tiempo. Fríos, indiferentes en su color a herrumbre, remedo metálico de una columna corintia. El pie de foto reza un escueto “F. P. en una calle de la Baixa” Ese día nos encontramos, con seguridad el no era él, sino lo que mi imaginación deseara. Desde esa vez ando por las calles de Lisboa, ciudad que según el fanfarrón de Ulises fue fundada por fenicios. Voy a fingirme lejos del presente, donde puedo apropiarme unos versos ajenos y decir:


Bien sé que estoy enloqueciendo.
Bien sé que falla en mi quien soy.
Mas, mientras no me voy rindiendo,
quiero saber por dónde voy.
Aunque vaya para entregarme
a lo que el Hado me hace ser,
quiero, un momento, aquí pararme
y descansar y conocer.
Hay grandes lapsos de memoria,
grandes paralelas perdidas,
mucha leyenda y mucha historia,
y muchas vidas, muchas vidas.
Todo eso; me estoy perdiendo
de mí, me voy a extraviar;
llamando a mí, me estoy poniendo
un cerco con mi recordar
...

El nombre de Fernando Pessoa está muy unido al hecho de ser el creador y teórico esencial de dos movimientos estéticos eminentemente portugueses, el paulismo y el interseccionismo, los cuales fueron el trampolín para el relanzamiento de la perspectiva lusitana del mundo en la literatura vanguardista de principios del siglo XX. La estética paulista se caracteriza por el uso de lo vago, lo sutil, lo complejo lo cual nos lleva a la ideación vaga. Lo indefinido tratado bajo una atmosfera de sutileza concluye en una sensación sencilla de expresión viva y detallada, pero no en lo exterior sino en lo interno, las sensaciones. Todo se vuelve más intenso, claro y dilatado. Esta corriente posteriormente se transfigura en una modalidad del interseccionismo, siendo este una manera de asumir el empuje del futurismo y el cubismo tan vigentes para el momento.

El crítico Ángel Crespo nos habla de una vida singular precisamente debido a una personalísima pluralidad. Fernando Pessoa, el huérfano, el niño de su madre, de educación inglesa en una colonia africana. Bebedor solitario en tabernas de barrio, que se enamora de una secretaria de comercio, que duerme por caridad o admiración en una lechería. El posible Supra-Camoens. Ese ser abierto a la polémica estética y literaria de su tiempo expone de si mismo en voces y vidas distintas al gris empleadillo de redactor de cartas comerciales en inglés y francés: son sus distantes yoes o conocidos heterónimos: Ricardo Reis, médico y pagano; Álvaro de Campos, europeísta y futurista; y Alberto Caeiro, el guardador de rebaños. Son voces que se enfrentan, que establecen polémicas y se censuran con cierta ironía condescendiente, que en muchos momentos se burlan respetuosamente del ortónimo Fernando Pessoa, como en aquella peligrosa polémica Autopsicografía:

El poeta es un fingidor.
Finge tan completamente
Que llega a fingir que es dolor
El dolor que de veras siente.
Y los que leen lo que escribe,
En el dolor leído sienten
No los dos que él tuvo,
Sino aquel que no tienen.
Y así sobre rieles
Rueda , entreteniendo la razón,
Ese tren de cuerda
Que se llama corazón
.

Fingirse en estas personalidades heterónimas es reconocerse. Pessoa en una carta al poeta Adolfo Casais Monteiro habla de un origen histérico en sus heterónimos, de una tendencia orgánica a la despersonalización y a la simulación, explica que para fortuna de él y los demás es un fenómeno eminentemente mental y no práctico, algo que vive a solas consigo mismo, allí todo termina en silencio y poesía. ¿No esto un modo de satisfacer con un lugar común, adornado de sicología, el deseo de explicaciones racionales a una actitud de claro sentido esotérico? No hay que olvidar las lecturas teosóficas de Pessoa. El cultivo de la idea del Supra-Camoes se basa en las profecías del zapatero Gonzalo Anes de Bandarra las cuales plantean el regreso del célebre rey Sebastián del siglo XVI encarnado en un nuevo poeta de la estatura estética y política de Camoes que nacería para 1888, precisamente el año de nacimiento de Pessoa. Otro dato son sus lecturas de cábala y el sentido alquímico explicito en mucho de sus poemas. En una carta del 6 de diciembre de 1915 a su amigo Sa Carneiro expresa:

“...que la teosofía admite todas las religiones, y tiene un carácter enteramente parecido al paganismo, que admite en su panteón a todos los dioses, usted tendrá el segundo elemento de mi grave crisis del alma. La teosofía me asombra en su misterio y su grandeza ocultista, me repugna por su humanismo y apostolismo (¿comprende usted?) esenciales, me atrae por parecerse tanto a un ‘paganismo trascendental’ ( y este es el nombre que yo le doy a la forma de pensar a que había llegado), me repugna por parecerse tanto al cristianismo, que no admito. Es el horror y la atracción del abismo realizados más allá del alma. ¡Un terror metafísico, mi querido Sa Caneiro

Es evidente la crisis del iniciado, la pérdida irreparable de la identidad. El biógrafo más clásico de Pessoa, el portugués Joa Gasrpar Simoes menciona un documento donde se señala la iniciación de Pessoa en la Orden Templaria. Este paganismo transcendental se manifiesta en el reconocimiento poético de símbolos claves, como la serpiente: “Fue la Serpiente del Edén, pero solo en su piel, y soltó la piel; fue Saturno del Mundo, pero sólo en su piel, y soltó la piel./ Su fuga es un misterio, y su camino la clave de todos los misterios. Pero ella no sabe ni de su misterio ni de todos los misterios, porque conoce todo y conocer es no existir” Angel Crespo revela que el primer nombre de Portugal fue Ophiussa o Tierra de la Serpiente. Lo esotérico intercede el andar del individuo con el destino de una patria lusitana que espera el cumplimiento profético de la venida del Supra- Camoes.

