Arturo Álvarez D'Armas*
Se entrecierran mis ojos
aún puedo verla
más no tocarla
el agua corre por la regadera
cual bautizo de Jesús
me dejabas tocar
dulce cuello muslos morenos
mordí la manzana
silencio
tiemblo ante lo desconocido
anhelo de nuevo esa esperanza
vuelve desnuda
compañera de la infancia.
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