Efrén Barazarte*
Las pruebas remiten que vive la vida coca. Ya no se trata de la acusación de Ramos Allup y los come zanahorias de Acción Democrática o de Ledezma, que imputan de insania mental al Presidente. Es la vivencia de cada mañana, masticando la hoja. La misma hoja que mastican los indios del Perú y de Bolivia. No lo digo yo, él mismito lo dijo ante los medios de comunicación. Pero ocurre como siempre la injusticia más grande que podemos tener los venezolanos. No irse a su trabajo sin masticar tan milenaria hoja, estimulante revolucionario que Mercal o Pdvsa deberían tener en sus anaqueles de los mega mercados donde un pollo es igual a horas de cola e inversamente proporcional al hambre. Masticamos y olvidamos que existe un país sin producción agrícola decente. Hay que recordar que allá arribita en el antiguo Alto Perú, el mismo Libertador la masticaba para evitar el mal del páramo, el mareo de la montaña y para activar la agudeza mental. Atravesar a caballo esas altas montañas no era cosa fácil en esas latitudes y menos en ese frío del siglo XIX. Y si es cierto lo que dicen las malas lenguas que la hoja de coca no hace falta en nuestro trópico, infiero que masticarla aquí sería un acto de dependencia y una acción delictiva; pero no voy a ahondar en tanto asunto de criminología. Lo cierto es que en un país donde hay un notorio desabastecimiento de productos básicos, el orgullo es una nota de un discurso presidencial que apunta hacia los regalos de Evo y de Fidel. Hay hoja de coca en Miraflores pero no hay leche en Venezuela. Se habla de la hoja de
Entonces la vida coca se mastica como si fuese un pitcher de las grandes ligas al masticar su chicle. Nos lanza la inflación más grande de América Latina. Mientras mastica la hoja, la delincuencia mata, nos mastica la vida y nos vomita. ¿Qué le puedo decir a mi hijo de once años sobre la hoja de Coca? ¿Qué se la lleve para el recreo? Vivir la vida coca podría ser una canción a estilo de Ricky Martín donde meneamos divinamente las caderas al compás del himno nacional, o con unos poemas de Isaías junto al CD de rancheras que editaron del Presidente en el país azteca. Pero ocurre un problema al venezolano de a pie.
Periodiquito Maracay, 31 de enero de 2008
No hay comentarios:
Publicar un comentario