ARTURO ALVAREZ D´ARMAS*
A mis amigas:
Filomena Embaló
Munas Sankhe
Celsa Acosta
Olga Camacho
Elireima Acosta
Lisette Zimmerman
Filomena Embaló
Munas Sankhe
Celsa Acosta
Olga Camacho
Elireima Acosta
Lisette Zimmerman
Semper aliquid novi ex África
(Siempre aprendemos algo nuevo de África)
Plinio el Viejo (a.d.C. 23-79)
El nombre de África se lo dan los invasores romanos que conquistaron el actual norte de Túnez, a partir de la destrucción de Cartago, ese topónimo viene del griego Afri, es decir “sin frío”. Los griegos le llamaron Libia. Al invadir el norte de África los árabes le denominan “el Magreb” que significa “occidente”. Otros “conquistadores” le decían a las nuevas tierras Numidia, a Etiopía “cara quemada” y al sur del Sahara los árabes le llamaban “Bilad al-Sudan”, país de negros. A la llegada de los portugueses en 1444 a las bocas del río Senegal le dicen Guinea. Pero finalmente el nombre de África se le debe a los romanos. Para la mitología, África es representada simbólicamente por el busto de una mujer (aludiendo a las partes aún no descubiertas de dicho territorio), por un elefante, un etíope, un león, un negro con una panoplia y un tigre.
Heródoto visitó Egipto hacia el 445 (a.C.) y en sus escritos nos narra de “un país más allá del desierto, donde los habitantes son pequeños y negros y donde un gran río infestado de cocodrilos corre de Este a Oeste”. Ese río es el Congo. Cuenta en otro lugar que el faraón Necao II (609-594 a .C.) envió una expedición de marineros fenicios que, partiendo del mar Rojo, diera la vuelta a África en cuatro años.
Realmente el conocimiento escrito de África comienza con la expansión del Islam en la Edad Media. Los musulmanes transforman la palabra Afri, en Afriqiya para designar con ella todos los territorios africanos conocidos entonces, a excepción de Egipto. En el siglo VIII los cronistas árabes citan el nombre de Ghana, el país del oro; conocen el trayecto que siguen las caravanas de esclavos negros a través del Sahara. Hacia el año 922 El Masudi de Bagdad, viajero y geógrafo, describe, por haberla visitado, la costa oriental del África hasta la actual Mozambique. Sin embargo, es a finales del siglo XV y comienzos del XVI para que el nombre de África empiece a designar a todo el continente africano.
El término (Oliver y Fage, 1972) “Guinea” lo tomaron los portugueses del primer
idioma africano que conocieron, el de los bereberes marroquíes. Estrictamente hablando, Akal as-sudan significa lo mismo en bereber que en árabe, es decir, “tierra de negros”.
idioma africano que conocieron, el de los bereberes marroquíes. Estrictamente hablando, Akal as-sudan significa lo mismo en bereber que en árabe, es decir, “tierra de negros”.
La palabra Guinea (Aguirre Beltrán; 1972) deriva de Ghano, capital del antiguo reino Sarakolé, situado al norte de Senegal. El mexicano Aguirre dice que a medida que se fueron conociendo mejor las costas del África, Guinea se fue desplazando, primero hacia el sur y después hacia el este. Sin embargo el africanista cubano Armando Entralgo (1974) llega a decir que Guinea, se usa aquí para denominar la zona boscosa que se extiende aproximadamente, desde la actual República de Guinea hasta Camerún.
Según Barbot, citado por Ortiz (1991) Guinea se originó de la voz Genehoa, cierta antigua región de la Nigricia septentrional, al norte del río Senegal que se extendía unas ochenta leguas hacia el este. El mencionado nombre utilizado por árabes y africanos, fue aceptado por los portugueses y aplicado a todos los países negros que iban conociendo hasta lo que hoy es Camerún y aún hasta Angola.
En 1441, (Carpentier, 1999) el comerciante y viajero Antam Goncálvez por mera curiosidad le lleva un bello regalo de diez nativos del norte de Guinea, al rey de Portugal Enrique el Navegante. Otro rey portugués Joao II, de acuerdo con el Papa, es denominado “Señor de Guinea”.
Los primeros europeos en bordear las costas africanas buscando una vía más corta para llegar a la India y China fueron los navegantes portugueses. Dionis Días alcanzó el río Senegal y Cabo Verde, igualmente lo hace Nuño Tristao al fondear el río Grande, en la actual Guinea Bissau en 1445. La primera factoría es establecida en la isla de Arguim cerca de la costa de Mauritania en 1445. De allí trasladaban esclavos de la Senegambia a la metrópoli portuguesa. Los mismos lusitanos fundaron la fortaleza de San Jorge del Mina en la Costa de Oro, actualmente República de Ghana.
Hasta ahora no se puede precisar el territorio que abarca la región de Guinea. Unos investigadores opinan que la zona guineana abarca desde el actual Senegal hasta Sierra Leona. Otros que la extensión es de Senegal a Camerún.
