Hace un poco más de medio siglo, acompañamos a nuestro padre, llano adentro, en búsqueda de un tío que hacía unos veinte años, se lo había tragado la sabana. Muy de madrugada llegamos a las orillas del río Cojedes, en la población de El Baúl. Apenas aclaró el día se completó la primera aventura, atravesar el cauce. En adelante, horas y horas de pajonales, palmares y polvo del camino.
Transcurridas unas cuatro horas de travesía nos topamos con unos llaneros, quienes nos detuvieron a indagar si portábamos algunos equipos o medicamentos de primeros auxilios. En la ponchera de la camioneta, tendido a lo largo un hombre con el vientre abierto y a su lado, muerto, el tigre “bien cuajao” que le causó la herida.
El animal estaba “cebao”, el hombre dio con su pista y lo cazó. Sin la debida prudencia quiso rematarlo con su puñal y en un último aliento el felino pasó su garra con la que causó la herida mortal.
Seguramente, usted que lee estas líneas habrá escuchado, leído y/o vivido situaciones parecidas. Y también por qué se ha extrapolado la enseñanza a diferentes ámbitos de la vida. Y la gran lección de los abuelos y abuelas “cuánto más acorralada se ve una fiera, aunque esté moribunda es más peligrosa.
El cuento viene al canto, a propósito del “Ike financiero” como lo denominó, con mucha lucidez y precisión, el Comandante Fidel Castro Ruz.
Ocurre que, cíclico o no, este huracán que aún no termina de mostrar sus efectos y secuelas no sólo en el propio EUA y su población, sino en su entorno físico y lo más intrigante en su esfera de dependencia. En las economías tributarias, las dependientes y la de los países subyugados inmisericordemente o invadidos para saquear sus riquezas. O en los amenazados.
La prudencia, la sensatez, la lucidez, la claridad de rumbo se imponen ante la falsa creencia de que ya el imperio está desmoronado. “Ojo pelao que gallina no ve noche”.
Es conveniente observar que en estas crisis está presente el factor humano y que hay estados psicológicos, voracidad enfermiza por las riquezas, desprecio por la condición humana de los pueblos, el poderío militar y tecnológico al servicio de las grandes transnacionales, entre otros factores. Los hilos invisibles del mercado los manipulan los hombres con todas sus miserias, frustraciones, apetencias, arrogancias y estados demenciales. El estado y el poder político están al servicio de ellos, incluidos presidentes. De ahí la importancia de no subestimar a un imperio cuyas cabezas visibles son hombres de significativos y evidentes estados de desequilibrio.
Debe recordarse que el señor Richard Nixon, en los momentos más agudos del caso Watergate, se vio envuelto en un serio dilema, en la propia casa blanca, que lo conducía a su muerte política. Presa de estados de pánico, paranoia, estados depresivos y derivaciones del alcoholismo; fue objeto de una especial vigilancia y control, porque se temía – no por su seguridad- sino que en algún momento levantara el teléfono rojo que desencadenaría una guerra atómica. Hasta su renuncia el 08 de agosta de 1974, ese temor no se disipó.
La distancia en el tiempo, el cambio de personaje y sus trastadas, no modifican esencialmente el panorama como no sea para aumentar el temor de cualquier arañazo de fiera herida. El inquilino de la casa blanca ha dado muestras de superar con creces a Nixon. Con el agravante, que aparte de los estados de desequilibrio que se le atribuyen, el mismísimo dios llora en su hombro para pedirle que salve a la humanidad. Entendido esto de salvar a la humanidad como invadir pueblos, saquear sus riquezas, bloquear naciones y someter a sus habitantes a crueles privaciones. Más aún si de esos pueblos surgen esperanzas de redención de la condición humana.
Cuando a ello se unen las voces locales que además de Sosa parecen sosas, con aquello de que la culpa es por la subida de los precios del petróleo y el propio silencio mediático, como si no pasa nada……. y la crisis sigue rodando.
Y el efecto Jazz sigue su danza macabra.
Los pasos próximos a seguir deben estar signados por la lucidez, la prudencia, la sensatez, la perseverancia, la humildad, la racionalidad en el uso de los recursos, la solidaridad y comprensión tanto entre nosotros mismos como con nuestros pueblos hermanos.
Desde hace varias décadas Fidel Castro, líder de pueblos, viene asomando luces, conceptos, propuestas para salvar a la humanidad, ¡si! porque es la humanidad la que está en peligro. Y esta crisis financiera aborta todas las demás que implican el ambiente, la salud, la educación, los demás servicios básicos; y sobre todo el gran daño patrimonial de conciencia producido al hombre.
Más recientemente, el presidente Chávez, casi como la gota de agua, no hay ocasión en la que no nos recuerde la necesidad de preservar el ambiente, de ahorrar energía, de evitar el consumismo, de ser humildes, de educar en valores. Y mire que importante es esto a la hora que la crisis nos alcance. No son suficientes las medidas que tome el estado en resguardo de nuestros intereses, seguridad en todos los ámbitos, preservación de nuestros recursos, educación de nuestro pueblo; si no asumimos conciencia de ello, si no profundizamos nuestra identidad como pueblo, si no elevamos nuestra formación ideológica.
El anuncio en que se convierte el huracán financiero debe ser estudiado y que de sus resultados nos preparemos mejor. Convendría analizar dónde estaríamos de habernos embarcado el en ALCA. O cómo nos han librado momentáneamente el ALBA , UNASUR , PETROCARIBE, la diversificación de la economía, la multipolaridad y el resurgimiento de
Y somos nosotros mismos, nuestros pueblos, nuestras luchas, nuestra condición humana, nuestros liderazgos; las guías hacia ese futuro.
No habrá milagro por efectos del color de la piel o la procedencia de quien se siente en el salón oval.
En 1960, Raúl Villarroel, margariteño, nuestro profesor de Historia Documental y Crítica de Venezuela, en el Liceo “Martín J. Sanabria” en Valencia, entra al salón de clases y al percatarse de la euforia de varios compañeros, indaga sobre el motivo de la celebración: “A ver, ¿se podrá saber que avispa los pico a ustedes?”
Uno de mis condiscípulos se apuró a explicar que era debido al triunfo de Kennedy y que nos estábamos salvando de la venganza de Nixon por los huevos podridos que le reventaron en la cara en su visita a Caracas siendo vicepresidente de los EUA.
“Ajá, y ustedes que se lo creyeron, gane quien gane los gringos nos consideran su patio trasero”
Bastaron pocos meses para que la invasión a Cuba por Bahía Cochinos corroborara la lección de historia de aquel noviembre.
*Docente universitario venezolano (Maracay. estado Aragua)
rgustavogonzalezp@gmail.com
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