Obituarios de un no-país — video a Alejandro Aguilar

domingo, 25 de noviembre de 2007

LAS PALABRAS Y LOS MUERTOS


Alberto Hernández*

1.-
Bordeo la isla, la abordo a través de las páginas de Las palabras y los muertos (Seix Barral, 2007), del escritor cubano Amir Valle, quien hoy vive en Alemania. Hojeo con gusto los primeros instantes del libro, me sacudo los fantasmas y, finalmente, entro a sus capítulos, como quien entra en casa ajena. Quien me invita a pasar usa un tono seguro: se trata de una novela que viene de ganar un premio, el Internacional Mario Vargas Llosa de la Universidad de Murcia, España.
“No habito Cuba: Cuba me habita”, afirma el escritor en su página electrónica. Ciertamente, Las palabras y los muertos es la Cuba de Fidel Castro, la que habita los buenos y malos sentimientos de América, la un Fidel en cámara ardiente, un Fidel cadáver, envuelto por la narración de un personaje que nunca lo abandonó, su guardaespaldas personal, Facundo, “la sombra del Jefe”. Se trata entonces de la Cuba que hoy físicamente no habita Valle, pero que lo sigue habitando a través de ese fantasma inmenso que ha dominado al pueblo cubano por casi cincuenta años.
Por eso escribe Amir Valle, por Cuba, por la hermosa y terrible imagen que Virgilio Piñera dejó marcada en la conciencia de los cubanos: esa “maldita circunstancia del agua por todas partes”.
Bordeo el peñón de esa imaginación. Entro y salgo por la libertad que me ofrece el novelista. Su isla particular, la que navega en las palabras de Facundo, inventario verbal de quien por cinco décadas ha gobernado con mano dura el orgullo de los cubanos.
2.-
“Fidel ha muerto”, así comienza la obra. Fidel ha muerto y ha desclasificado sus secretos gracias a los recuerdos de Facundo. De allí en adelante el lector se ensimisma porque respira el presente. La novela no es un referente de lo ya conocido. La ficción le ha permitido reconstruir una biografía de Fidel Castro -cercana a la locura, a la realidad que sólo la intimidad palaciega es capaz de albergar la lealdad de Facundo-, toda vez que lo acompañó desde los inicios de la guerra de guerrillas en Cuba como su espaldero. Su hombre de confianza.
Cuentan los anónimos, personajes referenciales que de alguna manera han estado cerca del poder. O de la tragedia que ha significado para ellos saberse parte de un proceso liderado por Fidel, Raúl Castro, Camilo Cienfuegos, Ernesto Guevara, Norberto Fuentes, Carlos Rafael Rodríguez, entre otros, vivos o muertos por la gracia de la duda o de las trampas de la política.
Suerte de Proscrebyshev en el relato de Karagushin, “La sonrisa de Stalin”, Facundo transita entre los afectos y el miedo, ese miedo reservado a lo más íntimo, al sacudimiento que le provoca la presencia del “Jefe”. Es el único que tiene el privilegio de compartir conversaciones con terceros, secretos y explosiones del carácter de este hombre convertido en icono de la “izquierda” latinoamericana.
Los personajes que se agitan en estas páginas son tan cercanos, tan actuales: cuestionan el pasado inmediato y se saben parte de un presente que no ha terminado de concluir. Hugo Chávez, Lula, Daniel Ortega, Evo Morales, la tensión cotidiana de estos años que abundan en la conciencia colectiva de los americanos de habla española.
¿Crítica, autocrítica? La ficción, dama perfecta para derribar tantas estatuas, delinea cada instante del personaje de la novela. Fidel se explaya frente a Facundo. Confiesa sus debilidades y fortalezas. Se muestra tirano y humano. Santón y criminal. Terrible y magnánimo. Arrogante y dolido.
3.-
Uno de los instantes más reveladores de la obra toca el affair Ochoa. Arnoldo Ochoa, el general que fue fusilado por narcotráfico. La duda se instala en Facundo cuando Fidel justifica ciertos delitos internacionales que le reporten beneficios para construir escuelas y hospitales. Facundo se debate entre la luz y la sombra: cree encontrar en la voz del Jefe lo que tantas veces él mismo negara: ha jugado al negocio de la droga. La última vez de Ochoa con Fidel queda como un fresco de una realidad que aún sigue latiendo en la memoria de los cubanos, al menos la de los personajes que se reflejan en la obra. Aquella conversación, aquel abrazo, aquel fusilamiento dos horas después. Por un lado salía la familia de Ochoa del Palacio de Gobierno con esperanzas en los ojos, por otro entraba el General con la marca de la muerte en los mismos ojos, alejados, a punto de hundirse en el silencio, en la degradación social activada por la justicia revolucionaria.
La tragedia sería una continuación en la isla, una vez desaparecido Fidel e instalado el siguiente de la dinastía: Raúl: “…que con la muerte de Fidel a Cuba le quedaba un único camino: regresar a los tiempos del capitalismo, “pero a un capitalismo que va a ser más duro porque aquí la gente se ha acostumbrado a no trabajar, Facundo”, y agregaba que en eso Fidel había tenido la mano demasiado blanda, “porque con todo lo que nos dieron los rusos, si los cubanos trabajáramos de verdad y no botáramos tanto lo que nos regalan, seríamos ahora una potencia mundial” (p. 242). Esta misma imagen aparece en boca de Carlos Rafael Rodríguez, en la misma página: “en la idiosincrasia del cubano hay una raíz parásita que viene de haber recibido durante siglos la influencia, llegada primero de España y de Estados Unidos después, de que puede vivirse de las riquezas de otros países”. Agregaríamos desde nuestro lamentable momento político, que Venezuela se ha incorporado a esta lista de dadores y chulos ideológicos.
4.-
Esta es una novela que duele. Y mucho más sentimos la desgarradura cuando leemos la declaración de vida de su autor: cubano por todos los costados de su isla, amante de Lezama, Carpentier, Piñera, Cabrera Infante, de uno y de otro, partes de un rompecabezas que no ha terminado de armarse, y quien además se confiesa “empecinadamente loco”.
Como lectores sentimos lo mismo: Amir Valle, de quien sólo sabemos de esta obra, ha sido reconocido en varios concursos internacionales por la calidad de su poética, donde respira la dislocación del hombre. De allí que sintamos que Cuba -como Venezuela o Islas Canarias- sea una herida que no termina de cerrarse, cuya cicatriz es el deseo más anhelado de esta historia, real y ficticia, que cada día es más personal.
Narrada como se cuenta un cuento, de atrás hacia delante o viceversa, en la mejor tradición de nuestra inteligencia novelística, Las palabras y los muertos pasará a ser una referencia importante para todos los que navegamos con nuestras islas a cuestas.
*Poeta, periodista y escritor venezolano.

