José Obswaldo Pérez
Resulta claro que, a la luz de
los últimos tiempos, el estudio histórico de la Historia de la Educación
experimenta un renacimiento
y una revolución de perspectivas cognitivas, no sólo en América Latina y el
Caribe sino en nuestro propio país. En los recientes años, se
observa varios trabajos importantes que conceptualizan a la Historia de la
Educación no como un simplemente sub-campo de menor importancia de la
investigación histórica relacionado con la Historia Institucional Educativa.
Más bien se le trata, en realidad, de un área disciplinar de naturaleza
compleja, dinámica y en permanente construcción. Compone el problemático
terreno de las Ciencias de la Educación e integra asimismo el conocimiento de
la Historia.
También,
recientemente, se afirma que la investigación de la Historia de la Educación es
una propuesta nueva e innovadora de la historiografía de las ciencias sociales
e históricas. Se dice que estaba "olvidada" por los historiadores,
cuya nociones paradigmáticas confrontaban los linderos de la Historia de la
Filosofía y de la Historia de las Civilizaciones. Cucuzza (1996) la llamó la Cenicienta
de la
historiografía, por cuanto
su campo disciplinar se trataba de una
mirada histórica sobre la educación, realizada desde arriba y desde afuera, “desde el discurso pedagógico hegemónico”
como parte del control estatal sobre la pedagogía y la
enseñanza.
En este contexto, el desafío
historiográfico en la Historia de la Educación pasa, entre tanto, por una
revisión y una evaluación documental
de los resultados y las limitaciones de los saberes en el
periodo del tiempo contemporáneo, así como una formulación de categorías
de análisis que transformen, y profundicen en el significado histórico del tema
en cuestión. Dicho esto, la
transcendencia cultural e
histórica del fenómeno educativo
tiene, en la Historia Social de América Latina y el
Caribe, un privilegio en la historiografía americana a lo largo del siglo
XX; especialmente, en regiones que cuentan con especial
atención entre los
historiadores e investigadores sociales.
Y es, sobre esta
vasta herencia reflexiva dejada, entre
los historiadores de América Latina y el Caribe, donde podemos
hacer una revisión de la producción historiográfica previa que pudieran
servir de referencia a este corpus y
contribuir en aportes de cierta significación a la compresión de una Historia de la Educación en
Guárico, específicamente en la región geomental del municipio Ortiz, desde el
enfoque de la Historia Regional y Local.
Se trata de una síntesis documental de
fuentes endógenas que, de alguna manera, se relacionen con este estudio y que, a su vez, permitan una
mayor comprensión de la temática investigada.
Pero, antes de realizar la exploración de los documentos contentivos
al objeto de estudio, debo comenzar expresando que, en el plano
epistemológico, se estima que esta investigación doctoral se inscriba dentro
del movimiento mundial de renovación historiográfica de la Historia de la Educación.
Debido a una buena génesis de
este paradigma historiográfico, producto
de la superación de los estudios neopositivistas, por un lado, y debido al
abandono de enfoques estructurales de la Historia por otro, permite la
construcción de nuevos modelos de análisis histórico de la educación, abordados
desde la explicación y el conocimiento de los diversos procesos educativos;
así, como la interpretación de nuestra memoria histórico-educativa, los cuales
abren una página nueva en nuestros estudios doctorales.
Uzcátegui (2004) señala
que, en América Latina, la Historia de la Educación “se constituyó en la disciplina portadora de los fundamentos o
dimensiones políticas e ideológicas de las utopías generadas por la educación”.
Estos aportes pueden ser determinados por el desarrollo de investigaciones
histórico-educativas que empieza con la presencia de reflexiones teóricas y
metodológicas.
Este desarrollo también
se evidencia en las reflexiones de carácter teórico y metodológico, por más que
no sea ésta una de las tareas prioritarias de los historiadores de la
educación. Las actas de los congresos,
las publicaciones periódicas y diversos libros permiten apreciar la extensión y alcance de dichas
reflexiones (GABRIEL
E VIÑAO FRAGO, 1997: 9).
