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domingo, 31 de julio de 2011

Muere el escritor Eliseo Alberto, “Lichi”, a los 59 años

Cultura • 31 Julio 2011 - 10:03am — Milenio.com


En 1998, ganó el Premio Internacional Alfaguara de Novela por su obra Caracol Beach. Desde 1990, el escritor vivía en la Ciudad de México y adoptó la ciudadanía en 2000.

Foto: Claudia Guadarrama

Eliseo Alberto murió hoy a los 59 años de edad, en el Hospital General, donde permanecía internado luego de que recibió un trasplante de riñón.
Ciudad de México • El escritor de origen cubano y colaborador de MILENIO, Eliseo Alberto de Diego murió hoy a los 59 años de edad, en el Hospital General, donde permanecía internado luego de que el 18 de julio recibió un trasplante de riñón.
En su cuenta de Twitter, Consuelo Sáizar, presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) confirmó hoy la noticia.
“Con profundo dolor me entero del fallecimiento del escritor de enorme talento y entereza, Eliseo Alberto, "Lichi". Un abrazo a su familia”, escribió la presidenta de Conaculta en su cuenta @CSaizar.
Según uno de los amigos cercanos, Jorge F. Hernández, el escritor falleció hoy a las 9:29 horas, de problemas respiratorios.
De acuerdo con sus palabras, el riñón lo había aceptado muy bien su organismo, pero era un fumador empedernido, por lo que los problemas que tenía se debían a eso. Incluso, hace unos días hubo una convocatoria en redes sociales para donar sangre, pedían ir al Hospital General, donde se encontraba.
Sobre su funeral, él mismo asegura que hay posibilidades de que se lo lleven a La Habana, "aunque esto creo que deberíamos manejarlo hasta su confirmación".
Eliseo Alberto de Diego García Marruz, a quien sus amigos llamaban cariñosamente “Lichi”, nació el 10 de septiembre de 1951, en Arroyo Naranjo, Cuba, donde se desempeñó como periodista.
Desde 1990, el escritor vivía en la Ciudad de México y adoptó la ciudadanía en 2000.
En 1998, Eliseo Alberto ganó el Premio Internacional Alfaguara de Novela por su obra Caracol Beach.
Otra de sus obras importantes es Informe contra mí mismo, escrita en 1978 y publicada más tarde en el extranjero.
En los últimos años, todos los jueves Eliseo Alberto publicaba su colaboración en Milenio Diario.
Antes de ingresar al hospital, Eliseo Alberto escribió en su colaboración en MILENIO el 14 de julio, bajo el título “Eso que llaman amor para vivir”, su travesía para lograr que el trasplante de riñón
En su escrito, Eliseo Alberto cuenta cómo, después de tres años de espera, se enteró por medio de una llamada telefónica de que la espera había terminado.
“El sábado pasado, a la noche, recibí una llamada telefónica de alarma y el domingo, en ayunas, un segundo y tercer timbrazo me advirtió que la hora había llegado, después de tres años de espera. Debía presentarme de urgencia en el Hospital General de México con todos los documentos en regla —más la totalidad de mis fantasías a la mano, pues soy de los tercos que aún creen que sólo la poesía explica los milagros. Una familia bondadosa había aceptado donar los órganos de un pariente en situación terminal, y yo era uno de los siete u ocho candidatos a recibir alguno de sus dos riñones”, escribió.
Para finalizar su escrito, Eliseo Alberto eligió el siguiente poema de Neruda:
Queda prohibido llorar sin aprender, /levantarte un día sin saber qué hacer, /tener miedo a tus recuerdos. /Queda prohibido no sonreír a los problemas, /no luchar por lo que quieres, /abandonarlo todo por miedo, /no convertir en realidad tus sueños. /Queda prohibido no demostrar tu amor. /Queda prohibido dejar a tus amigos. /Queda prohibido olvidar a toda la gente que te quiere.
El cuerpo del escritor será llevado esta tarde a una funeraria ubicada en Coyoacán para ser velado.
Tomado de http://www.milenio.com/cdb/doc/noticias2011/8e8cb7bc4e8cf619c658bc3f7b07f338
Eliseo Alberto

