José Obswaldo Pérez*
La llaneridad se entiende como los rasgos históricos y culturales que identifican al hombre de nuestras comunidades llaneras dentro de un paisaje humano, en este caso el guariqueño. Esta noción está entrañablemente asociada a la identidad regional, que no es otra cosa que el reconocimiento de los ”otros”, y se distingue de nuestra nacionalidad (Rago A, Víctor,1999) con una conceptualización de “alteridad sociocultural” (Rodríguez, Adolfo, 2008).
La llaneridad tiene una significación propia, y su sostenibilidad cultural una pedagogía que” se transmitía directamente, de adulto a jóvenes, mediante las múltiples formas del aprendizaje” (IZARD 1988: 28). Esa enseñanza partía de un intercambio de experiencias y conocimientos que hoy debemos rescatar y aprovechar para la construcción de conocimientos e investigaciones sobre la cultura llanera. El método freireano sirve aquí para desarrollar el concepto y poner en práctica una educación socializada desde las aulas de clase dentro de una pedagogía crítica, por medio de la cual se haga posible reinterpretar la sociedad y la historia a la luz de los nuevos cambios sociales, culturales, económicos y políticos de la región. Se trata de una educación sencilla y de integración, no de invasión cultural.
Mi antiguo profesor de historia, Eduardo Camps Vega, ha puesto en debate en el blog del escritor Jeroh Montilla una reflexión sobre el concepto de llaneridad, al cual le da poca importancia (realegándola a una discusión simplista) y la subyuga a una mera perspectiva geográfica y espacial: de lo urbano a lo rural; de la civilización a la barbarie en mero discurso galleguiano. Pero, sin embargo, recojo de él una conclusión de que la llaneridad es algo así como “una prolongación” de la conquista europea. Y subrayo esto porque creo en esta premisa conceptual de la evolución ribeireana de las sociedades y grupos sociales, la cual no se reduce a sólo una composición étnica entre indígenas y españoles. Hay otro componente en esa cosmogonía mestiza, ligada a los límites libertarios y a la fuerza de trabajo que se inició en los hatos ganaderos, en las rochelas y cumbe llaneras: los negros africanos.
La negritud, imagen del café con leche, es el tercer elemento en la construcción de nuestra cultura venezolana que, en
BIBLIOGRAFÍA
ÁLVAREZ ÁLVAREZ La etnografía como modelo de investigación en educación. http://www.ugr.es/~pwlac/G24_10Carmen_Alvarez_Alvarez.html
CAMPS VEGAS, EDUARDO (2009). La llaneridad. historiografias.blogspot.com/2009/01/la-llaneridad.html.
CHARIER, ALAIN (2000) Le Mouvement Noir au Venezuela: Revendication identitaire et modernité. Paris: L'Harmattan.
HERRERA CERPE, MARIANO (1985) Reflexiones acerca de un grupo cultural popular: los llaneros de Venezuela. Barcelona: Revista Boletín americanista. No. 35
IZARD, MIGUEL (1988) Orejanos, Cimarrones y arrochelados: Los llaneros del Apure. Barcelona Sendai Ediciones.
RAGO A, VÍCTOR (1999, Enero). Llano y llanero: contribución al estudio del forjamiento de una imagen. Boletín Antropológico del Centro de Investigaciones Etnológicas. Vol.45, p.27-47. Mérida: Universidad de los Andes.
RODRÍGUEZ, ADOLFO (2008). La llaneridad venezolana en el siglo XXI entre etnocidios y etnogénesis. historiografias.blogspot.com/2008/09/la-llaneridad-venezolana-en-el-siglo.html
*Docente, periodista e historiador venezolano (Ortiz, estado Guárico)
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