Con Pessoa se asume con valor el no tener la razón. La verdad no es una cuestión esencial, porque todo lo esencial genera sospechas. Lo importante será una cuestión de gusto, de la estética particular, ni siquiera podemos aferrarnos a los pálpitos afirmativos o negativos del corazón. Pessoa espeta: “Dicen que finjo o miento/ cuando escribo./ No. Yo simplemente siento/ con la imaginación:/ no uso el corazón” Nada estás más libre y desnuda que la imaginación, capaz de ir más allá de la mente o el corazón, de traicionar en su dimensión los límites de estas otras dos dimensiones de la expresividad o la perceptividad. El heterónimo Alberto Caeiro dice “¿El misterio de las cosas? ¡Y yo que sé que es el misterio!/ El único misterio es que haya quienes piensan en el misterio

Lo único cierto, tal vez, son los dioses, los creadores. Se crea unicamente lo contingente, lo innecesario. Ese es el misterio, la insuperable manía de inventarnos causas o cosas que no se nos han perdido. Para esto es necesario devolvernos al paganismo o el neopaganismo. Los dioses no han muerto: “Los dioses son felices./ Viven la vida en calma de raíces./ Sus deseos el Hado nunca oprime./ O si oprime, redime/ con la vida inmortal./ No hay sombras/ Ni otros que a ellos los atristen./ Y, por lo demás, no existen...” El paganismo grecorromano es la realización de un sentimiento sobre la naturaleza. Una metafísica que educa nuestro pensamiento. Solo el misterio politeista es capaz de salvarnos. “Los dioses no han muerto: lo que ha muerto ha sido nuestra visión de ellos. No se han ido, hemos dejado de verlos. O hemos cerrado los ojos, o entre ellos y nosotros se ha interpuesto alguna niebla. Subsiten, viven, como vivían, con la misma divinidad y la misma calma.” Esta ceguera explica el estancamiento estético de estos tiempos. Hemos dejado de vernos.

sábado, 24 de febrero de 2007

EL TEATRO QUE NO VEREMOS, NI LEEREMOS

Jeroh Montilla
M
e interesa el pasado, pero el oblicuo, ese pretérito borroso que llega, por mero afán, a marearnos de incertidumbre. El punto cardinal donde el hado retiene una singular marea de acontecimientos incógnitos y sin el resplandor de lo trascendente; aquellos que apenas nos rozan gracias a referencias ambiguas o rumores confusos. En el presente no existe legitimidad alguna para estos hechos, nadie parece considerarlos siquiera como unas causas distantes, laterales o fortuitas de la contemporaneidad. Naufragaron en la historia, los que sobrenadan en el recuerdo son aquellos ápices que no lograron el voto de la credibilidad, solamente el limbo de la duda o la certeza cómoda de la leyenda. Por eso hoy insisto en Proust, el obsesivo vidente de la inmortalidad transitoria, digamos, en un mandala, haciendo uso de una expresión de Barthes. Con el primero asumo la afinidad de recobrar los escombros del tiempo, de hurgar en lo histórico en busca de aquellos trozos incapaces de encajar en la nueva topografía de la cultura occidental. Me apoyo en lo especulativo, en la sombra de lo imaginario, para amagar un rescate tímido, particular. ¿Por qué unas posibilidades y otras no? ¿Cuál hubiese sido nuestro camino si la onda total del pasado golpeara la orilla de esta época? ¿Por qué la vitalidad de unos acontecimientos permanece vigente y en cambio otros merman hasta disolverse en el olvido? ¿Dónde y por qué se hace este descarte? Con seguridad estas son preguntas fuera de orden, cansonas, reiteradas para el espíritu del siglo, un bizantinismo ineficaz y pedante; sin embargo su razón se apoya en necesidades estéticas que carecen del debido rubor o sentido común. Son apetencias, un débil ensayo de hostilidad contra lo incoercible de nuestra cultura. ¿Por qué el teatro griego primordial? Por soberanía y gusto, por lícita arbitrariedad.
Comencemos al azar. Pratinas, poeta anterior a Esquilo, hijo de la región del Peloponeso, al parecer llevó la sátira a Atenas. Escribió 32 obras de las cuales, desgraciadamente, no se conserva ni un fragmento, apenas los títulos de dos: Las Cariátides y Los Luchadores. Sus dramas exigían escenarios naturales, y sus personajes eran héroes arrojados que una y otra vez vencían a tiranos y a monstruos mitológicos. Tuvo un hijo, también dramaturgo, Aristias. Otro legendario es Tespis, nacido en un barrio de Atenas. Le atribuyen la invención de la tragedia en la época de Solón. Este último por razones de “sanidad moral” le destierra. Tespis sin amilanarse se dedica a recorrer los campos en una famosa carreta, llevando por todas partes a sus “consagrados” y enmascarados actores. En su caso tampoco existen fragmentos sólo algunos títulos: Penteo, Los Sacerdotes, Los Jóvenes y Los Juegos Fúnebres de Pelias o Forbas. En el siglo VI a de J.C., en Lesbos, nace Arión. Poeta y músico, inventor del ditirambo y precursor de la tragedia, conocido por el milagro de haber sido salvado por unos delfines a los cuales cantó sus poemas.
Frínico, poeta trágico ateniense, muerto en el 470 a de J.C. escribió una obra llamada La conquista de Mileto en cuya representación al público le dio por llorar, esto le costó una multa. El delito consistió en haber recordado la pérdida de esta ciudad ante los persas. Otras piezas suyas fueron: Fenisa, Las danaides, Anteo, Andrómeda, Los egipcios, Acteón, Alcestes, Erígona, Tántalo, de estas se conocen breves fragmentos. También existió otro Frínico, pero comediógrafo, de fines del siglo V a de J.C. Sus obras fueron: El solitario, Las Musas, Los Sátiros, Efialto, Los iniciados, Los Trágicos, Konnos, Los convidados, de estas sobreviven algunos fragmentos. De Frínico se dice poseía una sátira atrevida y personal, de fuerte estilo y que mantuvo una perenne rivalidad con Aristófanes. Pasemos a Epigenes, autor cómico del siglo IV a de J.C. se le conocen versos fragmentados de obras como Las Bacantes, La Heroína, Fonticus y otras.
Vamos ahora a referirnos a los trágicos arquetípicos, los tres más grandes dramaturgos que han alimentado con sus argumentos la cultura occidental. El primero es Esquilo, los comentaristas antiguos le atribuyen 80 tragedias, de las cuales 52 fueron premiadas, sólo 7 han llegado completas a nuestro tiempo, del resto se conocen fragmentos. El segundo, Sófocles, compuso entre los años 469 y 406 a de J.C. aproximadamente 120 piezas, de ellas 22 eran de carácter cómico, entre estas está una conocida con el título de Los Sabuesos, descubierta en Egipto, pero de autenticidad discutida. Únicamente 7 tragedias permanecen intactas. Y en tercer lugar a Eurípides, a este dramaturgo se le responsabiliza por la creación de 92 dramas, en la época alejandrina aun se conservaban 78, de estas sólo quedan 17 tragedias y una comedia, del resto existen fragmentos o uno que otro título para dar un balance de 80 piezas. Se le conoce una tragedia de nombre Resos, de texto completo, pero de autenticidad discutible.
Querilos muerto hacia el año 464 a de J.C. fue oponente de Tespis, compitió junto a Esquilo y Pratinas. Compuso 150 tragedias, ganó los certámenes 13 veces. De este profuso autor conocemos solo el título de una pieza Alope, pero ningún fragmento. También escribió comedias y fue padre de otro dramaturgo, rival de Sófocles. En Alejandría, cercano al año 280 a de J.C. nace Sositeo. Residió en Atenas. Renovó la tragedia y la comedia. Sobrevive parte de su obra Dafnis y algunos fragmentos. Entre los más consecuentes comediógrafos tenemos a Aristófanes que escribió 44 comedias de las cuales aún existen 11 completas más algunos trozos de las restantes 33. De Menandro se afirma que escribió 108 comedias, pero alcanzó escasamente 8 premios. No se sabe de obras enteras de este excelente escritor, nació en Atenas hacia el año 340 a de J.C. amante empedernido de cortesanas, seguidor del filósofo Epicuro. Copiado por los comediógrafos Plauto y Terencio. En los torneos teatrales fue derrotado muchas veces por Filemón. El Díscolo, La Trasquilada, y El Arbitraje son sus comedias más o menos intactas hoy conocidas. Por último presentamos a Filemón, nacido en Siracusa hacia el año 361 a de J.C. murió mientras le estaban otorgando un premio, en pleno escenario. Escribió 97 piezas. Sobreviven dos y un enorme número de fragmentos. Tuvo un hijo conocido como Filemón el Joven, este compuso aproximadamente 54 dramas.
Seguramente en la hoja del puñal que portaba Bruto, sin este saberlo, al instante de hundirlo con saña en el cuerpo de Julio Cesar, relucía la sonrisa de otra venganza. Segundos después de esa frase que no deseo transcribir, el emperador en veloz agonía observa unas enormes llamas que se le vienen encima, piensa con torpeza en la pira funeraria y en la confusión de sus legionarios. A pesar de todas las precauciones, la muerte es siempre una sorpresa que nos confunde. En un segundo el fuego de la biblioteca calienta las heridas de Cesar. Este, años anteriores, en un ardid militar, prende fuego al puerto de Alejandría, el incendio entusiasta e indiscriminado arropa más de lo propuesto quemando más de 200.000 volúmenes del Museo. Los cómicos que destrozaron sus vestidos en los funerales y los arrojaron luego a la hoguera real, acentuaban irónicamente, con esta coartada de luto y dolor, el gesto bufón de un desagravio. ¡Cuantos trabajos de los dramaturgos, nombrados más arriba, se perdieron para siempre en el mortal incendio de Alejandría! La memoria humana existe bajo custodia, hay un principio encargado de suprimir bajo cualquier excusa los distintos niveles de abarrotamiento. El hombre es más prolífico, más excesivo que el resto de la naturaleza. Es posible un hombre como Irenéo Funes, el personaje memorioso de Borges, sin embargo, la economía natural se sustenta en la “ley de la escasez”. La historia es una hoz que ha segado sin misericordia las más diversas creaciones, entre ellas el antiguo teatro griego. Estoy convencido que el criterio de descarte es arbitrario, una especie de cara o sello, en que se excluye masivamente elementos de lo peor como de lo mejor, y lo que sobrevive, en el mayor de los casos, entra a considerarse ciega y obligatoriamente como “la herencia preferible”. A partir de las sobras nos definimos, estas pasan de inmediato a constituirse en modelos o paradigmas, Occidente se concibe a partir de residuos culturales.
En la enorme cantidad de obras teatrales desaparecidas o malogradas perdimos otras opciones, tal vez las piezas faltantes que completan el rompecabezas del hombre. Es necesario estar consciente de esta carencia, no para regodearse en el lamento, la indiferencia o la confusión, sino para experimentar la convicción de nuestros límites y ejercer la sospecha libre en lo que se nos vende como modélico y suficiente. Hay un poema de Robert Frost titulado El camino que no tomamos. Allí habla de dos caminos en un bosque, por uno el viajero mira hasta el fondo, pero entonces toma el otro porque estaba cubierto de hierba y falto de uso; a la mañana ambos caminos estaban cubiertos por igual de hojas, supo como uno lleva al otro. Pero su decisión se apoyó en la idea de tomar el menos trillado, allí estuvo la diferencia.