miércoles, 21 de noviembre de 2007

EL FASCISMO A TRAVÉS DE LOS PASOS DE MUSOLINI



Edgardo Malaspina*

Primera Parte
Benito Mussolini nació el 29 de julio de 1883, hijo de un herrero y de una maestra, en un caserío, Verano dei Costa; por tal razón afirmaba cuando sus biógrafos oficiales lo presentaban como un hombre de alcurnia para adularle: “Soy un hombre del pueblo y por eso comprendo también a los hombres del pueblo: yo soy uno de ellos”. El nombre se lo dio su padre en honor a Benito Juárez.
Su familia era pobre que él mismo afirmaba que comía unas verduras al mediodía y unas legumbres en las noches. La carne, muy escasa, la veía en sopa los domingos. Ingresó en un colegio privado de los Salesianos de Faenza, pero fue expulsado a los dos años por su mal comportamiento: constantemente peleaba con sus compañeros y nunca perdonaba las ofensas. A los dieciocho años se graduó de maestro. Pronto se creyó revolucionario y ateo hasta el punto de apedrear a su madre ya su hermano para que no entraran a la iglesia. En una ocasión quiso demostrar la inexistencia de Dios: puso su reloj sobre una mesa y gritó al cielo : “Dios, si existes mátame en cinco minutos”. Luego de pasado el tiempo estipulado afianzó más su ateismo.
El trabajo de maestro lo desempeñó brevemente. Viajó a Suiza donde trabajó de albañil, carnicero y vendedor de vinos. Le fue mal y pidió limosna. Cuando las cosas empeoraron una vez le arrebató la comida de las manos a unas inglesas. En esa época tenía en su cuello una cadena con la efigie de Marx a pesar de no haberlo leído nunca.
Por ser antimilitarista se negó ir al ejército. Fue declarado prófugo y condenado a un año de cárcel. Luego en 1904 fue indultado y cumplió con el servicio militar. Empezó a escribir una novela por entregas para los diarios La amante del cardenal Novela histórica anticlerical. En 1912 está con el Partido Socialista Italiano y dirige su periódico Avanti de Milan. Cree en la lucha de clases, odia a los burgueses y rechaza las guerras. La guerra es la gran traición, decía. No le interesaba el dinero: nunca aceptó salario por sus servicios al Estado, ni como diputado ni como primer ministro ni como presidente de la República de Saló. Vivía de sus artículos periodísticos.
Cuando en 1914 nota que hay muchos partidarios italianos de la guerra, Mussolini en unos días deja el pacifismo, se declara neutral y en cuestión de horas se hace belicista. Desde entonces, sin ningún pudor, dirá una cosa y hará otra alegando que sólo los locos y los muertos no cambian de idea. Por ese giro brusco el partido lo expulsó y lo destituyo del Avanti. Lo llamaron judas y le lanzaron monedas en la cara. El decía “ustedes me odian porque me aman” y “soy fuerte precisamente porque estoy solo”.
Funda en 15 de noviembre de 1914 Il popolo d`Italia, diario socialista, con el apoyo secreto del gobierno italiano y de los socialistas franceses. Elogia la guerra y dice: “La propaganda antiguerrera la ejercen los bellacos: los curas, los jesuitas, los burgueses, los monárquicos”. La guerra era necesaria para solventar los problemas económicos de Italia y evitar la revolución. Mussolini ataca en sus escritos a sus opositores: “Los neutrales jamás dominaron los acontecimientos, sólo los sufrieron...Solo la sangre pone en movimiento la rueda sonora de la Historia” Inaugura un nuevo estilo de hacer política: el de la violencia. Los opositores serán atacados físicamente y sus periódicos destruidos.
