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martes, 17 de junio de 2008

JUAN GERMÁN ROSCIO: ILUSTRE ORIENTE AMERICANO.


Andrés Scott Peña*


Pocos son los personajes de la historia de emancipación venezolana que cuentan con la aquilatada trayectoria e impetuoso afán de superación como lo representa nuestro prócer de las leyes, paladín de las letras: JUAN GERMÁN ROSCIO. No es fácil escribir sobre un personaje de la talla de Juan Germán Roscio. Ya en sí es una tarea titánica debido a las dimensiones históricas de este ser que personificó, en sí mismo, el anhelo de todo ciudadano republicano para la época como lo fue la libertad.

JUAN GERMÁN ROSCIO: LÍDER EMANCIPADOR

En su personalidad irradiaba toda la fuerza y la vitalidad de un guerrero con la sabiduría e inteligencia salomónica que caracterizaron sus actos de vida y hasta su muerte. La principal arma secreta de los emancipadores no era los cañones, ni los fusiles, ni las municiones, sino la hidalguía y el nivel que destellaba en cada uno de los líderes que, como Roscio, iluminaron todo el horizonte emancipador y que supo imprimirle fuerza y gallardía. Esto lo pone de manifiesto el acertado escritor Manuel Alfredo Rodríguez cuando, en su obra: “Los guariqueños en la independencia”, exclamaba lo siguiente:
Si Madariaga, José Félix Ribas y Francisco Salías son los hombres de acción del 19 de abril, y los Toro, los Ayala, Nicolás Castro, Juan de Escalona y Pedro Arévalo destacan entre las figuras del apoyo militar, Roscio resalta como el jurista e ideólogo de la jornada. De ahí en adelante será figura principal en los grandes acontecimientos cívicos de la gesta independentista.
Este líder patriota destacó por su origen llanero; entregando a la causa de la libertad venezolana alma, corazón y espíritu. Juan Germán Roscio fue oriundo de San Francisco de Tiznados, población hermana de San Juan de los Morros. Hijo de José Cristóbal Roscio, oficial retirado y hacendado, nativo de Milán, y de Paula María Nieves, nacida en La Victoria (Edo. Aragua). Los primeros años de Juan Germán transcurrieron en San José de Tiznados, donde su padre poseía varios hatos de ganado.
De Juan Germán Roscio es mucho lo que se ha escrito, y mucho más aun lo que se escribirá, debido a la trascendencia histórica de este noble y fiel partidario de la causa Republicana a favor de la independencia de nuestro país. Existe una obra escrita en el siglo antepasado por Don Ramón Azpurua, titulada Biografía de Juan Germán Roscio , hay que destacar que esta obra se encuentra transcrita en una recopilación editada en 1.875, la cual lleva por titulo: “Documentos para la historia de la vida publica del libertador de Colombia, Perú y Bolivia”. Es en esta obra donde se presenta a un Roscio más de carne y hueso, menos etéreo y más humano, es así como en el tomo II en su página 388 establece:
Por el año de 1.763 nació en Caracas Juan Germán Roscio. Procedía de una familia italiana, respetable en tiempos de la colonia, la que años después fijo su residencia en San Francisco de Tiznados, ciudad que pertenece hoy al Estado Guárico.
El Joven Roscio hizo sus estudios en el seminario Tridentino y en la Universidad de Caracas, en donde se graduó de derecho canónico el día 21 de septiembre de 1.794 y en jurisprudencia civil el 28 de Octubre de 1.795, desempeñando luego una de las clases mayores en aquel establecimiento.
Junto con la opinión de virtuoso y mui serio hombre privado, gozaba el Dr. Roscio de alto concepto público de abogado ilustrado, estudioso y probo. Era de aquellos americanos que desde el siglo pasado, conociendo la necesidad y la justicia que de la América meridional, saliera, como gran parte de la Septentrional, de la condición de colonia, pensaban en la manera de hacer valer, sin Sangre y sin otras calamidades publicas sus derechos de hombres libres a fin de establecer en Venezuela un gobierno propio bajo cuya ejida tuviera el ciudadano, a la par que deberes que cumplir, derechos que ejercer”