martes, 20 de febrero de 2007

UN DIOS NOS DESCONOCE...

Jeroh Montilla

Un Dios nos desconoce
el cuerpo una boca
dulce grano
de luz en los senos
la inocencia
no tiene lugar
en el oleaje
alguien remata un pez
no hay escrúpulo
cuando reciclamos
la dádiva del placer

martes, 13 de febrero de 2007

CUMPLEAÑOS NÚMERO 200 DE EL RASTRO

Eduardo López Sandoval

Recordemos que el 23 de enero, de hace 200 años, se tiene como la fecha de fundación de la población de El Rastro.
El sitio ya era conocido con este nombre de El Rastro desde tiempo antes, y ya era habitado para el momento en que oficialmente las autoridades la erigen como parroquia eclesiástica.
Hay confusión e imprecisión acerca de la fecha de fundación del pueblo de El Rastro. Se tiene como cierto que el 05 de febrero de 1807, la autoridad eclesiástica, (vale decir que para la época la autoridad de la iglesia era autoridad), estableció: “…hemos erigido con acuerdo y consentimiento del señor Vicepatrono Regio de esta provincia un curato bajo la invocación de San Nicolás de Bari de El Rastro …”. En este documento, que tiene como fecha cierta el 05 de febrero de ese año de 1807, se invita a concurso a los clérigos para que ocupen el cargo de cura del recién creado curato, y se da por sentado, entonces, que el pueblo ya había sido fundado en fecha anterior, pero nunca se ha encontrado el documento donde se asentó tal fundación. Se tiene el 23 de enero como fecha de fundación porque unos apuntes estadísticos realizados durante el gobierno de Guzmán Blanco, de 1875, señalan esta fecha, pero sin citar fuente.
El historiador Telasco Mac Pherson lo dice de esta manera en su Diccionario del Estado Miranda, publicado en 1891.
(Vale este paréntesis: para este año los guariqueños pertenecíamos al Estado Miranda, el cual conformaba un gigantesco territorio que incluía, además, a la Sección Bolívar, llamada después Caracas, Aragua y Nueva Esparta, con capital Villa de Cura, primero, y después la ciudad aragüeña de La Victoria, como capital).
Dice Mac Pherson, textualmente: “El Rastro, pueblo cabecera del Municipio, consta de 91 casas con 581 habitantes; este pueblo fué erigido en Parroquia civil en 2 de enero de 1807, y el 30 del mismo mes y año, en eclesiástica; sus egidos fueron donados por el general José A. Páez.”
El Rastro en su historia pasó por el escenario de lucha y enfrentamiento con los propietarios de grandes extensiones de tierras que peleaban por no permitir la fundación de conglomerados humanos porque sentían que los poblados atentaban contra sus latifundios. El Rastro al igual que otros pueblos del inmenso llano, como Guayabal y Calabozo, libró una dura lucha por su existencia y la ganó.
Tanto que hoy, a pesar de la confusión de fechas por la ausencia de una Partida de Nacimiento, la gente de El Rastro celebró el cumpleaños número 200 de su pueblo.
(Vale decir como último paréntesis que el santo escogido como patrono de El Rastro es el mismo personaje que se celebra en la navidad en diferentes países del mundo, que en otros lares es conocido como Papá Noel o Santa Claus).