En 1918 participa en la guerra contra Austria y es herido tras la explosión de una bomba. Se sentía orgulloso “de haber enrojecido el camino”(en realidad fue herido en segunda línea) y proclama que todo hombre que ha combatido y ha sufrido está por encima de los demás, como adelantándose a futuros cobros que hará a la patria por sus servicios. Explica como se imagina al gobernante ideal: “Un hombre feroz con la energía suficiente para destruir, la inflexibilidad para castigar, para golpear sin titubeos”.
La guerra convirtió al país en escenario de protestas sociales, huelgas y hambrunas. Los soldados cazaban ratas en las cloacas para paliar el hambre. Mussolini aprovecha su periódico para hacer propaganda a su favor atacando las injusticias. Su arma será la repetición de una misma consigna basada en injurias hacia sus opositores, quienes no son más que apestosos, sifilíticos, escleróticos, bastardos e idiotas.
El 11 de enero de 1919 saboteó un acto político de sus opositores a quienes humilló y no dejo hablar en el Teatro della Scala de Milán. Entendió “que un pequeño número de hombres podía cómodamente imponer su ley por la violencia”. El 23 de marzo de 1919 funda la primera célula del partido fascista en Milán. El 15 de abril ordena la destrucción del periódico donde se inicio, Avanti. Explicará que “todo lo que ha sucedido en el Avanti proviene de un movimiento espontáneo de la masa, movimiento de los combatientes y del pueblo que ya no soporta el chantaje leninista”. Esa fecha la incluirá luego en el calendario de celebraciones de su revolución. El 6 de junio publicó su manifiesto dejando una idea clara: conquistar el poder aunque costara la guerra civil. Estando en contra de la revolución, socialista o bolchevique, decidió utilizar de todos modos la palabra revolución para atraer a las masas y presentarse, falsamente, como “el paladín de las reivindicaciones de las clases obreras”.
Mussolini se copió del compañero de partido, Gabriela dÀnnunzio, el estilo de actuar que será el estilo fascista: desfile de legionarios con los puñales en alto, reuniones en masas, saludo romano, los eslogans, los aplausos y los discursos, además del fez negro, la camisa negra y el rencor. El 16 de noviembre de 1919 fracasa en las elecciones que ganan holgadamente los socialistas. Entonces escribe: “En este mundo las cosas menos definitivas son las victorias electorales...” Piensa seriamente en dejar la política. Cree ser muy competente en otros oficios. Se sabe buen albañil, buen piloto, buen violinista y buen escritor...
En 1920 la situación socioeconómica empeora. Los obreros toman fábricas e izan banderas rojas con la hoz y el martillo. El Gobierno es atacado por los socialistas y por eso ve al partido fascistas como su salvador. El Gobierno permite entonces que los fascistas ataquen a los socialistas, a quienes rasuran sus barbas. Mussolini declara que el Fascio es de combate, con armas pacíficas pero también con armas de guerra. Por eso practica la esgrima. Todos apoyan al movimiento fascista: las autoridades del país, el ejército y el rey. Los fascistas dicen cosas contradictorias. Unas veces están en contra de la violencia , y otras afirman que no creen en pactos sino en la guerra total.
Todos los que se oponían a los fascistas eran llamados enemigos o bolcheviques y merecían ser apaleados, rasurados y purgados con aceite de ricino.
*Profesor, médico, poeta e historiador venezolano.

