Carlos Ríos Roldán*
Miguel Acosta Saignes, un hombre de oficios.
Se cumplió el 8 de noviembre del 2008 el aniversario 100° del nacimiento de Miguel Acosta Saignes en San Casimiro, un pueblo pequeño del estado Aragua, a unos 80 Km al sur de la capital de Venezuela, Caracas.
Fue uno de los primeros antropólogos formado académicamente como tal, graduado por supuesto en México en los años 40´s del siglo XX. México era uno de los sitios donde iban a parar muchos intelectuales y políticos cuando eran expulsados por los regímenes dictatoriales que asolaron a Venezuela en la 1a mitad del siglo pasado. Fue un innovador y creador de teorías, de interpretaciones de la realidad cultural y social del país; creador de escuelas de Historia y Antropología y de Facultades Universitarias. Fundador de institutos de investigaciones, así como de publicaciones periódicas. Maestro de escuela, profesor, antropólogo, escritor, fotógrafo, político de izquierda con una mentalidad rigurosamente crítica… Cuando se le preguntaba la edad, decía que tenía la edad de todos sus oficios. Poseedor de una recia voz que infundía respeto por la palabra, con la cual transmitía con dotes de excelente orador y conversador, las facetas de una vida entregada a la investigación en Ciencias Sociales.
Si se tiene la necesidad o la curiosidad de consultar en la Biblioteca Nacional de Venezuela la obra escrita y visual de Acosta Saignes, se encontraran más de 5.000 referencias. Artículos, libros, estudios, ensayos, fotografías, en fin, un mundo tan abarcante como lo era su mirada. Por ajora nos bastará comentar un “ensayo-joya”, de 31 páginas que publicó por primera vez en 1955 con el nombre de “Elementos indígenas y africanos en la formación de la cultura venezolana”. Este artículo lo compiló en un libro publicado por la Academia Nacional de la Historia titulado Estudios en Antropología, Sociología, Historia y Folclor, en 1980.
La década de los 50 fue fructífera, en esa época saldrían sus libros y artículos sobre las Áreas Culturales de la Venezuela Pre-hispánica, al ser uno de los primeros en sistematizar académicamente, los datos sobre el tema.
El ensayo en cuestión, que fue primeramente una corta conferencia, fue hecho como sus escritos, a través del Método Histórico, con datos concretos en los que revelaba como el mismo afirma las causas, las modificaciones, fusiones y mezclas, concurrencias, contradicciones y separaciones, que hicieron que la sociedad venezolana se conformara a partir de los tres aportes fundamentales: el indígena-americano, el europeo y el africano.
Muchos de los datos y referencias que aparecen en el artículo aluden a caracteres que ya han desaparecido, fruto de las transformaciones y del dinamismo interno de las sociedades y sus culturas, otros en cambio, continúan con una poderosa vigencia y continuidad, luego de siglos de probada eficacia.
En la última etapa de su vida, se dedico a resaltar el tema de lo Afro como elemento indispensable para entender el conjunto de la sociedad venezolana, sometida como está a la influencia continua, como el mismo lo decía, de los patrones culturales norteamericanos y a una intensa inmigración de origen europeo. Para él, esas influencias eran semillas que fructificarían en “el substratum histórico fundamental que nos legó la Colonia. Así Venezuela será cada vez mas, Venezuela”. p 280
El juego de la seducción o que las tortillas se voltean
Se dice que los griegos fueron seducidos por los lujos y resplandores de Troya, Alejandro sucumbió por lo persa: los romanos por las “antigüedades” griegas… Parece que en el juego del poder, todo conquistador termina seducido por ese “otro” al cual pretendía conquistar. América sedujo a Europa y aún lo hace. Lo ha hecho desde el siglo XV.
A partir de Hegel se instaura en el pensamiento occidental lo que se denomina “la dialéctica del amor y el esclavo, Alexandre Kojeve y Jacques Leacan abrevan en esta fuente pero es Lacan quien lo utiliza como herramienta fundamental para desarrollar sus teorías y sus “discursos” sobre los vínculos sociales. La premisa fundamental de esta dialéctica utilizada en Psicoanálisis lacaniano, es que el amo desea y tiene poder, pero es el esclavo el que detenta el saber. Deseo y poder por una parte y saber por la otra, son los elementos que definen al “sujeto” y al “otro”. El amo desea y puede, el esclavo sabe.
