Día 23/02/2011 - 10.51h
En noviembre de 2010, la revista científica Icarus publicaba un artículo firmado por los astrofísicos John Matese y Daniel Whitmire, quienes proponían la existencia de un desconocido planeta más grande que Júpiter al que llamaron Tyche. El hipotético nuevo mundo estaría situado en la nube de Oort, un lejano depósito de pequeños cuerpos de hielo en el borde de nuestro sistema solar. Los científicos sostienen que las pruebas de la existencia del planeta podrían haber sido registradas por la sonda de infrarrojos WISE de la NASA. Esta afirmación ha hecho reaccionar a la agencia espacial, que hace unos días negaba en su Facebook que semejante descubrimiento haya tenido lugar. Ahora, los científicos del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL, por sus siglas en inglés) de la NASA han querido aclarar el asunto punto por punto.
WISE es un telescopio espacial de la NASA, lanzado en diciembre de 2009, que escanea el cielo celeste entero en cuatro longitudes de onda infrarrojas. Ha capturado más de 2,7 millones de imágenes de objetos en el espacio, desde galaxias lejanas a asteroides y cometas relativamente cerca de la Tierra. Recientemente, WISE ha completado su primera gran misión: un examen completo completo del cinturón de asteroides y dos del universo más lejano, en dos bandas infrarrojas. Hasta el momento, ha encontrado una estrella ultra-fría o enana marrón, 20 cometas, 134 objetos cercanos a la Tierra (NEOs) y más de 33.000 asteroides en el cinturón principal entre Marte y Júpiter.
En modo «hibernación»
Tras el éxito de la misión, WISE se encuentra en modo de «hibernación», pero continúa el análisis de sus datos. Una versión preliminar de las primeras 14 semanas de datos está prevista para abril de 2011, y la versión final de sus hallazgos se dará a conocer en 2012. Pero, ¿hay alguna señal de que Tyche exista? Los responsables de WISE creen que todavía es «muy pronto» para saber si los datos de la sonda confirman o descartan la presencia de un objeto grande en la nube de Oort. Será necesario realizar análisis durante los dos próximos años para determinar si WISE ha detectado un mundo semejante o no. «Es poco probable que podamos anunciarlo en abril de 2011», reconocen. Habrá que esperar a 2012 para conocer si la hipótesis de Matese y Whitmire tiene sentido.
Aunque Tyche existiera, es muy complicado confirmar su presencia, ya que resulta demasiado frío y débil para ser identificado un telescopio de luz visible. Sin embargo, son los sensibles telescopios infrarrojos como WISE los que pueden recoger la luz de dicho objeto, si se viera en la dirección correcta. De momento, no nos queda más remedio que esperar a que los científicos hagan su trabajo.
El compañero maligno del Sol
En la mitología griega, Tyche (en su forma latina) o Tique (en su forma castellanizada), a veces también Tyché, Tike y Tiké (en griego Τύχη Týkhē)[1] , era la personificación del destino y de la fortuna en cuanto diosa que regía la suerte o la prosperidad de una comunidad. Muchas ciudades de la Grecia antigua tenían su propia representación de la diosa coronada con los muros de la ciudad.
Dependiendo de los autores se le atribuían distintas genealogías. Así, algunos la consideraban una de las oceánides, hija de Océano y Tetis, mientras que otros la hacían hija de Hermes y Afrodita o de Zeus Píndaro.
Tyche podía decidir cual era la suerte de cualquier mortal, y lo hacía de una forma aleatoria, junto con su ayudante, el dios Pluto. Se le representaba jugando con una pelota, a veces arriba, a veces abajo, como símbolo de la inseguridad de sus decisiones. Por eso nadie debía vanagloriarse de sus riquezas ni dejar de agradecérselo a los dioses, pues esto podía provocar que interviniera la diosa Némesis para ponerle en su sitio. De hecho, Tyche estaba muy relacionada, por sus atributos, con Némesis, y con Agathos Daimon (el espíritu del bien). Su equivalente en la mitología romana era la diosa Fortuna.
No tenía una historia propia, ni se le rendía culto alguno. De hecho, su figura como personaje fue desapareciendo y pasó a ser meramente una abstracción del destino.
Aparecía en muchas monedas acuñadas en la época helenística en los tres siglos anteriores a Cristo, sobre todo en las ciudades ribereñas del Egeo, así como esculpida (Corinto [1]). Dentro de la iconografía hispanorromana un bello ejemplo es la Tyche o Fortuna de Itálica[2].
En la Edad Media se la representaba como una ciega que portaba la cornucopia o un timón simbólico. También solía llevar la llamada rueda de la fortuna, o bien se la situaba encima de la misma, presidiendo el ciclo del destino.
Notas
- ↑ Muchos textos especializados usan la forma latina Tyche —como ocurre en inglés y alemán—, que en su adaptación al castellano da Tique, también de amplio uso.
NOTA DEL ADMINISTRADOR: Agradecemos a la amiga Tibisay Vargas Rojas por suministrarnos la información arriba publicada.