Obituarios de un no-país — video a Alejandro Aguilar

viernes, 5 de junio de 2009

JOSEPHINE BAKER

Juan Yáñez


A Arturo Álvarez d`Armas, gran amigo y ferviente investigador de la cultura negra.


Para recordar apropiadamente es necesario que los años dejaren en nosotros las canas y la nostalgia de lo que se ha ido para no volver. Sin embargo sostenemos que todo aquello que ha dejado huella en nuestros corazones, indefectiblemente vuelve y cobra vida en el recuerdo. Para reafirmar lo expresado, diremos que la distancia en el tiempo tiende a alejarnos de las cosas y de las personas que en su momento nos motivaron y agradaron, no obstante basta un instante de reminiscencia para que nuestra mente los ubique y los acerque hacia el presente. Es por ello que hoy la columna se propone evocar a una gran diva, a una negra escultural y bella, la auténtica Venus de ébano, que allá por los años veinte, del pasado siglo conquistó a un público exigente y de gusto exquisito, como el parisino. Se llamó Josephine Baker, nacida en 1906 en Saint Louis, Missouri, en los Estados Unidos de América, y posteriormente nacionalizada francesa. Fue fiel representante de la cultura afro americana y su fama de bailarina trascendió por su estilo llamativo y extravagante. En 1921 cuando contaba apenas 16 años, bailó nada menos que en el famoso Cotton Club de Harlem, en Nueva York. En 1925 viajó a París, donde se establecería definitivamente, para bailar en La Revue Nègre, donde consiguió un gran éxito bailando casi desnuda el Charleston, que a pesar de hacerlo de manera erótica, siempre prevaleció en sus actuaciones el profesionalismo y el buen gusto. De allí en adelante se convirtió en la estrella del music hall, mas popular y reconocida de París. Fue la principal vedette del Folies Bergere. Allí bailó, entre otros, en un número en que un leopardo hacía de partenaire. Hizo cine con gran éxito, en películas como Zouzou y La Princesa Tamtam. Su vida artística trascendía de lo que era estrictamente profesional y se vinculaba con todo aquello que tenía que ver con la cultura y con relaciones humanas y sociales. Su más conocida canción, J`ai deux amours, la convirtió en la musa de inspiración de pintores y escultores. Durante la Segunda Guerra Mundial participó valientemente en un grupo de la Resistencia y colaboró con la Cruz Roja. Después del conflicto el gobierno francés le otorgó merecidamente “La Cruz de Guerra”. Participaba en todo movimiento que demandaba solidaridad. Periódicamente viajaba a los Estados Unidos para apoyar la causa de los derechos civiles. Es a partir de 1950, que enfoca su vida definitivamente hacia las actividades altruistas, adoptando a numerosos huérfanos de todas las nacionalidades y razas. Con ello inicia lo que da en llamar “un experimento de hermandad”. Se retiró de la vida artística en 1956 y es a partir de allí que se dedica a tiempo completo al orfanato que ella misma había creado. Estas actividades por sus excesivos gastos agotaron en una oportunidad sus recursos y casi la llevaron a la bancarrota, fue Grace Kelly, la princesa de Mónaco, su amiga personal quien la ayuda a superar la situación. Murió esta extraordinaria mujer en 1975, cuando contaba 69 años, en el castillo de Milandes, en Francia donde funcionaba su orfanato. Fue la primera mujer de origen norteamericano, a la que Francia otorgó honores militares en sus funerales. Su tumba, por su expreso deseo, se halla en el cementerio del Principado de Mónaco… Ahora amables lectores, ya finalizando, permítannos que cobre vida un recuerdo personal que tiene que ver con ella. Sucedió en 1968, en el espacio físico de Buenos Aires, precisamente en una esquina de la calle Sinclair, en Palermo, donde funcionaba un restaurante de alta cocina francesa, llamado Bistró. Allí alguna vez, sentados en la barra conversamos con su dueño, un ciudadano francés, que era o había sido esposo de Josephine Baker. De boca de este caballero, ya mayor, en agradable y amena conversación supimos que destinaba las utilidades de su negocio a colaborar con el mantenimiento del orfanato, aquella institución que la diva creó y que llamó acertadamente: “La tribu del arco iris”…

Publicado en el Diario La antena de San Juan de los Morros, el 07.12.08

Fotografía tomada de http://www.npg.org.uk:8080/vanityfair/s1.htm

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