Eliseo Alberto, de nombre completo Eliseo Alberto de Diego García Marruz, Lichi para sus amigos (10 de septiembre de 1951, Arroyo Naranjo, Cuba - 31 de julio de 2011, México, D. F.1 ), fue un periodista, novelista, poeta y guionista cubano que vivió en México desde 1990 y cuya ciudadanía adoptó en 2000.2 3

Biografía

Hijo del poeta cubano Eliseo Diego, se licenció en periodismo en la Universidad de La Habana, fue jefe de redacción de la gaceta literaria El Caimán Barbudo y subdirector de la revista Cine Cubano.2 Como docente, ha impartido clases y talleres de cine en la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños, Cuba, el Centro de Capacitación Cinematográfica de México y el Sundace Institute de Estados Unidos y en Chile.
Su hermana gemela, Josefina de Diego (María Josefina de Diego García Marruz, Fefé para sus amigos), que ha permanecido en Cuba, también es escritora: ha publicado un exitoso libro para niños, se dedica a la traducción del inglés al español y es compiladora de la obra de su padre.
Eliseo Alberto adquirió fama internacional después de ganar el Premio Internacional Alfaguara de Novela de 1998 con su novela Caracol Beach.4
Sostenía que «el ajedrez sigue siendo la pasión más grande» de su vida. Era un gran cocinero, como él mismo afirmaba: «Me gusta la cocina, he aprendido que soy un cocinero extraordinario. Eso lo aprendí cuando me quedé solo con mi hija que era muy pequeñita. A mí la cocina me entretiene muchísimo. Cocino mucho, en mi casa todos los días van a comer diez o doce amigos, casi todos cubanos errantes también, exiliados. Muertos de hambre que van a la casa a buscar su olla popular, digamos. La cocina me entretiene mucho, me encanta cocinar, me gustaría escribir un libro de cocina».5
Sus esposas han sido: la bailarina cubana Rosario Suárez, Charín (Eliseo Alberto ha dicho que dejó de escribir poesía el día que se divorciaron)6 ; María del Carmen Álvaro Díaz, quien el 1 de junio de 1984 dio a luz a su hija María José; y Patricia Lara, por cuyo amor dice haberse instalado en la parte alta del Desierto de los Leones.7 En sus últimos años vivió con su hija María José en un departamento en la Colonia Del Valle, zona céntrica de Ciudad de México.
Falleció en la Ciudad de México el 31 de julio de 2011, a los 59 años de edad, tras estar varios días en terapia intensiva luego de ser intervenido quirúgicamente por un transplante de riñón.8

Obras

Poemarios

  • Importará el trueno (1975, La Habana, UNEAC)
  • Las cosas que yo amo (1977, La Habana, Ediciones Unión)
  • Un instante en cada cosa (1979, La Habana, Ediciones Unión)

Novelas

  • La fogata roja. La Habana, Gente Nueva, 1985.
  • La eternidad por fin comienza un lunes. México, Ediciones del Equilibrista, 1992.
  • Caracol Beach. Madrid, Alfaguara, 1998.
  • La fábula de José. México, Alfaguara, 2000.
  • Esther en alguna parte (2005), Espasa. Finalista Premio Primavera de Novela. ISBN 88467017595, 198 p.
  • El retablo del conde Eros (2008), ed Planeta Mexicana, El Aleph.

Otros

  • Informe contra mí mismo, escrito en 1978 y publicado más tarde en el extranjero; narra cómo la seguridad del Estado cubano le pidió que hiciera un informe contra su propia familia; Editorial Aguilar, Altea, Taurus, Alfaguara, 1997 ISBN 968-19-0339-0, 9789681903398, 293 p.
  • Dos cubalibres: nadie quiere más a Cuba (2004, Península). Artículos y entrevistas
  • Una noche dentro de una noche (2006, Cal y Arena), recopilación de 75 entregas de su columna periodística Rueca dentada en el diario mexicano La Crónica de Hoy
  • Breve historia del mundo (Santillana México, Literatura Infantil)
  • Del otro lado de los sueños (Santillana México, Literatura Infantil)
  • En el jardín del mundo (Santillana México, Literatura Infantil)

