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jueves, 5 de enero de 2017

ENTRE DOS DICIEMBRES: SAN MARCOS Y URICA. JOSÉ TOMÁS BOVES ABRIÓ EL CAMINO AL CAUDILLISMO VENEZOLANO

                                                                      Ubaldo Ruiz


La accidentada vida republicana de Venezuela se inició el siglo XIX bajo el influjo de un fenómeno, que aunque se pretendió superado a mediados de la centuria que recién finalizó, siempre ha permanecido más o menos latente, y en este inicio del tercer milenio lo tenemos más presente que nunca. Nos referimos al Caudillismo, una forma de hacer política cuyo substrato lo constituye primariamente la cesión de las aspiraciones y la responsabilidad de una sociedad a la voluntad de un individuo con mucho más carisma que ideas. No extrañaría que la opinión de personas enteradas del tema se incline hacia el argumento de que el Caudillismo, como fenómeno de la política venezolana, se engendró al calor de la guerra de independencia. Y menos sorprendería una coincidencia con la afirmación de Juan Vicente González, según la cual José Tomás Boves fue “El primer jefe de la democracia venezolana”. Jefe en el sentido de caudillo tal como lo anotamos arriba.
Los historiadores que se han ocupado de conjeturar acerca del origen del ascendiente que este asturiano ejerció sobre un considerable porcentaje de la población venezolana, al punto de haber confeccionado un numeroso ejército que le sirvió de instrumento para desbaratar la denominada Segunda República, coinciden en al menos dos cosas: una, las tensiones sociales engendradas en la sociedad de castas del régimen colonial español, ello serviría de base al argumento que sugiere la existencia de un sentimiento revanchista en las capas de la gente de color contra sus explotadores, los blancos criollos. El antiguo pulpero de Calabozo interpretó correctamente dicho sentimiento para convocar a las masas populares y azuzarlas en contra de una República que para entonces dirigían los mantuanos, caraqueños y de otros lugares.
Otra de las cuestiones que esgrimen los estudiosos del tema se relaciona con las características de los llanos venezolanos. El llanero, influenciado por el medio, fue desde el inicio un tipo adaptado más a la libertad que le brindaban la sabana infinita y la movilidad del caballo, que a la férrea estratificación social arraigada en otros escenarios de la futura República de Venezuela. El desaparecido Cronista de la ciudad de Calabozo, José Antonio Silva era de la opinión de que el llanero sentía un profundo respeto por el individuo que demostrara conocer de caballos. En todo caso, José Tomás Boves ejerció durante años el comercio de equinos entre los llanos de Guárico y las comarcas norteñas de valles y costas. Eso ha podido convertirlo en experto conocedor de estos animales, y también en un hombre respetado por la grey llanera. Para algunos ello explicaría el hecho de que sus tropas lo distinguieran con el apelativo de taita, con el que también pasó a la historia.
Hay un detalle que revelaría el profundo conocimiento que Boves adquirió acerca del llano y los llaneros, y es que él agrupaba a sus hombres en escuadrones o batallones de acuerdo al lugar de donde provenían, a los cuales les asignaba el nombre de esos lugares, y así, según Acisclo Valdivieso Montaño, Boves organizó sus batallones “integrado cada cual por soldados de la respectiva región como para imprimirle estímulos, de manera que “Guayabal” no se dejase eclipsar en temeridad, arrojo y valentía por “Guardatinajas”, ni uno ni otro por “Espino”, “Rastro” o “Tiznados”.” Lo cierto fue que por una razón u otra, logró este asturiano trasplantado al llano guariqueño, para diciembre de 1813 presentar en Calabozo un enorme ejército que había confeccionado meses antes mediante el llamado hecho a la gente de color a través del “Bando del Guayabal” en aquella población.
Boves y su ejército llanero en ciernes previamente había sido derrotado por Campo Elías en el caño de Mosquiteros al Este de Calabozo, el 14 de octubre de 1813, un mes después de haber triunfado sobre los insurgentes muy cerca de allí, en Santa Catalina. Ante este descalabro huyó hacia el pueblo de San Gerónimo del Guayabal, en donde reorganizó sus tropas para dirigirlas contra la República; pero en la Villa de Todos los Santos se le opuso el oficial Pedro Aldao, quien le presentó batalla en el paso de San Marcos, el 8 de diciembre de 1813. A partir de este momento, y hasta su muerte en Urica un año más tarde, Boves haría una campaña que no solo echó por tierra el segundo ensayo republicano, sino que inauguró el régimen del Caudillismo en Venezuela.
Con un contingente que oscilaba entre 7 mil y 9 mil efectivos, según la fuente consultada, y en el cual predominaba la caballería llanera, el asturiano llanerizado cobró venganza de Campo Elías en La Puerta, y a pesar de ser derrotado sucesivamente por la tenacidad de Ribas, Bolívar y Mariño, en La Victoria, San Mateo y Bocachica, logró rehacerse en Calabozo en mayo de 1814, para continuar invicto una campaña que lo llevó a derrotar al propio Libertador y a Mariño en La Puerta, y a provocar la emigración de la población de la ciudad de Caracas hacia el Oriente. Causando estragos, y mediante una crueldad célebre, Boves derrotó a los patriotas sucesivamente desde junio hasta noviembre de 1814, cercando a los restos de las tropas republicanas en la población de Urica, cercana a la ciudad de Maturín. Allí las derrotó el 5 de diciembre de ese año en la batalla en la que también perdió la vida atravesado por una o varias lanzas patriotas.
Los autores de la muerte de Boves nunca se han identificado. Algunos dicen que fue el general Pedro Zaraza, otros que un oficial de apelativo Belisario, unos que un soldado apellidado Bramante, y hasta hubo alguien que llegó a afirmar que fue su propio lugarteniente Francisco Tomás Morales. Tampoco se ha aclarado el lugar de sepultura de los restos de Boves. Siempre se ha creído que fue enterrado en la iglesia de Urica, pero existen evidencias de que la inhumación de los despojos mortales del asturiano tuvo lugar en San Fernando de Apure o en el propio Calabozo.
Lo que al parecer sí quedó claro de la actuación de José Tomás Boves fue la apertura del camino para la instauración del fenómeno del Caudillismo en Venezuela, un camino regado de sangre y de cadáveres, que iba a ser transitado por José Antonio Páez, José Tadeo Monagas, Ezequiel Zamora, Juan Crisóstomo Falcón, Antonio Guzmán Blanco, Joaquín Crespo, José Manuel Hernández y Cipriano Castro, entre otros muchos caudillos del siglo XIX.
BIBLIOGRAFÍA:
CARRERA DAMAS, Germán (2009) Boves. Aspectos Socioeconómicos de la Guerra de Independencia. Caracas: ACADEMIA Nacional de la Historia.
MONDOLFI GUDAT, Edgardo (2005) José Tomás Boves. Caracas: C. A. Editora El Nacional. Biblioteca Biográfica Venezolana.
USLAR PIETRI, Juan (2007) Historia de la Rebelión Popular de 1814. Caracas: Fondo Editorial Ipasme.

VALDIVIESO MONTAÑO, Acisclo (2000) José Tomás Boves Caudillo Hispano. Caracas: Eduven. Colección la Palma Viajera.

Imagen tomada de http://emplugones.blogspot.com/2011/01/jose-tomas-boves-heroe-o-villano.html

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