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jueves, 8 de mayo de 2008

MÚSICA Y SEXO EN NOCHEBUENA NEGRA DE JUAN PABLO SOJO


Maimouna SANKHE ADEBOWALE*




Como gran investigador de las culturas afro-venezolanas ha merecido el apodo de “padre de la afro venezolanidad”. Es una de las figuras más representativas del negrismo en la literatura hispanoamericana ha sabido explorar temas tan relevantes y originales como las creencias y costumbres de sus paisanos negros de Barlovento.
Este insigne investigador venezolano es Juan Pablo Sojo. Nació en Curiepe (Estado de Miranda) el 23 de diciembre de 1908 y murió en Caracas el 8 de octubre de 1948. Es autor de novelas y cuentos como “Nochebuena negra” (1943, 1968, 1972, 1976, 1997), Sambarambule, Hereque entre otros. Sin embargo gran parte de su obra quedó inédita y desparecida. Fue Autodidacta, boticario, novelista, cuentista, poeta, investigador y periodista, músico y folklorista.
En su novela Nochebuena negra La música reviste un carácter afrodisíaco despertando el apetito sexual de los hombres y mujeres. Además, los instrumentos musicales están humanizados y comparados en el siguiente caso, con una pareja de seres humanos en pleno acto sexual:

“El furruco gemebundo, en pleno orgasmo se crecía de nuevo al llamado de la compañera, la tambora cloqueante e insaciable; retumbaba violentando el sacudimiento de las mujeres, despertando en los hombres el deseo que se le colgaba de la bemba como a ellas de los senos y el sexo”.[1]

Es sumamente difícil analizar Nochebuena negra, pasando por alto el erotismo que, al fin y al cabo, se convierte en el terreno adonde desemboca cualquier actuación. En todas las ceremonias que organizan los personajes de la novela, se vislumbra un aspecto erótico. Todos los rincones son convertibles en escenarios de sexo: por debajo de los árboles, detrás de la cocina, en los espacios cerrados y en los abiertos, pero siempre con la complicidad incitadora de los ritmos musicales.
Tras morir el negro Vivian Blanco, Carmen Ramona y la india Luisa Sinza le organizan un velorio. A este rito acude Teodora quien, con sus bailes sensuales, logra seducir al mayordomo Luís Pantoja y, por consiguiente se citan detrás de la cocina:

“…sin hacer ruido fue a esperar a Teodora en el punto covenido: tras de la cocina. Poco después llegó ella, y allí, recostándola del tucutuco, levantó sus faldas con furia y la poseyó totalmente al son de la tambora y del furruco en celo”[2].

En nochebuena negra los personajes tienen una relación profunda con la música, además está presente tanto física como espiritualmente en todas sus actuaciones. El negro Morocoto antes de violar a Coínta, oía primero las voces del Mina susurrándole que poseyera a la chica. Es como si la música no sólo despertara el apetito sexual sino que además exhortara al negro a que cometiera su acto sexual. Pero el sexo cuando no es consentido es un pecado que se paga caro. La chica violada cuenta lo ocurrido a su tía Iginia quien jura venganza: “Negro singón!... No vaj a podé comé por tu mano!... Dios s´tá arriba!”[3].
La fiesta de la San Juan parece ser la noche de la culminación de los deseos sexuales de todos. La gran voz del ancestro logra que negros, blancos, mulatos e indios bailen excitados al ritmo del tambor. Una vez más la música unifica razas y, al mismo tiempo, sirve de estimulante de sus deseos sexuales.
Sexo, música y naturaleza están tan estrechamente vinculados en Nochebuena negra que se diría que existe una complicidad entre ellos: la música calienta el cuerpo de los oyentes y aviva su apetito, la naturaleza cobija en secreto el encuentro sexual que suele tener lugar al aire libre. Lino Bembetoyo y Altagracia se citan en el maizal, el mayordomo Luís Pantoja y la negra Teodora lo hacen detrás de la cocina, mientras que el negro Coromoto viola a Cointa en el río.
Juan Pablo Sojo era músico y como tal era normal que ésta ocupara un sitio primordial en su obra, sitio que sería interesante analizar más exhaustivamente en nuestros futuros estudios.

También es autor de los siguientes libros: Tierras del Estado Miranda; sobre la ruta de los cacahuales” (1938), “Temas y apuntes afro venezolanos” (1943, 1986). Coautor de “Folklore y cultura. Ensayos” (1950), “El Estado Miranda. Su tierra y sus hombres” (1959), “Antología de cuentistas y pintores venezolanos” (1976), “Estudios del folklore venezolano” (1986) y “La fiesta de la tradición”: 1948. “Cantos y danzas de Venezuela” (1998).

[1] SOJO Juan Pablo: Nochebuena negra, Monte Ávila Editores, Caracas 1972. p, 124.
[2] Ídem. p 128.
[3] Nochebuena negra, op cit p 256.

*UNIVERSIDAD CHEIKH ANTA DIOP. FACULTAD DE LETRAS Y HUMANIDADES, DEPARTAMENTO DE LENGUAS Y CIVILIZACIONES ROMÁNICAS. DAKAR, SENEGAL. DOCTORANDA, FILOLOGÍA HISPÁNICA EN LA UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID.

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