Viene interesante y se tornará intenso el debate sobre la autonomía universitaria, motivo por el cual se precisa afinar y profundizar los argumentos que sustentan una posición al respecto.
Por el dominio mediático que han tenido las posturas contrarias al proceso de cambios que se vive en el país, pareciera que la autonomía es una preciosa e indefensa niña que el brutus, contraparte de popeye, trata de descuartizar.
Desde que comenzaron estas escaramuzas, más que plantearme argumentos, me he planteado interrogantes. Esto tiene una relación lógica con el hecho de no haber existido un debate y mucho menos una revisión a conciencia de lo que ha sido y en lo que se ha transformado el principio o los principios de la autonomía. En no habiendo esa necesaria diatriba, hay muchos palos de ciego y mucho creído en que su criterio es el válido; por no decir de quienes hasta le han hecho altares de adoración, ni se diga de quienes a conciencia de haberla convertido en mercancía se maquillan un rostro sacrosanto y se les ve posar en cámara todos llenos de ternura y sapiencia bien actuada.
Pero también nos encontramos con quienes confrontan esas posturas sin tino, con anémicos argumentos, errados y herrados; ellos también son hijos e hijas de la ausencia de debate. De haber visto a la autonomía como el muerto en su velorio: en el medio de todos, objeto de todos los comentarios y calificativos, pero en silencio, quieto, inmóvil, ausente…eso…muerto.
No se pretende que hagamos un ABC de la materia en cuestión porque seguramente mientras redactemos estas cartillas, nos sacarán horas televisivas de ventaja, llantos y cortinas en el mundo que les aúpa, lástimas y bostezos, asombro y perplejidad, a riesgo de parecerse a la hilandera de Andrés Eloy Blanco. Sin embargo, será indispensable avanzar simultáneamente en varias direcciones hacia un mismo derrotero: definir principios autonómicos, concreción del sentido de la autonomía, contestarnos interrogantes desde las más sencillas hasta las más complejas, definir una praxis, contextualizarla dentro de este proceso, y ¿por qué no? Procesar autocríticamente el asunto.
De manera pues, que las interrogantes tal como están formuladas, van dirigidas a todas y todos quienes ardemos en el debate. Se supone que no estamos hablando de diablos y santos. Hablamos de universitarios y universitarias, indistintamente de rango, condición, posición, entre otras cuestiones.
El orden en que están presentadas no implica la jerarquía, más bien se deja al lector la opción de agruparlas y/u ordenarlas; clasificarlas, agregar o quitar algunas. Ojalá que alguna o algunas sugieran –cuestión que se espera- escribir artículos, desarrollar argumentos, reseñar fuentes de documentación, concretar propuestas, ejecutar acciones.
….Y DALE CON LAS INTERROGANTES:
¿Qué es autonomía?
¿Qué es AUTONOMÍA UNIVERSITARIA?
¿Para qué?
¿Por qué?
¿Qué principios deben sustentarla?
¿Cómo llevarlos a la práctica?
¿Hay varios tipos o modelos de autonomía?
¿Hay una autonomía especial de las universidades públicas y una de las privadas?
¿Qué distancia hay entre Córdoba y Caracas a casi un siglo después?
¿En qué se ha convertido la autonomía universitaria en Venezuela?
¿Resistirán nuestras universidades un inventario de ejecutorias amparadas en la autonomía?
La universidad ¿Un estado dentro de otro estado?
¿Autonomía o discrecionalidad?
¿Quién gana se lo lleva todo?
Las universidades: ¿delante o detrás de los cambios?
¿Van las universidades por donde va la sociedad?
¿Se parecen las universidades a los gatos?
¿Hay pensamiento progresivo en nuestras universidades?
¿Han evaluado nuestras universidades su impacto en la sociedad?
¿Le cuadran las cuentas académicas a nuestras universidades?
¿Le cuadran las cuentas en investigación?
¿El currículum de las distintas universidades es para este país y para esta sociedad? ¿Es sometido a permanente revisión y actualización?
En los pensa de estudio, ¿los programas se armonizan con el currículum, la sociedad o se parecen a quienes los administran o dirigen?
¿Libertad de cátedra o libertad de trinchera?
¿Hay debate ideológico en nuestras universidades?
¿Se avanza en la universidad venezolana de una educación de élites a una educación de la gente?
¿De quién es la universidad venezolana?
¿Es la autonomía el problema fundamental de las universidades?
¿Soportarán nuestras universidades una auditoría académica? O
¿Hay la disposición a que se les realice una auditoría administrativa?
¿Por qué no discutimos interna y participativamente el presupuesto de cada Universidad?
Ya que no quieren contraloría oficial, ¿Por qué no hacemos contraloría social, desde adentro?
¿Cómo es eso que no tienen recursos y en los bancos están represados más del 45% del presupuesto de 2008?
¿Cómo es eso de la mediatización y corrupción al movimiento estudiantil?
¿De dónde sacan pa´tanto como destacan?
¿Más preguntas? ¡Agréguelas usted!
Lo cierto, academia mía, que por algún lado tenemos que entrarle a este debate. Es necesario propiciar una reforma profunda, incluida a la ley de Universidades. Sin mucha demora.
El progreso de la sociedad humana, el avance de los pueblos, la dinamización de la comunicación, los éxitos de las Ciencias, las características de las nuevas generaciones, la crisis en que se desenvuelven contradicciones y develan vicios del neoliberalismo, la creciente demanda de matrícula, la diversificación y ensanchamiento de los campos de acción profesional, el acceso masivo a la información y el conocimiento, el ingreso de Venezuela a la utilización de la tecnología comunicacional con satélite propio, la necesidad de superar la exclusión, para citar algunos retos, presagian el riesgo de escuchar de algún Fuenteovejunero: ¡
¡Vamos a asumir con sinceridad y calidad esta oportunidad que tenemos de transformar nuestras Universidades”
CUPOS DE ÑAPA:
Ñapa 1.-Ahora que del maletín, además de los ochocientos mil dólares, como de sombrero de mago comenzaron a salir nombres de otros implicados ¿Por qué callas GLOBOVISIÓN?
Ñapa 2.-De tanto apagón y apagón, ¡Cuidado con un vaporón!
Ñapa 3.-En las universidades no habrá cupos para los pendejos, pero si lo hay para los grandes negocios.
Ñapa 4.-Dr. Gerardo Blayde, quédese dónde está y abandone su pretensión de crítico musical, no vaya a resultar incoando un proceso post-morten al Indio Figueredo por acoso sexual a María Laya y a Ernesto Luís Rodríguez por apostar mujeres a los dados. (20-10-2008)
Imagen tomada de: http://www.elgusanodeluz.com/www/articulos.asp?id=8094
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