También ha escrito guiones de cine y televisión, entre otros el de la película Guantanamera (película) (1997), dirigida por Tomás Gutiérrez Alea. Él mismo es muy crítico con su talento de guionista: "He escrito varias de las peores películas que se hayan filmado nunca en el planeta", ha dicho al respecto.6

Premios y distinciones

  • Premio Nacional de la Crítica 1983 por La fogata roja,
  • Premio Internacional Alfaguara de Novela 1998 por Caracol Beach
  • Premio Gabino Palma por Informe contra mí mismo

Referencias

Tomado de http://es.wikipedia.org/wiki/Eliseo_Alberto

Eliseo Alberto trae al Conde Eros a la FIL

El erotismo dejó de ser arte con Playboy

Eliseo Alberto de Diego, novelista, periodista y poeta, presenta El retablo del Conde Eros en la Feria Internacional del Libro de Monterrey, donde retoma un panorama de la vieja Habana nocturna.

  • 2008-11-25•Cultura

El teatro erótico que realizaba el dramaturgo Conde Eros, en la antigua Habana tenía sus tintes de magia, de misticismo y estaba dirigido a toda clase de públicos, pues bien se podía exhibir una obra para varones que para homosexuales.
Eliseo Alberto de Diego, novelista, periodista y poeta, presenta El retablo del Conde Eros en la Feria Internacional del Libro de Monterrey, donde retoma un panorama de la vieja Habana nocturna, donde el pecado estaba en todas partes sin que esto fuera tomada como algo histérico o clandestino.
“De esa Habana ya no queda nada”, expresa Eliseo Alberto tajante. También asegura que, aunque la palabra “nostalgia” es hermosa, no la prefiere utilizar pues desea que su novela sea algo como un homenaje a la obra del Conde Eros.
De aquellos tiempos no queda nada, pues con la Revolución cubana la transformación social llegó y la forma de acceder a los placeres cambiaron. “Con el teatro del Conde Eros existía sexo en vivo, eso era lo que buscaban tanto hombres como mujeres. Incluso, la obra Las mujeriegas trata la relación homosexual de mujeres”, explicó.
Incluso, de aquella sensualidad erótica tampoco queda nada, expresa el también colaborador de MILENIO. “Todo se vulgarizó con la televisión, con la llegada de Playboy”, objetó.
También, la modernidad ha traído una debacle en la forma en que se aborda el erotismo y la sensualidad por la literatura. “Se ha tratado mal este tema”, asegura. Alberto de Diego trajo a la mesa una novela de publicación “reciente” de Oscar Wilde. “Ahí se trata el tema de la homosexualidad de una forma que jamás lo he leído”, declaró.
Al final de la charla y sin ataduras, Eliseo Alberto se declaró admirador de Juan Gabriel, “quizás el último gran ídolo del pueblo mexicano”. En plena gira de más de 20 conciertos en la Ciudad de México, el llamado Divo de Juárez ha logrado en todos sus conciertos un lleno absoluto. Para Eliseo Alberto, la composición, la música, y el carisma del cantante son elementos que lo elevan a categoría de “ídolo popular”.
“Juan Gabriel es un gran hombre”, aseveró.
Tomado de http://impreso.milenio.com/node/8119282