A raíz del ascenso de la Casa de Borbón al trono de España, se crea la Compañía de Guinea, por cédula de 27 de agosto de 1701, para la introducción en Indias de 48.000 negros procedentes de los dominios franceses en África.
Con el nombre de guinea se conoció una antigua moneda inglesa, le llamaron así por estar fabricada con el oro traído de esa región africana.
En África existieron grandes imperios como el de Malí, el de Axum en Etiopía, Ba-hutus y Watusis en Ruanda y Burundi, el Congo, Napata el reino de los faraones negros, Ghana, Songhai, Mossi y Haussa, Yoruba y el imperio de Monomotapa en la cuenca del Zambeze y finalmente el reino de Benín (Dumont, 1966) que tenía herreros que sabían trabajar el oro, el cobre y también el hierro, este último desde nuestro primer milenio. Aventajando técnicamente, a las civilizaciones de Oceanía, así como algunas de América precolombina.
En la tierra de los Songhai existió hace 600 años en Tombuctú la universidad más importante del occidente africano, hoy día es una pequeña ciudad de Malí.
En la actualidad el nombre de Guinea lo tienen tres países: la República de Guinea Bissau, La República de Guinea y más al sur la República de Guinea Ecuatorial.
África es considerado cada vez más como la cuna de la humanidad; es el único continente donde, hasta el momento actual, se han encontrado, escalonados sobre millones de años, fósiles característicos de la evolución continua desde los primates hasta el hombre histórico. El primer ser humano (Australopithecus afarensis) como tal es una mujer bautizada con el nombre de Lucy quien tiene aproximadamente entre 3 millones y 3 millones cuatrocientos mil años de antigüedad. Fue apodada con el nombre de Lucy en honor a la canción de los Beatles “Lucy in the Sky with Diamond”(Lucy en el cielo con diamantes), no era más grande que una niña de seis años; medía poco más de un metro, tenía una capacidad cerebral entre 350 y 400 centímetros cúbicos y era bípeda. Curiosamente, tenía las piernas algo más cortas que el hombre moderno, lo que no le permitía dar grandes pasos.
La presencia africana en América y Venezuela se remonta a la llegada forzosa de miles de hombres, mujeres y niños, arrancados de su tierra y trasplantados al “Nuevo Mundo” en las sentinas de barcos negreros en calidad de esclavizados.
Algunos autores sostienen que Pietro Alonso, el piloto de “La Niña ” en el primer viaje colombino, era negro.
Don Nicolás de Ovando, gobernador de La Española obtuvo la primera concesión para introducir negros en América; pero no es sino en el año 1518 cuando se regulariza la trata. En Memorial del 18 de febrero de 1518, los Padres Jerónimos informan a las autoridades metropolitanas que se pueden traer negros bozales de las Islas de Cabo Verde y Guinea.
A Gerónimo de Ortal se le otorga el primer permiso del cual se tenga noticia en Venezuela para llevar cien negros a la costa de Paria (estado Sucre). Los primeros esclavos traídos a nuestro país, arribaron a Coro alrededor de 1550 procedentes de las Antillas, para trabajar en las minas de Buria, cerca de Barquisimeto; fueron los mismos que en 1553 se alzaron capitaneados por el puertorriqueño Miguel.
Bajo el nombre genérico de Guinea trajeron a Venezuela hombres y mujeres de ébano.
La voz Guinea no es una etnia, con ese nombre entraron distintos cautivos de la región de los ríos de Guinea como los balanta, branes, biafaras, nalues, zapes y cocolíes entre otras.
El pasto Guinea (Panicum maximun, Jacq.) es originario del África tropical y subtropical. Es introducido en América durante la trata, entre los siglos XVI y XIX. El pasto era utilizado como cama en la sentina de los barcos durante la travesía; al llegar al puerto era arrojado en la orilla de la playa y así comienza su diseminación. El profesor James J. Parsons (1972) termina con la falsa teoría de que esa gramínea es traído directamente de África para un cultivador en Jamaica.
Durante la nefasta trata negrera llegó la “gallina de guinea” (Numida meleagris), mide de 17 a 29 pulgadas , cuerpo robusto, alas y cola mediana, piernas fuertes. El dedo trasero se encuentra ubicado encima del nivel de los demás. La cabeza y el cuello carecen de plumaje, el mismo es negro con manchas y rayas blancas. La cresta es de hueso. Fue domesticada en la era de los romanos. Su carne es muy sabrosa. Se le encuentra de manera silvestre en Guárico, Apure y el sur de Aragua.
El cambur guineo (Musa paradisíaca) es una de las variedades más conocidas en nuestro país y las Antillas, algunos le dicen banana, pigmeo o pineo. El historiador Salvador Brau (1975) informa que “Los barcos importadores de esclavos africanos introdujeron luego otras nuevas especies, entre ellas el guineo (musa sapientae)…”.
