Italo Jiménez Laya*
El general oriundo del Municipio Ortiz, Roberto Vargas, venia derrotado en compañía de sus tropas, de la Ciudad de la Victoria , Estado Aragua, en pleno mes de Octubre del año 1902; se enfrentó de manera heroica a las tropas gubernamentales encabezadas por el general trujillano Emilio Ribas el cual fue derrotado, en el famoso sitio histórico de Cunaguaro, muy cerca del caño de los Arrieros, en pleno palmar.
El general Roberto Vargas, hombre estratega, encomienda una tarea a su lugarteniente, general Juan Quintana, el cual apodaban sus amigos “El Verraco”, para enfrentar y derrotar, tal cual como sucedió al General trujillano Emilio Ribas, hazaña que se realizó cumpliendo al pie de la letra las ordenes del Dr. y General Roberto Vargas. Como nota curiosa el general Emilio Ribas internó dentro de los palmares de Camaguán a unos setecientos (700) hombres, fueron emboscados por la tropa del general de los cuales salieron apenas unos cien (100) hombres, trasladándose a Calabozo, claro está, bajo la persecución férrea del General Roberto Vargas.
Luego de esta persecución el gobierno en Calabozo entra en negociación con los revolucionarios, con la propuesta de que bajase la bandera del Liberalismo e izara el tricolor de Venezuela, ya que la patria para el momento se encontraba en peligro; por la posible invasión extranjera producto de una deuda contraída la cual el gobierno venia cancelando intereses, pero estos (países extranjeros) no reconocían y por lo tanto se hacía necesario la imperiosa necesidad de la negociación. El General Ribas y sus tropas fueron escoltados hasta la salida del pueblo de Calabozo, además de brindarle todo el apoyo logístico para las mismas.
Comentó Don Romualdo Fleitas a su hijo Germán Fleitas Beroes, que los tiros se escuchaban en Camaguán ese día de la Batalla de los Arrieros, en donde él se preparaba para abrir su pulpería, cuando de manera imprevista le llamó la atención el tiroteo en aquellas soledades.
Don Romualdo prosigue comentándole a su hijo Germán, diciendo que como todo llanero malicioso, ni corto ni perezoso tomó sus corotos, y se marchó al otro lado de la Portuguesa.
Durante el proceso de la Libertadora , en las inmensas llanuras del Guárico, nunca se realizó Batallas de importancia, claro está que sirvió de escenarios abiertos para el cruce permanente de los ejércitos. Según datos Biográficos las tropas expedicionarias que llegan del Oriente del País, se detienen en Zaraza y en Altagracia de manera inútil.
Según comentarios de Andrés Brito la revolución no salía de un tremendo error seguido de otro no menos tremendo, tales como:
El primero, la presencia de Matos, que era un gran conocedor de las finanzas, y no de guerra. Según en conversaciones con José del Carmen Laya (fallecido), hijo de la Catira Maria Laya, residenciado en la Carrera 10, cruce con la Calle 7 frente al Hospital Mercedes, en esta población, manifestó “Matos era conocido a través de sus detractores y la tropa de abajo, por “detrás”, le llamaban el “Perfumado” por su manera de vivir, netamente afrancesado” y el segundo error, haber aceptado las opiniones y sugerencias de Luciano Mendoza, el cual nunca paso de ser jefe de guerrillas, cuando deciden atacar a Castro en la ciudad de la Victoria , en vez de atrincherarlo y acorralarlo como lo aconsejaba el viejo caudillo Domingo Monagas.
El único hombre que tenia merecidos meritos, en su condición de Militar, con suficiente experiencia en Batallas libradas, el cual había detenido a Juan Vicente Gómez en la ciudad oriental de Carúpano, era el general Nicolás Rolando. Pero resultaba imposible que lo nombraran para dirigir la revolución, ya que Matos y los pequeños caudillos de Lara lo miraban con mucho recelo, porque no le decía palabras bonitas y cortesanas.
Muchos méritos tenia el general Rolando, ya que en el Estado Aragua derrotó a Araujo, Bravo Cañizales, y a Gómez, también a Alcántara en la población de El Guapo (Edo. Miranda).
Pudiera decirse que el único encuentro que ocurre en el Estado Guárico, de relevancia, es el choque ocurrido entre los Generales Castrenses Emilio Ribas y Modesto Castro, quienes son vencidos y con estos se encontraba el general y Dr. Roberto Vargas, hecho ocurrido en el Caño de los Arrieros entre Calabozo y Camaguán.
Dentro del desarrollo de la Guerra , muchos heridos fueron recogidos y llevados a Calabozo, otros a Camaguán, entre ellos a Pastor Ruiz joven aun para la época, natural del Estado Trujillo, quien venia acompañando al General Emilio Ribas, fue gravemente herido en una pierna; después de curarse fijó residencia en Camaguán uniéndose en lazos matrimoniales con una Camaguanence con quien tuvo varios hijos, de orden, de pulcritud y de trabajo.
Pero a pesar de la invalidez en su pierna Don Pastor Ruiz nunca dejaba de trabajar trasladando la carne para el pueblo en su Burro desde el matadero ubicado en el camino real sitio donde hoy se encuentra la sede de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL) hasta la prefectura donde existía la Pesa del Poblado. La gente del pueblo cuando sentían al burro de Don Pastor, salían de sus casas alegres gritando: ¡¡Llegó Pastor!! ¡¡Llegó la carne!!
“ Esta referencia de Don Pastor Ruiz en esta ponencia tiene como finalidad la de engrandecer la gallardía de un hombre que a pesar de su impedimento físico demostró mucha honestidad trabajando a diario con su Burro de fiel compañero buscando el sustento para su familia. Así de esta manera quizás quedaron muchos, los cuales escapan de las raíces históricas de nuestro pueblo”
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