Ponencia presentada en el III Congreso Internacional de Ciencias Históricas.
XIII Jornada de
Barquisimeto, del 28 al 31 de julio de 2009.
Mesa: “Estudios Afroamericanos”.
José Marcial Ramos Guédez.
Prof. y Dr. en Historia.
E-mail: ca53ve@hotmail.
“...las negras eran parteras y ayas. Todo blanco
llegaba al mundo en manos de la partera negra.
Todavía duró esto hasta el primer cuarto del
presente siglo. Y el aya, la ‘criadora’, siempre
fueron negras […] Muchos blancos tenían sus
hermanos de leche. El ama negra tenía bajo su
custodia la educación del niño por la confianza
que a través de los años se fue depositando en
ella; sin existir promiscuidad, se notaba una
impalpable plasmación del espíritu infantil a
través de esta segunda mamá que fue la esclava
…” Acosta Saignes, Miguel. Estudios en an –
tropología, sociología, historia y folclore. pp.
266-267
INTRODUCCION.
A partir de 1492 se inicia en el continente americano, un paulatino exterminio de la población autóctona y dicho fenómeno ocurrió tanto por los enfrentamientos bélicos entre los conquistadores y los indígenas como por la expansión en el nuevo mundo, de múltiples enfermedades traídas por los europeos, las cuales ocasionaron la muerte a millones de seres humanos nativos del continente antes mencionado. En tal sentido, vemos que para sustituir a la población indígena, los europeos fomentaron la trata de africanos en calidad de mano de obra esclavizada, para trabajar en la pesca de perlas, en la minas, en la agricultura, en la ganadería, en los oficios artesanales y en el servicio doméstico. Siendo en éste último sector, donde encontramos a las nodrizas y ayas africanas y sus descendientes, quienes ocuparon una función de gran importancia, ya que sobre ellas, recayó la responsabilidad de atender no solamente las tareas y menesteres de las casas de sus amos, sino también, la ardua labor de amamantar y criar a los hijos e hijas de las familias mantuanas o grandes cacaos. En sus efectos, apreciamos que las nodrizas y ayas negras, zambas y mulatas, intervinieron en el proceso de transculturación e interculturalidad que aconteció en
I.- AYAS Y NODRIZAS EN EL SERVICIO DOMESTICO.
En
“Las mujeres, que vienen en calidad de esclavas, en gran parte sustituyeron a las indias en el servicio doméstico, utilizándose como cocineras, lavanderas, planchadoras, criadoras y ayas de los niños blancos. […] El aporte femenino de los grupos negros provenientes del continente africano fue importante y marcó un hito en la estructuración socioeconómica de estos tiempos.”(2)
En el caso específico de Venezuela bajo el dominio de
“El 18 de octubre de 1611, los Frailes de la orden de Santo Domingo del convento de San Vicente de Ferrer de Predicadores de Mérida, xtendieron un poder en el nombre del Padre Fray Miguel de Rojas, superior y vicario provincial y del padre Fray Cristóbal Suárez, sacerdote conventual, a Juan de Teydra vecino de la ciudad de San Antonio de Gilbraltar, para comprar una esclava negra para el servicio del convento, en los puertos de Gibraltar o en otros de
Con la finalidad de ampliar lo antes aludido, debemos tomar en consideración que durante el período colonial
Según el viajero francés Francisco Depons “...los esclavos domésticos son muy numerosos en Caracas. Se cree que la riqueza de una casa está en proporción al número de esclavos de ella. En cada casa debe de haber cuatro veces más que los realmente necesarios. Lo contrario pasa por tacañería denunciadora de pobreza y ésta se ha de esconder cuanto se pueda. Cualquier blanca, aunque su fortuna no se lo permita, va a misa seguida de dos esclavas o mulatas. Las verdaderas ricas llevan cuatro o cinco esclavos, y si una persona de la misma casa va a otra iglesia lleva consigo igual número de esclavos…” (9)
En la compresión del fenómeno relacionado con los esclavos en el servicio doméstico, debemos señalar que éstos gozaron de muchos privilegios a diferencia de los esclavos localizados en las faenas agrícolas, pues, la cercanía a los amos les permitía “…crear lazos de afectos y confianza que en muchas oportunidades determinaron cláusulas a favor del esclavo en los testamentos o ciertas ventajas a la hora de la manumisión o la coartación. De hecho, puede afirmarse que, invariablemente, los esclavos a los cuales los amos otorgan su libertad en sus testamentos son esclavos domésticos…” (10)
Observamos que en
“…En Caracas hay casas que tienen doce o quince esclavas, sin contar
con los sirvientes de los hombres…” (11)
Según comentarios de Wilmer E. González Lucero “… la población esclava en la ciudad de Caracas promedia un 64,13% de elementos femeninos es decir, que dos terceras partes de la población esclava total estuvo conformada por mujeres, lo cual como ya dijimos, da visos de especificidad […] Dentro de la ciudad, encontramos una gran concentración de esclavos dedicados a oficios que inclusive escapan de los criterios racionales de producción. Fundamentalmente la forma de trabajo o de explotación esclavista se vincula a la explotación del trabajo doméstico” (12).
