Felipe Hernández G.
Cuando muy temprano en la mañana del miércoles 11, los amigos Egilda Rangel Porras, primero y Arturo Álvarez D’Armas después, me enteraron de la muerte de Irma Mendoza, lo primero que acudió a mi memoria fue la confesión de San Agustín: “Como es la vida, así es la muerte”. Porque Irma Mendoza murió como vivió ¡luchando! ¡Soñando!. Ya lo dijo el poeta Virgilio, “El sueño es hermano de la muerte”. Es miércoles 11 de noviembre de 2009, horas antes, a la 1 y 45 minutos de la madrugada, en el Hospital Clínico Universitario de Caracas, después de una tenaz batalla por la vida, se nos fue Irma Marina, como le gustaba que le llamasen. Educadora por vocación y convicción e historiadora de profesión y oficio de acrisolados quilates.
Ante el dolor que produce la partida, escribió Baudelaire, que “el tiempo devora la vida”, y afloran los recuerdos de lo que se ha vivido. En esta infausta hora, cuando la tristeza por la amiga ida nos asola, solo recordar parte de su trayectoria vital para la posteridad, alienta. Así, recordamos que a Irma la conocimos en el año 1986, cuando se desempeñaba como presidenta de la Junta Calificadora Nacional del Ministerio de Educación. Desde entonces comenzamos a tratarnos y se inició una larga y fructífera amistad, que se prolongó en el tiempo y se acrecentó en el afecto.
Nos encontramos nuevamente en los pasillos y en las aulas del Centro de Altos Estudios Alejandro de Humboldt de la Universidad Santa María en Caracas, donde realizamos el doctorado en Historia, que condujo sabiamente la mano y el pensamiento del eminente historiador y gran venezolano que fue el doctor Federico Brito Figueroa, y otros preclaros maestros como Alfonso Rumazo González, Manuel Pérez Vila, Pedro Felipe Ledezma, Juan Bautista Fuenmayor, Ramón A. Tovar, Nikita Harwich Vallenilla, Ramón Lozada Aldana, Reinaldo Rojas, Raiza Vivas de Daza, Carmen Saín de Gutiérrez, y otros. Ahí se consolidó la amistad, y a ella se sumaron amistades comunes como la de Miriam Meza de Borges, María Egilda Rangel Porras, José Marcial Ramos Guedez, Manuel Carrero, Nidia Cárdenas, José María Surga, Blanca Sánchez Blasco, Elsa Barrios Romero, Damelis Yegüez, Elis Freitas, Lucila Lista, Blanca Montoro, Emma Martínez, Cecilia Vivas, Diógenes Molina, y muchos más.
Volvimos a encontrarnos cuando ocupó la Secretaría de Educación y Cultura del estado Guárico en el año 1999, durante la primera gestión como gobernador de Eduardo Manuitt Carpio, la conseguimos haciendo equipo con la profesora Belkys Figuera Carpio. De ahí, por solicitud del para entonces rector, doctor Federico Brito Figueroa, pasó a la Universidad Rómulo Gallegos, como profesora de Postgrado en la maestría en Historia, donde junto con el doctor Elis Mercado, formó un gran equipo que permitió abrir y consolidar las maestrías en Historia en San Juan de los Morros, Valle de la Pascua y Altagracia de Orituco. Por expresa solicitud suya, formamos parte de ese equipo; fue y ha sido arduo el trabajo; de ahí han egresado un significativo número de postgraduados en Historia, profesionales guariqueños que son, en buena medida, hechura de Irma.
Téngase entre ellos, en San Juan de los Morros, a: Jeroh Juan Montilla, Mayerling Colmenares, Adriana De Abreu, Gledys Da’ Silva, Aura Marina Betancourt, Pablo Pérez, Aura Gómez, Oneida Martínez, y otros. En Ortiz: José Obswaldo Pérez Ascanio. En Calabozo: Ubaldo Ruiz y Eduardo López Sandoval. En Valle de la Pascua: Mélida Loreto de Díaz, Rosa María Álvarez, Carmen Diamora García, Antonio Campos, Maritza Márquez, y Yusdalis Celis. En Las Mercedes del Llano: Sorángel Ruiz Castro, Orietta Ortiz Mendoza y Xiomara Romero Abas. En Zaraza: Marlin Acosta y Lisbeth Rondón Rengifo. En Tucupido: Yamira González. En Altagracia de Orituco: María Luna. En El Socorro: Nervis Carpio. En Santa María de Ipire: María Mercedes Sarmiento Márquez; y en San José de Tiznados: Mariali Gondelles Bolívar.
Fue largo el surco de semillas sembradas por Irma en el Guárico, muchas de ellas florecientes y dando frutos, otras por florecer. A muchas nos tocará encausarlas para que germinen sus trabajos finales de grado. Ella hizo lo suyo. Era su sueño.
El auditorium y la Casona Universitaria, son mudos testigos de los pasos de Irma Mendoza, de las sesudas asesorías y de las importantes investigaciones historiográficas sobre el Guárico todo, que de ahí salieron, todas asesoradas por ella.
