Obituarios de un no-país — video a Alejandro Aguilar

miércoles, 11 de junio de 2008

EL LITORAL POETICO DE CARLOS OCHOA


Alberto Hernández*





Ningún secreto escapa de la voz de Aimé Césaire cuando dice de las grandes combustiones del mar de su Basse Pointe, donde las lluvias mojan los vocablos y todas las tormentas acuden a la costa "en la corriente lenta del ojo de las palabras, como caballos furiosos", que en el Caribe son espejismos, posibles solamente en la reverberación de la
poesía.
Con esa misma mirada, Carlos Ochoa, cercano también a las costas de ese mar interior que convierte un continente en isla, anota sobre las orillas de un país, nombrado con la boca de hacerse mediador para que el poema construya un paisaje, una forma de refractar el litoral de un imaginario próximo a multiplicarse con los viajes. Derivados de la mis-
ma salinidad, tanto el autor de Corps perdu, como el poeta caraqueño radicado en Valencia, construyen una etimología del mar: Césaire desde el ojo de un huracán que él mismo nombra en su casa de Martinica y Ochoa desde el continente que somete la fuerza de las mareas. Ambos, atados a la tradición de saberse poseedores del océano que los interioriza, son herederos -uno por haber nacido en medio de un torbellino, otro por temporalizar la orilla por donde llegan todas las revelaciones- de la misma fijación: el mar habita un afuera y se hace visible en el poema
con su monstruosa fuerza, pero también con su indecible belleza.
La lectura del mar, la de su límite terreno, encuentra en Carlos Ochoa un lugar que testimonia la experiencia de haberlo convertido en personaje que se repite incesantemente, desde hace todos los siglos, contra las rocas y los cuerpos que allegados a sus dominios "Es tremendo el golpe de las olas (...) Es tremendo ser alcanzado por el mar". Ola y mar son dos fuerzas, la primera siempre se convierte en costa, en movimiento, mientras la segunda es la permanencia, un volumen multiplicado en islas, espejismos, monstruos, ruidos y silencios. El mar de Ochoa se hace arena, tierra en la mirada: masa continental capaz de pacificarse ante los ojos de quien la transforma en palabras.
Desde el cerro El Ávila, Carlos Ochoa advierte la voz del viento, como en la casa de Basse Pointe el poeta Césaire oyó la felicidad de Colón al sentir la dulzura de los aires antillanos, "como en abril en Sevilla".
"El viento dice/ que quiere irse/ a Petit Mustique, a la Martinica/ a golpear las rocas de Sayan", mientras la hondura de la montaña inclina el vértigo y" despierta el sudor / que habíamos olvidado", reza Ochoa para confirmar la presencia del poeta martiniqueño.
Ese mismo mar, la orilla que respira en las páginas del poemario de Carlos Ochoa, se hace nombres, sonoridades mordidas por las mareas del Caribe, biografiado por Germán Arciniegas en las andanzas de las islas y costas que muchos vieron pero que no pisaron y, de estas aventuras el poema dice de Choroní, como aquellos marineros de las noches místicas, alumbrados por la fosforecencia de los peces y los ojos diurnos de las mujeres, en un paraíso reconstruido por el exceso de imaginación. El texto de Ochoa parece salido del asombro de los sonámbulos catalanes Margarit y el fraile Buil, al descubrir que quien los guiaba entre sargazos no era otro que un fantasma en busca de riquezas, pese a la alucinante verba producida por el mar Caribe.
Apremiada por el mismo asombro, en Apuntes de la costa, la mirada del autor se dilata ante la sensualidad que la naturaleza le imprime: "Venidos con los cuerpos frescos/ atrás dejamos la espuma/ golpeando nuestros pechos./ Respirábamos las nubes/ los bordes de oscuridad del Paraíso". "
Toda orilla es una pisada, un tiempo marcado por arribos y salidas de quienes buscan en el mar camino para llegar o alejarse. Toda orilla es borde de historias, que como dice Derek Walcott, sintetiza "las suaves vocales de las ensenadas; el bautismo de las naves,/ los títulos de transporte,/ los colores de las uvas de playa,/ la acritud de los almendrones,/ el alfabeto de campanas...las dehesas de puertos, la letanía de islas,/ el rosario de archipiélagos", numeración de imágenes que tiene la destreza de atracar en los costados de Granada, Guadalupe, Antigua, en la ventana de Castries, en Santa Lucía, donde en hora de lluvia no anunciada, el autor antillano viera la luz.
De esta experiencia, Carlos Ochoa tiene la orilla del continente, las orillas de un país que se alargan hasta los arrecifes de un mar interior, silencioso a veces, poblado por las huellas y las voces de quienes miden las distancias entre el horizonte y los ojos cegados por el sol: "Una
playa no es playa sin una tribu/ que entierre en la arena la sombra de su época". Entonces, los eventos del tiempo destacan su presencia invisible, rescatada por el que apunta en la memoria las palabras que "encienden fuegos" y " arrojan al espacio sus ruidos / para saberse de paso /
entre esta cosa y otra".
Ochoa afirma su aventura en los habitantes de la costa, en los de las alturas y en los que tienen en la orilla el testimonio de los que limitan con la realidad: "Las aves se zambullen en el reflejo sagrado del cielo/ El que sueña despertará/ pero la tortuga seguirá durmiendo". El poema narra desde un ojo marino. Isla, pedazo de encuentro, alfabeto sagrado que emerge del océano.
La misma isla que Enrique Bernardo Núñez reveló en la ruptura del tiempo y el espacio; Cubagua, vertida por las ruinas del pasado: "llegamos al trozo de tierra/ que Dios "dejara/ para quebrantar el mar/ la arena y el olvido/ tropiezan la intemperie/ el murmullo de las perlas/ nos hace sumergir/ despertar las entrañas que se hundieron". Mar insular, fragmentario, aventado por la sangre de los ahogados entre la urdimbre de ostras, visto sin ser visto, pero re-creado en el presente del
poeta.
Apuntes de la costa, escritura que festeja la primera persona, abreva en el bestiario marino, en la metáfora asaltada por un animal terrestre, mitológico, pronunciado por el cosmos: "Yo aprendí a amar en las costas de viento pleno/ jirafas, tortugas, cangrejos/ y hasta una cabra/ que patea racimos de estrellas. / / Mis ojos anudan la distancia/ con el latido de los astros/ la verdad/ más allá de la alambrada azul/ crece con el día".
Cada poema de este libro es una costa distinta. Cada costa es un poema que construye su propia naturaleza. La línea de un país que se nombra para respirar el mar que lo golpea: Costa Mosquito, Choroní, Cariaco, Cuyagua, Cabo San Román, San Juan de los Cayos, Chuao, Patanemo, Solanos... accidentes geográficos, unos que entran y otros que salen, ensenadas, cabos, penínsulas; moles de tierra invasoras del océano que marcan fronteras y límites en barrancas y peligrosas caídas.
El país que existe en este libro de Carlos Ochoa se convierte en islas, en las que se han alejado para convertirse en voces extranjeras, lamidas por el mismo mar, pero nombradas con otra respiración: Kilauea, Aloha Duke, anidadas en otro mar que es el mismo.
"Una isla se proyecta en otras islas", dice Lulú Giménez Saldivia en el prólogo de El mar es historia de Walcott, pero también el Caribe se alarga hacia otro mar para nombrarse en la misma salinidad. Islas viajeras, llevadas en el equipaje verbal del poeta: "Los antiguos monarcas
hawaianos/ montados en enormes tablas/ que sabios guardianes/ tallaban de árboles sagrados/ esperaban despertar el viento divino/ sin ofender las deidades de las aguas", entonces la sacralidad de las aguas mantuvo a flote a quienes se hicieron de la mano de los dioses para
caminar sobre la superficie inquieta. Y si el mar creció hacia otro mar, así las islas se regaron para abundar las costas, las orillas donde las palabras también se hicieron otras, verbos de extraña conjugación, árboles y peces que aprovechan las corrientes profundas para llegarse
hechos tormenta a las manos de los marinos y visitantes, que ven "trocada suerte que se desplaza/ cuando sopla desgracia", que puede llegar en el timón de un barco "azotado por el sol", guiado por los vientos que extravían y algarete dan con la roca.
Mar de guerras y muertes donde los días de bonanzas permiten la navegación, la mirada a las maravillas contadas en las crónicas: "Jamás logré ganar una batalla/ peleé sin tregua/ en la mañana/ y hasta muy tarde con el sol", voz que roza a la del Almirante: "Partí en nombre de la Santísima Trinidad la noche de Pascua, con los navíos podridos, abrumados, todos hechos agujeros. Mar de fracasos, de costas henchidas con los despojos de las naves y cadáveres ¿Será éste el destino de la derrota?", se pregunta el poeta Ochoa, y sigue: "ni riqueza, ni señorío/ sólo la muerte escapada/ buscando el pasto de las estrellas".
Lectura de regocijo por la visión que nos lega, por el cúmulo de imágenes que contiene en sus profundidades. Lectura/ mar. Escritura/ islas y redonda mirada: "... el Caribe nació como una cuenca elíptica", dice Walcott en su poema The Star-Apple Kingdom, así el mare nostrum está rodeado de costas por todos lados. De allí la redondez del poemario de Carlos Ochoa: cada texto nos lleva al mismo sitio, al mismo olor marino, a los colores que nadan en la superficie del animal que se agita dentro de sus páginas.
Y así, como la historia del mar silabea los apelativos de personajes y fantasmas, Ochoa articula el del Capitán Taylor para sacarlo de las profundidades del océano, de donde también han emergido los de los viajeros de otros tiempos, abrigados por la madera hedionda de los bergantines y barcos de negreros. La Mar océana guarda esos secretos, pero el poeta no deja en la fabla del misterio las aventuras de quien se hace en el otro: "Asomado al balcón el día crece. Cuando vuelva a dormir/ abriré el miedo/ de un cuarto oscuro/ gritaré al abordaje/ y el viejo bergantín/ que la noche anterior / se quedó a medio hundir / al fin será un misterio / en el fondo del océano".
Los ritos de la mar contienen los restos de su historia: hundimientos, naufragios, coágulos sanguíneos, destrozos, piratas, corsarios, cañoneos, dioses aturdidos por la avaricia y la aventura: "¿Dónde han ido a parar los viejos navíos La Heroine", " La Creole", el bergantín "Mary" / sus tripulaciones saquearon los barcos/ ingleses, españoles y lusitanos/ cortaron cabezas, brazos, piernas/ con sus dagas/ sables y pistolas./ Mateo Gracia en el pueblito de Regla/ cerca de la Habana/ negociaba botines y celebraba/ vistiendo de lujo a sus mujeres./ / Todos desaparecieron dejando las playas desnudas./ / El mar no negó a los veloces barcos las profundidades / donde las aguas lo guardan todo / Para la memoria de los dioses".
Por ese mismo mar poético los argonautas de Jasón se ataron al mástil y sellaron sus oídos para no ser presas de las bondades del Caribe: "... agradecido de mar/ no es suficiente/ hay que arriesgar/ hasta que nada quede/ en el dolido corazón".
"En un principio fue el Mediterráneo. Todo lo que a sus costas se acerca, queda tocado de manos azules. Lo qué de él se aparta, se hace turbio, pavoroso", nos relata Arciniegas' en el comienzo de su estudio Biografía del Caribe. Podemos prolongar aquel mar para que el de las Antillas navegue en el imaginario mitológico de Occidente: "Las sirenas / cuentan los viejos marinos íberos / cantan más fuerte y dulce al final del otoño/ cuando el mar se encrespa y regresan a puerto las naves./ / Qué diferente final para la Odisea/ si el audaz Ulises/ de vuelta a Itaca/ desata las cuerdas del mástil/ se vence a sí mismo. / / Tal vez hubiese aprendido cómo descamar/ tan increíbles seres / poblar su reino sumergido".
Al final sólo un espejismo. Secreto al fin, el poeta Carlos Ochoa nos deja en la costa, entre anotaciones y sonidos, la memoria de un tiempo que se va y regresa, como las olas y las resacas que en la orilla detienen nuestros pasos. Quedan las sombras en una pregunta: "¿cuándo se rompen los espejos / a dónde va lo que fuimos / el sueño que no se hizo a la mar?"
La costa, su espíritu -la ola-, empuja la tierra, la nombra y la hace huella para luego borrarla.
*Periodista, poeta y escritor venezolano (Maracay, estado Aragua)