Existe entre los diversos autores, acá citados, serias divergencias históricas acerca del arraigo geográfico del nacimiento de Juan Germán Roscio, El primero plantea un Roscio Llanero y oriundo de San Francisco de Tiznados y el Segundo nos plantean que nació en Caracas y se radico luego su familia por los predios del Tiznado tal y como lo recoge Manuel Alfredo Rodríguez en su obra: “Los guariqueños en la independencia”, cuando exclamaba en su pagina 11 lo siguiente: Este insigne patriota nace un 27 de mayo de 1763, en los predios conocidos como San Francisco de Tiznados; fue llanero de corazón;
En la personalidad de Roscio influyó en forma determinante el híbrido de razas que confluían en sus venas, atropellándose las ansías y los ímpetus de libertad con su razón de ser, como jurista, como soldado, en fin como coparticipe de una causa justa por demás. Esto lo denota Manuel Alfredo Rodríguez en su obra: “Los guariqueños en la independencia”, cuando exclamaba en su pagina 11 lo siguiente:
Este insigne patriota nace un 27 de mayo de 1763, en los predios conocidos como San Francisco de Tiznados; fue llanero de corazón; hijo de italiano y mestiza por añadidura. Se graduó de Doctor en Derecho y Teología y por causa de su abuela aborigen habría sufrido el rechazo del Colegio de Abogados y hasta un intento de persecución política. Su natural orgullo y su auténtica sabiduría le fueron suficientes para empinarse por encima de la mezquindad amparada en el racismo y las tracalas de tribunal. Consciente de que la cultura es indispensable a los gobernantes y conductores de pueblos, sabido del inevitable advenimiento de la independencia. Roscio encauzó sus talentos hacia severas disciplinas intelectuales que le permitieron reunir en su persona los atributos indispensables a los verdaderos hombres de gobierno y sin los cuales resulta imposible gobernar con acierto países civilizados.
Desde sus inicios las cosas para Roscio siempre fueron cuesta arriba. En 1774, se trasladó a Caracas, para iniciar sus estudios superiores bajo la protección de la hija del Conde de San Javier. Durante este período, cursó estudios de Teología, Sagrados Cánones y Derecho Civil. En 1794 obtuvo el título de Doctor en Derecho Canónico, y en 1800 el de Civil. Desde 1796 había hecho la petición a la Real Audiencia, solicitando su inscripción como abogado en aquel distrito judicial, la que le fue concedida; pero el Colegio de Abogados puso trabas para admitirlo en su seno, alegando que en el expediente de limpieza de sangre presentado por Roscio no figuraba el calificativo de "india" que en otros documentos se le daba a su madre y a su abuela materna. Esta circunstancia dio a Roscio la oportunidad de iniciar un proceso en el cual presentó brillantes alegatos que pusieron en evidencia su formación jurídico-ideológica y la orientación filosófica de su pensamiento. El proceso duró hasta 1805, año en que Roscio logró su definitiva incorporación al Colegio de Abogados.
Desde sus estudios hasta el desarrollo de su carrera como litigante. No poco obstáculo enfrentó Juan Germán Roscio a lo largo de su camino y debió hacer uso de todas sus virtudes y habilidades tanto espirituales como físicas para imponerse a la gran cantidad de barreras, que por su origen le parecían insalvables. La sencillez de principios, su innata grandeza de alma y la indoblegable imposición de la verdad y la razón fue la respuesta que dio Juan Germán Roscio a esos problemas, atascos y dificultades. Él, Juan Germán Roscio, respondió con entereza a carta cabal. A este respecto citamos nuevamente a Manuel Alfredo Rodríguez que lo entendió plenamente al decir:
… Sus enemigos del Colegio de Abogados lo mantuvieron durante muchos años alejado de la institución, pero no pudieron desplazarlo de la Cátedra de Derecho Instituta o Derecho Civil Romano de la Universidad de Caracas, ni superar el brillo de sus lecciones en los cursos que dictara sobre Derecho Público Español y Leyes Indias, ni ganarle los primeros premios en sendos concursos sobre tema de Derecho Civil, Sagrados cánones y Derecho público Español, ni impedirle el acceso a la Magistratura Secular y a la Real Academia.

