Rosana HERNÁNDEZ PASQUIER*
Canción de ausencia
(con estribillo y fuego)
Si me despierto a la media noche
comienzo a buscarte y no estás
Si luego enciendo la lámpara
con luz antiausencia
que madre me dio
y no estás
si alargo la mirada por las paredes
me refugio en la hendija del alba
y no estás
Entonces quiero amontonar todas las hojas
para encenderlas
ver el fuego que crepita ante mis ojos
saltar ante el chisporreteo de su música
que las briznas perforen el silencio
mientras espero a que llegues
cargado de sigilo
Un dolor de tacones en la hornilla
Ella se levanta y viaja del collar de perlas
a las volutas de humo de la sopa de leche
arde en la hornilla un manojo de azahar
Aún el calor de la sábana le habita la piel
el cuchillo en su mano luce dócil
y cae sobre las ramas verdes
la papa es una luna sobre la tabla
serena aguarda la mengua de su cuerpo
Ella recuerda una fotografía:
la mujer está desnuda de ropaje
lleva tacones negros
cabellos recogidos
y perlas que descansan en su cuello
el amante no está en la habitación
pero ella lo espera
Atiende una llamada telefónica
después piensa que las perlas
tienen el color de los pezones
acaricia su cuello distraída
la sopa en la cocina comienza a derramarse
ella corre
sólo la soledad de sus negros tacones
la sigue
Apuntes para una despedida
El boulevard sostenía nuestros pasos
los artesanos con sus mesas
repletas de piedras para cualquier rito
no dieron una sola señal
El adiós pájaro negro
picoteando el último momento
la llegada del taxi
marcó la hora definitiva
y una promesa que se tragará el tiempo
sin otra huella posible
que este intento de poema
del que otros darán testimonio
mientras yo pierdo tu nombre
en medio del reguero de papeles
Tarde donde no estás
Toro toro toro
el golpeteo de los tacones en la acera
la calle y yo estamos solitarias
De uno a otro flanco
la cadera busca un equilibrio
en esta ciudad que es una alfombra
debajo de mis pies
Arriba hay un cielo torres
copos muy verdes mecidos chaguaramos
El vendedor de pescado es el mismo
dejo caer un mechón de cabello
no soy la joven señora lo sé
simplemente soy la chica que te aguarda
He olvidado el timbre del teléfono
las cuentas por pagar
la conspiración del lunes por la tarde
voy por la ciudad sin ti
extraviada
presa de una orfandad desconocida
Camino
el abandono enviste
siento su cornada en cada esquina
torotorotoro
el ruido de los tacones
Algo duele y sangra en esta tarde
Taumaturgia doméstica
Si no basta el encantamiento
de una ensalada mediterránea
o el pastrami de pavo en la hogaza de pan
Si las sesenta formas de besar del Kama Sutra
los movimientos y contracciones
del Tao del Sexo no han sido suficientes
Me transformaré en una demonia doméstica
saltaré rituales proferiré adjetivos alunados
soles verbales
Las manos prestas para las pócimas
rimados conjuros diré
mientras cabalgo las vísceras de los sortilegios
Encontraré sapiencia y modos
para superar el libro de San Cipriano
El cuerpo desnudo
encumbraré en los árboles del jardín
gritaré: soy una bacante del siglo XXI
Mis alaridos caerán en el lomo del cerro de los chivos
y se despertará el animal que duerme dentro de él
De noche meteré mi lengua en tu oreja
sacudiré tu hamaca
despertaré a la mismísima María si fuera necesario
Frotaré toda mi piel con mousse negro
hecho de sándalo ghee y aceite de mango
y diré en voz alta tu nombre tan secreto
Pronunciaré las letras de tu nombre
tan sólo por tenerte
He clavado un círculo de fuego en tu entraña
para que me devores la vida largamente
* Poeta, editora y publicista venezolana .Los poemas aquí publicados son de su libro: El envés de los días (2005)