lunes, 9 de junio de 2008

LA DESPEDIDA DE MONTEJO

-La voz del poeta Eugenio Montejo ha sido una de las más prolíficas en el haber literario venezolano de los últimos tiempos. Es, sin duda, un gran representante de la poesía suramericana-


Dura menos un hombre que una vela
pero la tierra prefiere su lumbre
para seguir el paso de los astros.



El hombre que dejó estas hermosas líneas, apenas vivió 69 años. Anoche, tras un padecimiento de cáncer en el estómago, falleció Eugenio Montejo, uno de los poetas más admirados y reconocidos de la Venezuela actual.
Eugenio Montejo poeta y ensayista venezolano, nació en la ciudad de Caracas en 1938. Fundó la revista Azar Rey y cofundó de la Revista Poesía de la Universidad de Carabobo. También fue investigador en el Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos. Además, fue extenso colaborador de gran cantidad de revistas nacionales y extranjeras. Recibió importantes galardones por su obra literaria, entre ellos el Premio Nacional de Literatura en 1998.
Montejo, uno de los grandes escritores venezolanos de los últimos años, cobró notoriedad gracias a la película 21 gramos, dirigida por el mexicano Alejandro González Iñárritu. En ella, el actor Sean Penn recitaba un verso de Montejo: "La tierra giró para acercarnos, giró sobre sí misma y en nosotros, hasta juntarnos por fin en este sueño".
Desde sus primeros poemas, Montejo comenzó a desarrollar un intento de ordenar el universo de su poesía. Los versos de este poeta se han caracterizado por el espesor y la rica gama textual, además de la pasión constructiva y el casi perfecto control del desarrollo del poema. Cualquier poema suyo parte de un punto y vuelve a él, pero para enriquecerlo, para dejarnos ver la amplitud de su recorrido y las sucesivas relaciones que va generando.
Montejo también destacó por su faceta de escritor. Entre los libros que ha publicado se encuentran: Elegos (1967), Muerte y memoria (1972), Algunas palabras (1977), Terredad (1978), Trópico absoluto (1982) y Alfabeto del mundo (1986). De la misma manera, es autor de importantes ensayos, tales como La ventana oblicua (1974), El taller blanco (1983) y El cuaderno de Blas Coll (1981).
Su poesía infantil se ha publicado con el seudónimo de Eduardo Polo y entre sus obras destaca Chamario (2003). Son poemas musicales, inteligentemente humorísticos, que parecen sencillos, pero cuya composición revela talento poético y un gran dominio del lenguaje.
Su obra es un registro de lo que siempre está allí, de lo que acompaña lavida en silencio y casi sin hacerse notar. Montejo siente la presencia de las cosas y los objetos que rodean nuestro días.

Un encuentro memorable

En 2004, Elizabeth Araujo realizó para TalCual una entrevista al poeta, la cual es reproducida a continuación:

“Hay que invocar la lucidez”

Ante el mal comportamiento del poder, Eugenio Montejo pide prestada la frase que el joven Picón-Salas empleó para entender el gomecismo: “Lucidez, lucidez, no me abandones”.

–¿Qué acontecimiento marcó su ingreso en la poesía?–
Más que suceso fue una vocación profunda. Cuando tenía 15 años formé un grupo literario .Eso se conecta con los descubrimientos que hacemos de la vida. Así como la gente se deslumbró por los viajes a la Luna, a mí, desde niño, me asombró la invención de la escritura. Pasaba días pensando cómo había sido el mundo antes de la escritura. Imaginaba eso de meter a todos en 28 caracteres. Después, andando el tiempo, me di cuenta de que no era invento de un hombre ni de dos ni de diez días, sino de generaciones que la habían hecho. Eso me llevó a la poesía.
–¿Concuerda con la afirmación de Jorge Luis Borges de que la poesía habita en el reino de la perfección?–
Si Borges dijo eso, yo no soy quien para desdecirlo. Pero sí creo en lo que señala Joseph Brodsky de que la poesía es nuestro fin antropológico genético. Lo que nos separa del animal es el lenguaje, y el lenguaje alcanza la mayor intensidad, la mayor felicidad verbal, en la poesía. Es nuestro fin absoluto. La palabra reino no me gusta tanto, pero es verdad: la poesía es la búsqueda de la perfección, en este caso la perfección verbal.
–¿Cuáles son sus poetas preferidos?–
Eso varía con los años. Hoy te mencionaría al viejo Giuseppe Ungaretti, quien, curiosamente, nació el mismo año de Fernando Pessoa, y T.S. Eliot. Umberto Saba es otro que me interesa mucho. Pero estoy en una familia verbal y la familia verbal está dentro de mi lengua que tiene mil años. Todo lo que pasa en el Romancero, Jorge Manrique, Fray Luis de León, Francisco de Quevedo. En esa línea me siento bien.
Uno no anda con grandezas sino con poetas que tengan su misma sangre. Un poeta que siento con más identidad ahora es el franco-uruguayo Jules Superville.
–¿Hoy es más necesaria la poesía que en otras épocas?–
Sin dudas. La poesía acompaña al hombre en todas las circunstancias, y en una época de crisis como la que vivimos es una compañía indispensable. Pero no como bálsamo. La poesía es despertadora del ser, alumbra el camino. En épocas difíciles está al lado del hombre y surgen los grandes poetas.
–¿Debe el poeta involucrarse en los hechos políticos o sociales que signan su época?–
La conducta de militancia política es individual, la asume una persona con todo su riesgo y toda su seriedad. Lo que no debe hacerse es poner la poesía al servicio de alguien. Ahí caemos en lo que se llama poesía cartelaria o arte comprometido, que es una larga discusión de los años 50 y que dejó mucha mala poesía por el camino. Pero el hombre, en tanto que ciudadano, debe implicarse en todo lo que crea socialmente posible.
–¿Cuál es el poema de Neruda que más emoción suscita en usted?–
Neruda me parece un poeta desbordado, con dones inequívocos, pero a veces con falta de compromiso formal. Le sobró compromiso político pero le faltó compromiso formal. En Residencia en la Tierrase encuentran sus poemas de mayor fuerza. Pero, como es un poeta de genio, tiene destellos en muchas otras partes.
–¿Con cuál poeta ya desaparecido le gustaría conversar?–
Sin salir de Venezuela, me hubiese gustado conocer a Ramos Sucre. He visto su caligrafía, muy cuidada, nerviosa.Y últimamente se me acaba de ir Juan Sánchez Peláez. Con él tuve una vinculación muy estrecha, era mi maestro. Me llamaba todas las noches y hoy me hace falta su voz.
–¿Se puede vivir en Venezuela solamente de la poesía?–
En lo absoluto.Hay siempre actividades complementarias. Octavio Paz lo dice con precisión, que la poesía en los tiempos actuales se refugia o en las universidades o en las catacumbas.
–¿Reconoce alguna influencia de otro poeta en su obra?–
Sí, cómo no.Todo lo que un poeta escriba ya está de cierta manera en su fuente en el idioma. Nadie nace e inventa todo a partir de cero. En el caso mío, es la línea que parte de César Vallejo en Latinoamérica, que relee a Quevedo, más los poetas brasileños, como Manuel Bandeira, los siento afines a mi creación.
–¿No cree que con el desarrollo de los medios audiovisuales y de Internet la poesía perderá su poder de cautivar?–
Lo ha perdido momentáneamente, pero lo cierto es que la poesía es más antigua que la escritura y esos medios van a envejecer, y terminarán incorporando la poesía.
–¿Qué tipo de reacciones genera cuando se presenta como poeta ante personas que no se interesan por la poesía?–
Primero, nunca me presento como poeta. No uso esa palabra porque la respeto mucho. Si estoy en compañía de personas que desdeñan la poesía, simplemente les recuerdo que la poesía no es como tomarse una aspirina.
–¿Es el poeta, como dijo Pessoa, un fingidor, que “finge tan completamente que hasta finge que es dolor, el dolor que de veras siente”?–
Esa es una hermosa expresión de Pessoa.Yo creo que el gran fingidor es el tiempo que finge que pasa y que no pasa, que esta allí, que en verdad se va y fingiendo nos envejece y nos lleva de aquí y no nos damos cuenta. El fingidor no es el poeta sino el tiempo.
–¿Cuál es su mensaje en esta atmósfera de odios polarizados que envuelve al país?–
En tiempos como los que vivimos hay que invocar al joven Picón-Salas, cuando tenía 24 años y, de paso por Caracas en pleno gomecismo, dijo “lucidez, lucidez, no me abandones”. En épocas como estas hay que asociarse para invocar la lucidez que nos hace falta. Ante el desafuero, la palabra fuera de sitio, el mal comportamiento del poder, hay que invocar la lucidez.
–¿Recuerda un verso que para usted encierra toda la esencia de la poesía?–
Desde el punto de vista formal, la poesía es un laconismo instintivo. Lo señala el Infante Don Juan Manuel, de El Conde Lucanor, cuando dice “pónelo en las menos palabras que puedan ser”. Si uno logra decir todo con lo mínimo, allí se resume el arte poético. En sentido del alma, recitaría a Ezra Pound, en una línea para sentirla y meditarla: “nada de lo que amas te podrá ser jamás arrebatado”.
–¿Qué libro recomendaría a un joven que desea escribir poesía?–
Las recomendaciones son muy personales, pero no dudaría sin embargo en invitarlo a leer a los poetas del Romancero.
–Una palabra para definir a Venezuela–
Mas que una palabra, un verso, y no mío sino de Juan Antonio Pérez Bonalde, quien dijo “país de tanta luz y tanto absurdo”.
–¿Cómo reaccionó al saber que la Semana Internacional de la Poesía será dedicada a usted?–
Antes lo hicieron con Rafael Cadenas, Elizabeth Schön, Ramón Palomares. Este año me la dedican y me siento muy agradecido. Con ello pienso que se está reivindicando ante la sociedad la centralidad de la poesía. La poesía tiene en la sociedad un campo central. Más aún en un país militarista.
–¿Cuál es la razón por la que usted recurre a otros nombres, como Blas Coll,Tomás Linden, Sergio Sandoval y ahora Eduardo Polo, para firmar sus obras?–
Esa tendencia se llama heteronimia. He escrito algunos libros. No son seudónimos sino heterónimos.
Son personalidades autónomas a quienes se les atribuye determinada obra. En mi caso, comencé con un viejo chiflado que trata de transformar la lengua, que se llama El Cuaderno de Blas Coll y se reunía en Puerto Malo.
Todos los que se reunían con él van sacando sus propios cuadernos, como Sergio Sandoval, una especie de místico que hacía coplas populares y escribió Guitarra del horizonte.
Tomás Linden es un sueco, que publicó un libro de sonetos, El hacha de seda, y ahora salió un libro para niños, Chamario, que dejó Eduardo Polo.
–¿Y quién es en realidad Eugenio Montejo?–
Esa es la gran pregunta que me estoy haciendo desde que nací.