lunes, 12 de febrero de 2007

FEMINIDAD Y POÉTICA EN LA ESCULTURA DE BLANCA ALEGRA



Blanca Allegra es oriunda de Judibana en el estado Falcón. Realizo estudios de Arte Puro en la Escuela de Artes Plásticas "Arturo Michelena" en Valencia y paralelamente estudió Derecho en la Universidad de Carabobo. Con el escultor Roque Benavides (+1999) aprendió las diferentes técnicas de la escultura, entre ellas: vaciado en marmolina, recina y bronce.
Vive con su familia desde 1994 en la ciudad de San Juan de los Morros en el estado Guárico, donde fundó su taller de escultura y donde se ha desempeñado como profesora de educación artística.
Actualmente desarrolla con dedicación y esfuerzo su arte: la escultura figurativa, donde la conjunción armoniosa entre la mujer, su espiritualidad y la naturaleza son los protagonistas.
Exposiciones:
* Colectiva Escuela de Artes Plásticas "Arturo Michelena". Valencia 1986.
* Colectiva Escuela de Artes Plásticas "Arturo Michelena". Valencia 1989.
* Salón Anual Asociación de Artistas Plásticos del Edo. Carabobo (AVAP). Valencia 1998.
*Salón Anual "Agustin Armario". Ateneo de Puerto Cabello. Puerto Cabello 1998.
*Salón Anual Asociación de Artístas Plásticos del Edo. Carabobo (AVAP). Valencia 1999.
* IX Salón Nacional de Artes Visuales "Francisco Lazo Martí". Calabozo 1999-2000.
* Salón Anual Asociación de Artístas Plásticos del Edo. Carabobo (AVAP). Valencia 2000.
* Ateneo de Coro. Edo. Falcón. Individual de Esculturas. Coro 2001.
* Individual de Esculturas. Sede de la Asociación de Artístas Plásticos del Edo. Carabobo (AVAP). Valencia Marzo 2001.
* Salón Anual Asociación de Artístas Plásticos del Edo. Carabobo (AVAP). Valencia Mayo 2001.
* XXIV Aniversario Universidad Rómulo Gallegos. Casona Universitaria. San Juan de los Morros, Julio 2001.
* Muestra escultórica en ocasión al día internacional de la mujer. Rectorado Universidad Rómulo Gallegos, San Juan de los Morros, Marzo 2002.
* Salón Anual Asociación de Artístas Plásticos del Edo. Carabobo (AVAP). Galería Braulio Salazar, Valencia, Mayo 2002.

EL SORGO

Arturo Alvarez D´Armas*
El sorgo también conocido como millo o mijo es un cereal utilizado desde la más remota antigüedad en África para el consumo humano, forraje para el ganado y materia prima de bebidas alcohólicas y fibra. Los sorgos son plantas de porte mediano o alto, panículas abiertas, ramas largas y granos alargados cubiertos en buena parte por glumas oscuras o claras con endosperma córneo, grueso en los lados y delgado en el ápice.
El continente de ébano es el principal centro de distribución de los sorgos cultivados. El investigador Raúl Robles Sánchez (1975) dice que el origen geográfico se determina por investigaciones hechas en todos los lugares factibles, en los cuales se podrían desarrollar, y se determina en qué lugar se encuentra la mayor diversidad de especies, el lugar que posea el mayor número es al que se le considera el sitio de origen de esa planta.
Hoy día se acepta (León: 1987), que el sorgo fue domesticado en más de un lugar, en la faja que se extiende de Senegal a Somalia, entre el Sahara y la selva del Congo. El supone que las razas cultivadas se derivan de la verticilliflorum, del grupo silvestre arundinaceum. El área de origen del cultivar bicolor pudo estar al este del lago Chad y del centro de África. El guinea, en cambio proviene de sitios más húmedos entre Senegal y Chad. El cultivar caudatum es del centro de África, de las sabanas entre Chad y Kenya, el kafir se origina en el sur de África y el durra nace en Etiopía.
De la mano del hombre se extendió al Medio Oriente y Asia. A través del Mar Rojo pasó a la India, luego fue llevado a China por la Ruta de la Seda en el siglo XII, dando lugar a las características distintivas del grupo kaoling cultivado en China oriental y central.
El sorghum vulgare, Pers., es una de las primeras plantas domesticadas por el hombre. En las pirámides de algunos faraones egipcios, pertenecientes a las dinastías más antiguas, se han encontrado granos de este cereal; en las paredes de la tumba de Ameni-Em-Het (Dinastía XII) existen grabados en los que, según diversos autores, pueden apreciarse plantas de sorgo.
De acuerdo con la mitología de los dogon (Toussaint-Samat: 1991) de Mali, se cuenta que el mijo africano fue robado al cielo estrellado por el Gran Ancestro Herrero. Pero los mossi del Alto Volta (hoy Burkina Faso) atribuyen su descubrimiento a una mujer exasperada por el hambre que capturó al pájaro malpoli para cocinarlo. Siguió con vida gracias a los excrementos de mijo que dejaba caer en la jaula.
El sorgo arriba al “Nuevo Mundo” con la infame trata africana de esclavos, entre los siglos XVI y XIX. Al igual que el pasto guinea, el gordura o capim melao, el pará, el ñame, el quinchoncho, la patilla y el melón fueron compañeros de ruta de los negros en la travesía atlántica, primero a las islas del Caribe y después a Tierra Firme. Al bajar a los ilotas de las embarcaciones, simultáneamente arrojaban los restos del cereal a la costa. Posiblemente el sorgo se nacionalizó en tierra venezolana a finales del siglo XVIII y principios del XIX, pero su cultivo no cobró importancia hasta bien entrado el siglo XX con la variedad del sorgo granífero. Casi el 100% del mismo es utilizado por la agroindustria para la elaboración de alimento para animales.
Fuentes consultadas:
Alvarez D´Armas, Arturo. Gramíneas forrajeras africanas en Venezuela. San Juan de los Morros: Ediciones Cumbe y Tambor, 1999. Mimeo.
León, Jorge. Botánica de los cultivos tropicales. San José, Costa Rica: Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura, 1987. 445 p.
Toussaint-Samat, Maguelonne. Historia natural y moral de los alimentos. 2. La carne, los productos lácteos y los cereales. Madrid: Alianza Editorial, 1991. 186 p.
Robles Sánchez, Raúl. Producción de granos y forrajes. México: Editorial Limusa, 1975. 592 p.