Habana gay

Eliseo Alberto


  • 2011-06-30•Acentos
La débil pero significativa apertura del tema gay (lésbico, travestis, transgénicos) en la sensual isla de Cuba, después de tantas décadas de asechanza, cobró inesperada presencia en los medios de comunicación cuando, en agosto del año pasado, la periodista Carmen Lira le recordó al comandante Fidel Castro que hace cincuenta años se marginó a los homosexuales cubanos y a muchos se les envió a campos de concentración (UMAP, Unidad Militar de Ayuda a la Producción), acusados de contrarrevolucionarios. La directora del diario La Jornada le dijo entonces al veterano guerrillero: “Todo el encanto de la Revolución, el reconocimiento, la solidaridad de una buena parte de la intelectualidad universal, los grandes logros del pueblo frente al bloqueo perdieron reconocimiento por causa de la persecución a los homosexuales”.
Fidel respondió con astucia al reconocer y a la vez justificar su responsabilidad en dichos atropellos: “Fueron momentos de una gran injusticia... ¡Una gran injusticia!, la haya hecho quien sea. Si la hicimos nosotros, nosotros... Estoy tratando de delimitar mi responsabilidad en todo eso porque, desde luego, personalmente, yo no tengo ese tipo de prejuicios. Teníamos tantos problemas de vida o muerte que no le prestamos atención... Piensa cómo eran nuestros días en aquellos primeros meses de la Revolución: la guerra con los yanquis, el asunto de las armas, los planes de atentados contra mi persona... Si alguien es responsable, soy yo... En esos momentos no me podía ocupar de ese asunto... (...) Fui homofóbico porque los cubanos lo eran”...
Una confesión de ese tamaño era lo que necesitaba su sobrina Mariela Castro, “ministra de ultramar”, directora del oficialista Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), hija del hoy presidente Raúl Castro, para tomar por asalto una calle de La Habana y en intemperante manifestación enarbolar por igual banderolas con los colores del arcoíris, fotos de los cinco famosos espías cubanos prisioneros en cárceles de Estados Unidos, retratos de su tío barbudo, consignas contra el bloqueo y globitos de preservativos, pocas semanas después de que sus parientes le autorizaran desfilar sin pelucas ni coloretes excesivos, mezclados “locas y travestis” entre la disciplinada clase obrera de la isla —un sector tan dócil que esa mañana del 1 de mayo, Día Internacional del Trabajo, sus líderes sindicales celebraban como “una victoria” la anunciada cesantía de un millón y medio de agremiados.
En la entrevista con Carmen Lira, el comandante asumía con perspicacia su cuota de responsabilidad en aquella cacería de pájaros, pero, una vez más, terminaba culpando al imperialismo yanqui de todos los errores ideológicos y todas las catástrofes económicas y todas las persecuciones morales que (una a una) fueron ordenadas en La Habana, nunca en Washington.
El periodista cubano Armando López, cronista excepcional de la “farándula habanera”, conocedor en carne viva la profundidad de aquellas viejas cicatrices, respondió a tío y sobrina desde su exilio en Nueva York con un esclarecedor artículo: “Cuando les cuentan a los congueros de Mariela que hace 46 años existieron en Cuba campos de trabajos forzados para homosexuales; que los expulsaban del magisterio, de la televisión, de los grupos teatrales, de las universidades, para que no contagiaran con sus depravaciones al hombre nuevo; que en 1980 las turbas revolucionarias apedrearon sus casas, vociferando ¡Qué se vayan, los maricones!, les sucede lo que a mí cuando me hablaban de los crímenes de Machado. ¡No les interesa! (...) Estos travestis, transgéneros, lesbianas, homosexuales, que arrollaron en la conga con la hija del general, sólo practican la doble moral imperante en Cuba. No tienen la culpa. Crecieron en una economía de guerra, aprendieron a mentir para sobrevivir. Son víctimas de una absurda revolución. Como tú y como yo, amigo lector”.
El 13 de marzo de 1963, en escalofriante discurso que recuerdan Armando López y el poeta Félix Luis Viera (de joven confinado a una barraca de la UMAP), Fidel Castro apela a la ironía para abordar un tema que en verdad le produce extraña rabia: “Muchos de esos pepillos vagos, hijos de burgueses, andan por ahí con unos pantaloncitos demasiado estrechos (Risas del público). Algunos de ellos con una guitarrita en actitudes elvispreslianas, y que han llevado su libertinaje a extremos de querer ir a algunos sitios de concurrencia pública a organizar sus shows feminoides por la libre. (...) Hay unas cuantas teorías, yo no soy científico, no soy un técnico en esa materia (Risas), pero sí observé siempre una cosa: que el campo no daba ese subproducto”. Y al campo los envió.
El martes pasado, un grupo de no más de veinte “subproductos” independientes desfilaron por un paseo peatonal de La Habana para celebrar el Día del Orgullo Gay, y marcar su distancia con Mariela Castro. El evento atrajo una fuerte presencia policial pero transcurrió en paz. Caminaron 800 metros. Se abrazaron en el malecón. Regresaron a casa con ese alivio, pasajero pero espiritual, que daba (es sólo un mal ejemplo) tragar en seco la Primera Comunión.
Tomado de http://impreso.milenio.com/node/8984166