DOS CULTURAS EN LA POESÍA DE EUGENIO MONTEJO

Olivia Villoria Quijada*



Eugenio Montejo, uno de los escritores más fecundos de la literatura venezolana actual y de la cultura latinoamericana del presente, como afirma Aguilar de Maldonado (2007), nació en Caracas en Octubre de 1938, pero en muchas antologías de su obra se dice que nació en Valencia. “Mi ciudad natal es ciertamente Caracas en tanto que Valencia es mi ciudad prenatal” (p. 2), ha dicho el poeta para aclarar el asunto. Cursó estudios de Derecho en la Universidad de Carabobo y de Sociología del Arte en La Sorbona. Como muchos poetas, desempeñó funciones diplomáticas: fue Consejero Cultural de Venezuela en Portugal, donde vivió durante siete años. Fue Director Literario de Monte Ávila Editores. Tradujo a poetas portugueses, tales como Antonio Ramos Rosa y José Bento. Ha publicado no sólo en Venezuela, sino en Brasil, España, México, Colombia, Inglaterra. Ha obtenido numerosos premios y reconocimientos, por ejemplo, Premio Nacional de Literatura, Premio Internacional de Poesía y Ensayo Octavio Paz, Doctorado Honoris Causa por la Universidad de Carabobo, su casa de estudios, entre otros (Campo, 2007).
En la película 21 gramos, el actor principal Sean Penn lee los tres primeros versos de su poema “La tierra giró para acercarnos” (del poemario Alfabeto del mundo, 1986), lo que es una prueba adicional de la magnitud de su influencia como creador:

“La tierra giró para acercarnos
giró sobre sí misma y en nosotros
hasta juntarnos por fin en este sueño”.

Para él, la poesía: “es un melodioso ajedrez que jugamos con Dios en solitario”. Sólo que se trata de un ajedrez armonioso pero diferente, cuyo fin no consiste en ganar ni perder nada, agrega.
El poeta pertenece, según algunos, a la generación del 58. En una entrevista concedida a Francisco José Cruz, el propio Montejo se incluye en el grupo integrado por Rafael Cadenas, Juan Calzadilla, Ramón Palomares, Guillermo Sucre, Ludovico Silva, Miyó Vestrini y Francisco Pérez Perdomo (Cruz, 2004). Rafael Arráiz Lucca (2003) lo ubica en un lapso más amplio. Afirma que pertenece a la generación entre los 60 y los 70 junto con Luis Alberto Crespo, Teófilo Tortolero, Enrique Hernández D’Jesús, Reinaldo Pérez Só y Blas Perozo. En ese lapso el lenguaje confió sobre todo en la elocuencia de la frase mínima. (El poema montejiano más largo que he leído se llama “El adiós de Jorge Silvestre” y tiene 181 versos). De la certidumbre de las revoluciones (mirada hacia afuera, con sus avatares políticos), propia de la década del 60, vino la mirada hacia adentro (con sus silencios y perplejidades, con sus balbuceos), acota el crítico citado, quien establece los seis momentos que definen el lapso. El primero, al que llama de “las obras puente”, está dado por las obras bisagras entre una década y otra. De esta época es Eugenio Montejo, a quien se puede considerar uno de nuestros poetas mayores.
En relación con las opiniones y consideraciones sobre la obra de Montejo, Francisco Rivera califica su poesía como “poesía cósmica de origen nietzchiano” (citado por Arráiz Lucca, 2003, p. 279). Guillermo Sucre (idem) suscribe el concepto pero aclara que no hay que confundirlo con ninguna desmesura; por el contrario, afirma, la memoria de Montejo nos hace ver el universo desde cierta intimidad, su entonación es mesurada y la trama es reflexiva e irónica, todo lo cual lo aleja de desmesuras visionarias o verbales. En otras palabras, se ciñe a dimensiones más humildes y es cósmica en el sentido de reconocimiento de la pertenencia a un sistema completo donde el poeta es una suerte de escribiente. Por otra parte, en su obra se aprecia una actitud contemplativa del mundo, pero que no circula al margen de la experiencia humana. Para Marta Sosa (2003), su escritura se identifica con un intento de asumir el mundo como lugar incesante de aprendizaje. La modernidad, la heterodoxia, las condiciones del existir humano, lo americano como particularidad (lo que se observa principalmente en Trópico absoluto), son pautas que subrayan la poesía montejiana.
En cuanto a los temas que aborda, varios hechos centrales motorizan su poesía: la muerte, la memoria, el mito órfico y la terredad. Podría afirmarse con toda propiedad que ningún tema le es ajeno: el amor, la naturaleza, la historia, así como ciertos elementos que son usuales en su poesía: la piedra, el árbol, el pájaro, el gallo.
Otra de las peculiaridades de su obra es la abolición del tiempo lineal (Gutiérrez, s.f.). Hay un tratamiento circular del tiempo que conduce a evocar un instante y sentirlo simultáneamente con otro ya ocurrido o que va a ocurrir más tarde. Ello se ve con bastante claridad en el poema denominado “Adiós a mi padre”, del poemario Partituras de la cigarra, de 1999.
Según María Chacón Ortega (s.f.), la autoreflexividad es otra de las características. La misma se manifiesta en la intertextualidad dialógica, que vincula su poética con otras poéticas y con otras manifestaciones del arte. Por otra parte, el juego estético de la heteronimia es una prueba más de la autoreflexividad. En relación con la heteronimia, es conveniente aclarar que su nombre verdadero es Eugenio Hernández Álvarez pero adoptó el seudónimo Montejo desde inicios de su poesía: “Yo pertenezco a dos familias. Mi nombre es Hernández Álvarez. Pero ninguno de esos es mi nombre. Mi nombre se pierde” (Carrera, s.f., p. 2). Pareciera querer decirnos que su nombre es todos los nombres y no es ninguno porque lo que interesa es la condición del ser y no los apelativos. Escritura apócrifa (como dice Antonio Machado), o heteronímica (palabras de Pessoa) o escritura oblicua (según Montejo), son los términos que se adoptan para referirse al mismo fenómeno (Gutiérrez, s.f.).
Las influencias que marcan su obra no son demasiado evidentes, pero se puede mencionar al poeta griego Constantine Cavafy y al peruano César Vallejo. Ecos de otros poetas europeos se traslucen en su poesía: Jorge Manrique y Fernando Pessoa, así como reminiscencias de los venezolanos Fernando Paz Castillo y Vicente Gerbasi (Chacón Ortega, s.f.). A pesar de las inevitables influencias, Montejo representa una voz prácticamente nueva. No es epigonal de ningún intento de los 60, ni de intentos anteriores pero, paradójicamente, no es extraña a la tradición histórica de la poesía venezolana. “Nueva voz de resonancias antiguas. El eco del pasado en una voz inédita”, concluye Arráiz Lucca, (2003, p. 282).
Su obra es tan diversa como extensa. En poesía ha publicado diez poemarios: Élegos (1967), Muerte y memoria (1972), Algunas palabras (1976), Terredad (1978), Trópico absoluto (1982), Alfabeto del mundo (1986), Adiós al siglo XX (1992), Partitura de la cigarra (1999), Tiempo Transfigurado. Antología Poética (2001) y Papiros amorosos (2002). Tiene también dos colecciones de ensayos: La ventana oblicua (1974) y El taller blanco (1983) y varios cuadernos de escritura heteronímica: El cuaderno de Blas Coll (1981), Guitarra del horizonte por Sergio Sandoval (1992), El hacha de seda por Tomás Liendo (1996) y Chamario (poesía infantil) por Eduardo Polo (2004)

La cultura urbana:

En Eugenio Montejo la ciudad es uno de los temas recurrentes, como ocurre con los poetas del siglo XX, en los que la ciudad surge como una presencia feroz, ineludible y omnipotente, que configura al sujeto, su psicología individual y la realidad en la que está inmerso (Flores, 2006).
La mayor parte de los poemas sobre lo urbano figuran en sus poemarios Terredad, (por ejemplo, “Caracas”, “Una ciudad”, “Ciudades marinas”, “Están demoliendo la ciudad”, “Noche natal”) y en Trópico absoluto (“Mural escrito por el viento”, “Dos ciudades”, “En esta ciudad”, “Las calles de los colores”).
En el poema “Caracas” (del poemario Terredad, 1978), si bien el título es una alusión directa a esta ciudad (la montaña parece referirse al Ávila), la presencia de altos edificios, de las torres, el ruido, la profusión de autos, la prisa de los habitantes detrás de los taxis, entre otros, son atribuibles a cualquier otra ciudad moderna. Por tanto, cualquier reflexión sobre la capital venezolana se aplica adecuadamente a las demás. A partir de un juego metafórico que contrasta la antigüedad de Tebas, Troya y Nínive con los innovadores cambios de Caracas, el yo poético reconoce la nostalgia por la ciudad de la infancia y experimenta la soledad en la ciudad nueva. Así como esas ciudades asiáticas lucen lejanas, ya desaparecidas, luce lejana, desaparecida, la ciudad de los años infantiles. A pesar de los sentimientos de desánimo, el yo poético adulto toma posesión de la ciudad actual, que es serena e impávida, y reconoce que puede andar por ella aunque ahora “cada vez más solitario”.
“Mural escrito por el viento” (del poemario Trópico absoluto, 1982), hace referencia a una pintura colocada sobre un muro. En lugar de ser pintado, fue escrito -como dice el autor- por un algo que se desplaza, que se mueve, que es inestable: el viento. Ello me hizo anticipar que encontraría una reflexión sobre lo efímero, asunto que confirmé más adelante. El poema canta a la infidelidad de la ciudad, o de las ciudades, y a la percepción cambiante que de ellas tenemos cuando variamos el foco de la mirada: de la mirada desde la distancia hasta la mirada desde la vivencia concreta. La frase “el tacto de sus piedras” parece un llamado de atención hacia la pérdida de las bases fundacionales de una ciudad o hacia lo que ella tiene de duradero. Coexisten elementos de la naturaleza (piedras, ríos, árboles, soles o lluvia, colinas, cumbres azules, madera) y elementos de la modernidad (un avión, largos bulevares, edificios), esto es, un contraste entre lo imperecedero y lo perecedero. El poema alude también a la modernización, a la soledad del hombre, a la deshumanización, las cuales conducen a que el yo poético experimente emociones encontradas: seducción, atracción, por una parte, y evasión, desaliento, por la otra.
“Dos ciudades” pertenece al poemario Trópico Absoluto (1982). Las características que se atribuyen a las dos ciudades son su levedad, su transparencia, su azulidad y su musicalidad, características que alcanzan ribetes de idealización. El yo poético no canta a la ciudad que se pierde por la modernización, tal como veíamos en los dos poemas anteriores, sino al espacio conocido, transitado, familiar, que se escapa de la memoria: “De tantas idas y venidas (…) sólo retengo los ecos del estruendo” y “Anduve por años yendo de una u otra (…) hasta que sus rastros/ ya dentro de mí se extinguieron”. El yo poético experimenta sentimientos dramáticos: es un yo desterrado, proscrito. Con respecto al título, formulo dos hipótesis: una, que una ciudad es real y la otra es la del recuerdo, y, otra, que las dos ciudades son reales: ¿se refieren acaso a Caracas y Valencia, la ciudad natal y la prenatal del poeta?:

“Una se alzaba delante de mis ojos
la otra en mi sangre o más adentro”.

Las tres poesías comentadas son, pues, ejemplos de cómo se muestra lo urbano a partir de la reflexión del yo ante la realidad exterior e interior de las ciudades, en contraposición a la postura que ve en la ciudad un objeto poético y se limita a nombrar sus elementos (Flores, 2006).

La cultura universal:

La poesía de Montejo está íntimamente relacionada con la historia literaria universal y la historia cultural. Una inspección, que no pretende ser exhaustiva, me permitió verificar dicha aseveración. En Muerte y memoria (1972) encontramos “Orfeo”; en Algunas palabras (1976), “Dos Rembrandt” y “El otro”; Terredad (1978) reúne varios: “Madonas”, “Arqueologías”, “Una fotografía de 1948”; Alfabeto del mundo (1986) incorpora “Ítaca”, “La estatua de Pessoa” y “Ulises”; En Adiós al Siglo XX (1992), el poema del mismo nombre.
En “Dos Rembrandt” (del poemario Algunas palabras, 1976), una alusión directa al pintor holandés, el primer verso nos dice que Rembrandt pintó con grumos ocres. En efecto, la pintura de Rembrandt se caracteriza por ser una paleta muy sombría con oro, pardo, ocre y negro, lo que es característico de su ascetismo protestante (Rembrandt Van Ryn, s.f.). Además, el poeta alude a dos autorretratos: uno de la juventud (posiblemente “Autorretrato con toca y con cadena de oro”, un cuadro en óvalo donde el pintor aparece con una capa negra, una cadena de oro y una toca que oculta la calvicie incipiente) y otro de la vejez (probablemente “Autorretrato de 1660”, donde aparece con la cara arrugada, la cabeza coronada con un bonete blanco amarillento, y una paleta de colores en la mano). Recrea también los rasgos faciales y las actitudes que adopta el pintor en sus cuadros, los cuales pueden ser constatados cuando se observan las dos pinturas mencionadas. En fin, el registro verbal coincide con el registro pictórico. Las emociones que, según el poeta, pueden vislumbrarse en los autorretratos revelan su percepción, ahora más personal, más subjetiva: la intensidad, la tristeza, las huellas de una vida dolorosa que el holandés no ocultó, sino que las delineó objetivamente, sin interferir, sin añadir o restar nada. Con sus autorretratos Rembrandt quiso tener un sujeto más dócil sobre el cual podía probar todos los efectos de la luz y hacer ensayos sobre la figura humana. De la misma manera, Montejo no intenta hacer una mera descripción de lo que está observando, sino que quiere transmitir un mensaje más profundo, atinente a una reflexión del yo. Creo que sus últimos versos son los más significativos:

“Su alma sólo nos busca por espejo
y sin pedirnos saldo
se acerca en sus dos rostros,
pero ¿quién al mirarlos no se quema?”

En otras palabras, estamos en presencia de dos cuerpos (joven, uno; envejecido, otro) pero una misma alma, un alma que nos busca para que nos acerquemos, que nos mira cara a cara, y que nos interpela para indagar si somos capaces de ponernos en el lugar del hombre e identificarnos o no –pero tomar posición, cualquiera que sea- con los sentimientos que experimentó en el devenir de su vida tormentosa.
En “Ítaca”, del poemario Alfabeto del mundo, 1986, la Ítaca de Montejo es la Itaca del mito, por la mención del mar, de las islas, del canto en griego de los pájaros, de manera que el autor respeta, por decirlo así, las características de la tierra del héroe griego. Entonces, Ítaca es la patria añorada, la patria que se ha abandonado y a la que se desea regresar, con más fuerza mientras mayores sean los contratiempos que se enfrenten. Pero Ítaca, por la presencia del auto y del hotel, puede también ser cualquier ciudad, moderna o no. Allá y entonces, y aquí y ahora, siempre habrá un viajante, un desterrado, que sueña y se esfuerza por el regreso a la patria de origen. No obstante, la interpretación que prefiero es más amplia y consiste en ver a Ítaca como la meta buscada, como el sueño anhelado, independientemente de los esfuerzos que se deban empeñar en su consecución. En otras palabras, lo más significativo para mí es que el lenguaje metafórico que emplea Montejo parece hablar de la universalidad del hombre, universalidad en el sentido de las características psicológicas y sociológicas que nos hacen más semejantes que diferentes, -independientemente del sitio de donde provengamos-, y que nos mueven en pos de un ideal.

Conclusiones:

Las poesías de Eugenio Montejo que he comentado abordan el tema de lo urbano desde la perspectiva de la pérdida de las ciudades que ya no son, que ya no volverán a ser, bien sea por la irrupción irreversible de la modernidad o por la desaparición de los espacios urbanos, otrora muy bien conocidos. La modernidad modifica no sólo la arquitectura y la ecología, sino el ambiente humano de los seres que, aún en medio de la multitud, van solitarios y a la deriva. La desaparición de lo conocido produce el doloroso sentimiento del desarraigo y también la soledad. Pero la pérdida no es sólo de la ciudad, sino también de sí mismo, es la añoranza por etapas vitales que ya quedaron atrás, aunque dejaran múltiples aprendizajes. A esas ciudades se las extraña, se las teme, se desconfía de ellas, se las percibe como infieles, se las ama, pero jamás resultan indiferentes. En ese sentido, son ciudades de desaliento, son ciudades amables, son seres de desaliento, son seres amables, porque, finalmente, las ciudades son lo que son sus habitantes. El yo poético de los anteriores poemas es un yo contemplativo, aunque azuzado por las prisas citadinas y las exigencias de la vida. Es también un yo que se involucra y, en consecuencia, se rebela, cuestiona, sufre, es escéptico, es imperativo ante la realidad que se muestra ante sus ojos. Mirando hacia fuera, el yo se mira hacia adentro, de una manera mesurada, reflexiva e intimista, propias del estilo del autor. No poseo evidencias de que los textos de Montejo sean autobiográficos, pero lo que sí podría asegurar es que tratan con experiencias humanas universales, esto es, con acontecimientos que se vivencian en todos los espacios geográficos y en todas las épocas. Vale decir, los cambios externos que moldean los cambios internos de los individuos, las inevitables modificaciones personales que se suceden en el curso vital, la prosecución de metas e ideales, la ida de la tierra, la vuelta a la patria, digo tomando prestada la frase de Pérez Bonalde.
Por otra parte, algunos de los poemas que analizamos están íntimamente relacionados con la historia y la geografía universal, con la historia cultural, lo que refuerza la noción de que estamos en presencia de una poesía cósmica, de una mirada totalizadora por parte de su autor. Refuerza además la concepción de la literatura como entramado de signos, como travesía de significados; así, termino con las aseveraciones de Lye (2000) sobre la noción de literatura, las cuales sustentan lo que intento plantear: un texto es, como lo indica la etimología de la palabra, un tejido, algo entrelazado, un tejido trenzado de textos anteriores, de referencias y prácticas históricas, del juego del lenguaje. En el caso de Montejo, sus poemas son tejidos de textos del propio autor, de otros textos poéticos, de textos pictóricos, de textos épicos y de textos míticos.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Arráiz Lucca, Rafael (2003). El coro de las voces solitarias. Una historia de la poesía venezolana. Caracas: Grupo Ed. Eclepsidra.
Campo, Ernesto (2007). Entrevista a Eugenio Montejo. Disponible en: www.el_nacional.com/entrevistas/montejo.asp. [Consultado en 16/06/07.
Carrera, Liduvina (s.f.). El código poético del ensayo “El taller blanco”. Disponible en: www.ucab.edu.ve/ucabnuevo/index.php.
Chacón Ortega, María del Rosario (s.f.). Eugenio Montejo: la magia del alfabeto más allá del horizonte de la página. Disponible en www.uem.es/info/especulo/numero15/montejo.html.
Cruz, Francisco José (2004). Entrevista a Eugenio Montejo. En Poemas selectos. Bid & co. Editor, C.A.
Flores, María Antonieta (2006). El vínculo inevitable de la ciudad: la ciudad en la poesía del siglo XX. En Pacheco, Carlos; Barrera Linares, Luis y González Stephan, Beatriz (comp.). Nación y literatura. Itinerarios de la palabra escrita en la cultura venezolana. Caracas: Fundación Bigott.
Gutiérrez, María Alejandra (s.f.). Entrevista a Eugenio Montejo. Disponible en: www.literaturas.com/EmontejoLC.htm.
Lye, John (2000). Some characteristics of contemporary theory. Disponible en: //C:/Documents and settings/Win2000/Configuracionlocal/Archivostemporalesdeinternet/Conte/Somecharacteristicsofcontemporarytheory. [Consultado el 2/11/05].
Marta Sosa, Joaquín (2003). Navegación de tres siglos (antología básica de la poesía venezolana 1826-2002). Caracas: Fundación para la Cultura Urbana.
Montejo, Eugenio (1976). Algunas palabras. En Poemas selectos. Bid & co. Editor, C.A.
Montejo, Eugenio (1978).Terredad. Caracas: Monte Ávila Editores, C.A.
Montejo, Eugenio (1982).Trópico Absoluto. Caracas: Fundarte.
Montejo, Eugenio (2001). Tiempo Transfigurado (Antología Poética). Naguanagua: Ediciones Poesía.
Rembrandt (s.f.). Disponible en http://lili.butterfly.free.fr/. [Consultado el 25.06.07]