En la República de El Salvador está el cantón El Guineo, en el Departamento de Santa Ana.
En Venezuela tenemos el topónimo Los Guineos, caserío perteneciente al Municipio Juan Germán Roscio, estado Guárico. Existe el sitio El Guineo en el Municipio Urdaneta, estado Aragua.
En el nomenclador de centros poblados (1986), en el estado Falcón hay dos sitios denominados La Guinea : uno en el Municipio Guzmán, Distrito Miranda y el otro en el Municipio Píritu, Distrito Zamora.
El barrio La Guinea se ubica en la parte sur de la ciudad de Coro. Eran negros libres procedentes de la isla de Curazao. Los negros loangos de la comunidad guineana participaron en la gesta emancipadora del 10 de mayo de 1795, organizada por José Leonardo Chirino y José Caridad González.
Este barrio tiene una antigüedad de más de dos siglos. Sus habitantes son fervorosos creyentes de San Benito. La comunidad de La Guinea trata en los últimos años de rescatar todo su acervo cultural, emparentado con el de sus antepasados de Curazao.
Cada 30 de noviembre la señora Camacho y su camachera rememoran a la curazoleña María Chiquitín, cuando festejaba al ritmo de los tambores la llegada del mes de diciembre. En un inicio sus letras fueron en papiamento, hoy solo se canta en español.
Grupo Folklórico “La Camachera ” de Olga Camacho. Coro: 8 de junio de 2007. Foto: Arturo Alvarez D´Armas.
Fuentes consultadas:
AGUIRRE BELTRÁN, Gonzalo. La población negra de México. Estudio Etnohistórico. México: Fondo de Cultura Económica, 1972. 373 p. (Tierra Firme).
ALVAREZ D´ARMAS, Arturo. Apuntes de historia de África: desde la antigüedad hasta la trata negrera. Inédito.
ALVAREZ D´ARMAS, Arturo. Apuntes sobre el estudio de la toponimia africana en Venezuela. San Juan de los Morros: Universidad Nacional Experimental Rómulo Gallegos, Oficina de Comunicación y Extensión Cultural, 1981. 18 p.
ALVAREZ D´ARMAS, Arturo. La cultura africana en el estado Aragua. Aportes bibliográficos y discográficos. Presentación Oldman Botello. Cronista de Maracay. Maracay: Publicaciones de la Dirección de Cultura del Diario El Siglo, 1984.
ARCAYA, Pedro Manuel. Personajes y hechos de la historia de Venezuela. Caracas: Biblioteca de Autores y Temas Falconianos, 1977. 277 p.
BRAU, Salvador. Historia de Puerto Rico. Edición Facsimilar. Presentación Emilio M. Colón. San Juan de Puerto Rico: Instituto de Cultura Puertorriqueña, 1975. 312 p.
CARPENTIER, Alejo. Visión de América. Prólogo Alejandro Cánovas Pérez. Barcelona: Seix Barral / Biblioteca Breve, 1999. 188 p.
DUMONT, René. El África negra ha empezado mal. Barcelona: Editorial Seix Barral, 1966. 315 p.
ENTRALGO GONZÁLEZ, Armando. África. La Habana : Editorial Pueblo y Educación, 1974. 226 p. (Cuadernos H / África).
OFICINA Central de Estadística e Informática. Nomenclador de centros poblados. Región Centro-Occidental. XI Censo general de población y vivienda. Caracas: Taller Gráfico de la Oficina Central de Estadística e Informática (OCEI), 1986. 255 p.
OLIVER, Roland y FAGE, J. D. Breve historia de África. Madrid: Alianza Editorial, 1972. 306 p.
ORTIZ, Fernando. Glosario de Afronegrismos. Segunda edición. Prólogo a la segunda edición, C. Dr. Sergio Valdés Bernal. La Habana : Editorial de Ciencias Sociales, 1991. 502 p.
PARSONS, James J. “Spread of African Pasture Grasses to the American Tropics”. En: Journal of Range Mangement. Tucson , Arizona : Nº 1, January, vol. 25, 1972. pp. 12-17.
PITTIER, Henri. Manual de plantas usuales de Venezuela y su suplemento. Presentación por el Dr. Eugenio Mendoza. Prólogo por el Profesor Francisco Tamayo. Caracas: Fundación Eugenio Mendoza, 1978. 620 p.
RIERA, Eva. “Festividades comenzaron con repique de tambor en Coro”. En: El Nacional. Caracas: 1 de diciembre de 2006. B-24.
Nota: Este trabajo fue leído durante las Jornadas Socio-Culturales del Barrio La Guinea , en la ciudad de Coro, estado Falcón, el 8 de junio de 2007. Dicho evento es auspiciado por la Corporación Falconiana de Turismo.
*Poeta, bibliógrafo, estudioso de la negritud en Venezuela.