Obituarios de un no-país — video a Alejandro Aguilar

jueves, 4 de mayo de 2023

CRUZ DE MAYO

 César Gedler

Como símbolo arquetipal, la cruz representa al árbol de la vida, que hunde sus raíces en el subsuelo, y se eleva hasta el espacio celeste, mientras sus brazos se extienden como ramas horizontales que surgen del tronco. En esta simbología está contenida su naturaleza cíclica, a través de las hojas, flores y frutos, que se agotan y se renuevan constantemente, de acuerdo con el curso de las estaciones.

La comprensión esotérica vinculada a la astrología, relaciona la cruz con la materia, que implica el límite y la forma (Saturno), y con el espíritu encarnado, (Sol), que supone el esfuerzo, la trascendencia y la realización. Por su estructura, la cruz divide el espacio en cuatro cuadrantes. Una totalidad expresada en la dimensión vertical, que representa el tiempo, y en la horizontal, que nos remite al espacio. Cada una de las cúspides se relaciona respectivamente con los puntos cardinales (norte, sur, este, y oeste); con los elementos, (fuego, tierra, aire y agua); con las propiedades, (caliente, frío, seco y húmedo), y con los momentos estacionales, primavera, verano, otoño e invierno.

La liturgia sobre la cruz se celebra cuando aparecen los cuatro luceros que conforman en el cielo la Cruz del Sur. Es el momento de celebración de las festividades primaverales, en la que los campesinos ofrecían sus cantos, flores y frutos a sus deidades propiciatorias de la fecundidad de la tierra y la mujer. Por esta razón se convirtió en rito agrario y de los enlaces amorosos. Al decaer la economía agrícola como función individual, el campesino emigró a los centros urbanos para dedicarse a otras actividades, y de ese modo se va perdiendo el caudal folclórico, con todos los símbolos que poblaron la tradición, como ocurrió con la construcción de las antiguas ciudades, donde la intersección de los cuadrantes cruciforme indicaban el lugar en el que habría de levantarse el templo, por ser el punto en el que convergen los mundos, y por tanto el lugar de mayor energía, quedando en forma concéntrica la edificación de la plaza, los edificios principales y las casas.

Una de las variantes de los tantos significados que toma la cruz, está relacionada con la crucifixión, y más específicamente con la crucifixión de Jesús el Cristo, por el significado histórico y espiritual que adquiere ésta posteriormente, al lado del Sudario, El Santo Grial, la lanza que atravesó su costado y los clavos que sostuvieron su cuerpo. La muerte en la cruz era el castigo impuesto a los esclavos más viles, y era estigma de infamia. Por ser tan común entre los romanos, a las penas, las aflicciones, se les daba el nombre de cruces. Curiosamente, entre los primeros judíos no existía la práctica de la crucifixión, tan frecuente en muchos pueblos de la antigüedad.

La Cruz de mayo

La tradición destina el día 3 de mayo para las celebraciones rituales y piadosas en honor a la Cruz del Salvador. La iglesia cristiana naciente impone una transculturación sobre los ritos paganos en honor a la tierra fecundante, creando la versión según la cual, en esta fecha del año fue encontrada por Santa Elena (madre del emperador Constantino), en la basílica de Jerusalén, la verdadera cruz donde murió Jesús. Santa Elena, para destacar el gran hallazgo, mandó a encender en cada topo de los cerros, enormes fogatas que formaron una cadena desde Jerusalén a Bizancio, donde su hijo Constantino esperaba el resultado de aquella peregrinación.

En el siglo XVI los españoles introdujeron su ritual en América, donde se transforma y adquiere significación especial, de acuerdo a las regiones donde va llegando, pero siempre vinculado al fundamento cultural de la tierra, de la economía agrícola en formación.

Aunque en la actualidad muchos promeseros alumbran las viejas cruces milagrosas que se guardaron inmediatamente después del último velorio, la costumbre originaria era comenzar los preparativos el jueves Santo, con la escogencia del madero (olivo, limón, jobo), que debía ser cortado por una doncella en ayuno, antes de la salida del sol. El primero de mayo, la cruz destinada al altar se viste con flores y papel de color, y la que va al patio o al calvario, la llamada Cruz del Perdón, se viste con cogollos de palma.

En estos ritos propiciatorios de fertilidad, abundancia y bienestar, se pide por la entrada de las lluvias para la siembra, la curación de alguna enfermedad, o la resolución de conflictos que parecen insuperables.

En la devoción a la Cruz de mayo, aparte del público que acompaña la ceremonia, los participantes son los rezanderos, los músicos, los bailadores, los cantadores de galerones, tonadas, fulías y corridos.

 

Santísima Cruz de Mayo

Quién te puso en esa mesa

Son los dueños del altar

Que están pagando promesa

 

Era costumbre en algunos pueblos del llano que las parejas de enamorados esperasen el Velorio de Cruz para irses juidos, es decir, para escaparse sin el consentimiento de los padres, y regresar al cabo de unos días para obligar a la familia a aceptarlos como nueva pareja. Todos los asistentes son invitados a una comilona en la mañana del día siguiente después de la celebración, y en algunas zonas de raigambre netamente agraria, se extiende la festividad hasta final de mes.

A pesar de la violenta intervención de los modelos urbanos en los ritos y tradiciones rurales, la veneración de la Cruz de Mayo se mantiene en los barrios de las ciudades como último eslabón de una antigua manifestación religiosa y cosmogónica. Pero es en la costumbre de persignarse para conjurar el peligro, y corroborar la pertenencia a un credo, donde sigue imperando el significado e importancia de la cruz como signo sagrado, evidenciando su carácter de símbolo fundamental, o lo que es igual, como emblema mágico, para recrear el orden en un mundo amenazado constantemente por el caos.

www.cesargedler.com

Fotografía: Tibisay Vargas Rojas.

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