EL GENDARME NECESARIO

Eduardo López Sandoval
La Modernidad tiene más de un siglo en Venezuela o, en todo caso, -para los que poseen esa manera positivista de pensar-, tiene más de cien años intentando entrar. La mentada Modernidad está asociada al adelanto frente al atraso, al desarrollo de las fuerzas productivas hacia la industrialización por encima de lo rural. Estas ideas de Modernidad encarnaron papeles con el rostro del llamado positivismo. Venezuela y su Historia es una obra civil que se construye, se destruye, se reconstruye, se barre y se erige desde que Rodrigo de Triana nos vio por primera vez, como dice la Historiografía Tradicional, nosotros decimos que nuestra Historia comienza cuando el indio vio a las calaveras como pájaros que venían navegando por el mar, más que eso la Historia debe comenzar desde que el hombre pisó por primera vez estas tierras hace miles y miles de años. Historia, claro está, que está por escribirse.
Viviendo más acá en el tiempo, no hablando de miles de años, y hablar de modernidad es hablar de positivismo. El positivismo como paradigma ocupó todos los espacios de la sociedad, precisemos hoy algún aspecto: el referido a lo político y a lo histórico.
Como la idea de modernidad es asociada a progreso, el positivismo se asocia al orden en todas las áreas de desempeño social del hombre en sociedad. Pero,…pero en el ámbito político este orden se relaciona con los gobiernos militares, con el gobierno, con el gendarme necesario. Esta imagen sirvió para que pensadores de altos kilates, como Mario Briceño Iragory se colocaran al lado de Juan Vicente Gómez, a principios del siglo pasado, para darle sostenimiento filosófico a la presencia del Dictador.
Gendarme necesario o cesarismo, es lo mismo; este nombre se obtiene de la imagen de Julio César, como emperador, autócrata y gobernante absoluto. “Los rasgos generales de cesarismo son la concentración del poder en una figura carismática que capta todos los anhelos populares.“. Esta corriente de pensamiento no sólo justifica el gendarme necesario, más que eso lo ve como una necesidad ante el carácter disociado de nuestra raza. Ojo. este concepto eminentemente positivista que estigmatiza nuestra ascendencia, por europeo de baja clase, por negro africano, y/o por indio, principalmente por lo último, son conceptos con los que no estamos de acuerdo, ideas acerca de las cuales hablaremos en próximas entregas, y hablaremos de la opinión de los latinoamericanos que dice que prefieren en su mayoría absoluta, un gobierno militar, siempre que le solucione el problema del hambre. Ambiente de opinión latinoamericano que coloca a Venezuela en el escenario de hacer un nuevo cesarismo: El Neocesarismo de Chávez.

LA MOTIVACIÓN RELIGIOSA EN EL TOPÓNIMO VILLA DE TODOS LOS SANTOS DE CALABOZO

José Obswaldo Pérez[1]