UNA CITA CON EL READER'S DIGEST


Daniel R. Scott*



Este jueves quiso el día vestirse con su elegante traje gris de lluvia que habitualmente usa por estos días del año, pero en verdad perdió su tiempo: no logró conmoverme ni me llamó a la acostumbrada sesión de melancolía. Hoy he decidido sentirme lleno de paz y sosiego. Todo dentro de mi es quietud y tranquilidad. No quiero llenarme de otros sentimientos. Antes de venir a la Biblioteca (estamos trabajando horario especial de vacaciones de 9:00am a 2:00pm ) me traje de un kiosco el Reader's Digest correspondiente a este mes de agosto. Siempre he comprado el Readers Digest pero últimamente ya no lo leía con mucho interés. O sería más exacto decir que ya no lo leía: lo compraba y lo dejaba tirado por allí, para que otro lo leyera. Es más: este año hice lo que nunca había hecho en 17 años: dejé de comprar algunos ejemplares. Claro: ¡es tanto y tantas las cosas importantes las que nosotros los hombres del siglo XXI tenemos que hacer! Tanto y tantas que dejamos de hacer lo que realmente nos gusta. Preferimos andar disfrazados de hombres emprendedores muy a tono con las exigencias de nuestra cultura. Nos creemos un Og Mandino o un Camilo Cruz y no nos damos cuentas que tan sólo somos los mendigos de la Postmodernidad, los más dignos de lástima de toda la Historia.


Pero, en esta mañana lluviosa de agosto hice lo que hacía cada vez que compraba la revista: la abrí al azar y dejé que el primer artículo que apareciera a mi vista fuera el primero en ser leído. Son rituales tontos de gente tonta. Pero de no ser por los rituales, ¿qué sería de nuestra vida? En esta ocasión el ritual dió sus flores y sus frutos: el artículo "Esas pequeñas cosas" de Petricia Espino cautivó mi corazón y renovó ese amor que sentía por la revista, amor que comenzó un julio de 1976 cuando la adquirí por primera vez al ridículo precio de Bs. 4,50. "¡Ay Dios casi cinco bolívares!" pensé yo revisándome los bolsillos en busca de las monedas mientras la vendedora me aseguraba: "Esta revista es muy buena. ¡Trae de todo! Además es lo único que no pasa de cinco bolívares" Lo cierto es que Patricia Espino reavivó ese cariño que yo dejé de sentir por la revista desde hace unos cuatro años mas o menos. "Un día descubrí que no es tan difícil cambiar al mundo" dice la articulista comenzando su relato, y al final concluye: "Con sólo animar a los demás podemos ayudarlos a interesarse unos por otros y a realizar mejor sus actividades, y lograremos que este mundo sea un lugar más agradable para vivir: un mundo con más amor... ¿por que no comenzar con cosas pequeñas? Deja de fruncir el entrecejo, pon tu mejor sonrisa, sal al mundo frío y oscuro, y derrama un poco de luz, amor y calidez sobre quienes lo necesitan"


Con la convicción que dan los años y la sabiduría (la revista nació en 1922 en los Estados Unidos y en 1940 adquirió la nacionalidad de habla española) el Reader's Digest me dijo que sí podemos iluminar y cambiar el minúsculo sitio que la vida o Dios nos dió por habitación de nuestra existencia.


