Eduardo Camps Vegas*
El artículo de Álvaro de Rújula, publicado en este Blog (ver más abajo) acomete uno de los disparates más grandes cometidos por la supuesta comprensión científica del mundo que nos rodea.
Las estrellas emiten varias clases de frecuencias, las ondas lumínicas-apreciables como luz y colores-, las ondas ultravioleta, las ondas infrarrojas, las ondas electromagnéticas que pueden ser del tipo alfa y del tipo beta y ondas de radio; pero todas son ondas que se diferencian entre sí por la amplitud y la frecuencia, siendo la amplitud el ancho de la onda y la frecuencia, la cantidad de senos y cosenos que caben en determinada cantidad de la onda. Por ejemplo una onda de radio puede tener ochenta metros de amplitud y una frecuencia de 1.600 Hertzios. Todos los radios y televisores poseen un dial que nos permite sintonizar la recepción de la onda radial y la frecuencia que queremos escuchar.
Como el Universo está compuesto de galaxias, estrellas, planetas, satélites, cometas, asteroides y polvo estelar que son la materia visible, es decir cuya frecuenta está dentro de las capacidades del ojo humano a eso se lo llama lleno. El vacío, según las teorías clásicas es la ausencia de materia. Pero si consideramos que tanto las partes visible y las invisible son el universo real tendríamos que la noción de vacío no tiene sentido.
Podemos extraer hasta la última molécula de aire en una campana de vacío pero nunca la vaciaremos de verdad. El interior de la campana seguirá estando lleno de ondas de radio, atravesada por la luz ultravioleta, el espectro visible de la luz, las ondas electromagnéticas, las infrarrojas, neutrinos y radiación alfa. De hecho, cuando estudiábamos física en bachillerato había en el laboratorio una especie de bombillo al vacío en cuyo interior había unas paletas fijadas a un eje. Cada paleta tenía un color diferente; una negra y una blanca. Experimento destinado a ilustrar que la luz atravesaba el vacío y lo hacía con suficiente fuerza lumínica como para hacer girar las paletas.
En consecuencia, hablar de vacío es un error en el cual ha incurrido la ciencia tradicional, siendo uno de los paradigmas que pronto desaparecerá de los libros de texto.
Ahora bien, si aceptamos que lo antes expuesto es materia, más que de la ciencia, del más elemental sentido común; también nos será fácil entender otro corolario. Sería imposible entender a los peces sin explicar el mar. Igual sucede con el Universo. Vemos la materia organizada en soles, planetas, satélites etc., que es el contenido ¿cuál es entonces el continente?.
Para el autor del artículo en referencia, es la materia oscura o la energía oscura que sustituye a la gravedad en los cálculos de casi toda la física actual, que sería como quitarle o añadirle más sal al agua del mar.
De ella sólo se atisban algunas de sus propiedades: 1-cualidad atractivo-repulsiva; 2- posee densidad variable y 3- es capaz de transmitir ondas y partículas, es decir es el medio en el que se dan los fenómenos sensibles.
De acuerdo a mi experiencia (léase mi ensayo sobre física y astronomía en eduardocamps.com) la cualidad atractivo –repulsiva es su característica principal (energía oscura) y es ella la que permite que las ondas que componen al universo se organicen, bien en elementos de la tabla periódica, bien en la complejidad de los seres vivos- Es la densidad de estas ondas lo que crea la ilusión de que lo denso es la llamada materia oscura. Y ciertamente constituye un medio para la transmisión de ondas.
Aún habrá mucho que discutir en el futuro de la ciencia pero con seguridad desaparecerán ideas como las partículas atómicas y sub atómicas, la materia oscura y la idea de gravedad. Todo está por verse.
Ahora hablemos de la nada. Si bien el vacío pertenece al mundo de la física, la nada pertenece al reino filosófico, de las ideas.
Es tan importante que existe toda una escuela filosófica dedicada a reflexionar sobre la nada: la escuela nihilista.
La nada es como el alfa y el omega: antes de que el mundo adviniese no había nada y cuando el mundo termine no quedará nada.
La nada es la no existencia y de la existencia deviene el todo. Para que el mundo exista debe haber quien lo viva y lo haga suyo, de allí el carácter humanista del nihilismo: sin el hombre, aunque el mundo exista, no hay quien lo haga real. La nada, es entonces componente esencial de lo humano. Cada ser humano integra, en la medida de sus posibilidades al universo que lo rodea, de ahí su inclusión en la física pues se compara con el carácter atractivo-repulsivo de la gravedad. El hombre es el integrador de la nada y el todo.
La nada es simétricamente la perfección de la uniformidad estática: esto es que la nada es la negación del movimiento y del cambio.
Aunque la filosofía de la nada pueda parecer un ejercicio absurdo, está en excelente compañía, desde Pascal en el siglo XVII, pasando por Bergson , Kirkegaardt y Sastre. Lejos de ser estéril la teoría de la nada ha contribuido al desarrollo de la ciencias como psicología, conductismo y ahora hace su debut en el ámbito de la cosmología. Esperemos que tenga éxito donde los demás fallaron.
*Historiador y ex Decano Universitario (San Juan de los Morros, estado Guárico)
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