En nuestro país la historiografía educativa
tiene su data en 1899, en un conjunto de
obras que intentan resumir los hitos fundamentales de nuestro acontecer
educativo nacional. En
la etapa contemporánea de Venezuela podemos esquematizar una muestra
representativa, cuyos antecedentes históricos se fundamentan en los aportes del historiador Reinaldo
Rojas, expuestos en trabajos como Historia
Social de la Región de Barquisimeto en el Tiempo Histórico Colonial (1530-1810) (1995) y Temas de Historia Social de la Educación y
la Pedagogía. (2001), en la Línea de Investigación en Historia Social e
Institucional de la Educación en la región centroccidental de Venezuela
fomentada por el Instituto Pedagógico “Luís Beltrán Prieto Figueroa” de la UPEL
en Barquisimeto.
Asimismo, este trabajo asume los
estudios del doctor José Pascual Mora García con su tesis doctoral Comunidades discursivas de Historia de la
Educación en América Latina, estudio de caso Venezuela (1998-2008) (2009),
presentada en la Universitat Rovira i Virgili, en Tarragona, España.
Pero, también, estos
esfuerzos investigativos tienen su resonancia en nuestra región guariqueña con
los trabajos y las investigaciones del doctor Adolfo Rodríguez, expuesto en el Breve bosquejo de la Educación en Guárico
(2003). Un documento facsímil que sirve de base para la generación de
trabajos académicos, el cual corrió -en varias copias - de mano en mano entre
un grupo reducido de investigadores vinculados al Centro de Estudio del Llano
de la Universidad Rómulo Gallegos. De circulación limitada, allí se recoge un
resumen de las etapas históricas de nuestra educación regional, un texto de
carácter biográfico, de escritura menuda, propositivo e informativo, un
discurso que, sin ser decálogo, se constituye en un material de trabajo
invaluable para los investigadores, en una caja de herramientas para la
investigación educativa en la región.
Además de esta
producción, quisiera resaltar el libro de Adolfo Rodríguez Calabozo Siglo XIX, publicado por el Rectorado de la Universidad
Rómulo Gallegos y que corresponde a un indicativo de modalidad de trabajo
inscrito en la historia social y cultural del estado Guárico. Texto que se
insta en las articulaciones interdisciplinarias de los objetos de estudio. Desde
él se aborda la historia local
calaboceña, cuyos acontecimientos geomentales tienen sus relaciones con el Colegio Nacional de Calabozo, fundado el 13 de Junio de 1839. La vida social, la política y la económica de la
ciudad llanera gira, sin quererlo, al
rededor de este centro
educacional donde sobresalen personajes
de distintos saberes.
Otro
aspecto importante en la documentación histórica fue el evento I Jornadas de Historia de la Educación en el
estado Guárico (2006),
organizada por la Universidad Rómulo Gallegos y el Centro de Estudios del
Llanos de dicha institución universitaria. Un foro de participación abierto que
reunió a investigadores de varias parte de Venezuela, el cual no sólo dejo entre los participantes documentos y ponencias de
gran interés colectivo sino la oportunidad de un encuentro afectivo que pudo
haber dado origen a las bases para una Comunidad Discursiva regional.
Además,
con la apertura de la Maestría de Historia de Venezuela en la UNERG, se
realizan importantes investigaciones conducentes a la elaboración de los
respectivos trabajos de grado. Muchos de ellos desarrollados en la parte
oriental del estado Guárico, específicamente en la ciudad de Valle de la
Pascua, donde se tiene una extensión de dicha maestría. Entre los promotores
podemos destacar la influencia académica del doctor Felipe Hernández,
investigador, docente universitario y cronista, quien impulsa estudios de esta
naturaleza en esta parte de la entidad.