O, al menos, vale la pena intentarlo. Los buenos intentos ya son de por sí una buena recompensa (2 de Agosto de 2007)
*Bibliotecario y escritor venezolano.

martes, 20 de noviembre de 2007

EL UMBRAL DE LA MAÑANA (POEMAS)





Elizabeth Valero*








Nos espera en el umbral de la mañana.
la claridad cubre los instantes con su abrigo de armiño.
Empieza a andar los motores en medio de círculos de niebla,
Es tedioso, largo, unas agradable,, otra hostíl.
Se va conjugando para formar gerundios más nuevos.
se crece jugando con los faroles,
buscando que parodia inventar.

Lo que le rodea se va enmoheciendo hasta apagarse.
En medio de escombros se asegura la inmortalidad, no pretende burlarse de la parca, solo quiere prolongar un poco más lo no perfecto,
Haciendo trazos en la arena,
No importa si se borra,
Dejando las transparencias en el reloj.

******************************************************************************

Las penumbras quedan mirándose hasta que se desvancen con los ojos abiertos; el reloj anda despacio, todo permanece estático. Solo se escucha la onda tocando el gong.
Solo ellos ven.

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El lápiz se desliza,
Dibujando ocasos en blanco y negro.
Amanceres sombreados de grafito.
Por los bordes, están difuminados por el borrador.
Concluido el boceto
Se puede ver una aldea en penumbras.


*Poeta venezolana

miércoles, 7 de noviembre de 2007

CASSIUS CLAY, PERSONAJE LITERARIO



Alberto Hernández*








I

La inmensa boca de Cassius Clay es la medida de su yo. Aún hoy, atormentado por los temblores del Mal de Parkinson, Alí, el musulmán Mohamed de la dorada meca americana, sigue la costumbre según la cual, como afirma Norman Mailer, “Clay es el mayor ego de Norteamérica. Y también es (...) la más veloz personificación de la inteligencia humana hasta el momento habida entre nosotros, es el mismísimo espíritu del siglo XX, es el príncipe del hombre masa y los masivos medios de comunicación. Pero ahora, quizá con carácter pasajero, es un príncipe caído”.
Esta afirmación de Mailer, que pertenece al libro The king of the hill, la hizo el autor estadounidense en 1971, cuando el boxeador intentaba regresar al ensogado a enfrentarse a su archienemigo Joe Frazier. Pero a los 60 años recién cumplidos, el controversial Cassius Clay sigue siendo el “gran bocazas”, que lo diga Will Smith, quien lo acaba de personificar en una película de deficiente empuje. Repite constantemente, “mi boca eclipsó mi talento”.
La figura legendaria de Clay ha sido motivo para escribir muchas cuartillas. El mismo Mailer, uno de sus biógrafos, ha colmado la prensa norteamericana con los diferentes perfiles del muchacho negro de cara bonita nacido en Louisville, Kentucky, en 1942. Ningún boxeador ha sido objeto de tantas páginas.
David Remnick, autor de Rey del mundo, llegó a escribir que “A imagen y semejanza de Sugar Ray Robinson, Clay había optado por una táctica de peso gallo en la categoría pesada para, por vez primera, tal y como él mismo se encargó de sentenciar desde lo alto del ring, convertirse en Rey del Mundo”. Digamos que Alí personificaba a n bailarín que asomaba el rostro y luego convertía su voz en un tejido de anécdotas para una novela.


