Fotografía: Arturo Álvarez D'Armas
Estas paredes y estos techos fueron espacios para el continuo ir y venir de batas blancas, para la espera ante la fiel presencia del dolor, sitio de alivio a quebrantamientos que cruzaban el cuerpo hasta entristecer el alma. Hoy la luz entra de lleno, inunda este recinto y deja una ingrimitud aséptica. En la fachada la mancilla del presente, indiferente y monosílabo. Aun el busto de Alejandro Próspero Reverend vigila, acecha toda la ausencia que se oxida sobre la vieja blancura de unos paredones semejantes a huesos carcomidos. La palabra libertad en trazo rústico, significando la sosegada ironía de los epitafios. Sin embargo, como un tardío homenaje, llega ese ojear asombrado e insolado de Arturo Alvarez D'Armas, buscando una miga de ternura en las cosas y habitantes de esta planicie atada a la maternal inclemencia de las aguas y del fuego hecho fulgor intenso... Jeroh Montilla.
1 comentario:
Excelentes fotografías del amigo Arturo Alvarez. El texto de Montilla es poéticamente insuperable. Refleja ese estado de ánimo en que nos sumergimos cuando estamos en presencia de cualquier testimonio material del humano paso,como esas ruinas,que una vez albergaron a hombres y mujeres, a pacientes y médicos en su lucha contra la enfermedad.
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