Julio de 2007

*Psicóloga, profesora e investigadora universitaria venezolana (Caracas). Ha publicado artículos científicos en las revistas arbitradas Psicología, y Orientación y Consulta, y en informes de diversos eventos científicos. También ha publicado artículos en la Revista Internacional de Seguros (Caracas) e Insularidades (Nueva Esparta, Venezuela). Mantiene la sección de divulgación científica Temas de Psicología en Tacarigua y la sección Historias Normales en Mureche.net, así como artículos y relatos en Cheguaco.org, cursos en Mailxmail.com y artículos científicos en revistas digitales internacionales. Igualmente, ha publicado textos literarios en Ficción Breve Venezolana, La Piedra del Duende, La Nave Azul y La Mujer Rota. Fue finalista del VII Concurso Internacional de Poesía y Narrativa 2005 y del Concurso No Sólo para Abuelos 2008. Escritora de cuentos, literatura infantil y ensayos que permanecen inéditos.

domingo, 8 de junio de 2008

NIEBLA EN LOS GENES

Daniel R Scott*




Sabes que tengo mucho tiempo pensando en el asunto de la "melancolía de familia" que tú mencionas en uno de tus correos y he llegado a la conclusión de que ella es una constante en nuestro apellido. Es, junto a la tristeza y la nostalgia, una enemiga que podemos asediar y reprimir pero nunca someter ni expulsar de nosotros. Por eso, como dice alguna historieta que leí una vez, "hay que aprender a convivir con el dragón", es decir, aceptar nuestras debilidades, no disgustarnos por aquello que es irremediable e incambiable en nuestras vidas. Lo cierto del caso es que son pocos los de nuestro apellido que se salvan de la tristeza, la melancolía y la nostalgia. Es algo congénito, un virus que abofetea nuestros genes y que se trasmite implacable y sin miramientos de generación en generación. En parte, eso fue lo que finalmente le arrebató la cordura a tu bisabuelo, justo en el instante que estaba preparado y capacitado para dar lo mejor de sí. Hombre sensible en grado sumo y testigo estupefacto de tragedias reales (la trágica muerte de su padre en una batalla y la de dos hermanos suyos en sendos lances personales) no era precisamente su temperamento taciturno y dramático el que lo iba a sacar incólume del foso del abatimiento. Le dió por endechar, llevar un registro poético de sus pesares, leer a Nietzsche desde que anochecía hasta que amanecía y lo que sucedió luego es otra historia que no cuadra en esta carta. Cuando el mal le desbordó tenía algunas obras en preparación que terminaron tragadas en el remolino de la locura y del olvido. No se pudo cosechar a tiempo el fruto maduro de su plenitud intelectual, se secó y malogró en la fronda de su creatividad antes que alguien pudiera extender la mano y gustar de su sabor. Y él sabía que se le escapaba la cordura por algún resquicio, cuarteando la armonía y el equilibrio de su arquitectura mental: luego de visitar allá en Los Teques el "liceo de San José" y hablar con su rector ( el Doctor Arocha), ya de regreso a su hogar, escribió: "Y el portón de mi casa me condujo donde mi amiga inseparable: la Neurosis." Poco fue lo que se salvó del naufragio de su mente. De las playas donde rompen las olas del tiempo yo pude rescatar los pobres retazos de una vela, restos insignificantes de un navío que yace oculto en el fondo del mar. A veces, cuando reviso mis papeles personales y me topo por casualidad con nuestro árbol genealógico señalando al primer y más antiguo de nuestros Scott que se conoce como oriundo de la ciudad de Edimburgo, capital de Escocia, me da por fantasear hasta el infinito y pienso y creo firmemente que es de allí donde parten nuestros ya emblemáticos estados de ánimo: echa un vistazo al lugar y encontrarás edificios y horizontes fríos y grises donde se pasea la bruma y se toma whisky con sabor a niebla. Porque hasta los licores en sus botellas nos hablan de climas, temperamentos e idiosincrasias: el whisky reina en territorios gélidos y húmedos, y el ron nos habla de la fogosidad y los bríos devastadores e irrefrenables de los pobladores del trópico, que actúan sin anticipar las consecuencias de sus actos. Observa el castillo de Edimburgo: roca y piedras grisáceas, árboles sin hojas cuyas ramas bajan hasta el suelo en forma de lamento, sollozos y lágrimas. Es increíble: si te detienes en el paisaje, en los edificios antiguos o la catedral gótica, jamás verás colores alegres o ácidos como los que se ven en nuestra amada tierra tropical. De alguna manera el clima y el paisaje circundante moldean la flexible arcilla del ser. Es posible pues que este primer Anthony Scott de la genealogía, al encaminarse al puerto de Leith (¿1840-1848?) y tomar la embarcación que finalmente lo trajo a Venezuela, después de una larga escala en la ciudad de Génova, haya traído consigo una melancolía incubada en el siglo VI, cuando vaya usted a saber quién o qué fundó la ciudad. Se trajo en la médula del alma la neblina y la piedra gris y las emparentó con las pampas guariqueñas, el bahareque, el adobe y la palma llanera. Por eso Juan José Churión, refiriéndose a tu bisabuelo, escribió: "A la fatalista concepción del indio aborigen antepone el espíritu aventurero del británico; y al orgulloso egotismo de éste, la astuta suavidad del indígena vencido. ¡Una mezcla de perro y gato en un mismo cuerpo y en un mismo espíritu!". Pero claro, son cosas mías, nada que tenga fundamentos científico, la imaginación haciendo de las suyas, solo un poco de mito y leyenda para darle un toque intelectual a nuestra melancolía congénita. Suena muy interesante creo yo, si señor.
Pero amiga: deja que la luz de Dios y la Creación ilumine y alegre tu vida. Fuera de eso siempre permanecerán los tonos plomizos. Vive y piensa como si la alegría y la felicidad existen y, de súbito, te encontraras que sí, realmente existen. Porque si las cosas no pueden hacerse realidad primero en tu mente, es inútil que existan fuera de ella. Esa es, por ejemplo, la magia, el mérito y el aporte de obras monumentales como las del Quijote: trocar los guijarros del arroyo en refulgentes luceros gracias al toque omnipotente de la imaginación desaforada y la poesía hecha religión. Incluso la Biblia te manda a llamar las cosas que no son como si ya fuesen. Si creo que la choza donde habito es castillo viviré y moriré con la nobleza y la elegancia de un príncipe. La alegría es cosa que se forja en los pensamientos y no en las cosas. En el cerebro, la mente y la actitud se resume y resuelve todo. Y no te olvides de ese coloso dormido que es la voluntad. Existe un poder que es la voluntad. La voluntad lucha con denuedo, le da la independencia a los pueblos, redacta Constituciones que nadie cumple y puede traernos un poco de paz y de felicidad a la vida.Te aprecia Daniel Scott

*Bibliotecario y escritor venezolano. (San Juan de los Morros, estado Guárico)
INFORME PRESENTADO POR EL HISTORIADOR GERMAN CARRERA DAMAS,
EN SU CONDICION DE PRESIDENTE DEL COMITE DE REDACCION DE LA HISTORIA GENERAL DE AMERICA LATINA, A LOS MIEMBROS DE DICHO COMITÉ.*









Germán Carrera Damas








Miércoles, 14 de mayo de 2008


Hechos que motivan este informe:
La destrucción de numerosos ejemplares de la Historia General de América Latina, junto con los de las demás historias y otras obras y documentos.

Información obtenida:
1º.- Hasta el presente no he recibido ninguna información oficial escrita, en mi triple condición de Presidente del Comité de Redacción de la Historia General de América Latina, de Director del Volumen IV de la misma y de autor de varios capítulos. Tampoco he recibido tal información en mi condición de miembro del Buró del Comité Científico internacional encargado de elaborar la nueva Historia del Desarrollo Científico y Cultural de la Humanidad, y de autor de capítulos de la misma. Igual situación en lo concerniente a mi condición de miembro del Comité de Redacción de la Historia General del Caribe y de codirector del volumen II de la misma.
2º.- Información extraoficial: Una advertencia telefónica anónima y la publicación del Washington Post del 13 de abril, intitulada “A Maker of Books Destroys 100,000”. Posteriormente conocí una carta publicada en la sección de Opinión de El Mercurio, de Santiago de Chile.
3º.- Ante la solicitud telefónica de un pronunciamiento de mi parte, por diversos medios de comunicación, nacionales y extranjeros, respondí que me abstendría de hacerlo sin haber tomado conocimiento de la versión de los hechos que suponía ofrecerían las altas autoridades de UNESCO.
4º.- En consecuencia, dispuse viajar, a mis expensas, a UNESCO-París, para recabar tal información; y para el efecto solicité tres entrevistas: con el Director General de UNESCO, Dr. Koichiro Matsuura; con el Subdirector General, Dr. Marcio Barbosa, y con el Dr. Alí Mussa-Iye, Jefe de la División de políticas y diálogo Interculturales. Las entrevistas las solicité por vía electrónica el 16 de abril, y propuse como fecha el lunes 28 de abril, pues me hallaba convaleciendo de una leve intervención quirúrgica. Las dos últimas entrevistas me fueron concedidas de inmediato. No así la solicitada al Director General, quien jamás me ha concedido una entrevista, si bien el Dr. Barbosa me informó verbalmente que si podía quedarme dos días más en París, me sería concedida la entrevista solicitada. Lamentablemente, importantes compromisos que debía cumplir en Barquisimeto, Venezuela, el 1º de Mayo de 2008, pues debía participar en el Foro de apertura de la XXI reunión del Grupo Jirahara, me lo impidieron. La alta significación del Grupo me obligaba a viajar el día 30 a las 9.30 am.


