Edgardo Malaspina
Recientemente estuvimos en Maturín participando en las deliberaciones de la XXXIX Convención de Cronistas Oficiales de Venezuela, junto a otros representantes guariqueños: Fernando Rodriguez (Ortiz), Felipe Hernández (Valle de la Pascua),Italo Jimenez (Camaguán), Soraya González (San José de Guaribe), Félix Célis (El Sombrero) y Carlos López (Altagracia de Orituco). Este encuentro constituyó una oportunidad para ratificar , una vez más, el estudio de la microhistoria como mecanismo fundamental para preservar la memoria colectiva, bastión sin el cual es imposible apuntalar la autoestima necesaria para impulsar el desarrollo y progreso de los pueblos. Entre sesiones solemnes del Consejo Legislativo de Monagas y el Concejo Municipal de Maturín, los cronistas oficiales del país, junto a investigadores universitarios y cronistas escolares escuchamos muchas excelentes ponencias. Me interesó vivamente la disertación del doctor Asdrúbal González, cronista de Puerto Cabello, sobre la maniobra militar de “pica y juye” empleado por José Antonio Paéz con el agregado conocido “vuelvan caras”. Digresión: Páez es para mí una figura incomparable de nuestra historia patria , basta leer sus memorias para admirarlo siempre. Es más, la Misión Sucre debería llamarse Misión Páez porque fue el Centauro del llano quien después de adulto aprendió a leer y escribir; estudió idiomas; hizo traducciones del inglés y del francés al español; amó la pintura; compuso poemas y canciones; tocó el piano y el violín; organizó veladas de fandango animada con su propia voz de barítono; montó obras de teatro (una vez hizo el papel de Otelo);leyó al revés y al derecho El Quijote, la obra más exquisita y sublime del castellano; y escribió ese maravilloso libro sobre su vida, devenido en documento indispensable para estudiar la guerra de nuestra independencia. Es decir, Páez obtuvo su educación superior por sus propios medios y esfuerzos cuando ya no era joven. La guerra fue su universidad.
Bien,volvamos al “pique y juye”, táctica militar que nació hace ocho siglos en Asia, utilizada por los tártaros en sus invasiones, según testimonio de Marco Polo en Libro de las Maravillas. El punto clave es que la misma fue aplicada por primera vez en nuestro país por Manuel Piar en 1814 en Maturín, derrotando con unos pocos jinetes al bando realista. La pregunta de rigor es si Páez en 1819 (Queseras de Medio) conocía de esas experiencias castrenses o actuó bajo la influencia de un instinto militar superior.
En otro orden de ideas : EL Dr. Heraclio Narváez fue ratificado en la presidencia de ANCOV. Por Guárico intervino el doctor Felipe Hernández para hablar de la interesante biografía de Leonardo Infante, pero más interesante aún resultaron sus aclaratorias, fuera del foro, sobre el héroe , entre sorbos de café en conversación amena. Impactante resultó la exposición de motivos realizada por el profesor Fernándo Rodriguez para repatriar los restos de Juan Germán Roscio y darle sepultura definitiva en el Panteón Nacional. Todos los cronistas oficiales del país firmamos la petición respectiva. La convención también abordó los temas gremiales, porque es imposible ocultar que algunos gerentes municipales tratan de desconocer el trabajo de los cronistas; tal vez porque creen erradamente que socialismo es sinónimo de atropello. Marx los agarre confesados.