Argenis Méndez Echenique
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La actual sequía no sólo ha traído preocupación por la disponibilidad de agua y energía eléctrica, sino que inesperadamente ha tomado vigencia “El Masparro”. Esta nave naufragó la madrugada del día 16 de Julio de 1914, en el sector de La Lagunota, en el río Apure, donde pernoctaba, a consecuencia de un fuerte vendaval que zarandeó la embarcación como si fuese un barco de papel. En su momento fue noticia de primera página en diarios regionales y nacionales, como Letras, de San Fernando, El Universal, de Caracas, y El Impulso, de Barquisimeto. Entre los primeros en enterarse del naufragio, a través del telégrafo, estuvo Juan Vicente Gómez, que estaba dando sus primeros pasos para afianzarse en el poder y quería controlar el país. Luego vinieron leyendas, mitos, refranes, cuentos y novelas, cuyo tema ha sido el “Masparro”.
Todavía en la octava década del pasado siglo era motivo de atención para los estudiosos e intelectuales regionales, entre los que se contaron a Don Felipe Martínez Veloz, la Dra. Ruth Snackenberg de Rodríguez, que escribió una novela, Oldman Botello, Cronista de la Ciudad de Maracay, y el autor del presente escrito, que lo reseña en su libro Trazos para una Cronología Histórica de Apure (1983). El “Masparro” nunca estuvo perdido. Siempre se supo del lugar donde se encontraba encallado. Si no lo creen, pregunten en Apurito y Santa Lucía.
El Vapor “Masparro” (1910)
Pero la expectativa de hoy es tal que ha generado una corriente de gente curiosa e interesada en conocer nuestra pequeña historia, tanto de Apure como de Barinas, hacia el lugar donde ha sido localizado el barco, lo que ha generado allí la instalación de tarantines para vender bebidas y comidas. Esto determinó que las Secretarías de Cultura y de Prensa del Ejecutivo Regional, Apure TV, las televisoras nacionales VTV y Venevisión organizasen una visita al lugar este pasado domingo 28 de Febrero, para informar a toda la comunidad apureña sobre lo acontecido. Ya han salido informaciones al respecto por la prensa regional.
Por Cultura asistieron Argenis Méndez Echenique, historiador, y Pedro H. Sánchez Archila, carpintero de ribera. Por los medios de comunicación estuvieron presentes las periodistas Luzmila Bolívar y Daniela Moreno, fotógrafos y camarógrafos. Allí se conversó con gente de las comunidades cercanas, como don Santiago Vicente Landaeta, de edad nonagenaria y nativo de Achaguas, don Juan Pérez, nativo de Apurito e investigador de la historia del pueblo, y con la familia Utrera (Luis y Nancy), de la comunidad de Santa Lucía, entre otros.
Los restos del “Masparro” se localizan semienterrados en la arena de un barranco del río Apure, a 7º59’56,52” de latitud norte y 63º0’39,25” de longitud oeste, a poca distancia del fundo de un señor Brígido, al este de Santa Lucía, en el llamado “Cañón de La Lagunota”, donde se forma un remolino, a unos 90 kilómetros de San Fernando.
Historia del Masparro. El “Masparro” era un barco con un motor a vapor y de chapaletas, con casco de hierro, una capacidad de 33 toneladas y pertenecía a la Flota del Orinoco de la Compañía Anónima Venezolana de Navegación (CAVN). Había comenzado a navegar por el Orinoco y sus afluentes en la última década del siglo XIX, bajo la responsabilidad de la Compañía de Vapor del Orinoco, de la Compañía Estrella Roja y de la Compañía Anónima Fluvial y Costanera de Venezuela. La CAVN se constituyó en 1911, teniendo como principal accionista al general Gómez.