A
esto se suman las contribuciones de los diversos encuentros regionales de
investigadores, historiadores y cronistas que se realizan cada año en los 15
municipios de la región, espacios en dónde se pueden apreciar ponencias y
trabajos de alta calificación metodológica, pero de una gran gama de temas.
Resalta aquí los estudios investigativos
del Cronista de Altagracia de Orituco,
Carlos López Garcés. También, los
aportes de Oldman Botello, Cronista de
Maracay, con su trabajo La Educación Religiosa Indígena en el
Guárico durante la visita pastoral del Obispo Martí (1780-1783) y los
trabajos de Irma Mendoza
referente a la Educación primaria
y formación docente durante el
Guzmanato. El caso Guárico 1870-1883. A esto se suma los estudios del
investigador zaraceño Manuel Soto Arbeláez, en su trabajo Escuela Normal de Ortiz (1877), donde revisa el proceso de la escuela primaria en
la entidad. Sin duda, esta
producción originada en estos eventos representa un espacio para el intercambio entre los
intelectuales que trabajan esta temática y es una forma de divulgación y
discusión dialógica.
En el
ámbito local debo hace referencia a mis
propias investigaciones que por una década vengo realizando en
el municipio Ortiz, unas cuando me toco ser Cronista Municipal y otras como investigador independiente. Muchos
de estos trabajos están publicados en
la prensa local, muy especialmente en el Diario El Nacionalista y en la páginas web del
autor.
Aunque la labor de
difusión, en cuanto a publicaciones, aún no da cuenta del caudal investigativo
y, en materia de libros, la tarea es quijotesca. Todo depende del peculio
privado del (o los) autor (es); ya que, en nuestra región, no hay editoriales
que asuman proyectos sobre los temas
educativos, al considerar que no existe un público cautivo de amplitud
suficiente para librar los costos de inversión. Sin embargo, mención merece el
libro del
historiador Felipe Hernández G, El Núcleo Valle de la Pascua de la
Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez. Apuntes Históricos
(2007, impreso en Valle de la Pascua en los talleres de AC Estampas Llaneras,
srl), que pese a las
limitaciones financieras, es una muestra del esfuerzo de nuestros
investigadores locales.
Como se observará, esta
referencia a estos documentos no es gratuita. Ellos indican la persistencia y
el esfuerzo de algunos investigadores que aportan a la configuración, o mejor
aún, al fortalecimiento del campo intelectual sobre este
tema en el
estado Guárico. Por otra parte, atendiendo a la proliferación de
posturas que piensan, conceptualizan y polemizan en torno a la educación y la
pedagogía, estos trabajos asumen tal debate articulándolo dentro de espacios de
discusión histórica; o si se quiere, en trabajos que buscan documentar el
presente. Pero, en honor a la verdad, la falta de publicación implica un
problema para la difusión y
socialización de los resultados investigativos.
Aunque una de las cosas
positivas es que, en estos momentos de construcción histórica, se puede afirmar de la existencia
de un campo de confluencia sobre tópicos relacionados con la Historia de la
Educación local; además, un interés por
el conocimiento histórico y provecho epistemológico y político, a la hora de
pensar las condiciones en que se debate sobre la educación, la pedagogía, los
maestros, los estudiantes, las instituciones educativas y, obviamente, las
políticas educativas en Venezuela. No es en vano que, en el marco de la Ley de
Educación (2009), el Decreto 5.929 de 2009
regulativo del proceso de escolarización en el país, coloca a la educación como un
derecho social, donde el Estado
se convierte en el eje tutor, ejecutor y promotor de la formación ciudadana
en todos
los niveles del sistema
educativo.
En concordancia con lo
expuesto, la orientación filosófica del
Estado, enunciada en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
(1999), debe de entenderse que
el objeto de la educación en Venezuela es el hombre venezolano, su formación
integral, conforme a la científica pedagogía
y andrología. La formación y conducción debe hacerse en respuesta a las
manifestaciones de la personalidad del sujeto, en respuesta estricta a su
individualidad y en armonía con las exigencias de la colectividad donde
actúa, con correspondencia y
corresponsabilidad con la misma.