Entrevista con el Subdirector General de UNESCO, Dr. Marcio Barbosa:
Me complace registrar la cordialidad y la atención con que siempre he sido recibido por el Dr. Barbosa. Me permito resumir los puntos sobresalientes de nuestra entrevista, celebrada el 29 de abril a las 12.30 pm: 1.- El Dr. Barbosa invitó a participar en la audiencia a dos altos funcionarios de UNESCO. quienes se encargaron de proporcionarme complementos de información.
2.- Me fueron proporcionados los siguientes documentos, relativos a la cuestión que motivó la entrevista: a) Conseil exécutif, 179 ex/31, Partie 1, “Audits de performance 2006-2007. Rapport sur les activités de publications de l’UNESCO”, en versiones francesa y española.
b).- Copia del proyecto de decisión presentado al Comité Ejecutivo por el Embajador de Togo, en el cual cabe destacar los puntos 4 y 10: “4.-Profondement choqué par la destruction inappropiée et no autorisée d’une grande quantité d’ouvrages historiques et litteraires publiés par l’UNESCO sans qu’aucune consultation n’ait été menée auprés des États membres afin de déterminer le sort ou la difusión de ces ouvrages.” “10. Note l’intention du Directeur general d’éclaircir les faits ayant mené á la destruction de publications, de déterminer la chaine des responsabilités et de prendre toutes les mesures requises pour s’assurer q’une telle situation ne se reproduise plus.” c).- Copia de una comunicación dirigida por el Sr. Saturnino Muñoz Gómez, Director de la Oficina de Información Pública de UNESCO, al Sr. Director del Diario El Mercurio,de Santiago de Chile, Cristián Zegers Ariztia, en la cual apuntó el siguiente párrafo: “Es mi deber informar a los numerosos historiadores y especialistas que trabajaron y trabajan en la redacción de la Historia General de América Latina que la lamentable destrucción de ejemplares de este magno trabajo, condenada por nuestro Director General, Sr. Koichiro Matsuura, no afecta en modo alguno la integridad de la colección. Los depósitos de la UNESCO en Bruselas disponen de al menos 500 juegos completos de la misma. Además, dos de los volúmenes fueron publicados en fechas posteriores a los hechos y otro está por salir dentro de unos meses, por lo que la reserva es aún mayor. Nuestro servicio de venta está por lo tanto en condiciones de atender todos los pedidos que puedan surgir, como lo han venido haciendo hasta ahora.” d).- Una hoja sin título con especificaciones sobre la destrucción de casi 5000 ejemplares de los volúmenes I a VI de nuestra Historia General, cuyo tiraje total fue de 12 000 ejemplares. En el caso de los volúmenes IV, V y VI, fue destruido alrededor de 50% de la respectiva edición de 2000 ejemplares, es decir unos 5000 ejemplares en total.. En esta hoja se hace constar: “Pilon début 2006 suite a un ordre donné par Mme Tanaka courant 2005.” 3.- Al expresarle al Dr. Barbosa la intensidad del agravio que me causaba lo sucedido, hice constar que tal estado de ánimo se veía agudizado porque, -le confesé-, había tomado muy en serio las palabras del Sr. Directos General de la Organización, Sr. Koichiro Matsuura, en el sentido de que las historias son la más importante y significativa contribución de UNESCO al diálogo entre las civilizaciones. Así lo expresé en carta al Sr. Director General, fechada en Londres el 15 de septiembre de 2001. Al referirme a su Discurso de apertura de la 162ª Sesión del Comité Ejecutivo, escribí: “Su altísima valoración de estas y otras historias que realiza UNESCO nos llena de orgullo a todos los que colaboramos en esas valiosas empresas culturales./ “Pero merece especial comentario su reflexión sobre lo que esas historias representan en improving mutual understanding entre pueblos y culturas. El hecho de compartir esta concepción ha animado nuestro trabajo. Las referidas historias permiten abrir una documentada alternativa de paz y cooperación entre pueblos, culturas, religiones y civilizaciones./ “Efectivamente, a la interpretación apocalíptica del proceso histórico de la humanidad como la marcha hacia una ineluctable lucha de culturas, civilizaciones y religiones, debemos contraponer una visión que subraye el hecho de que la dinámica histórica apunta en un doble sentido de interacción y de confluencia entre los pueblos, las culturas, las religiones y las civilizaciones. Este logro, símbolo de la creatividad y la espiritualidad del hombre, sólo es perceptible para quienes intentan captar la experiencia humana como totalidad, y no desde una perspectiva angular o sectorial.” 4.- Manifesté mi inconformidad con los argumentos expresados por los funcionarios invitados a la entrevista, y con los arriba transcritos en el punto c), comentados por el firmante del documento que los contiene. Lamenté que no se hubiese ofrecido los volúmenes, condenados a su destrucción, a las bibliotecas, universidades, institutos y escuelas de historia, especialmente de América Latina, que tropiezan con limitaciones presupuestarias. Subrayé la ingrata circunstancia de que mi solicitud de tres o cuatro volúmenes adicionales, para depositarlos en algunas de las instituciones mencionadas, no fue atendida. Igualmente hice notar la circunstancia de que nunca fui informado, extraoficial ni oficialmente, -mucho menos consultado- sobre tan infortunada decisión 5.- Como resultado de nuestra entrevista, asumí voluntariamente tres compromisos: a.- Elaborar el presente informe circunstanciado sobre lo sucedido, para ser enviado a los miembros del Comité de Redacción de la Historia General de América Latina, y a los directores de volumen; y por éstos a los respectivos colaboradores. b) Solicitar una entrevista con el Embajador de Venezuela, coordinador del Grupo Latinoamericano y del Caribe (GRULAC), formado por los correspondientes embajadores acreditados como representantes ante UNESCO, organismo que siempre ha brindado su respaldo y apoyo al Comité. Lamentablemente, mis llamadas telefónicas a la Embajada de Venezuela, y a la Delegación de Venezuela ante UNESCO, realizadas de imediato, no dieron resultado, por hallarse ausentes los respectivos jefes; lo que impidió que solicitase una audiencia, con la urgencia debida; y c) Enviar copia del informa tanto a la Dirección General de UNESCO como al GRULAC y a otras instituciones que podrían estar interesadas.
6.- Hacer constar en el informe, como conclusiones, el juicio que, dada la información obtenida, los sucesos merecen de mi parte.
7.- Me reservé el derecho de hacer una declaración personal a los medios de comunicación.

Conclusiones:
1ª.- Lo cometido por la UNESCO, en detrimento de la Historia General de América Latina, cuando ésta aún estaba inconclusa, puesto que se hallaban en proceso de impresión los dos últimos volúmenes, VII y VIII, no admite justificación; y no puede ser considerado sino como un grave caso de atentado a la cultura, tanto más condenable por haber sido cometido por una bien acreditada institución, como lo es UNESCO. En esta conclusión me permito abarcar lo actuado en relación con las demás historias, obras literarias y piezas documentales.
2º.- Reta el sano criterio de quien conozca la estructura jerárquica piramidal de UNESCO el intento de hacer recaer la responsabilidad de lo sucedido en escalones inferiores de su burocracia.
3º.- Los argumentos expuestos por los funcionarios invitados a la entrevista, relativos a consideraciones de espacio y costos de almacenaje, lucen especiosos, en el sentido de aparentes y engañosos, dada la magnitud y la gravedad de los hechos, y habida cuenta de la naturaleza educativa, científica y cultural de la Entidad bajo cuya égida fueron cometidos.
4º.- Creo interpretar el pensamiento de los colaboradores de la Historia General de América Latina, en todas sus instancias, al expresar mi profundo pesar por haber sido objeto, en nuestras personas y obras, de un trato desconsiderado en lo profesional, y altamente lesivo en nuestra condición intelectual, al ver nuestra labor objeto de tal menosprecio.
5º.- En razón de todo lo dicho, deseo dejar constancia, como Presidente del Comité de Redacción de la Historia General de América Latina, y como colaborador de la misma y de las demás historias, de mi más enérgica protesta.
6º.- En consecuencia, y cumplido a cabalidad el requisito de recabar la debida información institucional, me siento autorizado a exigir de la Dirección General de UNESCO la debida, oportuna y merecida reparación, oficial y pública.
7º.- Como aval de la posición que ahora asumo públicamente, debo dejar constancia de las siguientes circunstancias: a) No soy ni he sido funcionario de UNESCO; b) Mi desempeño, en calidad de experto, ha sido totalmente ad honores; c) Sólo he percibido derechos de autor como Director del Volumen IV y como autor de capítulos; d) No he recibido, -mucho menos reclamado-, beneficios adicionales, como no sean los derivados de la honrosa oportunidad de compartir con ilustres y respetados colegas, maestros y amigos, la empresa de la Historia General de América Latina, y de las demás historias; y, sobre todo, de haber honrado mi lealtad a los principios estatutarios de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
gcarrera@cantv.net

*Tomado de: http://www.analitica.com/va/sociedad/articulos/2738924.asp

viernes, 6 de junio de 2008

FALLECIÓ EL POETA EUGENIO MONTEJO*

Ayer jueves 5 de junio, en horas de la noche, falleció a los 69 años el poeta venezolano Eugenio Montejo, quien había sido hospitalizado desde la semana pasada en el Centro Policlínico Valencia, de la capital del estado Carabobo, donde se encontraba en terapia intensiva a causa de un cáncer en el estómago que lo aquejaba desde hacía varios meses.

Nacido en Caracas en 1938, se caracterizó por la rica gama textual y el gran dominio de las formas, constituyéndose en un gran representante de la poesía suramericana. Publicó, entre otros, los poemarios Élegos (1967), Muerte y memoria (1972), Algunas palabras (1977), Terredad (1978), Trópico absoluto (1982), Alfabeto del mundo (1986), Adiós al siglo XX (1997), Partitura de la cigarra (1997) y Papiros amorosos (2002), así como los libros de ensayo La ventana oblicua (1974), El taller blanco (1983) y El cuaderno de Blas Coll (1981). Su más reciente poemario, Fábula del escriba (2006), fue publicado en España y México, pero no ha sido reproducido editorialmente en Venezuela, como tampoco sus obras completas.

Montejo fue fundador de la revista Azar Rey, cofundador de la revista Poesía, de la Universidad de Carabobo (UC), casa de estudios que, al igual que la Universidad de los Andes (ULA), le confirieron el doctorado honoris causa a este hombre de letras como un modesto homenaje a su trayectoria literaria.

También fungió como investigador en el Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg) y colaboró de manera cercana con gran cantidad de revistas nacionales y extranjeras, trayectoria que le valió el Premio Nacional de Literatura en el año 1998. En octubre de 2005 obtuvo el Premio Octavio Paz de Poesía y Ensayo, donde pronunció su discurso "Honor, alegría y responsabilidad", una semblanza de su vida artística.

Quizás su obra logró la mayor trascendencia fuera de las fronteras venezolanas con la mención que de un poema suyo hace el actor Sean Penn en la película 21 gramos, del director mexicano Alejandro González Iñárritu: "La tierra giró para acercarnos / giró sobre sí misma y en nosotros / hasta juntarnos por fin en este sueño", fue el extracto de los versos que dieron la vuelta al mundo a través de la pantalla grande.

Montejo recibió importantes galardones por su obra literaria y sirvió en el campo diplomático como embajador en Lisboa durante varios años, tiempo en que se convirtió en especialista de la obra de Fernando Pessoa.

Justamente de Pessoa tomó la afición por los heterónimos, y con el de Eduardo Polo publicó el poemario para niños Chamario (2004), editado por Ekaré e ilustrado por Arnal Ballester. Esa "poesía para chamos", y de allí el título, se caracteriza por la ruptura con las convenciones, como por ejemplo la rima, que respeta y destruye al mismo tiempo: "Un niño tonto y retonto / sobre un gran árbol se montó. / Con su pelo largo y rubio / hasta la copa se subió"; el juego con las palabras: "La bici sigue la cleta / por una ave siempre nida / y una trom suena su peta... / ¡Qué canción tan perseguida!".