No sólo como profesora del Postgrado en Historia dictó cátedra Irma. Aquí en Guárico también lo hizo como investigadora, ponente y conferencista en encuentros, congresos, seminarios, conversatorios, coloquios y jornadas llevados a cabo en nuestra entidad. Muchas veces la acompañamos, en otras coincidimos, y a otras envió su ponencia para que la leyeran. Así, siempre nos alentó y nos acompañó en todos los Encuentros de Historiadores y Cronistas Guariqueños realizados en Valle de la Pascua, no faltó a ninguno. Pero también la vimos en Calabozo, en Camaguán, en San Juan de los Morros, en San Sebastián de los Reyes, en Chaguaramas, en Las Mercedes del Llano, en Ortiz. Ahí quedan sus ponencias. Investigaciones realizadas con gran rigurosidad, donde observamos un particular conocimiento y una especial maestría en el uso metodológico de la ciencia de la historia, aplicando las categorías de totalidad y lo interdisciplinario en la goehistoria guariqueña. Fundamentaciones hechas con información y documentos de fuentes de primera mano, obtenidas en el Archivo Arquidiocesano de Caracas, el Archivo General de la Nación, la Academia Nacional de la Historia, el Registro Principal del estado Guárico y de sus municipios, entre otros.
De ahí salió su ensayo "Presencia de la mano de obra esclava de origen africano en el Guárico colonial. Siglo XVIII", publicado en: Resonancias de la Africanidad. Libro escrito a cuatro manos con Marcial Ramos Guédez, Marisa Vannini de Gerulewicz y Jesús García, y publicado por el Fondo Editorial del IPASME, en el año 2005.También en la prensa regional dejó su impronta, son muchos los ensayos, crónicas y artículos publicados en los diarios El Nacionalista, La Prensa del Llano, La Antena, y en otras publicaciones regionales.
Considero que Irma Mendoza y Arturo Álvarez de D’ Armas, cada uno por su lado, son pioneros de los estudios sobre la negritud y la africanidad en el Guárico, cuando nadie hablaba de la presencia esclava en estos confines, levantaron ellos su voz y comenzaron a escribir.
Está vivo en nuestro recuerdo el homenaje que en su honor organizaron Arturo Álvarez D’ Armas y Jeroh Juan Montilla, fue en el Teatro de Bolsillo de la Casa Artesanal, en la calle Róscio de San Juan de los Morros, el día viernes 11 de julio de 2008. Le correspondió el honor de leer el discurso de orden, al doctor José Marcial Ramos Guédez, un discurso sentido, como solo puede hacerlo un amigo, conocedor de la vida y la trayectoria académica y profesional de la homenajeada, todo un maestro. Y de moderador fungió Jeroh Montilla. Todavía retumba en mis oídos, la voz grave, como de trueno del doctor Argenis Ranuarez Angarita, “¡Aquí estoy Irma Marina! Vengo a rendirte homenaje…”, sencillamente magistral. Adolfo Rodríguez, presentó una hermosísima semblanza que tituló: Irma Mendoza: Una emoción al servicio de la Historiografía Llanera. Edgardo Malaspina, al final de sus palabras, en un gesto de caballerosidad, le entregó un hermoso ramo de flores. También estuvimos y hablamos: Oldman Botello, Miriam Meza de Borges, Ubaldo Ruiz, Oneida Martínez, y Fabiola Bolívar. En mi ponencia, además de un exordio sobre la dimensión humana e intelectual de Irma Mendoza, leí una semblanza biográfica sobre monseñor Rafael Chacín Soto, en razón que ella siempre me manifestó su interés como investigadora por este polifacético sacerdote, de quien decía, “se había escrito y estudiado poco”, especialmente sobre su personalidad y su obra, así como sus aportes a Valle de la Pascua y al Guárico. Consideraba que era una tarea pendiente. Del Padre Chacín después volvimos a hablar muchas veces, dado su interés porque se conmemorara su centenario en el año 2010. En líneas generales, el homenaje fue un acto sencillo, ameno, como en familia, muy sentido. Homenaje en vida, como debe ser.
El amor de Irma por el Guárico fue infinito, desde el año 1999 aquí se aquerenció, casi toda su acción investigativa en el campo de la historia la encausó hacia la Historia Regional y Local del Guárico. Como paleógrafa oficial en el Archivo General de la Nación, fueron muchos los guariqueños que acudieron a ella, para reconstruir cadenas titulativas de la propiedad territorial en esta entidad, a quien pudo ayudar, lo ayudo, con tesón, con desprendimiento, sin otro interés distinto al de servir. Así fue su vida.
Hoy ha arribado al puerto de todos los dolores, como católica y fiel devota de la Virgen del Carmen, acude a su cita con el Creador, nos queda su accionar de docente e historiadora comprometida y militante, traducido en el importante legado, que lo constituyen su ejemplo, sus enseñanzas, su obra, que perdurarán en el recuerdo de quienes fuimos sus amigos, sus compañeros de sueños y esperanzas, de quienes fueron sus alumnos, y de todos aquellos que la irán conociendo a través de su obra escrita legada a la posteridad. Quizás sin saberlo, Irma hizo de la vida un combate, y se enfrentó a ella con amor, que es es el arma más poderosa, según el decir de Aldous Huxley. Eterna paz.
En Valle de La Pascua, a los 11 días del mes de noviembre del año 2009.
Nota del Administrador del Blog: La fotografía que ilustra este artículo del profesor Felipe Hernádez nos fue suministrada por Ollantay José Castillo y Mendoza, hermano de la profesora Irma Mendoza, el cual está actualmente residenciado en España
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