Obituarios de un no-país — video a Alejandro Aguilar

lunes, 21 de septiembre de 2009

Pensamientos de luces y sombras

Daniel R. Scott

Sólo mi fe en Dios y la poesía que le saco a las cosas le dan significado a mi vida. El día que dejemos de poetizar aun nuestras propias desventuras estaremos perdidos

No le temo a los fracasos del presente ni a las incertidumbres del futuro. Yo siempre tendré despejada una ruta de escape y una isla desierta en la cual desembarcar. Allí sólo me bastara para ser feliz unos cuantos libros, tinta y papel, una hogaza de pan y la cima de una montaña para contemplar el amanecer y los ocasos.

Solo la ignorancia, el fanatismo o la estupidez ensayarían un modelo político que las cátedras y las lecciones de las historia demostraron inviable inviable y quebrado

No quiero ser cristiano de templos sino de existencias

Así es como quiero percibir y expresar la realidad: a lo Gabriel García Márquez o Isabel Allende. La materia de la existencias y de las cosas solo pueden ser abordados poéticamente. Así lo cotidiano y pueril adquiere belleza y sentido. Así no nos suicidamos.

Podría perder a Cristo por descuido, por error o voluntariamente, pero jamás dejaría de profesar la ética cristiana. Cristo seguiría presente en la virtud, en el ejercicio de la moral. Desilusionaría a mis correligionarios profesando un "Cristianismo sin Cristo" nada consono con la ortodoxia tradicional, pero no viviendo los vicios de la vida. De eso hay que huir exista Dios o no. El Cristianismo es en su médula un estilo de vida, una filosofía, un estado de conciencia. Seguiría siendo cristiano así me espere "la nada" en el más allá.

Creo en el dogma cristiano pero ya es hora de que el dogma cristiano se deje de prepotencias y le dé paso a la moral cristiana, que tanta falta le hace a nuestro mundo. Sin moral los dogmas son una farsa, una carga inútil, un insulto a toda cara.

Las ganas de vivir son infinitas, pero las horas de la vida se desgastan con el uso.

Estoy harto de llenar mi cabeza de "La Verdad", yo solo quiero ser feliz.

Creo en Cristo pero francamente no sé si eso haga de mi un cristiano. Ya no creo que existan cristianos verdaderos. Preferiría creer que soy un hombre que intenta ser bueno y muchas veces no lo consigo. O un cristiano en proceso de construcción.

La felicidad es una moneda que es fácil de perder y dícil de encontrar

¡Cuántas personas solitarias caminando entre el atestado tráfico del atardecer! Aquí los puedo observar desde este sorbo de café que me amarga el paladar del alma

¡Cuanto se espera por la persona que existe pero nunca termina por llegar!

Justo entre el asfalto de la calle y el cemento de la acera se levanta estoico y adulto un árbol solitario que no se cansa de respirar el monóxido de carbono de un trafico que no se cansa de fluir como río pestilente. ¿Hasta cuando lo soportará? ¿Hasta cuando lo torturaremos? Un día amanecerá y lo encontraremos desmembrado por las sierras de un falso podrido progreso.

No existen ideales malos sino inalcanzables. El hombre concibe un ideal que está mas allá de sí mismo para descubrir luego que no lo puede alcanzar con su mano mortal. En busca de la perfección que está mas allá de lo humano, el hombre se inventa ideas redentoras que están muy alejados de la facultad de sobrepasar. Es allí cuando te encuentras con un Bolívar que suspira "He arado en el mar" o a un pacifista como Gandhi con varios balazos en el pecho.

Pero el ideal es un adorno hermoso y hay quienes al verte hasta te admiran. Será esa única recompensa.

Jamás mendigues migajas de amor de panes enmohecidos. Te intoxicarás muy malamente. Es mejor ayunar o morirte de hambre.

No es que el bien no exista sino que el mal es comercial y vende muy bien. Cosas de la Postmodernidad. Más sabemos del nazismo que de la Cruz Roja Internacional

¿La tecnología nos ha hecho moralmente mejores? Al contrario: por momentos nos lleva a la Edad de Piedra. Lo dudo. Veo filas de caras sádicas frente al internet viendo como insurgentes de Irak decapitan muy lentamente a prisioneros anglosajones. La sangre brota de sus cuellos como surtidores.

Los bares, tu bar: vertederos de la desilusión humana.

Prefiero ser un campesino pobre que pesca bagres a la orilla de un caño de aguas sucias que un Elvis Presley millonario al que los aduladores le chupan la vida poco a poco. Preferiría no ser nadie, si os soy sincero

Marzo 2007/Septiembre 2009


Imagen tomada de http://pleine-lune-davril.blogspot.com/2008_05_01_archive.html

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