Con relación al excesivo número de esclavizadas que generalmente poseían las familias caraqueñas o las de otras ciudades de Venezuela, observamos que muchos amos, permitían que ellas realizaran oficios domésticos en otras casas y recibieran un salario, el cual debían compartir con sus propietarios y con la parte que les quedaba, podían comprar su propia “carta de libertad”, y optar a la condición de mujeres libres (13).
En muchos testamentos elaborados en
Para ampliar el análisis relacionado con los esclavizados negros y mulatos en el servicio doméstico, apreciamos que en
II. CUATRO NODRIZAS Y AYAS RECONOCIDAS EN
Para comprender a cabalidad la propuesta antes mencionada, debemos destacar que el fenómeno etnohistórico de las nodrizas y ayas africanas, fue común en la mayoría de las familias mantuanas o de los grandes cacaos, lamentablemente los nombres y apellidos de muchas de esas mujeres esclavizadas o en situación de libertad, quedaron omitidos tanto en
Elena Cornieles (caso ocurrido en la ciudad de Mérida el 17 de marzo de 1671). Se le menciona como una mujer de color pardo, sin hogar reconocido y fue acusada de ocasionar “…escándalo con su mal vivir por no estar recogida en donde sirva y tenga el salario de que sustentarse…”(17) Además, acababa de parir y por tal motivo, el Capitán Francisco de Uzcátegui le solicitó al Alcalde Ordinario de Mérida, Capitán Sebastián de Soto, que le entregara a la susodicha Elena Cornieles “…por concierto para criar un niño nieto suyo y, a quedado huérfano por haver fallecido su madre Doña Catalina de Uscátegui luego que lo parió y no ha hallado en esta ciudad persona que pueda acudir a la dicha crianza…”(18) Vemos en esta ocasión como funcionó el ejercicio del poder político, para utilizar los servicios de una nodriza en las circunstancias relacionadas con un niño huérfano, perteneciente a una familia de destacada influencia económica y militar en
Socorro Gómez ( aya del General Manuel Carlos Piar). Se señala que fue esclava de Doña María Isabel Gómez, madre de Carlos Manuel Piar (Willemstad, Curazao-28-04-1774 – Angostura, Edo. Bolívar, 16-10-1817) (19). Con relación a la esclavizada aludida, la escritora Carmen Clemente Travieso, entre otras cosas nos dice: “-Socorro, negrita, dame un vaso de agua, me muero de sed…Y la negra esclava-su preferida-aparece por la puerta del comedor con el vaso de agua fresca llenado en la tinaja, que ofrece a Isabel [Gómez] Después que se toma el último trago, pregunta: ¿Dónde está Manuel? Ahí mismito que usté se fue cogió para la mar…Iba a jugar con un barquito…-contesta la negra- Ve a buscarlo, Socorro…Ese niño tan desobediente, tan insubordinado. No voy a sacar nada de él, Socorro, y tú que me lo concientes tanto…Para ti, todo lo que hace Manuel es una gracia, y me lo tienes perdido…- Pero si es un angelito, su mercé, ¿qué quiere usté?...Le gusta el mar, la libertad, el juego…El no hace nada malo…”(20) Vemos en dicho texto, la interconexión existente entre la aya esclavizada y el niño, quien siempre recibe de esta última, un gran afecto e infinita protección, evitando que los padres les puedan aplicar algún tipo de castigo.
