Adolfo Molina Brizuela*
Pretendo en estas líneas plasmar algunas ideas que
guardan relación con el conocimiento y de cómo se adquiere el mismo a través
del transitar de hombre por las veredas de la sociedad. En tal sentido, para comprender
el asunto, es preciso y conveniente, en primer orden, escudriñar lo que se
entiende o debe entenderse por conocimiento; éste no es más que, aquel juicio proveniente
de la razón, ya que tiene su base en el Ser; y, por supuesto se apoya en
procesos cognitivos, tales como: percepción, memoria experiencias positivas y
negativas, razonamiento lógico, binomio enseñanza-aprendizaje, testimonios, que
involucra lo vulgar y lo científico.
A lo
largo de la historia, el hombre en su constante búsqueda del conocimiento se ha
visto incitado a beber de las aguas de la sabiduría académica, por ello ha
tenido la necesidad de organizar tal conocimiento para validar su aceptación en
el seno de la comunidad científica. De allí que, en esa organización que se
planteó en algún momento de su existencia, le dio origen a lo que hoy conocemos
como biblioteca.
En
función de lo anterior, es pertinente traer a colación que, la biblioteca más
antigua del mundo es la de Al-Qarawiyyin, situada en Fez, Marruecos, siendo
fundada por Fátima El-Fihriya; quien era hija de un rico comerciante y
posterior a la muerte de éste, decidió pues invertir la herencia que le dejó,
en la creación de una biblioteca y una madrasa, una escuela que terminó por
convertirse en una Universidad. Sin embargo, otros sostienen que, ya en el año
330 A.C, existía la primera Biblioteca Pública en la ciudad de Atenas;
considerada para esa época capital del conocimiento. No obstante, tales reseñas
no se agotan en lo plasmado en este papel de trabajo, siendo posible que
existan otros referentes sobre el origen de las bibliotecas, ya que, en Egipto,
Grecia, Roma, Edad Media, Medio Oriente, Edad Moderna y la Edad Contemporánea,
también era y es abordado el tema.
Ahora
bien, por qué se le acuñó tal nombre, la respuesta es que, etimológicamente la
palabra biblioteca, proviene del griego biblión = libro y thekes = caja,
significando la unión entre tales palabras; el lugar donde se guardan los
libros. Así la historia de las bibliotecas discurre paralela tanto a la
historia de la escritura como a la historia del libro. Según la ALA (American
Library Asociation) la biblioteca, constituye una colección de material de
información organizada para que pueda acceder a ella un grupo de usuarios.
Tiene personal encargado de los servicios y programas relacionados con las necesidades
de información de los lectores. Sin embargo, con la constante evolución de la
sociedad y la manera de como almacenar la información actualmente, tal
definición debe ser revisada, ya que en principio las bibliotecas solo
resguardaban manuscritos y libros impresos, pero hoy en día con el auge del
internet se habla de bibliotecas digitales o bibliotecas virtuales, debido al
alto contenido de material bibliográfico digitalizado y de fácil acceso al
usuario.
Desde
mi óptica, lo relevante es que, una biblioteca y un libro serán siempre
esenciales para fortalecer el conocimiento del ser humano; y creo no estar
equivocado con tal afirmación, por cuanto hasta el escritor argentino Jorge
Luis Borges, se ha expresado en ese sentido, al manifestar en una oportunidad,
cito “Siempre imaginé que el Paraíso será algún tipo de Biblioteca”,
cierro la cita, obviamente que en sintonía con Borges, la atracción que crean
unos estantes repletos de libros viejos y nuevos, la incógnita por descubrir lo
que hay en sus páginas, el aroma a cuero y material sintético de sus cubiertas,
la percepción visual de sus páginas amarillentas que recogen un espacio y
tiempo histórico que involucran al hombre, conllevan a que, el placer de la
lectura puede durar una eternidad.
