"Se ha disminuido la repitencia. Hay 100 mil reprobados en todo el sistema, es decir, 2,6%. Eso es gracias al PAE".
"Cuba nos está asesorando para medir calidad de la educación"Gustavo Méndez
EL UNIVERSAL
En manga de camisas y sin formalismo nos recibe en su amplio despacho el ministro del Poder Popular para la Educación, Héctor Navarro. Está de vuelta a la oficina que ocupó en el período 1999-2002, después de pasar por los ministerios de Educación Superior y Ciencia y Tecnología.
Si bien se muestra satisfecho por los logros alcanzados en el último decenio, admite que quedan muchas tareas por atender, en especial el tema de la calidad educativa, formación docente e infraestructura escolar.
-El Presidente anunció el incremento de la matrícula en 1,3 millones de alumnos en diez años. Pero las cifras oficiales indican un estancamiento de la matrícula oficial con respecto a la privada.
-No es así. Eso fue una época en que se intentó privatizar la educación. Estamos asistiendo a la maduración de la población. Estamos creciendo a 1,1 por ciento anual. Eso quiere decir, que están naciendo menos de 400 mil niños al año, y se están graduando 400 mil bachilleres en el mismo período. Si sale más de lo que entra, el sistema no puede crecer más. Tenemos un rápido crecimiento poblacional. Más de 50% es mayor de edad. Otras cifras nos indican la atención por grupo etario. De entre 6 y 12 años, estamos atendiendo alrededor de 97%. Es decir, que casi todos están dentro del sistema. Estamos atendiendo lo cuantitativo, ahora vamos a lo cualitativo. Hay que incrementar la escuela secundaria. Es decir, de 7° a 9° grados, 1° y 2° de diversificada. Cualitativamente tenemos que reducir a la mitad el número de niños por aula.
-Insisto en las cifras. Según Provea, la escuela básica creció 2%; de ese porcentaje, la escuela oficial aportó 0,7%. Si se cruza la población en edad escolar, de acuerdo con el INE, de 1 a 17 años y la matrícula se concluye que hay 3 millones de excluidos.
-Hay que recordar que el INE hace proyecciones&
-Esas son cifras actuales.
-El último censo fue en 2001. Son sólo proyecciones.
-Con esas proyecciones se maneja el Gobierno.
-Claro. La proyección estimada. Actualmente, cifras de 2008, tenemos 7 millones 500 mil alumnos entre educación pública y privada. Esa es la cifra que manejamos. Ellos trabajan sobre la base de la encuesta de hogares, que es válida para saber dónde estamos.
-Hay un tema pendiente, la calidad educativa. El sistema, nacional e internacionalmente, no se ha evaluado.
-He conversado con funcionarios de los organismos adscritos a Naciones Unidas, a los cuales planteé la elaboración de indicadores propios de calidad. Cuba nos está asesorando en cómo medir el impacto educativo en Matemática y Lenguaje, por ejemplo. Se trata de crear un grupo de indicadores sobre las competencias que deben manejar nuestros alumnos.
-¿El Gobierno no comparte los actuales indicadores?
-Es que van más a lo cuantitativo que a lo cualitativo. Por eso te decía que estamos satisfechos en lo cuantitativo. Nunca se logrará un buen impacto de la calidad si no llegamos a toda la sociedad. No basta con crear unos pocos buenos centros educativos. La educación de calidad debe llegar a todos los niños. Para que la escuela funcione mejor necesitamos que los docentes tengan menos alumnos.
-Eso pasa por crear más escuelas. La última Memoria y Cuenta informa sobre la construcción de 700 nuevos planteles. En total, ¿cuánto ha crecido la infraestructura?
-¿Y te parecen pocos?
-No. ¿Pero cuál es la capacidad para satisfacer la demanda de cupos?
-En este período se han construido entre cinco mil y seis mil planteles. En este momento está en marcha el Plan Excepcional Simón Bolívar, que estima la construcción y reparación de 3 mil escuelas. Hemos afrontado tropiezos como problemas burocráticos, de dotación de insumos y con las empresas constructoras, que no han concluido su trabajo.
-¿Cómo marcha el plan?
-Nos estamos recuperando.
-El problema más grave del sistema es el embudo entre 6° y 7° grados. Casi 80% de los planteles atienden solo del 1° al 6° grados. En el país sólo 539 planteles ofrecen estudios del 7° de básica al 2° año de diversificada. El sistema genera exclusión.
-Es cierto y así fue concebido. Es necesario cambiarlo. El sistema ideal es que lo que entra sale al final. Son sistemas selectivos.
-Pero se trata de capacidad, no de selección. ¿Cuántos terminan 6° grado?