Si hilásemos fino, a partir de esta premisa es fácil imaginarse, aunque sea por un momento, qué pasó en América y contestar preguntas “sencillas” como el por qué comemos arepas o tortillas. Pero vamos por partes. América tal como la concebimos es un híbrido, una mezcla, cada vez más híbrida y diversa. Sin embargo, todavía se necesita en aquellas personas que la pensamos, un cambio de percepción que direccione nuestro trabajo en torno al problema de la formación cultural americana. Conceptos como hibridez y diversidad deber ser el eje principal en lo académico para representar la Historia de América, sin acudir a formas simplistas o maniqueas. Un pensamiento “otro”, de características complejas, es imprescindible para no caer en la tentación de ver el problema tan complejo de la Formación Cultural Americana como la lucha entre buenos y malos, al estilo de alguna vieja película tipo “Western”.
El texto de Acosta Saignes representa una noción de avanzada sobre problemas como la hibridez, la diversidad y el cambio cultural a pesar de haber pasado más de 50 años de su redacción. La frase “Conquistador Conquistado” p. 255, se expresa luego que el autor al inicio del trabajo ilustra a través de un corto relato en el cual los hispanos cargados de poder y los africanos despojados de él, tuvieron irremediablemente que adaptarse a las condiciones ecológicas, culturales y sociales que el nuevo medio representaba; y adoptar modos de vida, sin los cuales hubiesen perecido. Toponimia, lenguaje, vivienda, alimentación, cocina y gastronomía, técnicas de producción y procesamiento, conocimiento ecológico, transporte y vías de comunicación, métodos curativos, enseres domésticos, creencias…
Todo este universo y más esta descrito en forma progresiva, amena y magistral en las páginas del ensayo. Afirmaba que el mestizo ya no supo de donde procedía su conocimiento, su saber. Por ello afirmó que “la historia del proceso de la formación de la cultura venezolana es en parte, la historia de la indigenización y de la africanización del español en nuestra tierra” p. 252.
Destaca en una segunda parte la forma cómo los elementos africanos llegaron a América tanto por la vía hispana, analizando el aporte árabe norte africano que estuvo presente en la Península Ibérica por casi 800 años; como por la de los esclavos que llegaron como fuerza de trabajo. Con respecto a lo árabe, luego de analizar numerosas palabras de ese origen en el español hablado en América, concluye que no sólo son traslados lingüísticos, sino manifestaciones de los sistemas de producción que se desarrollaron en la España Andalusí y que fueron transportados por los europeos a tierras americanas.
Pero volvamos para finalizar al juego de la seducción que dejamos en líneas anteriores, para plantear ya con los argumentos de Acosta Saignes, que Europa deviene en un conquistador seducido por ese “otro” que es América. Según la óptica lacaniana de las tres formas del deseo, podríamos decir en primer lugar que en el europeo se instala el deseo por el “otro”, como un sentido de posesión pero a la vez ese europeo, necesita ser “deseado” por América, es una especie de búsqueda de reconocimiento. Y por último y tal vez lo mas importante, Europa terminó deseando lo que ese “otro” que es América, deseaba, produciéndose un procesa de identificación. El juego de la seducción fue completado… Y el conquistador resultó conquistado. No en balde en castellano a los seductores o seductoras se les dice tambien conquistadores… O conquistadoras.
El serrucho se tranca… O la práctica docente
A lo largo de nuestra experiencia de mas de treinta años como docente universitario en las áreas de Antropología, Formación Cultural y Artística, Folklore, Música o Historia, hemos preguntado a los alumnos al inicio de sus cursos qué saben acerca de la historia del proceso de formación de la cultura del venezolano y lo hacemos a través de unas simples preguntas como por ejemplo ¿Cuánto de indio tenemos?; ¿Cuánto de africanos?... Incluso pedimos que nos hagan una lista de elementos indígenas y africanos que estén presentes en nuestra cultura contemporánea. Comienzan… pero luego de tres o cuatro cosas obvias como por ejemplo, la arepa, el casabe o el chinchorro, el “serrucho se les tranca”. Se les hace difícil discernir que hay un número muy grande de elementos que provienen de las culturas formativas de nuestra nacionalidad y que remontan a miles de años atrás.
