Afirman que volver a Ítaca es un imposible.
Otros creen que ese lugar no tiene nada que decirnos.
Aún no sabemos por qué Circe dejó
que partiera Odiseo hacia allá.
Lo cierto es que llegar a Ítaca es el sueño.
Hay que pasar el ponto, resurgir del Hades
Llegar no es fácil, pasan años y horrores.
Y al llegar, no reconocemos esa tierra.
Siempre se va al fondo, se llega por establos y porquerizas.
Se llega a Ítaca (donde el amor aguarda)
con andrajos y atuendo de mendigo.
Lo demás: el lecho, la música y la danza de las esclavas
sucede pronto
Solo bastan unas líneas para relatar la paz.
Eso era ayer cuando los griegos.
Hoy, Ítaca queda ahí mismo
en la vía de la Villa a Maracay.
Ítaca está en la redoma del avión
a la derecha.
Totalmente ignorada.
*Poeta y editora venezolana (Villa de Cura, 1955)
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