EN EL SIGLO XVIII, la Villa de Todos Santos de Calabozo era un pueblo de “picota y horca” (Carrasquel, 1943:196). Había sido fundado por los capuchinos andaluces Salvador de Cádiz y Bartolomé de San Miguel con el nombre de Nuestra Señora de la Candelaria, el primero de febrero de 1724. Sin embargo, mucho antes, en 1694, existió un sitio de vida efímera con el nombre de Jesús de Nazareno de Calabozo, fundado por el fraile Salvador de Casabermeja. Anteriormente en 1676, Fray Pedro de Berja había pedido la fundación de la ciudad (Vila, 1963). Una real cédula del 15 de febrero de 1738 confirmó la fundación, pues los terratenientes hostigaban incluso a través del gobernador, para que les fueran devueltas las tierras donde estaba la villa. En efectos a esto, el 14 de septiembre de 1741 el gobernador ordenó que les fueran devueltas de nuevo las posesiones a los dueños de hatos. El 14 de agosto de 1744, el padre Antonio de Jaén y 62 vecinos solicitaron al Consejo de Indias la reposición de la villa. El Consejo otorgó el 6 de julio de 1751 lo que le correspondía a ésta y a las Misiones de la Santísima Trinidad y Nuestra Señora de los Ángeles, una legua alrededor a cada una. El título de villa fue confirmado por real cédula del 20 de abril de 1774, autorizada a su vez por el obispo el 15 de diciembre siguiente (De Armas Chitty, 1974: 41-44).
De este modo, con las misiones capuchinas y andaluzas no sólo llegó al primitivo Calabozo la cruz, como símbolo del cristianismo, la conquista y la fe, sino también la espada como arquetipo de las armas para la defensa, protección y ocupación de los llanos, a fin de controlar la resistencia de tribus indígenas en la zona; y junto con ella, mosquetes, armaduras, perros, lanzas, provisiones, pendones y toda la investidura militar de la época se consolidarán en las “misiones escoltas” como una empresa religiosa-militar que tuvo una intensa importancia en el contexto histórico de Venezuela (Castillo Lara, 1975; Rodríguez, Mirabal,1987:192). Con la articulación de estos elementos y el tutelaje de los misioneros, el asentamiento creció rápidamente con el comercio generado por el desarrollo de los grandes rebaños de ganado establecido en los Llanos. Aunque su fundación fue tardía, se originó al final de la conquista y colonización de Venezuela. Mientras ciudades importantes como Barquisimeto y el Tocuyo nacieron durante la ola expansionista y globalizadora del siglo dieciséis, Calabozo empezaba como un enclave misionero a finales del siglo XVII. Había sido concebido para guarnecer un asentamiento español anclado a la creciente red de “misiones con escoltas” que se esparcían hacia los llanos, con el fin abrir paso a la penetración de criadores con sus rebaños en calidad de “quieta y pacifica (Rodríguez Mirabal, 1987:193).
En el contexto toponímico, el nombre de la Villa de Todos los Santos de Calabozo es una denominación compuesta de naturaleza antropocultural. Es un hagliotopónimo de motivación espiritual y religiosa que se divide taxonómicamente en dos elementos híbridos. Primero, Villa de Todos los Santos, que debe ser una translación toponímica de España. Un desplazamiento designativo de la madre patria que el conquistador trasladó con toda su carga cultural a las colonias hispanoamericanas y otros lugares como el Reino de Brasil. No es exagerado el sentimiento religioso de los primeros colonos-españoles y portugueses- que llevó a designar a la naciente población como Pueblo de Todos los Santos. Una herencia de siglos devenida de la época del cristianismo, y a una regla establecida por el Papa Gregorio el Grande (590-604). El bautismo no sólo fue un titulo para el culto público a una determina persona, sino que pasó a ser una creencia de quien poseía el nombre de un santo se encontraba bajo la protección del mismo.[2] De allí que años más tarde, las mismas instituciones eclesiásticas, pueblos y países se erigían bajo la amparo de un santo. Por eso, unas de las características de la colonización fue la santificación natural del espacio geográfico para el dominio espiritual del lugar. La santificación consistía principalmente en la purificación de los pecados, luego la permanencia de la vida y ascenso al camino de la virtud. En la purificación estaban incluidos todos los aspectos de la perfección espiritual: templanza, prudencia, paciencia, humildad, caridad, esperanza y fe (Goicu, 2002:303-304).
Esta realidad tuvo consecuencias en el plano toponomástico, en el cual el nombre de este lugar nos remite al “universo ibérico”, desde una percepción sensible o espiritual de los habitantes, constituyéndose en fuente inspiradora de la localidad. La denominación de un lugar por parte de los europeos consistía en poner nombres de santos a lugares, por ser descubiertos en días en que el calendario católico atribuía a determinado santo, santa o devoción (Dick, 2000:227). El topónimo Pueblo de Todos los Santos envuelve dos puntos nucleares de la conquista hacia los llanos: la propiedad del territorio por el dominio de los caminos terrestres y lacustres, a través de las emigraciones espontáneas y la colonización hispánica; y la conquista espiritual de las localidades mediante las encomiendas y misiones religiosas. Los primeros permitirán el reconocimiento de ese espacio, que les permitirá dominar las “arterias básicas” de la comunicación oriente-occidente y viceversa; y, los segundos, garantizarán la continuidad de la presencia de las emigraciones para la implantación de nuevas fundaciones, misiones, hatos, credos y otras cosmovisiones (Pérez, 2006; Rodríguez, 1991:105).
La toponimia religiosa se distingue por el carácter original de la lengua eclesiástica romana, la cual se basa en vocablos provenientes de lenguas diferentes. Su raíz cristiana y latina, supone en primer lugar los aspectos esenciales sobre la antigüedad de una palabra y segundo, su origen eslavo, en el cual se encuentran en muchas de ellas las denominaciones que designan la organización del culto, la jerarquía eclesiástica y calendario católico. Una característica que desde la perspectiva histórica, tienen una enorme influencia en la conquista del territorio. Concepción Suárez (2002) señala que su origen tiene sus comienzos en las transformaciones de ritos y cultos prerromanos que cumplen una función de “santificación” del entorno natural. El autor citado explica que una “buena parte del lenguaje toponímico se remonta a costumbres y referencias culturales preexistentes a la romanización, que, a todo más, sólo fueron reutilizadas, transformadas, reconvertidas por la cultura latina y la cristianización ulterior” (2002: 41-64). De este modo, los nombres referidos a ciertos lugares tienen raíces preindoeuropea, indoeuropea y celta, los cuales fueron utilizados por el conquistador europeo para nombrar el entorno natural habitado y, posteriormente, sacralizarlo y luego cristianizarlo.
El otro elemento taxonómico que compone la Villa de Todos los Santos es la palabra "Calabozo", la cual tiene su origen en el latín: Calare (= hender, herir) + Fodere (= hacer una fosa). Su significado se trata de una especie de excavación en roca o el suelo utilizado con la finalidad de mantener a los delincuentes o prisioneros de guerra encerrados y bajo castigo. Al parecer el topónimo tuvo una cierta evolución: de Calarfodium pasó a Calapozio (latín hispánico) y finalmente a Calabozo, un perfeccionamiento híbrido entre griego y latín. En este sentido, Corominas y Pascual (1984, I: 747) atribuyen a la palabra calabozo un origen hipotético de la voz compuesta “calafodium”, en la que podría distinguirse, junto al derivado “fodium” del latín fodere (‘cavar’) y la forma prerromana “cala”, el significado de: ‘lugar protegido, cueva’, probablemente de origen anterior al celta o al ibero. En regiones de España, como León y Salamanca se registra la etimología calabozo, lo que demuestra que es un fisiotopónimo, es decir, un nombre motivado por las características físicas del medio o las circunstancias que los rodean (Pérez, 2006).

Al igual que Corominas y Pascual, el reconocido lingüista, Fernando Navarro[3], señala la posibilidad de que la palabra Calabozo derive directamente de las palabras latinas fodiare y fodium, voces que su equivalente en español es “hoyo”. Éste vocablo se utilizaba generalmente para cualquier agujero excavado en la tierra. “nada de extraño tiene que nuestra palabra calabozo esté también emparentada con fodium; más concretamente, con el latín vulgar calafodium, compuesto con una supuesta raíz prerromana cala (subrayado nuestro) que transmitía la idea de cueva o lugar protegido” (Navarro, 2002). Sin embargo, Calabozo no es una palabra transparente. Otra interpretación del topónimo es su derivación del prerromano compuesta por Cala-, que significa lugar protegido y el sufijo –boza, que significa ‘matorral’. En otras palabras, Calabozo sería como un “matorral protegido”, que es el nombre también de un instrumento agrícola extremeño.

Finalmente, dentro del plano toponímico e histórico, se puede concluir que religión y fe son una consultación de los mitos de los hombres desde los tiempos de la colonización de los llanos. La Villa de Todos los Santos de Calabozo es el manifiesto sentimiento religioso de los primeros colonos y sus descendientes. Una nomenclatura de longitud pomposa, suerte de un sociocentrismo lugareño (Baroja, 1957; Mitchell, 1988:15) cuya medición debería indicarnos el grado de cristianismo y fe de aquella localidad colonial. Pues, resulta que la Villa de todos los Santos de Calabozo fue posteriormente sede de una de las primeras diócesis fundadas en Venezuela, después de las de Caracas, Mérida, Guayana y Barquisimeto. Fue una Diócesis que comprendió gran parte de los territorios llaneros de Venezuela. Siendo, por lo tanto, sede de un obispado que para muchos podemos interpretar que tenía una preeminencia espiritual. Pero no olvidemos que delante de la cruz después vino la espada, también símbolo de protección de la ciudad. En el siglo XVIII, Calabozo fue una plaza militar importantísima que constituyó un cerco para reducir a los grupos indígenas y contrarrestar el contrabando ilegal en la región. Cruz y espada serán la divisa con que se levantará esta localidad, con buena plaza, cárcel publica, cepo, cadenas y prisiones. Calabozo, la ciudad protegida, fue muy próspera en el pasado y lo sigue siendo en el presente. Hoy lleva el nombre simplificado de Municipio Miranda, en honra a la memoria del Precursor de la Independencia de Venezuela, General Francisco de Miranda (1750-1816)