Al poco tiempo, esos mismos alumnos, luego de leer y discutir el ensayo de Acosta Saignes están en capacidad de nombrar por lo menos cien elementos actuales o de uso cotidiano… Y no es exageración, es una ganancia infinita. El darse cuenta que el nombre de su pueblo o estado o que al levantarse y desayunar cada uno de ellos comulga con un pasado que sigue como decimos en buen criollo, “vivito y coleando”.
Este ensayo de Acosta Saignes siempre es lectura y discusión obligatoria en cualquier de nuestros curso, es el ABC o el lenguaje común para entendernos. Luego de esta hermenéutica, el estudiante tiene la capacidad de comprender concepto como hibridez, diversidad, cambio, sincretismo y otros referidos a la cultura que se produce en Venezuela desde hace más de diez mil años.
Frases como indigenización, africanización, conquistador-conquistado son de hecho, las preguntas o los temas obligatorios de las pruebas, exámenes o trabajos que como es obvio nos sirven para la dura e ingrata faena de evaluar.
Para finalizar, la lectura del artículo cumple con la hermosa tarea de desenmascarar las “mentiras educativas” que todavía llenan la historiografía venezolana. Incluso sirve para desenmascarar en el aula, discursos que políticamente son inadecuados, equivocados o desinformados y que llevan al estudiante a no tener una actitud de crítica informada sobre lo que pasa en el país.
El serrucho se destranca, corre y corta… y las posibilidades de una discusión académicamente sustentada ya es posible. La tarea está hecha.
BIBLIOGRAFÍA
Acosta Saignes, Miguel. Estudios en Antropología, Sociología, Historia y Folclor. Caracas: Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia, 1980. 263 p.
Carmona Parra, Jaime A. Psicoanálisis y Vida Cotidiana. Bogotá: Siglo del Hombre Editores, 2002. 223 p. ISBN: 958-665-051-0
Lacan, Jacques. El Reverso del Psicoanálisis. Seminario N° 17. Barcelona: Ediciones Pardos, 1992. 231 p. ISBN: 84-7509-759-6.
*Antropólogo, egresado de la U.C.V., estudios de Maestría IVIC y Doctorado en ciencias sociales U.C.V. Profesor de Antropología en la Escuela de Medicina de la Universidad Rómulo Gallegos. Venezuela.
Se cumplió el 8 de noviembre del 2008 el aniversario 100° del nacimiento de Miguel Acosta Saignes en San Casimiro, un pueblo pequeño del estado Aragua, a unos 80 Km al sur de la capital de Venezuela, Caracas.
Fue uno de los primeros antropólogos formado académicamente como tal, graduado por supuesto en México en los años 40´s del siglo XX. México era uno de los sitios donde iban a parar muchos intelectuales y políticos cuando eran expulsados por los regímenes dictatoriales que asolaron a Venezuela en la 1a mitad del siglo pasado. Fue un innovador y creador de teorías, de interpretaciones de la realidad cultural y social del país; creador de escuelas de Historia y Antropología y de Facultades Universitarias. Fundador de institutos de investigaciones, así como de publicaciones periódicas. Maestro de escuela, profesor, antropólogo, escritor, fotógrafo, político de izquierda con una mentalidad rigurosamente crítica… Cuando se le preguntaba la edad, decía que tenía la edad de todos sus oficios. Poseedor de una recia voz que infundía respeto por la palabra, con la cual transmitía con dotes de excelente orador y conversador, las facetas de una vida entregada a la investigación en Ciencias Sociales.
Si se tiene la necesidad o la curiosidad de consultar en la Biblioteca Nacional de Venezuela la obra escrita y visual de Acosta Saignes, se encontraran más de 5.000 referencias. Artículos, libros, estudios, ensayos, fotografías, en fin, un mundo tan abarcante como lo era su mirada. Por ajora nos bastará comentar un “ensayo-joya”, de 31 páginas que publicó por primera vez en 1955 con el nombre de “Elementos indígenas y africanos en la formación de la cultura venezolana”. Este artículo lo compiló en un libro publicado por la Academia Nacional de la Historia titulado Estudios en Antropología, Sociología, Historia y Folclor, en 1980.
La década de los 50 fue fructífera, en esa época saldrían sus libros y artículos sobre las Áreas Culturales de la Venezuela Pre-hispánica, al ser uno de los primeros en sistematizar académicamente, los datos sobre el tema.