19 DE ABRIL DE 1810 Y 5 DE JULIO DE 1811, DOS FECHAS, UN SOLO DESTINO.

Roscio permanecerá imperturbable a través de los lustros por su magnanimidad de pensamiento y su alto nivel de erudición. Abogado de papel fundamental en el movimiento de emancipación venezolano, al destacar tanto como ideólogo de dicho proceso, así como también al figurar en la redacción final del Acta de la Independencia. Los talentos innatos de Roscio como protagonista de la gesta emancipadora son perceptibles en la enumeración de los argumentos fundamentales que justifican el movimiento cívico militar del 19 de abril de 1810.
Juan Germán fungió como Diputado a la Asamblea Nacional Constituyente por Calabozo. Fue periodista, héroe la independencia, inigualable orador, buen abogado, excelso legislador, escritor, que quedará plasmado, incólume, en la grandeza de un pueblo bravío que siempre se destaca en su afán de justicia y libertad.
Fue uno de los principales artífices de los sucesos ocurridos en Caracas el 19 de abril de 1810, al incorporarse como "Diputado del Pueblo" al Cabildo que se celebró ese día. Este revolucionario patriota fue siempre de los primeros en asumir la defensa de nuestra república. Siempre presto a plantear escenarios donde la igualdad y de los venezolanos y el respeto a nuestra integridad como nación estuvieran por encima de todos los demás preceptos conocidos hasta ese entonces. Bien lo describe Don Ramón Azpurua, en su obra titulada Biografía de Juan Germán Roscio cuando expresa:
“En las filas de los revolucionarios de los primeros apareció Roscio, en la escena publica del año de 1.810, y en la mañana del 19 de Abril, en el seno del ayuntamiento de Caracas levanto su voz con la del Dr. Félix Sosa, como diputados del pueblo, en cargo que ellos mismos se dieron de improviso, pues el pueblo no conocía de estos asuntos, y frente a frente con Emparan, quien pudo, no obstante los asiduos trabajos y tramas de los revolucionarios, llevar a estos al terreno peligroso de establecer una junta suprema con tales atribuciones, que habría hecho malograr otra vez el primer paso de independencia; pero Roscio tenido como el pensador del partido republicano, que empezaba a redactar en ese sentido el acta de sesión, tuvo una feliz inspiración y fue, la de proponer a que por conducto del Pro. José Félix Blanco, Joven ardoroso revolucionario, fuese llamado en auxilio de los patriotas otro de los revolucionarios mas notables. Fue este el Dr. José Cortez Madariaga, natural de Chile y Canónigo de la Catedral de Caracas; genio atrevido y emprendedor; de condición apasionado y vehemente; instruido y dotado de una elocuencia verdaderamente tribunaria; sin arte, ni método, pero concisa, animada y tronante”.
La historia asentaría en su imperecedera constancia que este cristiano con espíritu revolucionario se incorporo al ayuntamiento de aquella sesión como Diputado del Clero, papel y titulo que se crearía allí mismo para dejarle comparecer ante la multitud y fue este, a partir de ese momento protagonista sin comparación de este suceso importante por demás para la salud de las incipientes lides independentistas. Citando de nuevo a Don Ramón Azpurua:
“Madariaga se hizo allí protagonista de la escena y en ella liberto de la perdida en que ya estaba, a la naciente revolución y que le dio movimiento y un arranque tal que Emparan no pudo contener.
El rol estelar de Juan Germán Roscio se traduce en la toma de conciencia del ser americano y venezolano. Ya Bolívar mucho antes se encargaría de recordarle el deber para con la patria en un correspondencia que se encuentra registrada en una recopilación editada por disposición del General Guzmán Blanco, ilustre americano, regenerador y Presidente de los Estados Unidos de Venezuela, en 1.875, la cual lleva por titulo: “Documentos para la historia de la vida publica del libertador de Colombia, Perú y Bolivia”. En esta obra se transcribe una carta enviada por El Libertador Simón Bolívar a Juan Germàn Roscio, Paz Castillo y Madariaga, todos recién escapados de la Ceuta. En esta misiva El Libertador les dice:
“Yo Parto con la esperanza de ver a UU. Mui pronto en el seno de la patria cooperando eficazmente a la construcción del gran edificio de nuestra república. En vano las armas destruirán a los tiranos si no establecemos un orden público capaz a reparar los estragos de la revolución. El sistema militar es la fuerza y la fuerza no es gobierno. Así necesitamos de nuestros próceres que, escapados en tablas del naufragio de la revolución, nos conduzcan, por entre los escollos a un puerto de salvación. UU haría un fraude a la república si no les tributaran sus virtudes y sus talentos, quedándose en una inacción que seria mui perjudicial a la causa Publica”.
