En este calor
los fantasmas son puertas
piratas afiebrados
que naufragan
como azotes de Dios
la herida de un cují
inciensa la luminosa desmesura
de estos patios
el oleaje de las horas
moja de quietud cerraduras y empedrados
En estos templos
¿Quien se arrodilla
ante el dolor o el poema,
quien se esconde
en la dulzura insoportable?
Jeroh Juan Montilla
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