Por
su parte, la UNESCO, ha establecido una tipología bibliotecaria, que incluye
bibliotecas, a saber: a) Universitarias; b) No especializadas de
carácter científico y eruditos; c) Especializadas, responden a
necesidades profesionales concretas; y, d) Públicas. También existen
otras fórmulas de bibliotecas infantiles, tales como: el bibliobús que atiende
a niños, jóvenes y adultos en los barrios de las distintas ciudades y las
bebetecas, que son servicios de atención especial para infantes de 0-6 años.
Puntualiza, dicho organismo
internacional que, las bibliotecas nacionales, representan la cabecera del
sistema de los Estados. Así, suelen estar financiadas por fondos públicos y
cumplen una doble finalidad: proporcionar material bibliográfico de
investigación para cualquier disciplina, y conservar y difundir el patrimonio
cultural (referente a la información registrada a lo largo del tiempo) de cada
país. En general cada Estado tiene una biblioteca que es considerada nacional y
cuyos objetivos son los antes reseñado. Cabe destacar el caso de algunas de
ellas, tales como: la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos, Biblioteca
Británica, Biblioteca Nacional de España, Biblioteca Nacional de Francia,
Biblioteca Nacional de Argentina, Biblioteca Nacional de México, Biblioteca
Nacional de Chile, Biblioteca Nacional de Colombia y la Biblioteca Nacional
de Venezuela.
En el caso venezolano, la
historia registra que, el primer paso para la creación de la Biblioteca
Nacional surgió en el año de 1810, cuando nuestro país aún era Capitanía
General de Venezuela y en tal sentido dependía de España. Los precursores e
incitadores de tan brillante idea fueron el guariqueño Juan Germán Roscio
Nieves y Mariano Moreno, siendo ratificada y reproducida tal idea en fecha 04
de junio de 1814, por el padre de la Patria Simón Bolívar; quien giró
instrucciones claras y precisas para la creación de la Biblioteca Pública de
Caracas.
A pesar de lo precedente, no
fue sino hasta el 13 de julio de 1833, durante el primer gobierno del General
José Antonio Páez, a través del Ministro del Interior y Justicia Antonio
Guzmán, que se redactó el decreto, mediante el cual se crea la Biblioteca
Pública Nacional; cuyo decreto establecía además que, todas las bibliotecas de
Venezuela formarían parte de la recién creada Biblioteca Nacional, haciendo
plena referencia a las librerías y archivos de los extinguidos conventos,
colecciones de la universidades y colegios actuales y futuros, los libros que
habían sido coleccionados por Arévalo en 1814, y los que a partir de allí
fuesen adquiridos.
La misión inicial
fundamental de la Biblioteca Nacional era constituirse como centro de consulta
e información para el buen desempeño de los funcionarios del gobierno, y
brindar acceso a todos los ciudadanos para contribuir y mejorar su educación,
lo que evidentemente se traduce en producción intelectual y actualización del
conocimiento, siendo la premisa en todo caso, vencer la tenebrosidad del saber
para que aflore la luminosidad académica. En correspondencia a lo expresado, enfatizaba
Juan Germán Roscio en 1814, cito: “Todos los ciudadanos, sin distinción de
clases, tendrán derecho a concurrir a leer a la Biblioteca…” fin de la
cita. Indudablemente que, su intención era mantener a los ciudadanos
suficientemente ilustrados para dar la lucha en el terreno ideológico de la
época, debido a que una biblioteca, es un espacio donde se preserva y se
mantiene un registro cultural del pasado y del presente, siendo su función
facilitar el acceso de los usuarios a los conocimientos, crear y mantener una
colección coherente y ordenada e incentivar la creación de nuevos registros
culturales.
Cabe destacar que,
actualmente en Venezuela, el Sistema Nacional de Bibliotecas está conformado
por más de 727 bibliotecas públicas, distribuidas en 24 Redes estadales, cuatro
(4) Institutos Autónomos y la Biblioteca Nacional, siendo las bibliotecas más
importantes: 1) La del Banco Central de Venezuela; 2) Palos Grandes; 3) Nacional
de Venezuela; 4) Pedro Grases y la 5) Bolsa de Valores de Caracas. De importancia,
debe mencionarse adicionalmente que, la biblioteca privada más grande de
Latinoamérica se encuentra en Venezuela, me refiero a la Colección Arcaya, con
unos 147.000 volúmenes de un valor incalculable.