Recientemente, Montejo también mostró su preocupación por la situación de la literatura en el país, en el marco de la Revolución Bolivariana. A pocos días del incidente entre el presidente Hugo Chávez y el Rey de España, el escritor declaró que en Venezuela existía una "censura velada" a los medios de comunicación y una "situación poco favorable para los intelectuales". Denunció que Chávez impulsaba la "literatura propagandística" y que "ha retirado su apoyo a todas las editoriales que no comulgan" con sus ideas.

Fuentes: El Nacional • El Universal • Notitarde
*Tomado de: www.letralia.com / Cagua: N° 188, 2 de junio de 2008.

Nota: El velatorio es en la Funeraria Abadía. Capilla Imperial.
Gran Salón. Avenida Bolívar, Valencia, Venezuela.

Domingo Alberto Rangel: “ME REUNÍ CON CHÁVEZ Y SALÍ DECEPCIONADO"

#“¿Ley de Inteligencia? Aquí hasta las viejas se burlan de los militares”
#“Históricamente Venezuela parece predispuesta a aceptar un caudillo siempre” #“Los estudiantes son el arma del imperialismo en Venezuela, gústenos o no”
#“Chávez es un genio de la guerra de micrófono, se parece a Goebbels”



Texto y foto: Sandy Ulacio (Enviado especial)

(Semanario VERSION FINAL)*


Se abre la puerta de una casa con fachada colonial y una foto del Ché Guevara asalta la mirada desde la pared opuesta. Estamos por conocer mejor a un ícono de la lucha revolucionaria en Venezuela: Domingo Alberto Rangel. Sus palabras y escritos son referencia obligada para tirios y troyanos. Su pensamiento es un disparo que quema, crítico, irreverente, mordaz. Nos recibe sentado en un rincón de su hogar, al que llama su santuario.
Frente a Rangel hay una máquina de escribir alemana que, desde hace más de medio siglo, deja escuchar el matrimonio que tiene con sus manos. Comunista de vieja escuela, no vende su ideología marxista ni la cambia por el Socialismo del Siglo XXI. En exclusiva para Versión Final habla un verdadero revolucionario.
—Se está hablando mucho de la Ley de Inteligencia impulsada por el Gobierno, ¿qué piensa de ella?
—Lo primero que tengo que decirte es que aquí no funciona ninguna ley, empezando por la Constitución, todas se vuelven un saludo a la bandera. Esa ley me parece ridícula. Usted cree que en un país que está alzado y donde el bochinche es la norma le van a parar a una ley como esa. Eso era válido en la Alemania nazi o en la Rusia de Stalin, pero no en este país. Aquí hasta las viejas se burlan de los militares. Eso es un burdo trapo rojo y nadie irá preso por esa ley.
—Pero especialistas alertan que se hizo para apresar a disidentes…
—Si el Gobierno quiere meter preso a alguien no necesita de sapos, lo mete preso y ya. Aquí están presos los que el Gobierno quiere. Si en Maracaibo ponen preso a alguien por esa ley al otro día incendian la Basílica, no se la cala nadie.
—En otro tema, ¿puede explicarnos por qué en Venezuela aún hablamos de caudillos?
—Porque seguimos teniendo ese tipo de personajes funestos. El primero fue Simón Bolívar, y si Chávez lo ha imitado en algo es en eso, en ser un caudillo, así no lo quiera admitir. Chávez no existiera si no hubiese acabado con los partidos existentes, desde la derecha hasta la izquierda, pero cuando surge, producto del golpe militar, cautivó al país porque Venezuela parece predispuesta a aceptar un caudillo siempre; hasta ustedes los maracuchos, los más cívicos de Venezuela, tuvieron a Venancio Pulgar y a Rafael Urdaneta.
—¿Como hombre de izquierda, le creyó en algún momento a Chávez?
—No, yo tuve una entrevista con él en la casa de un amigo y cuando salí, lo hice decepcionado, y le comenté que Chávez era el típico caudillo ramplón y falso, parecido a cualquiera de los que existieron en la Guerra Federal por su temperamento y actitud avasallantes.
—¿Qué es lo que más le atrae de la personalidad del Presidente?
—La audacia, porque sabe escoger a los enemigos y no se gasta en peleítas, fíjese que él casi no existe en la vida política venezolana porque aquí no tiene contrincantes, y por eso sólo cobra vida cuando se le enfrenta a Bush, Uribe o sale del brazo de Fidel o de Evo, es decir, de personajes de la vida continental. Chávez tiene años que no casa una pelea en la política venezolana, esa se las deja al pobre de Nicolás Maduro o cualquiera de esas mujiquitas que tiene. Chávez sólo se va con los internacionales y eso es gracias al sentido de la historia que tiene, sea confuso o no.
—¿Y lo que más le desagrada?
—No me parece un hombre valiente, fíjese que el 4 de febrero corrió a refugiarse en el Museo Militar, tanto que Nelson Luis Martínez, director de Últimas Noticias me llamó y me dijo que el museo se había hecho para que los militares se refugiaran. No digo que sea un completo cobarde, pero es más valiente de palabras que de hechos. Chávez es un genio de la guerra de micrófono, y como lo hacía Joseph Goebbels, es bueno en hacer propaganda y sacarle punta a todo.
—Pero él ha manifestado que lo admira en público…
—Me han dicho que Chávez ha dicho que me admira en sus programas y que me ha elogiado varias veces, cosa que le agradezco.
—Esos elogios se los da quizás porque cree que usted encarna los valores del marxismo, ¿considera que él pertenece a esta corriente ideológica?
—No creo que sea marxista en el sentido académico de la palabra. Ahora, creo que todo revolucionario que luche impertérrito es un marxista sin saberlo.
—Ahora, si tomamos en cuenta que en el Presidente se da la visión del caudillo y la del luchador social, ¿cómo se le puede catalogar, de izquierda o de derecha?
—En las catalogaciones formales de la política está en la izquierda porque critica al imperialismo, aunque sé que es pura crítica verbal. Si está enfrentado a un godo como Álvaro Uribe tiene que ser catalogado como de izquierda, aunque él tiene elementos fascistas que se evidencian mucho más en el movimiento político que lo acompaña.
—¿Cuáles serían esos rasgos?
—Primero, el presidente Chávez está por encima de los estatutos del Partido socialista Unido de Venezuela y eso es típico de todos los partidos fascistas, sea el italiano, el español o el alemán, porque el comunismo nunca fue así. Stalin no estaba por encima de los estatutos y se catalogaba como discípulo de Lenin y obediente a los reglas del partido. Chávez se cree un caudillo que, como sus colegas europeos, cree que es un regalo de Dios para el pueblo, no lo dice porque sería el mayor ridículo que pudiese cometer. Por otro lado, está el militarismo que presenta este Gobierno en todos los estamentos y que incluso, a la vida civil le adaptó nombres propios de la jerga militar para definir sus espacios de acción.
—¿Por qué le parece que este gobierno es el que le ha hecho más concesiones al imperialismo?
—Porque están a la vista. A la gente se le olvida que este Gobierno se inicia con el Tratado contra la doble tributación, que ha sido uno de los regalos más suculentos que se le ha dado al imperio norteamericano y sus trasnacionales. Lo que hacen las grandes empresas en la América Latina es trasladar sus recursos económicos a Caracas y los presentan como ganados en el país, y evitarse así el impuesto en los Estados Unidos. El otro regalo que le hace Chávez es mantenerle tranquilo al pueblo venezolano, como cualquier encantador de serpientes. Si Chávez no hubiese llegado al poder en 1999 aquí se hubiesen presentado mayores revueltas, y por eso cada vez que el ambiente nacional se encrespa, Chávez sale pidiendo calma, sensatez y cordura. Los Estados Unidos tienen mayores problemas en el Medio Oriente, y hombres como Chávez, Evo, Correa, entre otros caudillos que se han ido levantando, le permiten contar que van a tener tranquilidad en el patio de atrás de su casa. Otra de las cosas es que, sé que Chávez no ha expropiado ninguna empresa norteamericana porque con la Electricidad de Caracas pagó tan alto las acciones que hasta en Wall Street se sorprendieron y, por otro lado, quienes lograron los mejores contratos de exploración y explotación en la Faja del Orinoco fue la Chevron Texaco, y uno de sus accionistas es la familia Bush.
—¿Cómo define usted el llamado Socialismo del siglo XXI?
—Eso es una pelota que no se puede agarrar. Eso no tiene definición y es caliente hoy y frío mañana; es una especie de camaleón que cambia de color de acuerdo a las circunstancias por las cuales esté atravesando el comandante Chávez.
—¿Qué le diría al Presidente?
—Nada, aconsejarlo sería una ridiculez. Aprovecharía para enseñarle lo que significa la Ley de Acumulación de Capitales que es lo básico en materia económica en el marxismo.
—¿Y cómo definiría al Gobierno?
—Venezuela tiene el Gobierno más capitalista de América Latina.
—¿Pudiese el Presidente aprovechar los excedentes petroleros para pagar la deuda externa tal como lo hiciera Gómez?
—La deuda externa venezolana es insignificante, numéricamente da risa. Se pagaría sin el mayor esfuerzo cuando se decida, lo que pasa es que Chávez no le quiere dar dinero a los bancos extranjeros, prefiere impulsar lo que llama Socialismo del siglo XXI en Venezuela y la región.
—Estamos en una bonanza petrolera con un panorama energético mundial en crisis, ¿pudiese tocar esta crisis al país?
—No, en Venezuela por la vía económica no existe ninguna perturbación a la vista, los precios del petróleo se mantendrán altos por largo tiempo, no sé qué tanto, pero sí para sobrevivir a este Gobierno.
—¿Existe el desarrollo del campo en Venezuela?
—Aquí ni la ganadería ni la agricultura sirven, eso es mentira del Gobierno, quedan algunos pañitos calientes en el Sur del Lago, en Perijá, en los Páramos andinos y en parte de Los Llanos, pero de resto, aquí eso no funciona. En los Valles de Aragua quedan rastrojos y maleza, esos que cantó y alabó Humboldt. Venezuela tiene que buscar cosas que nos hagan ser productivos en el mercado, y eso lo encontramos sólo en la industria petroquímica y en la siderúrgica.
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FAN

“El Ejército saca a Chávez en cuanto tenga la situación propicia”


—¿Puede explicarnos por qué aquí en el país no ha funcionado el modelo a la cubana?
—Porque Chávez no llegó al poder por la vía de las armas sino que lo hizo por la cochina vía electoral. El modelo cubano implica liquidar en el campo de batalla a las fuerzas armadas que existan, y si no hay eso, no hay modelo cubano. Se tiene que destruir al ejército existente y eso aquí no se ha dado y el Ejército saca a Chávez en cuanto tenga la situación propicia.
—Pero aquellos militares que no son revolucionarios los invitaron a pedir la baja, ¿eso no es liquidar por la vía pacífica cualquier disidencia en los cuarteles?
—Pudiese ser, pero él (Chávez) no los sacó. Los militares se van porque piden la baja, pero no porque prive la superioridad. Eso es pura retórica del Ministro de la Defensa porque él, Nicolás Maduro y el resto de los ministros, copian el modelo del presidente Chávez y su retórica.
—¿Pudiese cumplirse con el Presidente aquel dicho, el que a hierro mata a hierro muere?
—Sí, como no. En Venezuela no ha existido ningún gobierno en los últimos 100 años que no llegue o salga por la vía del golpe, me refiero a regímenes, porque el 19 de diciembre se cumplen los primeros 100 años del golpe de Gómez contra Castro.
—¿Qué tanto daño o beneficio le trae al presidente Chávez su entorno?, se lo pregunto porque el general Müller Rojas dijo que estaba rodeado de un nido de alacranes…
—No creo que le hagan mucho daño o le traigan beneficios, pero si eso lo dijo el general Müller se estaba aludiendo él mismo, porque hasta donde yo sé él forma parte de ese mismo entorno presidencial, así que si dijo eso es bien imbécil ese general.
—Se dice que la FAN está desmantelada, ¿qué opina usted?
—Eso es falso, lo que ha hecho es poner a jugar banca a los generales, o lo que es lo mismo, generales sin destino, que se sabe son adecos o copeyanos, y en esa cuerdita han caído hasta familiares míos.
—¿Qué opinión le merece a usted el grito Patria, socialismo o muerte en la FAN?
—Un lema más. Este sigue siendo el Ejército y el Estado creados por Juan Vicente Gómez en su dictadura.