II

Suficiente que tuviera como consejero al luchador contra el racismo, Malcom X. Suficiente que haya sido motivo para un guión que luego Michael Mann convirtió en película. Suficiente que Leon Gast y Tayord Hackford lo hayan estigmatizado en Alí, bumayé¡ o que su verdad haya entronizado su talento en When we were. Personaje de él mismo, Cassius Clay pudo haber sido uno de los tantos que Julio Cortázar paseó en la vuelta a su muy particular mundo, donde el imaginario superó el espíritu de Mantequilla Nápoles. Clay o Muhammad Alí son dos personajes distintas, tan distintas que son la misma, en tanto que se repiten en el mismo espejo de la realidad, pero cuando es sometido al rigor de la palabra, de la ficción se acoge a n Alí o Clay interior, alejado del vuelo de la mariposa y el veneno de la abeja Es un Clay que muestra una inteligencia intertextualizada, puesto que toma las voces del pasado de su gente, la esclava, la que encontró en Kinshasa, Zaire, cuando oyó por primera vez el grito de ¡Alí, mátalo¡ (Ali, bumayé¡). Allá, en África, se despojó de los guantes y se armó con un libro de sociología política, se hartó de decir acerca del color de su piel y de recordar que venía de esa ardiente tierra, la más caliente del continente negro.
¿Quién le niega a Clay a calidad de su existencia en un oficio tan despreciado, tan poco dado a ser tratado como un tema intelectual, literario? Sólo él pudo levantar esos ánimos, revelarse como un personaje literario, aunque en proscenio, sobre el ring. También demostró su calidad histriónica. Por esa razón, se representa a él mismo. No necesita dobles, así Will Smih se jodió.

*Escritor, periodista y poeta venezolano.

martes, 6 de noviembre de 2007

LOS BEATLES, PAPÁ Y YO


Daniel R Scott*

Sobre charcos, bajo lloviznas y entre el tráfico compré a unos buhoneros copias baratas y de muy mala calidad del "Álbum doble blanco" de los Beatles que yo igual disfruto hasta el infinito en mi modesto equipo que tengo en casa. Sépase que yo vine a comprar esta producción por primera vez y original un abril de 1982. Sin embargo el "Long Play" o "Larga Duración" como se les llamaba para ese entonces ya tenía mucho tiempo rodando en las discotiendas de todo el mundo. Se grabó en 1968, dos años antes de que el famoso cuarteto (hoy leyenda e icono de la cultura pop) se disolviera en medio de las disputas financieras y la animadversión. Y es que los Beatles, más que un "yesterday" que se oye y disfruta en la radio, era y sigue siendo un negocio muy lucrativo. El álbum incluye clásicos tales como "Cuando mi guitarra dulcemente solloza" que tanto le gusta a mi esposa.
Buen trabajo discográfico, un importante avance musical del grupo. Al momento de escribir estas líneas, el silencio de la noche se ve poblado con las notas de "Obla-di Obla-da", canción ésta que a juicio de los críticos, es "dulce como un pudín".
A mi el álbum me evoca mucho más: la casa paterna, la nalgada que le di a mi sobrina por hallarla jugando con mis discos, mi primer gran amor, mi buen amigo Marcelo Belisario y los disgustos y pataletas que armaba papá porque yo escuchaba a esos "drogadictos" de los Beatles y "al comunista" de John Lennon. Ah, y eso sin mencionar que Rubén Blades "cantaba como un chivo". Pero esa es otra historia. Por Dios... ¡cuánto me irritaban sus críticas! Y a veces, me apena decirlo, hasta creí aborrecerle. Más de una vez lo mandé al mismísimo cuerno, por no decir la palabra exacta. No me quedaba otra. Pero papá no tenía la culpa de nada. ¡Imaginaos a un progenitor que por su edad podía muy bien ser tu abuelo! Que aprieto: sus gustos no podían ser los míos. Nacido en 1912, tenía 52 años el día que yo nací. "¿Qué le vio mi mamá a ese anciano?" pensaba con la inmadurez del adolescente que cree saberlo todo. Y es que cuando mamá aún no llegaba a los cinco años de edad ya papá se estaba casando con su primera esposa, criada y pariente del General Eleazar López Contreras, presidente de Venezuela entre 1936 y 1941. Se cuenta que su luna de miel fue interrumpida y alterada por los disturbios acaecidos a raíz de la muerte de el Dictador Juan Vicente Gómez.
Hoy, sobre la cúspide de mis 43 años, veo y percibo nuestros épicos encontronazos con mucho cariño y nostalgia. La edad pone las cosas en su sitio y nos devuelve a la realidad.
La voz de la sangre es muy poderosa y al final te impone el cariño que le debes profesar a los tuyos. Entiendo que la conducta de papá fue una consecuencia o derivación social de esa transición del siglo XIX al XX. Era un hombre terrible e irremediablente anticuado. Su cara de por si era una pieza de museo. Nada de particular tiene que papá aprendiera la ética y las artes de gobernar una casa de algún pariente de Joaquín Crespo, por ejemplo. En efecto: según alguna carta por allí, su abuelo mantuvo alguna relación o contacto con el caudillo, militar y político venezolano.
Para la década de los sesenta, ya este mundo no era su mundo. ¡Cómo quisiera que muchos adolescentes leyeran estas palabras y aprendieran a ser más pacientes y tolerantes con sus padres! Y yo tengo autoridad de sobra para hablar ya que al carecer de hijos no se me puede acusar de ser un padre latoso y sermoneador. Sigo siendo hijo. No soy padre.
Fue Gabriel García Márquez quién dijo que el paso del tiempo borra de los registros del corazón todo lo malo que nos haya sucedido en la vida y tan solo preserva los buenos momentos. Yo diría (y perdonad mi osadía de pigmeo)
que el premio Nóbel se quedó corto. En mi caso yo atesoro con cariño y nostalgia nuestras reyertas. Con lo mala que haya sido nuestra relación filial hoy pienso que eso sería preferible a haber sido un "niño de la calle" o un "huelepega".
Si del Cielo se me concediera el poder de echar atrás las manecillas del reloj y se me permitiera recorrer nuevamente el camino de la adolescencia, sería más cariñoso y paciente con él y, de paso (¿por qué no?) ¡Le echaría en la cara y a quemarropa una andanada de insultos más! Es broma...
Pero hoy sólo se me permite oír "Dear Prudence" de los Beatles, recordar como un anciano de noventa años y escribir con pluma obsesiva y delirante. Y tener que soportar la tiranía del perverso tiempo-espacio haciéndome las muecas de un mono de zoológico. (3 de Agosto de 2007)