En los primeros días del mes de Junio de 1914, el “Masparro” había sido capturado por un grupo de oficiales y soldados enviados en comisión a El Yagual (ante una eventual invasión desde Colombia por parte del general Alfredo Franco), que se insubordinó contra Gómez, capitaneado por el entonces coronel Pedro Pérez Delgado, “Maisanta”, e intentaron tomar a San Fernando; luego se dirigieron Nutrias, a la que controlaron algunos días y ante la imposibilidad de sostenerse allí abandonaron el buque, después de quitarle las chapaletas, que luego fue remolcado el día 14 de Junio por el vapor “Apure”, llegado con tropas del general José Ignacio Briceño, y llevado a San Fernando para su reparación.
La primera salida que hace este buque, después de su remozamiento, se da el día 15 de Julio. Pero, en la madrugada del 16, Día de la Virgen del Carmen, a consecuencias de un fuerte vendaval, naufraga en el río Apure, en las cercanías de la población de Apurito, conduciendo un pelotón del Ejército del Gobierno Nacional, que iba al Alto Apure a combatir un alzamiento armado en Guasdualito (La Periquera), y algunos pasajeros, para un total de 72 personas a bordo. El capitán del barco era Nicolás Subero, llevando como práctico (guía) a Juan Antonio Arrieta. El barco quedó volcado totalmente.
El comandante de la tropa militar era el General Ramón Garrido, aragüeño, ex - comandante del Batallón “Guaicaipuro”, del Ejército Nacional, acantonado en San Fernando, y con sobrada experiencia en la lucha de pacificación decretada por el General Gómez para Apure, acompañado de algunos oficiales, entre los que se contaba al General Ignacio Quintana (ex - Presidente del Estado Apure), Coronel Benjamín Olivieri (recién posicionado el día 14 como Comandante del Batallón “Guaicaipuro”, en San Fernando), Coronel Juvenal Colmenares (Segundo Comandante del “Guaicaipuro) y Coronel Enrique Pocaterra, más 30 soldados de tropa; los pasajeros civiles eran Tomás Márquez, Luis Trejo Esté (hijo de la ilustre educadora apureña Clarisa Esté de Trejo y nativo de San Fernando), Arturo Sanz y Francisco Lara. Perecieron ahogados 26 personas, entre las cuales se contaron siete tripulantes de la nave y al General Garrido.
Al conocerse la noticia del desastre, desde San Fernando fue enviado en su auxilio el vapor “Apure” y desde Nutrias salió el “Alianza”. Pese a todos los esfuerzos realizados, no se logró rescatar todos los cadáveres, entre ellos el del general Garrido. Las autoridades gubernamentales de Apure enviaron al vapor “Boyacá”, que zarpó de San Fernando hacia Lagunota, “para recuperar los diversos valores que iban en el barco, logrando en parte su propósito”.
Los restos del “Masparro” hoy día (28/02/2010)
Más tarde se hicieron varios intentos para rescatar la maquinaria del vapor, “que estaba reputada como buena y potente”, sin lograr ningún éxito. Luis Roncayolo, ligado a la empresa naviera propietaria, cuenta que el 2 de Enero de 1917 él, acompañado del Director de la Compañía, se trasladó en el “Arauca” al lugar del accidente para hacer el último intento, pero hubo que desistir del rescate de los motores “por considerarlo inútil y costoso”.
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Considerando que el “Masparro” es una reliquia histórica y patrimonio cultural de Apure, se espera la intervención oficial para crear un Museo Fluvial con los restos de la embarcación y que sea tomado como símbolo del Proyecto Fluvial Eje Apure – Orinoco. En su momento, este barco fue vehículo de progreso para el Llano, facilitando el transporte de pasajeros y mercancías desde diferentes partes de la república. Además, el mismo está ligado a la historia de luchas y peripecias del legendario “Maisanta”, Pedro Pérez Delgado, contra la tiranía gomecista. Se requiere que la Policía o las Fuerzas Armadas custodien el lugar para evitar el total desmantelamiento de los restos del barco; pues, algunas personas desprenden pedazos de metal de la vieja estructura para guardarlo de recuerdo.