Ponencia presentada en el
ENCUENTRO
DE HISTORIADORES Y CRONISTAS DE CALABOZO-GUÁRICO
Villa
de Todos los Santos de Calabozo
Eduardo López Sandoval
“No se parece al mío”, así titula un
artículo de opinión el Cronista de La Victoria, Germán Fleitas Núñez, escrito
donde se refiere a la nueva cara de Bolívar, la que se le presenta a los
venezolanos de este siglo XXI como la cierta. Todas las demás versiones son
para esta decisión administrativa del presente gobierno, mentiras.
El
Historiador disiente de la decisión del gobierno que pretende cambiar la cara del Libertador de nuestros recuerdos.
Fleitas Núñez toca aspectos que hacen la esencia del estudio de la Historia, como
lo son la memoria y la interpretación. La memoria esculpida en piedra por los
recuerdos de nuestros abuelos, que a su vez recuerdan a sus abuelos, que
también claramente recuerdan a sus abuelos. Corta cadena de tres eslabones que
mira de cuerpo presente el perfil del General Simón Bolívar. Sesenta y seis años
y siete meses, que convenimos como la
edad promedio de todos nuestros abuelos,
la multiplicamos por tres generaciones, y vemos a Bolívar sobre un no manso
caballo cruzando las sabanas de El
Guayabal, pasa por el Hato La Chinea, para atacar a Morillo atrincherado en la
Villa de Todos los Santos de Calabozo en febrero de 1812. Y pasa con un perfil que es muy diferente al negrito que pretenden presentarnos como Bolívar.
El citado Cronista nos dice: “Cada
venezolano tiene su propia imagen del Libertador, como la tiene de Dios, de la Virgen María, de Cristo, de
Guaicaipuro, del Negro Primero o del Conde de Tovar. Es la imagen que hemos ido
construyendo con los años, de tanto mirar sus retratos y oír sus
descripciones…”.
Fleitas Núñez dixit , “Cada venezolano tiene su propia imagen del Libertador”, a
lo que agregamos, cada historiador tiene pleno derecho a realizar su propia
interpretación. Y es legítimo que existan diferentes interpretaciones cuando
los hechos se prestan para tener diferentes aristas y posiciones de pensamiento
razonable. Entre Historiadores, reitero. Porque otros gremios, los políticos,
los pintores de brocha gorda, los habladores de la esquina, los brujos sin
clientela, pueden tener sus “razones”, - la palabra razones se destaca entre
comillas-, para disentir acerca del acuerdo tácito entre lectores e
Historiadores acerca del perfil de Simón. En este caso, acerca del fenotipo europeo del
Libertador. Como también ocurre con un hecho vanamente controvertido, nos
referimos a las causas de la muerte del personaje. No existe acerca de ambos
casos alguna posición controvertida
entre Historiadores. Este Historiador se escribe con H mayúscula.
Exponemos de seguidas palabras de un artículo nuestro
denominado LA CARA DE BOLÍVAR LA CARA
RELATIVA:
Relativa dijimos. No porque es la cara del
libertador, también la cara del conquistador es relativa. O la cara del
navegante, del comerciante, del indio o del trabajador, por decir algunas.
Todas son relativas.
Por ejemplo, tome usted algún documento que
lo identifique, supongamos que es una
fotografía de frente con corbata del año 2006, ese no es usted, es una imagen
de hace tiempo, además tú no usas corbata y sí usas lentes. Usted quizá es
quien puede verse en el espejo ahora, o lo que puede dejar verse por la
entrecerrada puerta de la subjetividad. Seguro se va a ver una cara en el
espejo si su hija recién le ha dicho que ya no le deposite más como estudiante, porque ya concluyó la etapa académica
de pregrado, otra cara vas a ver si acabas de matar accidentalmente al perro
del vecino, …
Objetividad versus subjetividad. La cara de
Bolívar tiene mil caras. La más cierta es la que usted se imaginó en la Escuela,
es suya, es subjetiva en grado total. La subjetividad impera incluso sobre el
ojo del fotógrafo, mucho más afectado por los sentires está quien use la
antigua técnica del retrato en pintura. Hay mucho más que un clic que deja
espacio para las simpatías por el adelantado pago, o lo contrario.
Objetivamente la cara de Bolívar debe
parecerse bastante a la cara que la generalidad de los americanos recuerda. Me
aventuro a decir que es la imagen que
recordamos del Bolívar de la Escuela.