REFERENCIAS

CARRASQUEL, FERNANDO (1943): Historia colonial de Algunos pueblos de Guárico. Caracas: Imprenta Nacional.
CARROCERA, PADRE BUENAVENTURA DE. (1972). Misión de los capuchinos en los llanos de Caracas. Tomo I. Academia Nacional de la Historia. Caracas.
CASTILLO LARA, LUCAS GUILLERMO (1984): San Sebastián de los Reyes. La ciudad Trashumante. Tomo I. Caracas: Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia.
_______________________________________ (1975). Villa de todos los Santos de Calabozo. El derecho de existir bajo el sol. Caracas: Italgráfica.
CARO BAROJA, J (1957).” Razas, pueblos y linaje”.Revista de Occidente. Madrid:
COCA TAMAME, I. (1993): Toponimia de la Ribera de Cañedo. Salamanca: Ediciones de la Diputación de Salamanca.
COROMINAS, J. Y J. A. PASCUAL (1984): Diccionario Crítico Etimológico Castellano e Hispánico. Madrid: Gredos.
CUNILL GRAU, PEDRO (1987): Geografía del poblamiento de venezolano en el siglo XIX. Caracas: Ediciones de la Presidencia de la República.
DE ARMAS CHITTY, J.A (1979): Historia del Guárico. Tomo I, II. Caracas: San Juan de los Morros: Publicaciones de la Universidad Rómulo Gallegos.
DICK, MARIA VICENTINA DE PAULA DO AMARAL (2000). A investigação lingüística na onomástica brasileira. Frankfurt am Main
FRAZER, JAMES GEORGE (1980). La Rama Dorada: Magia y Religión. 7reim. México, Fondo de Cultura Económica.
GERBI, Antonello (1978). La naturaleza de las Indias nuevas. De Cristóbal Colón a Gonzalo Fernández de Oviedo. Trad. de Antonio Alatorre. México, FCE, Gráfica Panamericana.
GOICU, SIMONA (2002): Le culte des saints dans la toponymie romane. En: EMILI CASANOVA I VICENÇ M. ROSSELLÓ. Congrés Internacional de Toponímia i Onomàstica Catalanes.
LEMMO, ANGELINA (1983): Historiografía Colonial de Venezuela. Caracas: Fondo Editorial de la Facultad de Humanidades y Educación de la UCV.
MENÉNDEZ PIDAL, RAMÓN (1952): Toponimia prerrománica hispánica. Madrid: Gredos.
MITCHELL, T (1988). Violence and Piety in Spanish Folklore. University of Pennsylvania Press.
NAVARRO, FERNANDO (2002): Parentescos Insólitos del lenguaje. Madrid: Del Prado
PEREZ ASCANIO, JOSE OBSWALDO (2006).Estudio histórico sobre la toponimia del Municipio Ortiz. Una aproximación a la realidad regional. Tesis de Grado para optar el titulo de Magíster en Historia de Venezuela. San Juan de los Morros: Universidad Rómulo Gallegos.
RODRÍGUEZ MIRABAL, ADELINA (1987) La formación del Latifundio Ganadero en los llanos de Apure: 1750-1800. Caracas: Biblioteca de la Academia de la Historia.
RODRIGUEZ, ADOLFO (1992) “Definición de la Neoétnia Llanera Colombo-Venezolana como utopía realizada” en: Romero Moreno, María Eugenia (1992): Café, Caballo y Hamaca. Visión Histórica del Llano. Coedición: Quito, Ecuador, Talleres Abya-Yala y Orinoquia Siglo XXI, Santafé de Bogotá, Colombia.
______________________ (1994): El estado Guárico. Orígenes, Mundo y Gente. San Juan de los Morros: Ediciones de la Comisión regional Conmemorativa del V Centenario del Encuentro de Dos Mundo.
SALAZAR QUIJADA, ADOLFO (1994): Orígenes de los Nombres de los estados y municipios de Venezuela. Caracas: Universidad Central de Venezuela.
SUAREZ, JULIO CONCEPCIÓN (2001) Diccionario Toponímico de la Montaña Asturiana. Oviedo: Editorial KFK.
TROCONIS de VERACOECHEA, ERMITA (1982). “Contribución al estudio de la formación de algunos pueblos de Venezuela”. Buenos Aires: Separata VI Congreso Internacional de Historia de América.
VILA, MARCO A (1965): Aspectos Geográficos del Estado Guárico. Caracas: Corporación Venezolana de Fomento
________________ (1979): La Geoeconomía de la Venezuela del Siglo XVI. Caracas: Ediciones de la Facultad de Humanidades, UCV.
———————— (1978): Antecedentes Coloniales de Centros Poblados de Venezuela. Caracas: Ediciones de la Facultad de Humanidades, UCV.




[1] Licenciado en Comunicación Social UCV. Magíster en Historia de Venezuela, egresado de la Universidad Rómulo Gallegos, UNERG. Actualmente escribe el blog Fuego Cotidiano donde expresa sus inquietudes sobre cultura e historia local.
[2] GOICU, SIMONA (2002): Le culte des saints dans la toponymie romane. p 304; Ver FRAZER, JAMES GEORGE (1980). La Rama Dorada: Magia y Religión. 7reim. México, Fondo de Cultura Económica y también Enciclopedia Católica (2001). www.enciclopediacatolica.com

[3] NAVARRO, FERNANDO (2002): Parentescos Insólitos del lenguaje. Madrid: Del Prado. Del mismo autor es recomendable el artículo Parentescos sorprendentes. En línea: http://www.elcastellano.org/parent08.html; Ver también el Diccionario Etimología de Chile (2001) en: http://etimologias.dechile.net/?calabozo

domingo, 11 de febrero de 2007

TOPONIMIA Y POLÍTICA/ NOVO NOMENCLATOR QUINTA REPUBLICANO

José Obswaldo Pérez
LA DENOMINACIÓN DE NOMBRES es un proceso complejo. Intervienen factores políticos, históricos y sociológicos. Así como antropológicos y psicológicos. Pero, principalmente, lo que corresponden a la memoria histórica de los pueblos. Cambiar los nombres a los lugares, a los espacios es asunto peligroso. Es un riesgo cuando un nombre se ha enraizado en la cultura local y después se le quiere renombrar.

En la actual administración del chavismo – régimen inaugurado en 1999, a raíz de elecciones libres y democráticas- se quiere, en esta materia, acabar con el pasado. La tesis chavista es la refundación de la república. La V republica, como la han denominado. Esa refundación de la patria pasa por una redefinición de los espacios de la vida cotidiana mediante substitución de la toponimia vigente por una toponimia nueva correlativa al “proceso revolucionario bolivariano”.