Ahora bien, no podemos omitir en este estudio, la descripción que realizó el sacerdote Carlos Borges (1867-1932) en torno a
Observamos, que nuestro Libertador Simón Bolívar, jamás olvidó a la negra Hipólita, tal como lo demostró en varias oportunidades, siendo algunas de ellas, cuando estaba en la ciudad del Cuzco (Perú) y le escribió a su hermana María Antonia, el día 10 de julio del año 1825 y le recomienda “…que le des todo lo que ella quiere; para que hagas por ella como si fuera tu madre, su leche ha alimentado su vida y no he conocido más padre que ella…”(24) Posteriormente, vemos que cuando Bolívar realiza su último viaje a Venezuela en el año de 1827, no desatiende a su antigua nodriza y aya, pues, le escribe de nuevo a su hermana María Antonia, el día 2 de junio del año aludido, señalándole que “…Del dinero que queda en tu poder procedente de la letra, tendrán la bondad de dar a Hipólita cuarenta pesos. Yo te la recomiendo…”(25)
Advertimos, que en los múltiples escritos de Simón Bolívar plasmados en cartas, discursos, proclamas, decretos y otros (26), no hemos encontrado ninguna referencia emitida por nuestro Libertador sobre la negra Matea, quien según muchos historiadores, biógrafos y aficionados a los estudios de los anales patrios, también fue aya del máximo hijo de la ciudad de Caracas. Además, algunos autores (27) consideran que la negra Matea, aunque fue una esclavizada de la familia de Bolívar, sin embargo no estuvo vinculada con la crianza del niño Simón y fue identificada como la susodicha aya por el General Antonio Guzmán Blanco (1829-1899), durante los actos oficiales con motivo a la celebración del Centenario del Nacimiento de Simón Bolívar en el año de 1883 (28).
María Josefa (de eslavizada a manumisa, encargada del servicio doméstico de la familia Pardo Monsanto, segunda mitad del siglo XIX) (29). El matrimonio entre Isaac Pardo (comerciante de origen judío) y María de Jesús Monsanto (caraqueña también de origen israelí), se consolidó durante varias décadas y tuvieron trece hijos, muchos de ellos se dedicaron a las actividades comerciales y otros se destacaron en las profesiones liberales de la época : el derecho, la medicina y otras (30). Sobre el caso específico de María Josefa, Isaac J. Pardo, nos señala lo siguiente: “En aquella casa, después de don Isaac y doña Jesusita, la persona más importante fue una negra, esclava, manumisa, de nombre María Josefa, a quien los niños llamaban Pepa. En principio, sus funciones fueron las de cocinera […] Mi abuela fue una persona extremadamente delicada, extremadamente sensible, extremadamente mimada por su marido […] María Josefa la protegía con una sombrilla de los quemantes rayos del sol tropical cuando la abuela cruzaba el patio de la casa. La inquietud y las voces de sus numerosos hijos la hacían sufrir, y quien se ocupaba de ellos era María Josefa. Y así, de detalle en detalle, el gobierno de la casa fue descargado en María Josefa […] Yo oí decir a mi padre con un ligero temblor de emoción en la voz : ¡Aquella negra fue nuestra madre! Y uno de mis tíos, ya anciano, clamaba por Pepa, en su agonía, Es explicable que aquellos «hijos» de María Josefa le proporcionaran todo el bienestar posible hasta el fin de su vida” (31) En el caso citado, observamos a una mujer, negra y manumisa, quien se entregó de lleno a la crianza y protección de una familia adinerada de
Finalmente, podemos señalar que tanto en
NOTAS Y REFERENCIAS DOCUMENTALES Y
BIBLIOHEMEROGRAFICAS.
(1) Acosta Saignes, Miguel “
(2) Troconis de Veracoechea, Ermila. “El papel de la mujer en la conquista y la colonia”. En: Sartenejas. Organo de difusión de
(3) Con respecto a las mujeres esclavizadas cargadoras de agua, veamos el siguiente testimonio: “…en la conducción a la nueva ciudad situada en el valle de este nombre de San Felipe que dista de esta ciudad [Barquisimeto] un día y medio de camino y donde las sementeras de cacao se aumentan cada año considerablemente por la excelente disposición de su terreno. Los vecinos viven lo más del tiempo en sus haciendas de azúcar y cortijos de maíz que llaman los primeros retiros y los segundos conucos de que cogen abundante cosecha […] no tiene otra agua que la del río y así es grande el trajín de negras que van en cántaros por ella…” Ver: Santiesteban, Miguel de. “Viaje muy puntual y curioso que hace por tierra […] desde Lima hasta Caracas, el año de
(4) Acosta Saignes, Miguel, Vida de los esclavos negros en Venezuela. p.201.
