Edgardo
Malaspina
El
profesor Luis González-del Colegio de Michoacán de México define
la labor del cronista en su ensayo “Microhistoria y Ciencias
Sociales”.El cronista debe estudiar todo lo relacionado con su
terruño, la aldea, la parroquia, el municipio y la patria chica, a
la cual denomina “matria”. Afirma González que a pesar de que no
existen unos valores culturales netamente propios en un municipio es
posible hablar de cultura local y de cioertos valores originales.
El
cronista o microhistoriador puede ser uno de los ancianos del pueblo
que conoce o sabe narrar muchas anécdotas, puede ser también una
persona con una cultura general amplia que escribe historias o un
especialista propiamente dicho en la materia.
“La
e encopetada y los hechos de fuste son asuntos de la macrohistoria
tradicional. No así la gente humilde y la vida cotidiana, objetos de
la microhistoria”, dice el profesor González. El microhistoriador
debe hacer grandes caminatas o investigaciones pedestres,
excavaciones arqueológicas, entrevistas, consultas en archivos
públicos, privados y en bibliotecas. El microhistoriador no es
precisamente un científico pero si un artista. La microhistoria más
que el saber aspirar al conocer. Es la menos ciecia y la más humanas
de las ciencias del hombre.
En
síntesis, González habla en su libro de la importancia de las
historias locales, de la microhistoria como rama fundamental de las
ciencias sociales para elaborar, de manera sólida y fidedigna, los
perfiles generales de los pueblos, entendiéndose por estos la
historia, tradiciones e idiosincrasia de los países, verdaderos
mosaicos de microcosas.
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