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miércoles, 23 de abril de 2008

LATECNOLOGÍA INFORMÁTICA EN LA EDUCACIÓN CONSTRUCTIVISTA


Tibisay VARGAS ROJAS*

En medio de la polémica que ha suscitado en Venezuela la suspensión de la aplicación del Currículo Nacional Bolivariano propuesto, alegando necesidad de discusión, premura en el ejecútese, y falta de consenso general, el Sistema Educativo venezolano mantiene, desde la reforma que dió origen al Currículo Básico en 1996, una visión constructivista de la educación, centrada en los intereses y necesidades de los estudiantes, obediente a los lineamientos que sobre la educación para el nuevo milenio había propuesto en vísperas la UNESCO.

Dicho enfoque constructivista subraya que el conocimiento sea elaborado individual y socialmente por los estudiantes, fundado en sus propias experiencias y representaciones del mundo.

Ahora bien, obedeciendo a lo expuesto, es evidente la disociación de la premisa establecida con la realidad del contexto escolar, y la del cultural y social del estudiante. La Tecnología Informática (T.I.), ha influido en las últimas dos décadas en el desarrollo vertiginoso de las ciencias, pero curiosamente la educación sistematizada, matriz generadora de conocimiento, ha tenido al respecto en Venezuela una irregular relación con la misma, sobre todo en su aplicación didáctica como medio instructivo.

La necesidad de estar a la par con el mundo telemático, promovió en el país la inserción de la informática como materia de estudio, en un tiempo en que los tecnólogos responsables de los diseños y materiales para el proceso enseñanza-aprendizaje de la disciplina, no se ajustaban a la realidad de que las universidades pedagógicas egresaban a un profesional de la docencia carente de formación e información sobre T.I. como herramienta en el aula, a la falta del recurso dentro del contexto escolar, ya que el proyecto de Centros Bolivarianos de Informática y Telemática (CBIT), cuyo objetivo es la inserción de la T.I. en el desarrollo de los procesos de aprendizaje, no ha tenido una equitativa aplicación, y al manejo empírico, masivo y competitivo de esta tecnología por parte del estudiante, tremendamente atractiva, pero dentro de sus intereses particulares.

Esta realidad afectó a tal punto la experiencia del modelo de aprendizaje constructivista, al punto de poder notar que en los centros educativos, el CBIT, más que recurso, resultó menos que material.

Lo expuesto tal vez explique el por qué el modelo de Currículo Nacional recién suspendido, elimina la informática como materia de estudio, sin embargo la solución no estriba en desecharla del entorno educativo, sino más bien en insertarla de forma estructural, y no a través de contenidos dispersos que adolecen precisamente de la apatía y desconsideración de un docente no capacitado, y de un estudiante desinteresado.

Dicha inserción obligaría a las universidades pedagógicas a considerar de la misma forma a la T.I., insertarla no sólo como recurso, sino como instrumento en la formación de profesionales competentes para desarrollarla como herramienta, con un enfoque crítico- reflexivo que pueda extenderse a su futuro campo laboral, y les permita formar a sus estudiantes, reconociendo y respetando sus diferencias individuales, culturales, y sociales, acercándolos a la T.I. con criterio para buscar y discriminar información de valía, desarrollarles competencia lingüística aboliendo así la estrategia de “cortar y pegar”, fomentarles la creatividad, y afinarles la sensibilidad, dentro de una autopista congestionada de información, y transitada sin señales ni licencia.

*Docente y escritora venezolana.