En el mismo orden de ideas,
pero dando un giro geográfico hacia el estado Guárico, encontramos que allí
está ubicada, en la ciudad de San Juan de los Morros, La Biblioteca Pública
Central “Rómulo Gallegos”, sobre la cual, de seguidas, emprenderé un breve
recorrido histórico. La misma, se dice que fue creada aproximadamente en el año
1930. En sus inicios recibió el nombre de Biblioteca Luis Razetti, comenzó a
funcionar en una casa de la calle real, hoy día Avenida Bolívar, justo donde
está actualmente la sede del Banco de Venezuela. Posteriormente, fue trasladada
a la sede de la Federación Venezolana de Maestros, en la misma calle real. Para
el año de 1954, fue mudada a la sede de la Unidad Escolar Estadal 2 de
diciembre – (hoy Escuela José Félix Ribas)- ubicado en la Avenida Miranda.
Dicha biblioteca, fue trasladada en la década de los años 60 nuevamente, al
parque Juan Germán Roscio, ubicado en la calle Mariño, funcionando allí hasta
el año 1974, por cuanto fue reubicada en la recién estrenada sede de la Casa de
la Cultura “Víctor Manuel Ovalles”.
En el año 1980, se crea la
Red de Bibliotecas Públicas y tal biblioteca es bautizada entonces el nombre de
Biblioteca Pública Central “Rómulo Gallegos”, funcionando allí, hasta el año
2011, cuando es mudada hacia un deteriorado e inconcluso edificio donde funciona
actualmente, específicamente en la Avenida Bolívar cruce con la calle Mariño.
Lo antes descrito, encuentra asiento de veracidad, en reseñas plasmadas en el
Diario “El Nacionalista”, por la profesora Elisa Pineda de Belisario, y también
en palabras del señor Félix Orasma; a quien recientemente entrevisté,
trabajador de dicha biblioteca como planificador adjunto a la Coordinación de
Bibliotecas del estado Guárico, durante 22 años, hasta su jubilación, y todavía
continúa prestando apoyo ad-honorem y desinteresadamente. Cuenta el
entrevistado, con mucha pasión y vehemencia que, cuando inició sus labores en
la mencionada biblioteca no había un registro de las bibliotecas de la red; por
lo que, él comenzó a escribir un resumen histórico de ellas, iniciando por
supuesto con la Biblioteca Pública Central “Rómulo Gallegos”.
Igualmente la creación de
las Redes Estadales de Bibliotecas Públicas, un icono del saber en el estado
Guárico, esgrime como soporte jurídico, el Decreto N° 31, suscrito por el
Gobernador del momento Facundo Camero Velásquez y refrendado por secretario
general de Gobierno Dr. León Párraga Laya, en fecha 19 de octubre de 1979.
Desde sus inicios, la
mencionada biblioteca tuvo múltiples inconvenientes y detractores, entre ellos
pequeños comerciantes que se oponían a su funcionamiento en los espacios
actuales de ubicación, alegando que la reubicación de éstos, en sitios
distantes de merpeco les causaría perjuicios y que prácticamente para ellos era
un desalojo. Tal conflicto fue judicializado, hasta el punto de existir una (1)
demanda -(amparo constitucional)- para impedir el estudio de suelos, donde se
iba a construir la sede actual y posteriormente impedir la construcción de la
biblioteca, pero fue declarado sin lugar.