El ensayo en cuestión, que fue primeramente una corta conferencia, fue hecho como sus escritos, a través del Método Histórico, con datos concretos en los que revelaba como el mismo afirma las causas, las modificaciones, fusiones y mezclas, concurrencias, contradicciones y separaciones, que hicieron que la sociedad venezolana se conformara a partir de los tres aportes fundamentales: el indígena-americano, el europeo y el africano.
Muchos de los datos y referencias que aparecen en el artículo aluden a caracteres que ya han desaparecido, fruto de las transformaciones y del dinamismo interno de las sociedades y sus culturas, otros en cambio, continúan con una poderosa vigencia y continuidad, luego de siglos de probada eficacia.
En la última etapa de su vida, se dedico a resaltar el tema de lo Afro como elemento indispensable para entender el conjunto de la sociedad venezolana, sometida como está a la influencia continua, como el mismo lo decía, de los patrones culturales norteamericanos y a una intensa inmigración de origen europeo. Para él, esas influencias eran semillas que fructificarían en “el substratum histórico fundamental que nos legó la Colonia. Así Venezuela será cada vez mas, Venezuela”. p 280
El juego de la seducción o que las tortillas se voltean
Se dice que los griegos fueron seducidos por los lujos y resplandores de Troya, Alejandro sucumbió por lo persa: los romanos por las “antigüedades” griegas… Parece que en el juego del poder, todo conquistador termina seducido por ese “otro” al cual pretendía conquistar. América sedujo a Europa y aún lo hace. Lo ha hecho desde el siglo XV.
A partir de Hegel se instaura en el pensamiento occidental lo que se denomina “la dialéctica del amor y el esclavo, Alexandre Kojeve y Jacques Leacan abrevan en esta fuente pero es Lacan quien lo utiliza como herramienta fundamental para desarrollar sus teorías y sus “discursos” sobre los vínculos sociales. La premisa fundamental de esta dialéctica utilizada en Psicoanálisis lacaniano, es que el amo desea y tiene poder, pero es el esclavo el que detenta el saber. Deseo y poder por una parte y saber por la otra, son los elementos que definen al “sujeto” y al “otro”. El amo desea y puede, el esclavo sabe.
Si hilásemos fino, a partir de esta premisa es fácil imaginarse, aunque sea por un momento, qué pasó en América y contestar preguntas “sencillas” como el por qué comemos arepas o tortillas. Pero vamos por partes. América tal como la concebimos es un híbrido, una mezcla, cada vez más híbrida y diversa. Sin embargo, todavía se necesita en aquellas personas que la pensamos, un cambio de percepción que direccione nuestro trabajo en torno al problema de la formación cultural americana. Conceptos como hibridez y diversidad deber ser el eje principal en lo académico para representar la Historia de América, sin acudir a formas simplistas o maniqueas. Un pensamiento “otro”, de características complejas, es imprescindible para no caer en la tentación de ver el problema tan complejo de la Formación Cultural Americana como la lucha entre buenos y malos, al estilo de alguna vieja película tipo “Western”.
El texto de Acosta Saignes representa una noción de avanzada sobre problemas como la hibridez, la diversidad y el cambio cultural a pesar de haber pasado más de 50 años de su redacción. La frase “Conquistador Conquistado” p. 255, se expresa luego que el autor al inicio del trabajo ilustra a través de un corto relato en el cual los hispanos cargados de poder y los africanos despojados de él, tuvieron irremediablemente que adaptarse a las condiciones ecológicas, culturales y sociales que el nuevo medio representaba; y adoptar modos de vida, sin los cuales hubiesen perecido. Toponimia, lenguaje, vivienda, alimentación, cocina y gastronomía, técnicas de producción y procesamiento, conocimiento ecológico, transporte y vías de comunicación, métodos curativos, enseres domésticos, creencias…
Todo este universo y más esta descrito en forma progresiva, amena y magistral en las páginas del ensayo. Afirmaba que el mestizo ya no supo de donde procedía su conocimiento, su saber. Por ello afirmó que “la historia del proceso de la formación de la cultura venezolana es en parte, la historia de la indigenización y de la africanización del español en nuestra tierra” p. 252.