Roscio imbatible en la contundencia de la grandeza del momento supo hilvanar el irreductible deseo y la ferviente intención de emancipar a su patria de una vez y para siempre. Es de esta forma como lo expone en la redacción del acta del 5 de julio de 1811, mediante un párrafo breve y simple en su contexto, pero de duro trasfondo y demoledora elocuencia:
… Es contraria al orden imposible al Gobierno de España y funesto a la América, el que teniendo ésta un territorio infinitamente más extenso y una población incomparablemente más numerosa, dependa y esté sujeta a un ángulo peninsular del continente europeo… Son estos dos documentos los que reportan el nacimiento de la Venezuela independiente, constituyéndose en las máximas insignias y estandartes a defender por los noveles americanos. Allí se puso de manifiesto la sagacidad que Roscio vertiera en la redacción de tales instrumentos escritos. Como miembro de la Junta Conservadora de los Derechos de Fernando VII, ocupó la Secretaría de Relaciones Exteriores. Durante este tiempo, Roscio sostuvo una incansable labor propagandística a favor de la emancipación, la cual desarrolló a través de la prensa, correspondencia epistolar y en sus declaraciones y discursos expresados en el Congreso Constituyente instalado el 2 de marzo de 1811, al cual asistió como diputado de la villa de Calabozo. Además fue el principal redactor del Acta de la Independencia en Julio de 1811. Participó asimismo en la elaboración de la Constitución de Venezuela, sancionada el 21 de diciembre de 1811. Asimismo en marzo de 1812, fue electo miembro del Poder Ejecutivo Plural en calidad de suplente.
Aunado al perfil patriota y comprometido de Juan Germán Roscio debemos añadirle necesariamente su aguda observación geopolítica y su constante acopio de conocimientos, que siempre le orientaban por el camino correcto. Fue una de las primeras víctimas escogidas por el comandante realista Monteverde cuando se originó la caída de la Primera República, siendo perseguido, capturado y trasladado en forma inhumana a una cárcel de alta seguridad en España. Los españoles no temían otra cosa sino los destellos de sabiduría e inspiración que este personaje transmitía a sus compatriotas, por eso le sacaron de Venezuela. Sin embargo, después del triunfo del realista Domingo Monteverde y la pérdida de la Primera República a mediados del mismo año, Roscio fue remitido preso a España.
Roscio es aprehendido con la caída de la Primera República y expuesto públicamente, durante 24 horas, a los vejámenes de sus más soeces enemigos, es encadenado y junto al canónigo Madariaga, Juan Pablo Ayala, Juan Paz del Castillo, Francisco Iznardi, Manuel Ruiz y Juan Barona es llevado a España en calidad de reo, al presidio de la Ceuta. Tanto sería el daño moral infligido por los emancipadores a los realistas que un general realista como Monteverde les califica de “Los Monstruos”. Con la eficaz ayuda del inglés Tomás Richards, Juan Germán Roscio escapa en 1814 de la prisión de la Ceuta con vía hacia Gibraltar. Sir Robert Ker Porter en su obra titulada: Diario de un Diplomático en Venezuela le menciona tangencialmente, en su pagina 64, cuando en sus anotaciones correspondientes al sábado 17 de Diciembre de 1825 dice:
A las 12 del día, en compañía del Sr. Alderson, fui a ver al doctor Roscio, un sacerdote secular que me había visitado. Su hermano fue hombre de considerable estatura en el congreso del 19 en Angostura y fue uno de los cuatro individuos que el General Don, mostrando debilidad, entrego a los españoles en Gibraltar. Ya ha fallecido.
En 1814, Roscio y algunos compañeros de celda lograron fugarse y buscaron refugio en Gibraltar, resultando que el gobernador inglés de dicho lugar los entregó de nuevo a las autoridades españolas. No obstante, el proceder del funcionario británico, provocó que el Príncipe Regente de Inglaterra intercediera por la libertad de Roscio y los otros presos ante Fernando VII, quien se vio forzado a concedérsela. En 1818 en se encuentra en Angostura, donde participa junto a Bolívar en la reconstitución de la República de Venezuela y la creación subsiguiente de la Gran Colombia. Durante este lapso se desempeñó como Director General de Rentas, Presidente del Congreso de Angostura, Vicepresidente del Departamento de Venezuela y Vicepresidente de Colombia la Grande. Este insigne prócer independentista muere en la Villa del Rosario, en la jurisdicción de Cúcuta un 10 de marzo de 1821, defendiendo el sueño bolivariano de la Gran Colombia desde el cargo de su Vicepresidencia, en vísperas de celebrarse el Congreso de Cúcuta.

*PROFESOR DEL ÁREA DE CIENCIAS ECONÓMICAS UNERG
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