Además, se debe tener
presente la identidad del sujeto, el cómo piensa, como es, como siente, como
habla y cómo se comporta y también que le exige, que tareas le encomienda la
sociedad, desde el punto de vista integral. Por otra parte, una educación
alejada de la parte cultural y social es inconcebible. Cada individuo y grupo
social están asentados en espacios geomentales donde existan costumbres,
maneras y hábitos; así como vivencias y
expectativas que la comunican con
ciertas propiedades distintivas en relación con lo nacional en general y, en
particular, con las regiones.
La educación debe estar al
servicio de su gente, donde uno de sus fines debe disponer una inconfundible
identificación de la nación y de su territorio, de su hábitat, de sus logros,
sus deficiencias y sus imperfecciones, sus retos, sus anhelos y limitaciones.
Esto se puede ver plasmado en la Ley de Educación (2009) en el artículo 15
numeral 3 la cual dice:
Formar ciudadanos y ciudadanas a partir de enfoques
geo históricos con conciencia de nacionalidad y soberanía, aprecio por los
valores patrios, valorización de los espacios geográficos y de las tradiciones,
saberes populares, ancestrales, artesanales y particularidades culturales de
las diversas regiones del país y desarrollar en los ciudadanos y ciudadanas la
conciencia de Venezuela como país energético y especialmente hidrocarburífero,
en el marco de la conformación de un nuevo modelo productivo endógeno
Venezuela se encuentra entre los países que plantean
reformas en el sistema educativo con el fin de elevar la calidad y la
excelencia en la educación a través de un nuevo Currículo Nacional, el cual
ayude al docente a preparar al educando de forma integral para los cambios
sociales, políticos y económicos que se experimentan en el país. Esta
transformación del modelo educativo venezolano nos lleva a
fomentar una amplia discusión colectiva. Y ponemos como ejemplo el
debate sobre la
nueva Ley de Educación, la cual tuvo espacio de debate académico en nuestras universidades nacionales y privadas.
Desde las
posiciones polémicas y políticas transcurrieron
hacia una dialéctica crítica
y consensuada entre los autores de la discusión sobre
un tema de gran interés para el
país. De esta y otras discusiones concurrieron los cursantes del Doctorado en
Educación de la Universidad Rómulo Gallegos, los cuales hoy disponen de un
arsenal teórico y metodológico, de foros, talleres, proyectos interuniversitarios
y vínculos internacionales, que hace dos décadas no existían en nuestra principal Casa de Estudio. Con ello quiero resaltar el
papel que juegan estos espacios de discusión para una propuesta de crear
comunidades discursivas en historia de la educación y la pedagogía. La
necesidad de articular esfuerzos dispersos; pero, también, la importancia de
jalonar procesos que, si bien, en algunos momentos nos distancian y mirándolos
a mediano plazo, pueden constituir a una de nuestras fortalezas.
Cucuzza, Héctor Rubén (1996). “Hacia una redefinición del objeto de estudio de la Historia Social de
la Educación” en H. R. Cucuzza (comp.): Historia de la Educación en debate, pp. 124-146. Buenos Aires: Miño
y Dávila Editores.
4ROJAS,
REINALDO (2002).Fundamentos teórico-metodológicos de
la línea de investigación: historia social e institucional de la educación en Venezuela. Ponencia presentada en el Simposio
“Historia Social e Institucional de la Educación en Venezuela: Una experiencia
en investigación y postgrado” realizado en el VII Congreso Nacional de Historia
Regional y Local”, San Cristóbal, 25
a 27 de septiembre de 2002.
Imagen tomada de http://cbitjuangermanroscio.blogspot.com/2009/05/biografia-de-juan-german-roscio-y.html