Ahora nos presentan a un señor como el
Libertador, con serias pretensiones de
sustituir al Bolívar de nuestros recuerdos.
Entendamos la palabra
relativa con la RAE, “Que no es absoluto”. Nuestros recuerdos no son absolutos,
lo reconocemos. Pero se pretende sustituir con la “TOTALIDAD” de la mentira: “Este negrito es Bolívar”. Mentira.
(Vale este paréntesis, la
palabra totalidad cuando se usa en el párrafo anterior para calificar a la
palabra mentira, se ha escrito en negrillas, mayúsculas sostenidas y
entrecomilladas. La interpretación es libre).
Confiesan los “científicos
que cobraron” por su trabajo, (que no son Historiadores, por cierto), que
copiaron las características de los huesos e hicieron que se reflejara en la
imagen. Confiesan que para la proyección tomaron en cuenta la imagen de
variados venezolanos, de hoy, de esa
edad en la que murió Bolívar.
(Otro paréntesis que no está
contenido en el artículo, un abogado diría a confesión de partes, relevo de
pruebas).
Es necesario realizar la
siguiente interpretación en contrario, la Venezuela de Bolívar era una sociedad
de castas, que si bien los compartimientos étnicos no eran completamente
herméticos, no había tal mezcla como la del nuevo Bolívar que se nos presenta.
Sin especular acerca de la
veracidad o no de la intervención de una rama negra en el árbol genealógico de
Bolívar, es necesario concluir que si Bolívar hubiese tenido esta nueva
presencia fenotípica no hubiera sido el Libertador. Ese negrito de Teniente de
Caballería de Páez no hubiera pasado, o quizás un buen granadero de López de
Matute hubiera sido. Recuérdese la etiqueta de “El Hijo de la Panadera” que
endilgó esta casta de los blancos criollos a Francisco de Miranda
Los “científicos que
cobraron” dicen que “fotografiaron” la imagen de la calavera, preguntamos,
¿esta fotografía es la de la cara de un hombre muerto que murió de esa penosa enfermedad? Valga la repetición.
El Cronista de la ciudad de La Victoria, estado Aragua, Germán Fleitas Núñez, escribe recientemente: “Confieso mi error. Pero si de algo estoy completamente seguro, es de
que ese Simón Bolívar, no se parece al mío.”. De acuerdo.
El
Bolívar de nuestra memoria escolar es la imagen del Bolívar que hizo el Dr,
Reverend en mascarilla de yeso que está en la Quinta San Pedro Alejandrino de
Santa Marta. Muestra el perfil de la muerte y la necesaria objetividad,
¿tendría algún sesgo la objetividad de la ciencia médica en mostrarlo para la
posteridad más o menos europeo? Ver:
O la
imagen marcada por la subjetividad del propio Simón, que dijo que este es el
retrato que más se le parecía, el del pintor limeño José Gil de Castro.
A los
considerandos expuestos le agregamos,
que el acto público que tiene el serio propósito de cambiar este aspecto
de la esencia de nuestra historia, sin que hayamos observado reacción alguna,
de parte del gremio de Cronistas e Historiadores, -que aquí tiene una
importante representación. Agregamos, entonces, que tal decisión administrativa
denigra de por lo menos veinte mil años de experiencia de la ciencia pictórica
del hombre sobre la tierra. El acto administrativo ha decretado inservible a
miles de años de sapiencia artística, que se resumen, entre otros, en el pincel
del pintor limeño José Gil de Castro.
Proponemos
a este Encuentro de Historiadores se dirija a la Academia Nacional de la
Historia solicitando:
Uno) Se
pronuncie acerca de esta incongruencia de hoy, que se nos presente a Bolívar
con un perfil, -que como hipótesis planteamos-, que hubiera sido rechazado por
la sociedad de castas donde bien se desenvolvió como un blanco criollo de
inmensa fortuna.
Dos)
Que se pronuncie esta persona de Derecho Público, la Academia Nacional de la
Historia, acerca de la incongruencia entre el perfil en tres dimensiones de hoy
y la mascarilla de yeso realizada sobre el cadáver, que reposa en la Quinta San
Pedro Alejandrino, en Colombia, que es, por supuesto, también en tres
dimensiones.
Tres)
Solicite a su vez lo basamentos históricos que han tenido para realizar esta
nueva interpretación.
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