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jueves, 11 de junio de 2009

ANTEPROYECTO SISTEMATIZADOR DE LA LITERATURA APUREÑA DE LOS SIGLOS XIX, XX Y XXI


Prof. Luisa Rivas

luisa.rivas@gmail.com

Fotografía: Arturo Álvarez D'Armas





PRESENTACIÓN

Desde hace unos años, me he inquietado por la falta de sistematización que hay en el campo de la literatura en el estado Apure. Resulta interesante destacar que, en el campo de la historia, el intento sistematizador es notorio. Esto me hace pensar en una interrelación, la literatura y la historia son sintéticas y recapitulativas, ambas tienen por objeto de estudio la actividad humana; como la literatura, la Historia selecciona, simplifica y organiza, selección y organización que presupone lo que Collingwood llamó ‘de imaginación a priori’1, común al historiador y al escritor de ficción. En cuanto obras de imaginación, no difieren los trabajos del historiador y del escritor de ficción. Difieren en cuanto la imaginación del historiador pretende ser verdadera.

Para Mark Bloch, la historia no es solamente una ciencia sino que su estado originario es “…la forma embrionaria del relato, mucho tiempo envuelta en ficciones, mucho más tiempo todavía unida a los sucesos más inmediatamente captables, es muy joven como empresa razonada de análisis”2.

En este sentido, la literatura describe las cosas y las muestra en imágenes; la literatura mezcla el espíritu en lo que describe. La literatura va a la par de la historia, porque es una forma de conocimiento de la cultura, de donde surge, entendiéndose que la cultura crea su propia forma de historia, determinándola y permitiéndole de manera abierta ser subjetiva para dar margen a los distintos sistemas en vigencia. La literatura tiene una función importantísima, la de hacerse legible, teniendo como materia prima el mundo histórico.

La literatura permite la inclusión de discursos de todo tipo, hasta los empíricos, tales como diarios personales, bitácoras, cartas, manuscritos e incluso la prensa; estima los discursos oficiales, los partes e informes; confronta la realidad desde la escritura misma, es decir, se produce un trasvasamiento entre la historia y la ficción, y el punto de encuentro, el vértice, lo vendría a representar la literatura.

Las ficciones literarias están llenas de hechos que existen fuera de la conciencia del escritor; el relato será el marco perfecto para “registrar” hechos y sucesos que serán susceptibles de ser interpretados y, por ende, comprendidos por el lector. A lo largo del tiempo, los discursos históricos y los discursos de ficción se muestran, se cruzan y se articulan de múltiples maneras, haciendo que las fronteras entre uno y otro se diluyan.

En vista de este argumento, propongo la creación de un grupo de investigación que se encargue de estudiar el hecho literario en todas sus expresiones; proyecto ambicioso que tomará forma en la medida que nos podamos avocar a ello.

Objetivo general. Sistematizar el hecho literario en Apure desde el siglo XIX hasta el siglo XXI.

PRIMERA FASE: Creación

Objetivos específicos

  1. Crear el grupo de investigación multidisciplinario.

  2. Crear la normativa por la que se regirá el grupo.

  3. Diagnosticar la situación para generar las líneas de investigación.

SEGUNDA FASE: Ejecución

  1. Indagar documentalmente sobre el quehacer literario desde el siglo XIX hasta el siglo XXI.

  2. Focalizar los aspectos a estudiar de acuerdo a los géneros literarios a saber, crítica y teorías literarias.

  3. Viabilizar la investigación.

  4. Analizar los aspectos estudiados de acuerdo a los métodos, teorías y enfoques literarios.

  5. Presentar productos parciales de lo investigado en revistas y periódicos literarios.

TERCERA FASE: Presentación de resultados

  1. Presentar un producto acabado de lo investigado.

  2. Divulgar el producto final en revistas y periódicos especializados.

  3. Publicar los resultados de la investigación.

El tiempo contemplado para realizar esta investigación, en principio es de 3 años.

En cuanto al lugar para desarrollar la investigación propongo un espacio en la Casa de Bolívar.

En cuanto al financiamiento para accionar el grupo, sugiero nos dirijamos por medio de comunicaciones a entes gubernamentales y empresas privadas.

1. Cfr. R. Collingwood. Idea de historia. México, Fondo de Cultura Económica, 1968, p. 45

2. Marc Bloch. Introducción a la Historia. México, Fondo de Cultura Económica, 1979, p.16

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