(5) Un ejemplo concreto sobre el servicio doméstico en las áreas rurales, lo podemos apreciar en el caso de la faena pecuaria que se realizaba en los llanos, en la cual los “…esclavos se localizaban en [dicho] servicio […] y salvo el mayordomo – figura especial en el contexto – ocupaban los escalones inferiores de esta organización interna del hato”. Ver: Rodríguez Mirabal, Adelina C. La formación del latifundio ganadero en los llanos de Apure. 1750 – 1800. p. 285.
(6) Samudio de Chaves, Edda O. “Los esclavos negros en
(7) Troconis de Veracoechea, Ermila. “Aspectos generales de la esclavitud en Venezuela”. En: Tierra firme. Revista de historia y ciencias sociales. Caracas, Año 2 Vol. III, Nº 8, octubre-diciembre de 1984. p. 448.
(8) Humboldt, Alejandro de. Viaje a las regiones equinocciales del nuevo continente hecho en 1799,1800, 1801,1802, 1803 y 1804. Tomo I, p.462.
(9) Depons, Francisco. Viaje a la parte oriental de tierra firme en
(10) Duharte Jiménez, Rafael. El negro en la sociedad colonial. p. 26
(11) Depons, Francisco de. Ob.Cit. Tomo II, pp. 232-233.
(12) González Lucero, Wilmer E. “La esclavitud doméstica al servicio del prestigio social en el Valle de Caracas (Finales del siglo XVIII – principios del siglo XIX)” En: Tiempo y espacio. Publicación del Centro de Investigaciones Históricas “Mariano Briceño Iragorry”. Caracas, Año VIII, Nº 15, enero-junio 1991. pp. 43-44.
(13) Troconis de Veracoechea, Ermila. Indias, esclavas, mantuanas y primeras damas. p. 118.
(14) “Testamento de Don Feliciano Palacios Sojo… año de 1796…”. En: Boletín de
(15) Almécija B. Juan. La familia en
(16) Castellanos, Rafael Ramón. Historia de la pulpería en Venezuela. Pp. 31-189 y 231-254
(17) “Documento Nº 20. Escritura de concierto para criar un niño huérfano, nieto del Capitán Francisco Uscátegui” En: Ramos Guédez, José Marcial. Contribución a la historia de las culturas negras en Venezuela colonial. pp. 406-407. Texto localizado inicialmente en : Samudio A., Edda O. El trabajo y los trabajadores en Mérida Colonial. Fuentes para su estudio. pp. 149-150
(18) Idem (Se conserva la ortografía de la época)
(19) González, Asdrúbal. Manuel Piar. pp. 40-43
(20) Clemente Travieso, Carmen. Mujeres de la independencia (Seis biografías de mujeres venezolanas).p. 25
(21) Paiva Palacios, Carmelo. La negra Hipólita: nodriza del Libertador. pp. 8-9
(22) Ibídem. p. 8
(23) Borges, Carlos “Discurso del Pbro. Dr. Carlos Borges en
(24) Ramos Guédez, José Marcial .”Bolívar y la abolición de la esclavitud” En: Revista de
(25) Idem
(26) Bolívar, Simón. Escritos del Libertador… 30 tomos.
(27) Rivero, Manuel Rafael. Matea Bolívar “La negra Matea”. pp. 7-8; N.E.A. “La negra Matea” En: Revista de
(28) Acosta Saignes, Miguel “
(29) Pardo, Isaac J. “Cédula de identidad de Isaac José Pardo Soublette” En: A la caída de las hojas. p 16
(30) Ibídem. p. 18
(31) Ibídem. pp. 20-21
FUENTES CONSULTADAS.
BIBLIOGRAFICAS.
