El sábado, 18 de agosto, el poeta Oswaldo Rodríguez se nos fue prematuramente. Nos deja sus versos en dos libros muy importantes para la lírica guariqueña: Poemas, Romances y Cantares; y, Manantial de Romances.
Oswaldo, guariqueño de recia estirpe, nacido en Las Mercedes del Llano, tiene entre sus ancestros gente proveniente de las Sabanas de Palacio. Su padre fue un hombre de a caballo, a quien cariñosamente dedicó una de sus selectas composiciones: El Mejor Jinete, cuya interpretación en la incomparable voz de El Toro Negro , Braulio Palma, constituye una verdadera joya de la canta criolla.
Como locutor Oswaldo contribuyó a la difusión de nuestro folklor desde los micrófonos de Radio Rumbos. En esa prestigiosa emisora con su programa “Venezuela Tierra Grande”, que magistralmente dirigió Frank Holder, recibió importantes laureles como el premio Orquídea de Oro de Venezuela.
El mundo poético nunca lo desligó de la música. Estudió teoría, solfeo y técnica de cuatro, en la Escuela Experimental “Juan Vicente Gutierrez” de San Juan de los Morros; y tiene el honor de ser el autor del himno de esa institución; también es el creador del himno La Voz del Vecino, compuesto especialmente para las Asociaciones de Vecinos del antiguo Distrito Roscio. Sus versos han sido galardonados en varios festivales musicales. En el Primer Festival La Espiga de Oro de Las Mercedes del Llano, recibió el trofeo Canción Inédita en 1986; y en el III Festival Don Elio Rojas de San Juan de Los Morros obtuvo también un importante premio.
En la poesía, donde las palabras tienen un especial significado por sus combinaciones hermosas y sus giros metafóricos deslumbrantes, Oswaldo hizo notables aportes, y en ese sentido cumplió con el imperativo indicado por René Char: “Un poeta debe dejar señales de sus pasos... sólo las señales hacen soñar”.
Los poemas de Oswaldo son portadores de sentimientos nobles, de razonamientos filosóficos, de dudas existenciales, de fe y de esperanza. Él cantó al amor, a la amistad, a todo los hermoso y sublime de la vida; y con nostalgia supo celebrar y recordar los momentos felices sin eludir los amargos.
Al conocer la infausta noticia, el profesor Ricardo Alcalá escribió:
Hoy diecienueve de agosto
y mediando el dos mil siete
una tristeza se mete
en medio del corazón
Oswaldo, ¿ por qué te fuiste?
Poeta no nos dijiste
de tu partida temprana
se ha enlutado la sabana
Las Mercedes está triste.
El canto que Oswaldo escribió para su padre puede servir para bajar el telón de su vida:
La llanura y los palmares
Están vestidos de negro
lo dijo la garza blanca
lo repitió el canoero
todo el llano está llorando
la muerte de un gran llanero.
Oswaldo Rodríguez estará siempre en nuestras mentes y en nuestros corazones, porque fue un poeta que fraguó sus versos para que la muerte no tuviera la última palabra.
Amigos ha muerto un poeta, ¡ viva el poeta!.
*Escritor, médico, profesor universitario, editor y cronista venezolano.
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