PEDRO INFANTE EN MARACAY, LA PASCUA Y VILLA DE CURA
Alberto Hernández
** El actor y cantor azteca estuvo en Maracay, Valle de la Pascua y Villa de Cura, donde dejó pequeñas historias casi borradas por la desmemoria. Los cronistas de estas poblaciones están en la obligación de buscar más datos para establecer las actividades y eventos que el conocido artista cumplió en esas comunidades en la década de los años 40.
Digamos que la memoria se encuneta. Se hace peregrinación, olvido, en medio de tantos desbarajustes del tiempo. Así lo descifra quien escribe la crónica y pasa a ser sólo un trozo muy pequeño de esta ciudad que navega entre tantos naufragios. Digamos, sí, que por esta ciudad, desde que tiene geometría urbana, ha sido protagonista de eventos que nadie recuerda. O que no son motivo de preocupación, más allá de que quien diga o rasguñe sea corto de vista o predestinado a meterse en lo que lo conviene, como muchas veces le han dicha a éste entrometido, quien sin ser de Maracay sueña con ella y la reconstruye desde las pesadillas que la han habitado siempre.
Alguien, remotamente, recuerda el año 48 y habla de la inauguración del Teatro Principal, donde se llegaron a presentar importantes agrupaciones musicales provenientes de varis partes del país. Por ejemplo, como decía en una nota dedicada al maestro de la guitarra Augusto Larrazábal, se trataba de un “Lujoso escenario deregia decoración y magnífica proyección, sonido perfecto, selección escrupulosa de películas, cómodos asientos”, como anunciaba a diario la publicidad de “Melodías” que circulaba por Valencia, Puerto Cabello y Maracay. Publicidad que hacía un recuento de los artistas locales y nacionales.
Pero así como el teatro Principal, conocido por los de la época como Cine Principal, muy cerca del Teatro de la Ópera, también la radio cumplió su cometido cultural y social en aquella Maracay rural, gomera aún, llena de anécdotas y silencios procurados por las dictaduras. Las radios tenían un teatro de variedades, como el de Radio Maracay, donde se estrenó el Dúo Vargas- Larrazábal, por ejemplo, por aquel año de 1946.
Pedro Infante en Radio Maracay
La foto dice mucho. En la imagen aparece el cantante y actor mexicano, rodeado de la gente de Maracay de aquella década de los años 40. Allí también aparece un hombre con una guitarra, al lado del artista azteca. Frente a uno de esos micrófonos cuadrados, está el Pedro Infante de las películas de acción, de amor y canciones. Uno imagina la emoción de aquellos maracayeros. Oírlo cantar una ranchera o un bolero a pocos centímetros. El de la guitarra es nada más y nada menos que Augusto Larrazábal, quien acompañó a muchos cantantes en esa mimas emisora, entre ellos Paco Vidal, Tony Aguilar, Leo Marini, Sofía Álvarez, Alfredo Sadel, Héctor Murga, Héctor Monteverde, Héctor Cabrera, Edith Salcedo, Lorenzo Herrera, Pedro Noguera, Julio Jaramillo, Félix Carrión.
El mexicano en Valle de la Pascua y Villa de Cura
No tenemos anécdotas del cantante en Maracay, pero sí tengo de primera mano unos datos –probablemente forman parte de la ficción, pero nos llevan a imaginar su certeza- que revelan la presencia de Pedro Infante en Valle de la Pascua, probablemente el mismo tiempo que estuvo en Maracay. Al parecer, Infante se hospedó en la posada de Corita, un personaje muy conocido en la ciudad guariqueña, quien cocinaba que daba gusto. Las muchachas del pueblo, fascinadas con la llegada del cantor, se llegaron hasta la puerta del pequeño hotel y allí vieron al Pedro Infante en pantalones cortos, lo que produjo un revuelo en las féminas. Salieron asustadas porque acabañan de ver a Pedro Infante desnudo, en interiores, cuando se trataba de un short. Claro, no existía esa costumbre en nuestros predios. Otros comentan que estaba hospedado, no sé, en el Hotel Comercio. Espero que los cronistas de La Pascua me corrijan. Es posible que haya cantado en Radio La Pascua o en algún club. Eso está por saberse.
Existen también pequeñas historias del mexicano en Villa de Cura. En una oportunidad, Mario Suárez me comentó su participación con el cantante azteca en un cine-teatro de esa población aragüeña, pero he perdido la ruta y tendría que revisar viejos papeles.
Queda el compromiso en el aire. Buscar, indagar, hasta dar con la historia. Alguien la contará con todos sus detalles algún día.