Destaca en una segunda parte la forma cómo los elementos africanos llegaron a América tanto por la vía hispana, analizando el aporte árabe norte africano que estuvo presente en la Península Ibérica por casi 800 años; como por la de los esclavos que llegaron como fuerza de trabajo. Con respecto a lo árabe, luego de analizar numerosas palabras de ese origen en el español hablado en América, concluye que no sólo son traslados lingüísticos, sino manifestaciones de los sistemas de producción que se desarrollaron en la España Andalusí y que fueron transportados por los europeos a tierras americanas.
Pero volvamos para finalizar al juego de la seducción que dejamos en líneas anteriores, para plantear ya con los argumentos de Acosta Saignes, que Europa deviene en un conquistador seducido por ese “otro” que es América. Según la óptica lacaniana de las tres formas del deseo, podríamos decir en primer lugar que en el europeo se instala el deseo por el “otro”, como un sentido de posesión pero a la vez ese europeo, necesita ser “deseado” por América, es una especie de búsqueda de reconocimiento. Y por último y tal vez lo mas importante, Europa terminó deseando lo que ese “otro” que es América, deseaba, produciéndose un procesa de identificación. El juego de la seducción fue completado… Y el conquistador resultó conquistado. No en balde en castellano a los seductores o seductoras se les dice tambien conquistadores… O conquistadoras.
El serrucho se tranca… O la práctica docente
A lo largo de nuestra experiencia de mas de treinta años como docente universitario en las áreas de Antropología, Formación Cultural y Artística, Folklore, Música o Historia, hemos preguntado a los alumnos al inicio de sus cursos qué saben acerca de la historia del proceso de formación de la cultura del venezolano y lo hacemos a través de unas simples preguntas como por ejemplo ¿Cuánto de indio tenemos?; ¿Cuánto de africanos?... Incluso pedimos que nos hagan una lista de elementos indígenas y africanos que estén presentes en nuestra cultura contemporánea. Comienzan… pero luego de tres o cuatro cosas obvias como por ejemplo, la arepa, el casabe o el chinchorro, el “serrucho se les tranca”. Se les hace difícil discernir que hay un número muy grande de elementos que provienen de las culturas formativas de nuestra nacionalidad y que remontan a miles de años atrás.
Al poco tiempo, esos mismos alumnos, luego de leer y discutir el ensayo de Acosta Saignes están en capacidad de nombrar por lo menos cien elementos actuales o de uso cotidiano… Y no es exageración, es una ganancia infinita. El darse cuenta que el nombre de su pueblo o estado o que al levantarse y desayunar cada uno de ellos comulga con un pasado que sigue como decimos en buen criollo, “vivito y coleando”.
Este ensayo de Acosta Saignes siempre es lectura y discusión obligatoria en cualquier de nuestros curso, es el ABC o el lenguaje común para entendernos. Luego de esta hermenéutica, el estudiante tiene la capacidad de comprender concepto como hibridez, diversidad, cambio, sincretismo y otros referidos a la cultura que se produce en Venezuela desde hace más de diez mil años.
Frases como indigenización, africanización, conquistador-conquistado son de hecho, las preguntas o los temas obligatorios de las pruebas, exámenes o trabajos que como es obvio nos sirven para la dura e ingrata faena de evaluar.
Para finalizar, la lectura del artículo cumple con la hermosa tarea de desenmascarar las “mentiras educativas” que todavía llenan la historiografía venezolana. Incluso sirve para desenmascarar en el aula, discursos que políticamente son inadecuados, equivocados o desinformados y que llevan al estudiante a no tener una actitud de crítica informada sobre lo que pasa en el país.
El serrucho se destranca, corre y corta… y las posibilidades de una discusión académicamente sustentada ya es posible. La tarea está hecha.
BIBLIOGRAFÍA
Acosta Saignes, Miguel. Estudios en Antropología, Sociología, Historia y Folclor. Caracas: Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia, 1980. 263 p.
Carmona Parra, Jaime A. Psicoanálisis y Vida Cotidiana. Bogotá: Siglo del Hombre Editores, 2002. 223 p. ISBN: 958-665-051-0
Lacan, Jacques. El Reverso del Psicoanálisis. Seminario N° 17. Barcelona: Ediciones Pardos, 1992. 231 p. ISBN: 84-7509-759-6.
*Antropólogo, egresado de la U.C.V., estudios de Maestría IVIC y Doctorado en ciencias sociales U.C.V. Profesor de Antropología en la Escuela de Medicina de la Universidad Rómulo Gallegos. Venezuela.
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