*Bibliotecario y escritor venezolano.

ESTA PÁGINA SUELTA...(POEMAS)



Luz Marina Cárdenas*


a Igor


Esta página suelta
se baña en luna
tanta sed
que se fermenta

juntemos
caracoles
en mil cielos

osemos
el filo del cristal
con las venas
de Dionisos.

**************


Clausura la uva
en tu humo
sería un ojal
que se aferra

embiste de aura
tan sana

burbuja

regresa al alud
donde la brisa
es principio.

**************

En la lejanía de su mirada
yace la alfombra
de sus raíces
quizá tenga misterios
en la misma piel

pues, Dios deja
sus guantes
en todas las cosas.

**************


Pescando cinco lunas
me encuentro
en hoja
perdida

la sombra
de tu sol
acaricia el té

y trago
y trago
los muelles

frambuesa

**************


Si la luz
encamina
al verbo

el papel
vestirá
de azafrán

los cimientos
de mi ayuno.

**************


Me oculto
entre ramas secas

Toco el suelo

Si supiera
que existes

una mirada tuya
bastará

*Docente y poeta venezolana.

viernes, 2 de noviembre de 2007

SEMANA DE LA POESÍA DE GUÁRICO Y APURE (VENEZUELA)



VIENTO DEL SUR EDITORES INVITA
DEL 5 AL 8 DE NOVIEMBRE DE 2007
AL HOMENAJE AL POETA RODOLFO MOLEIRO
(ZARAZA: 1898 - CARACAS 1970)