Debe resaltarse que, gracias
a la loable labor perseverante de la Licenciada Maritza Turupial, Coordinadora
de la Red de Bibliotecas Públicas del estado Guárico, desde 1991, año en que se
reactiva la idea de la mencionada sede, pero no es hasta 1993, cuando se
plantea el tema ante el Gobernador Malavé Risso, el Alcalde Argenis Ranuarez,
Virginia Betancourt, en su condición de Directora de la Biblioteca Nacional, y
también a la gran labor de la Sociedad
de Amigos de la Biblioteca Pública, según me cuenta Maria de Lourdes Martínez
-(conocida cariñosamente como Malula)-, integrada por ella misma,
Elisa Pineda de Belisario, Antonio Arcia, Leonor Rivera de Sáez, Lucio
Díaz Ortiz, Adolfo Rodríguez, Dr. José Ramón Torrealba; hijo del sabio
guariqueño Torrealba, Aída de Tabares, Luis Ortega, entre otros; e incluso con
la colaboración del Rotary Club y la Cámara de Comercio; representada por
Ángelo Donnarumma y Giovanni de Angelis, se pudieron sentar las bases para
hacer realidad la construcción de la Biblioteca Pública Central “Rómulo Gallegos”.
También, participaron activamente en el proyecto para la nueva sede de esta
biblioteca junto a Maritza Turupial, los demás miembros del equipo de Coordinación
de la Red de Bibliotecas Públicas del estado Guárico, Wollmer Uzcátegui, León
Rubio, Pablo Hernández, Elsida Tillero y Jesús López
La creación de la mencionada
biblioteca continuó su indetenible avance, con la suscripción del contrato de
comodato para su construcción, en fecha 19 de mayo de 1995, estando presente en
dicho acto realizado en la sede de la Casa de la Cultura de San Juan de los
Morros, el Alcalde Argenis Ranuarez Angarita; Lcda. Virginia Betancourt, en su
condición de Presidenta del Instituto Autónomo de Bibliotecas Públicas; Lcda.
Maritza Turupial, en su condición Coordinadora de la Red de Bibliotecas; Los
Concejales Andrés Ortiz, Oscar Márquez y Enrique Rangel; el Síndico Dr. Jesús
Salazar; el Dr. José Añez, Registrador Público y demás personalidades
vinculadas a la educación y la cultura del Municipio, tal como está registrado
en el periódico “El Nacionalista”, correspondiente a la fecha arriba indicada.
Los recursos financieros
para iniciar la construcción de la citada biblioteca fueron aportados por la
Gobernación del estado Guárico, Asamblea Legislativa, Ministerio de Desarrollo
Urbano (Mindur) y la Alcaldía del Municipio Autónomo Juan Germán Roscio Nieves,
según información extraída del diario regional “El Nacionalista”, de fechas: 22
de noviembre de 1995 y 13 de octubre de 1996, que reposa en los archivos de la
hemeroteca de dicha Biblioteca Pública.
Es significativo subrayar,
que mucho antes de las fechas indicadas, de manera previa, específicamente
entre 1980 – 1990, se realizaron gestiones sumamente importantes para obtener
un terreno o local, impulsando la creación de la Biblioteca Pública Central
“Rómulo Gallegos”, las cuales tuvieron a cargo de las Coordinadoras Raíza
Márquez y Esther Requena, que no podían ser invisibilizadas en el presente
escrito, según lo reseña el periódico “El Nacionalista”, de fecha: 16 de
octubre de 1996, el cual descansa en los archivos de la hemeroteca de la citada
biblioteca.
Para el año de 1996, la
Lcda. Virginia Betancourt concertó una reunión con las nuevas autoridades
Gobernador Rafael Emilio Silveira y el Alcalde Julio Torrealba, a los fines de
ratificar el proyecto de creación de la mencionada biblioteca; comprometiéndose
éstos a cumplir con el mismo y a mantener el ofrecimiento financiero hecho por
las gestiones anteriores. Posteriormente la directora regional de Mindur,
comunica a la Red de Bibliotecas que, disponen de los recursos para iniciar la
obra este año y que se han tomado previsiones para el presupuesto del año 1997.