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DIPLOMACIA

“Es mentira que habrá guerra si el Gobierno pierde en las elecciones”


—En su momento dijo que el bipartidismo destruía al país, ¿ese bipartidismo existe aún?
—Claro, lo que pasa es que a Chávez no le conviene admitirlo, pero cuando se enfrentan los bolivarianos con la oposición, lo que se están enfrentando son dos corrientes. El bipartidismo no fue invención de los adecos y copeyanos, y este es el mismo régimen de la Cuarta República, con otros ladrones pero con los mismos vicios.
—¿Cómo ve el escenario nacional de cara a las regionales?
—No lo sé y no me interesa, porque yo soy abstencionista y no le presto atención a eso, pero supongo que ganará Chávez porque el CNE está constituido para que Chávez gane elecciones.
—Pero el 2 de diciembre el presidente Chávez salió derrotado…
—Es que el principal enemigo de Chávez somos los abstencionistas porque esa derrota fue debido a la abstención y no a los escuálidos.
—El Presidente ha dicho que si se pierden las elecciones aquí va a haber una guerra, ¿puede darse ese escenario?
—Eso es mentira que aquí habrá guerra alguna, en eso sueña despierto el señor Chávez. Las sociedades actuales de nuestra América son incompatibles con la guerra, salvo Colombia.
—¿Pudiese darse la tesis que el presidente Chávez busque pactar con la oposición para no perder espacios de poder?
—Yo no creo que Chávez pueda llegar a un acuerdo formal y público, pero de manera secreta llega a todos, le da medio gobierno a los escuálidos. Él no llega a firmar un pacto como el de Punto Fijo porque se le viene abajo el mito con el que llegó al poder y es el de ser enemigo de los adecos y copeyanos y Chávez es suficientemente bribón para no hacerlo.
—Explíquenos: ¿Se puede ser abstencionista y anarquista al mismo tiempo?
—Por que no. La abstención es compatible con la anarquía, con la sinarquía, así que no deja de ser posible que se mantengan unidos.

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ANÁLISIS

“Los estudiantes son la única oposición que tiene Presidente”

—El MIR fue un partido con gran acogida en el sector universitario, ¿cree que los estudiantes serán los grandes partícipes del cambio social y político en el país?
—Primero habría que definirse lo que se entiende como cambio porque pueden existir cambios hacia delante y hacia atrás. El cambio en abstracto no significa nada; en Venezuela los estudiantes han llenado el vacío dejado por los caudillos desde los tiempos de la Guerra Federal. En 1928 se dio el más grande paso luego de la batalla de La Victoria y ahora lo siguen dando, porque son la única oposición que tiene Hugo Chávez.
—¿Qué opinión tiene del premio recibido por Yon Goicoechea?
—Ese es un premio del imperio y de los gringos, ¿por qué no premian a Antonio Ledezma o a Rosales?; Ese estudiante lo recibe porque los estudiantes en este momento son el arma del imperialismo en Venezuela, gústenos o no, eso es así. Hay una cosa muy importante que debe decirse y es que los estudiantes, por primera vez, están ubicados en la extrema derecha porque los miembros de la Generación del 28, aunque no eran revolucionarios se ubicaron en la izquierda y se habían mantenido con un color o con otro en esa trinchera. Este grupo que salió a las calles no son reaccionarios sino elitescos. Ya las universidades son organismos de élite porque una cocinera no puede mantener por cinco años una boca que no produzca alimento, porque aunque sea gratuita, los libros y las guías no lo son. El movimiento estudiantil como hecho social de la izquierda se puede decir que desapareció para siempre.
—¿Es decir que usted apoya al Presidente cuando los tildó de hijos de papi y mami?
—Yo nos los desprecio así, pero sí es un movimiento de derecha y de eso no me quedan dudas. Este alumno que fue premiado (Yon Goicoechea) es alumno de la Universidad Católica, no de la UCV, está formado personalmente por el padre Luis Ugalde, todo en él apunta o se inclina hacia la derecha y a eso me refiero.


*Tomado de: http://www.versionfinal.com.ve/wp/2008/06/06/me-reun-con-chvez-y-sal-decepcionado/

sábado, 31 de mayo de 2008

DESCONOCIDA TRIBU DEL AMAZONAS

EN UNA ZONA FRONTERIZA ENTRE BRASIL Y PERÚ
Descubren en la selva amazónica una nueva tribu que permanecía aislada


REUTERS ELMUNDO.ES RIO DE JANEIRO MADRID.- Una tribu de indios amazónicos, aislada y desconocida hasta el momento, ha sido descubierta este pasado jueves por una expedición que sobrevolaba la zona donde viven, una región brasileña colindante con la frontera peruana.
Las imágenes que se tomaron desde la aeronave muestran a un grupo de unas 15 personas con las caras pintadas con pigmentos rojos y ataviados con arcos, que contemplaban con asombro la existencia del avión y trataban de alcanzarlo con las flechas. Este descubrimiento incide en la hipótesis de que aún quedan grupos tribales en la selva del Amazonas por descubrir, aunque como apunta un representante gubernamental brasileño que formaba parte del grupo, estas poblaciones son cada vez menores debido a las injerencias externas y la tala ilegal de árboles.
"Lo que ocurre en esta región es un crimen monumental contra la naturaleza, las tribus, la fauna, que no es otra cosa más que el testimonio de la completa irracionalidad con la que nosotros, el mundo 'civilizado', trata al mundo", aseguró José Carlos Meirelles.
"El mundo necesita tomar conciencia de esto y asegurar que este territorio está protegido de acuerdo con las leyes internacionales. De otra manera, todo esto se extinguirá muy pronto", dijo Stephen Corry, el director de 'Survival International', una organización que defiende los derechos de este tipo de etnias.
Se calcula que hay aproximadamente un centenar de tribus aún por descubrir a lo largo del planeta, de las que más de la mitad viviría en Brasil o Perú, según esta entidad, que añade como posibles peligros para ellos la presencia de enfermedades y epidemias.
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Primeras imágenes de una tribu indígena aislada de la civilización en el Amazonas*
JOSÉ MANUEL NIEVES


MADRID. Suelen ser grupos pequeños, que raras veces superan el centenar de personas. Viven en los lugares más remotos de la Tierra, en regiones inexploradas a las que nuestra civilización no ha conseguido llegar. En islas perdidas o en el corazón de las selvas vírgenes de Suramérica, Asia y Oceanía. Son, se calcula, más de un centenar de tribus repartidas por todo el mundo, aunque cerca de la mitad de ellas se concentran en Brasil y Perú. Tribus que nunca, o en muy raras ocasiones, han tenido contacto con «nosotros».
Completamente aisladas del mundo exterior, siguen costumbres ancestrales que en el resto del mundo se perdieron hace ya miles de años.
Y están en peligro.
Se encuentran, de hecho, entre los humanos más amenazados del planeta. Empujados por la industria maderera fuera de sus territorios, muertos sin piedad por las armas de los furtivos o diezmados, poco después de un contacto fugaz con «extraños», por enfermedades inocuas para nosotros pero completamente nuevas, y letales, para ellos.
Organizaciones como Survival International han lanzado campañas urgentes para protegerles. Campañas que a menudo incluyen documentales, películas, libros y fotografías que recuerden que esas personas existen realmente.
Algunos miembros de una de esas tribus perdidas han sido fotografiados desde el aire por esta organización, muy cerca de la frontera entre Perú y Brasil, mientras escapaban de la tala ilegal que afecta a las regiones de Yurúa, Purús y Envira. Las casas de este grupo fueron fotografiadas en territorio brasileño, a pocos kilómetros de la frontera, en una de las regiones más impenetrables de la selva amazónica, en el estado de Acre.
Conflictos y muertes
«Lo que está ocurriendo en esta región es un crimen descomunal contra la naturaleza, los pueblos indígenas, la fauna, así como una prueba evidente de la completa irracionalidad con la que nosotros, los «civilizados», tratamos al mundo, casa de todos nosotros», afirma el experto en pueblos indígenas aislados José Carlos dos Reis Meirelles, que dirige el puesto de Protección de Indígenas Aislados cerca del límite fronterizo con Perú. En esa zona, la actividad de los madereros ya ha originado violentos conflictos y muertes. Según Meirelles, el éxodo de los pueblos indígenas aislados hacia Brasil podría extender el conflicto a otras tribus no contactadas que habitan de forma permanente en territorio brasileño.
«Sobrevolamos el área para mostrar sus casas, para mostrar que están ahí, para demostrar que existen», asegura Meirelles. «Esto es realmente importante porque algunos dudan de su existencia. Desconozco a qué pueblo indígena pertenecen, y deseo no saberlo durante muchos años más». Cuando Meirelles sobrevoló el poblado por la mañana, estaba lleno de gente, hombres, mujeres y niños. Algunos, recuerda, tenían las cabezas afeitadas y otros lucían largas melenas. Las mujeres vestían faldas de algodón. Pero nadie sabe qué lenguaje hablan ni a qué tribu pertenecen.
Cuando el experto regresó por la tarde, las mujeres y los niños habían desaparecido en la selva y los hombres, pintados de rojo y negro, se mostraron muy agresivos y lanzaron flechas contra la avioneta.
No quieren contactos, sino que les dejen en paz. Si lo hacemos, puede ser su última oportunidad para sobrevivir.

Tomado de: http://www.abc.es/20080530/sociedad-ciencia/primeras-imagenes-tribu-indigena_200805300309.html