Acosta Saignes, Miguel. Dialéctica del Libertador / introducción, recopilación y notas de Ramón Losada Aldana. Caracas ; Universidad Central de Venezuela, Ediciones de
Acosta Saignes, Miguel. Estudios en antropología, sociología, historia y folclor. Caracas : Academia Nacional de
Acosta Saignes, Miguel. Vida de los esclavos negros en Venezuela. 3a.ed. Valencia (Venezuela): Vadell Hermanos Editores, 1984. 409 p.
Almécija B., Juan. La familia en
Bolívar, José Reinaldo. Simón Bolívar: hijo de Hipólita, pupilo de Matea y otros discursos afrodescendientes. Caracas : Ediciones del Ministerio del Poder Popular para Relaciones Exteriores, Despacho del Viceministro para África, 2007. 142 p.
Bolívar, Simón. Escritos del Libertador. Caracas : Sociedad Bolivariana de Venezuela, 1967. 30 tomos. (Publicados en diferentes años)
Borges, Carlos. Discurso en
Castellanos, Rafael Ramón. Historia de la pulpería en Venezuela. Caracas : Editorial Cabildo, 1989. 294 p.
Clemente Travieso, Carmen. Mujeres de la independencia (Seis biografías de mujeres venezolanas). México: Talleres Gráficos de México, 1964. 364 p.
Depons, Francisco. Viaje a la parte Oriental de Tierra Firme en
Duharte Jiménez, Rafael. El negro en la sociedad colonial. Xalapa, Veracruz (México): Gobierno del Estado de Veracruz, 1992. 232 p. (Colección Bicentenario;10)
González, Asdrúbal. Manuel Piar. Valencia (Venezuela) : Vadell Hermanos Editores, 1973. 213 p.
Herrera Salas, Jesús María. De cómo Europa se apropió de la leche de las madres africanas en el Caribe: un ensayo sobre “barbarie” y “civilización”.Caracas : Fondo Editorial Tropykos, 2005. 175 p.
Humboldt, Alejandro de. Viaje a las regiones equinocciales del nuevo continente hecho en 1799, 1800, 1801, 1802,1803 y 1804. Caracas : Ministerio de Educación, Dirección de Cultura y Bellas Artes, 1956. 5 tomos.
Mosqueda Suárez, Miguel. Vida y obras completas de Carlos Borges. Caracas : Ediciones Patria, 1971. 767 p.
Paiva Palacios, Carmelo. La negra Hipólita: nodriza del Libertador. Caracas: Ediciones Librería Estelar, 2007. 55 p.
Pardo, Isaac J. A la caída de las hojas. Caracas : Monte Ávila Editores Latinoamericana, 1998. 133 p.
Ramos Guédez, José Marcial. Contribución a la historia de las culturas negras en Venezuela colonial. 2a.ed. Caracas : Fondo Editorial del IPASME, 2008. 640 p.
Ramos Guédez, José Marcial y otros. Conferencia internacional presencia de África en América / compilación de Antonio Núñez Jiménez.
Ramos Guédez, José Marcial y otros. Primer Congreso de
Rivero, Manuel Rafael. Matea Bolívar : “La negra Matea”. Caracas : Concejo Municipal del Distrito Federal, 1975. 12 p.
Rodríguez Mirabal, Adelina C. La formación del latifundio ganadero en los llanos de Apure, 1750-1800. Caracas : Academia Nacional de
Samudio A., Edda O. El trabajo y los trabajadores en Mérica Colonial. Fentes para su estudio.. San Cristóbal (Edo. Táchira): Universidad Católica del Táchira, 1984. 159 p. (Colección Sumario; 7)
Troconis de Varacoechea, Ermila. Indias, esclavas, mantuanas y primeras damas. Caracas : Alfadil Trópicos, Academia Nacional de
HEMEROGRAFICAS.
Boletín de
El Nacional. Caracas, 1981
Revista de
Sartenejas. Órgano de difusión de
Tiempo y espacio. Publicación del Centro de Investigaciones Históricas “Mario Briceño Iragorry”. Caracas, 1991
Tierra Firme. Revista de historia y ciencias sociales. Caracas, 1984
2 comentarios:
y aun en fecha actual hay quienes todavia hemos depronto servido de nodrizas, generalmente esto se da entre la familia...
saludos
Esa historia tambien es necesario investigarla y escribirla. En Venezuela las mujeres, según algunos sociólogos, por la visible ausencia del padre cubre el lugar y rol de este.
Publicar un comentario