No obstante, a pesar de ello hubo un conato, por parte de la Alcaldía de
Roscio, de querer cambiar la sede de la biblioteca, a un terreno adyacente al
Complejo Cultural que iba a desarrollar la Gobernación del estado Guárico, en
la sede del viejo Hotel Baños Termales, pero sólo fueron especulaciones sin
ningún éxito, ya que se inició la construcción de la sede actual en fecha 1998.
Recientemente en entrevista
practicada a María Martínez -(Malula)-, ella me comenta que, comenzó a trabajar
en dicha biblioteca por un tiempo de 13 años, contados desde el 01 de abril de
1986 hasta el año 1999, como auxiliar de biblioteca en la sala infantil con
Milagros Sotillo, bajo la coordinación de Raíza Márquez. Me ilustra de que, allí,
hacían un Plan Vacacional llamado “Una Aventura por la Paz”, era una
época muy linda, compartida con excelentes compañeros de trabajo, tales como: Elsida
Tillero; quien era bibliotecóloga, jefe de procesos técnicos y se
trasladaba todos los días desde Villa de Cura hasta la ciudad de San Juan de
los Morros, Nelly de González, Maigualida Arévalo, Nohelí Calles;
quien amaba los libros, los cuidaba y los defendía con ímpetu de guerrera, Luis
Ortega, Roseliano Morillo, y desaparecido Pablo Hernández, Maria Romero,
Rosa de Orasma, Yurubí Vicuña, América Farias, Olimpia Martínez, Alcides Arias,
Luis Carlos Rodríguez, Luis Escala, la aseadora Vestalia Zapata, Maria
Teresa Herrera, Wollmer Uzcátegui, el titiritero Gustavo Oval; Enrique Gitten, quien integraba el
grupo de teatro “Búsqueda” y Jeroh Montilla; de quien explica en
especial que, era y es un incansable lector, él estaba en la parte de
literatura, y todo cuanto libro pasaba por su scanner visual, al final de
jornada laboral, en horas extras, me hacía un relato breve con gran precisión,
por cuanto su capacidad memorística es sorprendente, siempre andaba en la
búsqueda permanente del saber, con objetivo claro de superación. También
concurrían casi a diario, a la biblioteca, María Ramos, Irma Medina y Felipe
Santiago Zerpa.
Sigue narrando Malula que,
el horario inicial de la biblioteca era de 8:00 am hasta la 1:00 pm y de 1:00
pm hasta las 6:00 pm, de lunes a viernes, siendo los sábados opcionales hasta
la 1:00 pm, y que siempre tempranito, específicamente en este día, llegaba
Wollmer Uzcátegui. Explica adicionalmente, que los martes en la mañana
comenzaron a reunirse la Asociación de Amigos de la Biblioteca, arriba
nombrados, titanes, fieles luchadores y catalizadores de la creación de la
mencionada Biblioteca Pública Central. Me cuenta además que, la clasificación
de los libros se realizaba por el sistema Dewey, que va desde la nomenclatura
000 hasta el 900, de la siguiente manera: desde el 000 al 100 diccionarios y
enciclopedias, desde el 100 hasta 200 filosofía, 200 en adelante religión, 300 en
adelante ciencias sociales, a partir del 400 lenguaje, a partir del 500
ciencias puras, del 600 en adelante ciencias aplicadas, del 700 en adelante
teatro, de 800 hasta 900 literatura e historia; numeración ésta donde se
mantenía anclado Jeroh Montilla, no salía de allí, leyendo de todo y finalmente
920 bibliografías. Agregó que, la sala infantil, se citaba o catalogaba por
colores según su contenido.
Cabe acentuar que, la Sociedad
de Amigos de la Biblioteca Pública Central, entre ellos Lucio Díaz Ortiz y
Maritza Turupial, en fecha 22 de noviembre de 2002, hicieron en una denuncia
pública, donde destacaron que la empresa Darianca; ejecutora de la obra, con la
complicidad de MINFRA nacional y regional, jugaban con la buena fe de los
sanjuaneros, se burlaban de ellos, por lo que en ese instante amenazaron con la
toma simbólica de la sede en construcción.
