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miércoles, 28 de marzo de 2007

CONCHO LARA: UN DESCENDIENTE DEL MOCHO HERNÁNDEZ

José Obswaldo Pérez*




RAMÓN CONCEPCIÓN HERNÁNDEZ, mejor conocido como Concepción “Concho” Lara vive en San Francisco de Tiznados (municipio Ortiz, estado Guárico), con sus 73 años acuesta. Nació el 8 de diciembre de 1932. Se dice ser el segundo sobrino del General José Manuel Mocho Hernández, a quien admira como “un hombre histórico” y que el historiador José Antonio Armas Chitty en su libro “El Mocho” Hernández. Papeles de su archivo (1973), lo considera como “el caudillo que arrastró las más grandes simpatías a finales del siglo pasada en procesos eleccionarios e igual fervor popular bajo las dictaduras de los generales Cipriano Castro y Juan Vicente Gómez. Sorprendía su influencia en los hombres que habían llegado a la treintena y se le admiraba en el exilio por su protesta noble en aquella Venezuela que se fue acomodando, no obstante los alzamientos, al carácter pétreo del caudillo de La Mulera”.
Carmen Teresa Hernández Lara, la madre de Concepción Lara, era hija de un hermano del Mocho y su padre, Marcial Sánchez Hernández, era hijo de Ramona Hernández, pariente también del aguerrido militar y político. Los Hernández eran tres hermanos, José Manuel, Diego y Jorge, este último conocido con el mal nombre de “Garruña”. Según el Diccionario de Historia de Venezuela de la Fundación Polar (1988) José Manuel Hernández era hijo de inmigrantes canarios. Su padre era carpintero en el barrio San Juan de Caracas. A los 17 años, se unió a las fuerzas del General Esteban Quintana en contra del gobierno del presidente Antonio Guzmán Blanco. En el combate do Los Lirios, cerca de Paracotos- en inmediaciones de Caracas (11/08/1870)-un machetazo le secciona dos dedos de la mano derecha, originando el apodo con que será conocido. A la muerte de su padre, se encarga del taller de carpintería, pero pronto decide abandonar su modesto patrimonio y dedicarse a la política. Se casa y enviuda a los pocos meses; estos episodios ayudarán a crear una leyenda en tomo a su figura.

Concepción Lara(quien aparece en la ilustración de este trabajo) fue criado por Jorge Hernández, en el sitio El Chaparro, a un kilómetro del pueblito La Cruz Verde, en Pariaguán, estado Anzoátegui, hasta los siete años cuando decide desprenderse e irse sólo a formar su mundo. Dice Concho que no conoció al Mocho Hernández, por que aún no pensaba en nacer, pero que su mamá le contaba que vivió en La Becerra, entre el sitio El Chaparro y Pariaguán estado Anzoátegui, donde “ellos tenían posesión y vivía con su mamá y otros hermanos”. También, señala que El Mocho Hernández no dejo descendencia y que una voz que se metió a la política y a guerrillero no tuvo que ver con más nada. Ahora sobre sus otros hermanos afirma que Diego, fue el primero en morir sin tampoco dejar familia y sobre Jorge, éste si tuvo mujer pero nunca procreó hijos. Del Mocho Hernández se decía muchas cosas, explica Concepción Lara. “Fue liberal, como si hoy se llamara adeco”.
Y agrega:

Un viejito de Villa de Cura, quien conoció mucho a José Manuel Hernández, me contaba que la gente lo quería mucho; principalmente las mujeres, quienes les encendían velas a los santos para que triunfara en su acción política”.

Al Mocho Hernández se le reconoce por la introducción de nuevas técnicas modernas de campaña electoral, como la celebración de mítines, el pronunciamiento de conferencias y discursos tal como lo había presenciado en Estados Unidos. Su fama como tribuno y su popularidad como hombre honrado alcanzaron niveles nunca vistos antes en un proceso electoral como el del año 1897. Sin embargo, con ese baño popular que tuvo no pudo encausarlo y organizarlo.

Entre sus anécdotas, Concho Lara cuenta que, una vez que muere su madre en 1940 su tío Jorge Hernández lo sale reconociendo, “aunque yo era ya Hernández”. “Lara Hernández”, dice. La decisión de “mí tío era por los bienes que había heredado”. Por eso que en Cachipo, en Aragua de Barcelona, existe la partida de nacimiento de Concepción Lara como Ramón Concepción Hernández, su verdadero nombre; pero, él decidió identificarse — hasta el sol de hoy- a raíz de las diferencias con su tío como Concepción Lara, utilizando el segundo apellido de su madre.

Concho Lara llegó a Parapara en 1949. Se vino a trabajar con un señor llamado Salvador Solórzano. Allí se formó como funcionario público. Fue policía y estuvo por cinco años de Presidente de la Junta Comunal de Santa Catalina de Sena de Parapara, donde se vanagloria de ser aún apreciado por los parapareños. Fue también Presidente de la Junta Comunal de San Francisco de Tiznados, por cinco años; fue dirigente político de Acción Democrática y gremialista de la Federación Campesina. Hoy está jubilado, con una pequeña pensión que le brinda la Alcaldía de Ortiz. Se define como un luchador social, creyente de socialismo humanista; por esa razón, actualmente, se autoproclama creyente de las propuestas políticas del presidente Hugo Chávez Frías.

Historiador y periodista de Venezuela (Ortiz)

QUIEN SOY




Adolfo Rodríguez*
























30

Un sol me escolta
del lado allá de las cimas
como compañero fiel
en torno a esta casa cerrada que somos.



39
La tierra se me quiebra
Me expone a sus resquebrajaduras
Me prolonga
Estuvo aguadándome
Prosigue conmigo cuando
mi sombra ya no está
Me sucede con parsimonia
Más allá de todas sus estaciones
Y aludes.


38Llueve
Palpo cada hilo que cae
me seco
y prosigue lloviendo adentro.




42Soy un hombre de los patios
del precemento
del prezapatos
del preorden y la preprisa
Un hombre que carga con cielos, ríos y boscajes
Como equipaje
la savia recorre
rememorando mi origen
extenso subsisto
entre una levedad
que para nada reclama que yo sea lo que soy.




78
Amo todo lo que amé
Amo también lo odiado
No conservo espacio en mí
Que no sea para amar
Lo siento por los que me instigan
Por los que me rechazan
Por cuantos me ignoran
Para todos salgo
Como el sol
En mi reino ya nunca más
Duerme el amor.




80
Hay grandes ciudades
Instaladas en mí
Floreciendo con su día
Las murallas más altas
Derruídas ya
Elevándose sobre una cierta
Ingenuidad
Que estuvo allí.

Ay!! Mis extinguidas ciudades
Fuertemente erigidas
Con nuestros pliegues
¿Sobre qué parte de nuestro ser
Habéis sido derribadas?

* Poeta, historiador, cronista