-Se ha disminuido la repitencia. Hay 100 mil reprobados en todo el sistema, es decir, 2,6%. Eso es gracias al Programa de Alimentación Escolar, que ha ayudado en la alimentación de los niños y prosecución escolar.
-La calidad educativa pasa por tener un mayor y mejor número de docentes. Casi la mitad de los maestros son contratados. ¿Qué medidas se están tomando para atacar esa falencia?
-Acabamos de clasificar a 58 mil 116 maestros que tenían la titularidad como docente I. Ahora vamos con los interinos. Tenemos 121 mil interinos y acabamos de sacar dos resoluciones, 003 y 004, para su clasificación. Mi gran pleito con las federaciones era que designaban sus jurados, pero la Constitución dice que deben ingresar por méritos docentes, no por lo gremial ni político. Esos 121 mil interinos serán evaluados a través de un programa de tres niveles. La escuela; donde participan los representantes de los alumnos, de los docentes y de los representantes. El segundo es la Zona Educativa y el tercero el Ministerio. Éstos últimos permitirán que el docente apele si considera que fue mal evaluado. El alumno será parte de esa nueva evaluación. Para que un maestro pueda aprobar debe tener más de 60% de la nota. Un docente reprobado no será botado, sino que continuará como interino por un año más para corregir las fallas.
-Se cuestiona la política educativa del Gobierno por su alto contenido ideológico. ¿Cómo garantizar que esos docentes serán evaluados desde lo pedagógico y no por su formación ideológica?
-La Constitución nos obliga a todos. Cuando yo estaba en primer año se produjeron los alzamientos de Puerto Cabello y Carúpano. Esos hechos fueron materia de todos los días. Lo que quiero decir es que hay un modelo que lo define la Constitución, y en su defensa estamos todos. Eso es adoctrinar en el sentido de la democracia. Nuestra democracia es participativa, protagónica, corresponsable&
-Pero no es socialista.
-No lo es.
-Precisamente eso es lo que se cuestiona, que se quiere imponer un pensamiento.
-Tú me dices se quiere&
-Claro, a través del Cu- rrículo Bolivariano.
-El Currículo Bolivariano es un insumo más y está en el congelador. Ahora te devuelvo la pelota. Un sacerdote amigo me propuso que diéramos catecismo en las escuelas. Porque considera válida la doctrina de Jesucristo. Eso es adoctrinar, lo cual no es malo siempre y cuando sea en el hogar, porque si doy catecismo en la escuela debo permitir que también se profese el islamismo y otras religiones. No estoy en contra de que un grupo de padres solicite clases de catecismo para los muchachos, pero debe ser fuera de la hora de clases y el que no quiera no entra. El Estado es laico.
-Es decir, si bien el Gobierno tiene su proyecto político, la escuela debe estar abierta al liberalismo, anarquismo...
-Ese es el punto. La escuela abierta. Estoy evaluando unos libros para 6° grado, las docentes son de izquierda por el lenguaje y otros puntos. En ese libro se habla del desarrollo petrolero y no se nombra socialismo. No se dice que esto es mejor que lo otro, se analiza el desarrollo y ya. Se exponen temas y puntos. Ahora, si tú me dices que están adoctrinando a los docentes de la UBV en docencia crítica te digo que sí. Porque necesito que los niños se formen como ciudadanos críticos para cambiar lo que existe.
-¿Los docentes egresados de otras universidades no son críticos?
-No puedo decir eso. Lo que sí puedo decir es que no fueron formados para eso.
-Pero los pensa de estudios de las universidades apuntan a formar docentes críticos.
-Si fuera así no tuviéramos la escuela vertical, donde el docente está montado en una tarima y no está preparado para construir el conocimiento con el niño. La práctica pedagógica de la escuela no es la mejor. Seguimos repitiendo las viejas prácticas. La escuela es casi igual a la cual yo asistí, sólo que los niños son más audaces. Es necesario aprender a desaprender, lo cual requiere un entrenamiento que no ofrecen las universidades. La universidad hay que cambiarla, es la misma de hace 800 años.
-¿Cuándo inicia la evaluación de los 121 mil interinos?
-Aspiro a cerrar este año sin interinos con más de un año de labores. Espero que todos tengan la titularidad y su ubicación en el escalafón docente. Eso representa un impacto importante tanto en el ingreso como en la estabilidad laboral de esos maestros. Ahora estamos apuntando a la calidad con el incremento del número de docentes en aulas. gmendez@eluniversal.com
*Tomado de http://www.eluniversal.com/2009/02/23/pol_art_cuba-nos-esta-aseso_1276227.shtml
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