El hecho no es nada nuevo en Venezuela
[1]. A raíz de la muerte del dictador Juan Vicente Gómez y posteriormente los gobiernos siguiente, incluyendo el Pacto de Punto Fijo, se bautizaron y rebautizaron sitios y espacios públicos, de acuerdo a la tendencia de turno. Hoy el chavismo, como una expresión de un proceso de cambio, que se viene gestando desde 1980, pretende, con la idea de reivindicar a personajes de la historia venezolana, borrar una etapa de la historia venezolana. Se intenta reelaborar una nueva historia, políticamente manipulada. La idea, como dice el historiador Pino Iturrieta, es cambiar la memoria del venezolano “para que se establezca un puente entre la Independencia de Venezuela y la Quinta Republica. Se busca borrar todo lo demás, pero especialmente el siglo XX[2]


Más allá de un simple cambio de nombre, las nuevas denominaciones representan la ruptura con el Pacto de Punto Fijo y la inauguración de una nueva era. Los cambios de nombres en los últimos años son el reflejo de las líneas gubernamentales en el área política, económica, cultural o militar. ¿Pero se mantendrán en el tiempo? El historiador Damas Carrera señala que estas modificaciones no tendrán ningún efecto en la conciencia histórica.”Este es un gobierno nominalista, es decir, cree que ponerle nuevo nombre a las cosas o rehacer las ya hechas. La historia nos enseña que esa manía de gobiernos no propiamente ilustrados ha llevado a situaciones hasta ridículas

NOTAS

[1] TORT, J. Los cambios de nombre de los municipios durante la revolución y la guerra civil españolas (1936-1939). El caso de Cataluña. Scripta Nova. Revista electrónica de geografía y ciencias sociales. Barcelona: Universidad de Barcelona, 15 de enero de 2003, vol. VII, núm. 133, [ISSN: 1138-9788].
[2] 20 Lugares e instituciones rebautizadas por el chavismo. Siete Días, El Nacional, domingo 31 de diciembre de 2006.
En: Fuego Cotidiano. / 2 de enero de 2007. Fuego Cotidiano, es un blog.




(José Obswaldo Pérez: periodista, historiador, cronista)

CORO



En este calor
los fantasmas son puertas
piratas afiebrados
que naufragan
como azotes de Dios
la herida de un cují
inciensa la luminosa desmesura
de estos patios
el oleaje de las horas
moja de quietud cerraduras y empedrados
En estos templos
¿Quien se arrodilla
ante el dolor o el poema,
quien se esconde
en la dulzura insoportable?

Jeroh Juan Montilla

JUAN PABLO SOJO

Arturo Alvarez D´Armas*
En Curiepe la tierra del mina, la curbata, el culo e´ puya, los quitiplás y el cacao, nació el 23 de diciembre de 1908, el hijo de Juan Pablo Sojo, padre (1865-1929) y de Brígida de Sojo. Se llamó Juan Pablo Sojo Rengifo. Autodidacta, boticario, novelista, cuentista, poeta, investigador y periodista. Colaborador de los diarios El Universal, El Nacional, El Tiempo, El País y de las revistas Fantoches, Revista Venezolana de Folklore y El Farol.
A partir de 1942 inicia el rescate y difusión de la identidad del negro venezolano. Con la creación en 1946 del Servicio de Investigaciones Folklóricas Nacionales, bajo la dirección del poeta Juan Liscano, lo nombran Jefe de la Sección de Folklore Literario. Es uno de los organizadores de la Fiesta de la Tradición “Cantos y Danzas de Venezuela”, efectuada en el Nuevo Circo de Caracas, durante las noches del 17, 18, 19, 20 y 21 de febrero de 1948, en homenaje al Presidente de la República Rómulo Gallegos. Le tocó la difícil misión de seleccionar los conjuntos que vendrían de la provincia venezolana.
Como investigador de las culturas afroamericanas se ganó la amistad y el respeto del cubano Fernando Ortiz, el haitiano Lorimer Denis, los brasileños Arthur Ramos, Edison Carneiro, Raimundo Nina Rodrigues, Gilberto Freyre y el peruano Fernando Romero.
A continuación se presenta parte de la extensa bibliografía de Sojo. “Tierras del Estado Miranda; sobre la ruta de los cacahuales” (1938), “Nochebuena negra” (1943, 1968, 1972, 1976, 1997), “Temas y apuntes afrovenezolanos” (1943, 1986). Coautor de “Folklore y cultura. Ensayos” (1950), “El Estado Miranda. Su tierra y sus hombres” (1959), “Antología de cuentistas y pintores venezolanos” (1976), “Estudios del folklore venezolano” (1986) y “La fiesta de la tradición: 1948. Cantos y danzas de Venezuela” (1998).
Parte de la inmensa obra de Sojo quedó inédita y desaparecida, como las novelas “La historia de un novelista”, “La luz misteriosa” y “La tía Benedicta”. Igualmente el poemario “Salmos negros” y el libro de ensayos “Los abuelos de color”.
Este gran venezolano estudioso y defensor de la etnia afrovenezolana murió en Caracas el 8 de octubre de 1948, su cuerpo se encuentra enterrado en Curiepe al lado de sus ancestros, en esos caminos que cruzan África y América. A 98 años de su nacimiento su legado perdura en el tiempo.

CAMELOT ESTÁ AQUÍ

Camelot está aquí
en San Juan de los Morros
el oscuro castillo que me invita
a franquear sus puertas
y borrarme
en este momento
la luna muerde la cúspide
del faro
es otra luz
destrozando la noche
otra mano
la que esto escribe.


Tibisay Vargas Rojas
(Poeta, docente)

DESNUDO CON LANGOSTINO (AL ESTILO DE OLIMPIA)

Rosana Hernández Pasquier*


El cuerpo joven tendido sobre el sofá
es un ave de carne blanca
turgencia rosa de langostino
estilizado bogavante para tu mirada
de puerto anochecido
Todo él es un astro
Cuando comienza a declinar
es un poniente
una menguada luna
que al marchitarse
ofrece el desamparo del desnudo

El tiempo es una pátina
de oscurecida arquitectura
sólo le deja el resplandor
de la carne que fue
y el lejano rumor del rosado en los labios


*Poeta de Villa de Cura, editora.

SE ENTRECIERRAN MIS OJOS...

Arturo Álvarez D'Armas*
Se entrecierran mis ojos
aún puedo verla
más no tocarla
el agua corre por la regadera
cual bautizo de Jesús
me dejabas tocar
dulce cuello muslos morenos
mordí la manzana
silencio
tiemblo ante lo desconocido
anhelo de nuevo esa esperanza
vuelve desnuda
compañera de la infancia.
*Poeta caraqueño, bibliógrafo, estudioso del tema de la negritud