En sus inicios la biblioteca
referida, disponía de 122 puestos de lector, una colección de 11.210 títulos y
18.918 volúmenes y ofrecía servicio de Infocentro, atendía un promedio de 5.947
usuarios mensualmente. Actualmente, según entrevista practicada al Ingeniero
Pablo Velásquez; en su condición de Coordinador (E) de la Red de
Bibliotecas Públicas del estado Guárico y Custodio de los Fondos Administrativos;
éste me revela que, el horario de funcionamiento actual, es de 8:00 am hasta
las 5:00 pm, de lunes a viernes, atienden entre 80 a 100 usuarios diarios, lo
cual ha disminuido por los problemas colaterales de la Pandemia e
inconvenientes en el techo del edificio, debido a las constantes filtraciones,
atienden 13 municipios del estado Guárico, por cuanto en El Socorro y San José
Guaribe, no hay bibliotecas, poseen aproximadamente 200 mil libros, cuya cifra
es imprecisa, debido a que en la actualidad están haciendo inventario. La
biblioteca está distribuida por una planta baja y tres (3) pisos, tiene cinco
salas, a saber: sala general Nohemí Calles; sala infantil Milagros Sotillo;
sala estadal Argenis Ranuarez; sala de literatura Luz Carpio de Figueroa; sala
de procesos técnicos Prof. Maria Rondón, donde llegan los libros por medio de
donación privada y dotación oficial de entes gubernamentales y son distribuidos
a 13 de los 15 municipios del estado Guárico.
Es trascendental distinguir
que, la Biblioteca Pública Central “Rómulo Gallegos”, realiza ferias de
lectura, intercambios bibliotecarios, como el efectuado con Cuba, impulsa la
Misión Leer y Escribir, como herramienta para fomentar los cambios sociales,
teniendo dentro de sus reconocimientos el galardón del séptimo (7mo) Premio
Nacional del Libro, logrado en el periodo 2010 –2011.
Para concluir,
indudablemente que, la labor de la biblioteca como centro del saber, impulsada
por sus trabajadores, es gigantesca en estos momentos de crisis económica,
política y social, por lo que, el reconocimiento hacia la institución y el
recurso humano incansable no puede solaparse, mereciendo de mi parte, del
sanjuanero, del estado Guárico en pleno y de la sociedad misma, un magnánimo
aplauso, amplificado e inconmensurable, ya que precisamente, su objetivo y
misión encarna un apoyo a la lectura, a la escritura, al intercambio de
saberes, al engranaje de los servicios bibliotecarios en el estado Guárico,
recibiendo estudiantes sin distinción alguna, con el único propósito de que
profundicen sus conocimientos dentro de la Red de Bibliotecas del estado
Guárico, lo cual obliga ineludiblemente a peregrinar la senda de la oscuridad a
la claridad.-
Referencias utilizadas
Diario “La Antena”. Fecha 24 de abril de 1995. Pág. 12
Diario “El Nacionalista”. Fecha 18 de mayo de 1995.
Diario “El Nacionalista”. Fecha 22 de noviembre de
1995.
Diario “La Antena”. Fecha 13 de octubre de 1996. Pág. 5
Diario “El Nacionalista”. Fecha 16 de octubre de 1996.
Diario “La Prensa”. Fecha 30 de octubre de 1996.
Diario “La Antena”. Fecha 22 de noviembre de 2002
Diario “El Nacionalista”. Fecha 24 de noviembre de
2002. Pág. 5
Decreto N° 31, de fecha 19 de octubre de 1979. Gaceta
Oficial del estado Guárico.
https://www.escritores.org/recursos-para-escritores/19593-copias
https://www.comprensionlectora.es/index.php/2013-11-27-16-50-54/2013-11-27-17-15-39/historia
Entrevistados e informantes claves:
Ø
Félix
Orasma
Ø
María
Martínez “MALULA”
Ø
María
Reina
Ø
Maritza
Turupial
Ø
Pablo
Velásquez