PROGRAMACIÓN

*Lunes 5 de Noviembre
Lectura Poética: Arturo Álvarez D´Armas
Lugar: Librería Portal Apure.Com Hora: 10 A.M.
Calle 24 de Julio – San Fernando de Apure
Lectura Poética: José Gregorio Rivas
Presentación: Wendy Macualo (Gerente Librerías del Sur – Apure)
Lugar: Librerías del Sur – Frente a la Plaza Bolívar - Hora: 4 P. M.
San Fernando de Apure
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*Martes 6 de Noviembre
Lectura Poética: Mariana Gámez, Magdalena García, Raday Ojeda, Francisco Rodríguez y Arturo Álvarez D´Armas
Lugar: Biblioteca – Universidad Nacional Abierta - Hora: 4 P.M.
San Fernando de Apure
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*Miércoles 7 de Noviembre
Foro y Lectura Poética: La Obra Literaria del Poeta y Cuentista José Gregorio Rivas.
Intervención de la Profesora Milagros de Castro (UNA – CALABOZO), Profesora Luisa Rivas (UNA – SAN FERNANDO DE APURE), Profesor Adelfo Morillo (UNERG – CALABOZO) y Profesora Ledys Lima (UNERG – CALABOZO).
Lugar: Salón de Usos Múltiples de la Alcaldía Municipio Francisco de Miranda - Frente a la sede del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CYCPC)
Calabozo - Hora: 9 A.M.
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*Jueves 8 de Noviembre
Lectura Poética: Rosana Hernández Pasquier, Tibisay Vargas Rojas, Edgardo Malaspina, Adolfo Rodríguez, Arturo Álvarez D´Armas y Jeroh Juan Montilla
Presentación de los Dípticos LLANURA de Rodolfo Moleiro y ¿QUIÉN SOY? De Adolfo Rodríguez
Presentación del libro ELEMENTOS DE VERSOTERAPIA (POESÍA PARA MÉDICOS) de Edgardo Malaspina
Lugar: TEATRO DE BOLSILLO – Detrás de la Casa del Artesano
Hora: 7 P.M.
San Juan de los Morros

Rodolfo Moleiro nace en Zaraza (Venezuela) el 4 de septiembre de 1898, y fallece en Caracas el 4 de marzo de 1970. Doctor en Ciencias Políticas de la U.C.V., Senador por el estado Guárico. Diplomático. Fue uno de los representantes de la Generación Literaria de 1918. Sus obras son: “Reiteraciones del Bosque” (1951), “Poemas” (1953), “Nuevos Poemas” (1955), “Poemas” (1961).




LLANURA


Senda de arduo brillo
donde abren mis ansias.

Condúceme a mi tiempo
por ese claro abismo
de parajes extremos.

Sobre lo más agreste,
junto al árbol de humo
dame falaz albergue.

Dame lo proceloso,
lo bello tras el riesgo
y el miraje sin fondo.

En el seguir sin alto
me ofusque la luz neta
me abrace el viento largo.

Quiero la sed que crece,
el rumbo que fatiga
y en rojos del poniente
la ciénaga encendida.

Déjame en la zozobra
del insomne silencio,
del suelo que desborda.

Dame el desasosiego
de ir sobre memorias
si llego y si no llego.


EL ES OTRO BOSQUE



Sentado al sol entre la brisa
y en el umbral del bosque
mira y piensa el anciano.
Su faz de hondos surcos,
sus ojos de sigilo,
su barba rumorosa.
Promueve un aura
de lejanías y presencia,
de enigmática sombra
y alegres claros.
El es otro bosque profundo.
Su pensamiento guarda
recodos, sendas ocultas,
rocíos de la infancia.
Notas da su silencio
de fuente sosegada,
de aguas ariscas.
Cuando susurra
óyense silbos de fábula.
Espacios lleva
donde el cielo no baja:
ahí, sobre yertos musgos,
pasa un soplo de olvido.
Y hay en su alma una puerta
hacia escondida gruta
donde moran imágenes de sueño,
suaves formas
en un aire quimérico de antes.




ROMANCE
Pasaba por el borde florecido.
La revestían luces de manzana.
El bajaba el sendero vespertino
a rescatar luceros en el agua.
Ella era la brisa en el retoño,
la luz de amanecer en el naranjo.
El, arpegios oía en el escombro.
Su corazón era un bosque de ocaso.
Ella incitaba pájaros del alba
y círculos de llamas en las rosas.
El sabía que todo es escapada
en el humo, las aguas, las alondras.
Ella inclinó, rendida, la cabeza
y fue como un albor estremecido.
El se alejó con su íntima guerra.
Huellas de luna fueron su camino.