Efrain Lucambio G*
Actualmente podemos observar como los países desarrollados comienzan a perder los valores existenciales de las relaciones de los seres humanos, produciendo una clase de deshumanización llevando a hundir en lo más profundo de las miserias al resto del planeta. Es por eso que ante esta realidad nuestras universidades, donde se origina el conocimiento, adopte una posición para lograr un equilibrio mundial.
Hay que plantearse nuevos retos éticos, para la formación de personas más humanas, racional, afectiva, respetuosas y comunicativas. Es aquí donde nuestras universidades como fuente de pensamientos y generador de ideas, asumen dichos retos y buscan establecer el equilibrio de poder entre los países, porque el poder lo tiene el que controla la tecnología.
Pero para esto nuestras universidades deben afrontar sus propias limitaciones, como el no conocer la profundidad de la problemática, lo que lleva a no estar preparados para responder con una solución inmediata. Debemos llamar la atención de las instituciones, de los investigadores y de los docentes y alumnos para que formen parte del movimiento que se ha iniciado.
Para que las universidades venezolanas logren esa meta, deben asumir el reto, incorporando en las actividades académicas, el estudio del fenómeno nuestro, para construir relaciones que se enfrenten al comportamiento antitético entre los países. Por eso la necesidad de formación de docentes y alumnos que asuman como suyo este planteamiento y dirijan su esfuerzos en ese sentido. Es importante el rol de nuestras universidades en la humanización del hombre, en profundizar en los valores éticos tradicionales, para así lograr frenar ese comportamiento de deshumanización que vienen aplicando los países industrializados. Es bueno resaltar que es en las universidades donde nacen los nuevos y más avanzados valores. Por eso debemos construir universidades con valores éticos que enfrente esta realidad.
Hay que plantearse nuevos retos éticos, para la formación de personas más humanas, racional, afectiva, respetuosas y comunicativas. Es aquí donde nuestras universidades como fuente de pensamientos y generador de ideas, asumen dichos retos y buscan establecer el equilibrio de poder entre los países, porque el poder lo tiene el que controla la tecnología.
Pero para esto nuestras universidades deben afrontar sus propias limitaciones, como el no conocer la profundidad de la problemática, lo que lleva a no estar preparados para responder con una solución inmediata. Debemos llamar la atención de las instituciones, de los investigadores y de los docentes y alumnos para que formen parte del movimiento que se ha iniciado.
Para que las universidades venezolanas logren esa meta, deben asumir el reto, incorporando en las actividades académicas, el estudio del fenómeno nuestro, para construir relaciones que se enfrenten al comportamiento antitético entre los países. Por eso la necesidad de formación de docentes y alumnos que asuman como suyo este planteamiento y dirijan su esfuerzos en ese sentido. Es importante el rol de nuestras universidades en la humanización del hombre, en profundizar en los valores éticos tradicionales, para así lograr frenar ese comportamiento de deshumanización que vienen aplicando los países industrializados. Es bueno resaltar que es en las universidades donde nacen los nuevos y más avanzados valores. Por eso debemos construir universidades con valores éticos que enfrente esta realidad.
*Médico y docente universitario. (UNERG, San Juan de los Morros, estado Guárico)
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